La ilusión por crear un nuevo hogar siempre debería ir acompañada de la ilusión de sentirse bien dentro de él, pero no siempre es así…
Este es el caso de un hombre que, tras superar un divorcio
y en pleno proceso de construir una nueva vida y un nuevo hogar, conoció a una
nueva mujer con la que sintió el deseo de compartirlo.
Cada uno de los procesos creativos e ideas que se le
planteaba desde el estudio de diseño, el hombre los compartía con la que
deseaba que fuese su nueva compañera.
Entre las diferentes opciones a elegir, la tendencia de él
era siempre dejar a un lado su propio gusto y darle más relevancia y prioridad
al de la mujer ya que su deseo era que ella se sintiese acogida y a gusto en el
nuevo hogar.
El proceso creativo estuvo lleno de lagunas y pausas. En
muchas ocasiones, las elecciones que realizaban cada uno eran muy opuestas a
nivel estético, pero el aspecto que más preocupaba era el vital.
Las elecciones del mobiliario que realizaba de forma
natural el hombre, reforzaban siempre la vitalidad de la vivienda y de la
pareja, pero las que realizaba la mujer, reflejaba una tendencia a debilitar la
energía de aquel hombre.
Ante un caso como este, siempre se busca la sutilidad y la
delicadeza para transmitir la realidad que refleja.
Tras buscar el momento adecuado y a solas con él, se le
preguntó sobre la fluidez de la relación, sobre su consciencia del uso o abuso
que la nueva mujer hacía de su amabilidad y cortesía.
La sorpresa ante tales preguntas le llevó a exigir una
explicación bien fundamentada. Para ello, se le explicó lo que desde el estudio
se observaba con tanta claridad y se le expusieron ejemplos claros de elecciones
suyas que mejorarían su vida y cómo, al ceder el poder a la mujer, ella
aprovechaba esa ocasión para elegir, de forma inconsciente, mobiliario que
debilitaba la energía del hombre. A los pocos minutos en señor se derrumbó
emocionalmente y confesó su desgaste. Estaba el hombre a punto de una
depresión. Cada cesión que él realizaba para el bien de la pareja, la mujer lo
manejaba para su único beneficio.
En ese mismo instante se le recomendó centrarse por si solo
en construir su nueva vida y su nuevo hogar al margen de la evolución de la
nueva relación. Se le orientó en decisiones que le fortalecieran a nivel vital
y personal de forma que renovara su lucidez y su hogar fuese un lugar de
encuentro con él mismo para, posteriormente, acoger a una nueva persona si es
que esto coincidiese con el orden natural.
Fue muy esclarecedor observar como, conforme él ganaba
autonomía, ella se fue distanciando hasta desaparecer.
También fue revelador cómo, conforme el hombre se sintió
cómodo con él mismo y con su nuevo entorno, apareció en su vida una persona que
lo valoró todo tal cuál es.
Tu hogar siempre debe nutrir a todos sus integrantes por
igual. Si en algún momento sientes alguna desproporción, levanta la mirada y
observa si eres quien cedes o quien abusas. La armonía solo se da cuando existe
la equidad.
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Autor: Andrés
Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte
en este blog una serie de publicaciones centradas en
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