Estoy en el sueño perfecto,
porque es sueño hecho realidad.
Frente al mar, escuchando
su sonido, disfrutando su belleza, Por allí un velero y aquí gaviotas, una
detrás de otras. Pareciera que desean entrar por mi ventana. Y una familia que
me acoge, sin condiciones, sin pedir nada a cambio, entregando su amor al
universo plasmándolo en mí. Este es mi momento presente en esta España soñada…
Y se podría decir: bueno,
¿qué mas se puede pedir?. Pues pedir, nada. Pero los regalos no terminan…
He compartido en Sevilla
con hermanos buscadores de una nueva realidad y me han llenado con su magia.
Más regalos: mi hermano Enrique Álvarez. Compartir contigo me
permitió verificar, en vivo y en directo, que ya están aquí los pobladores de
la nueva tierra y que su coherencia esta moviendo multitudes.
Y llega el regalo, el
diamante, el que ilumina con el don de la palabra, mi amado Emilio, a quien no puedo
describir, porque al hacerlo dejaría de decir lo que es. Tu vida y mi vida han
estado unidas por siempre. Y ahora seguirán ligadas por el destino cósmico. Lo
sé por tus mensajes, por tu experiencia
de vida. Decir que somos uno podría ser sólo un discurso bonito y no es
suficiente. ES QUE TE HE VISTO Y ME VEO EN TI. Y es en ti en quien veo todo lo
aprendido, lo vivido… Y mi alma te reconoce como el ser divino que eres… Yo
estaré a tu lado en silencio interior. Pido permiso al universo para estar
cerca de ti y de todos.
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Autora: Lilananda Castro (sabidurialila@yahoo.com)
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