Cuando en el tránsito te das cuenta
de que has fallecido, pero no lo aceptas, ¿qué sucede?:
+Lo primero que se experiencia es una situación de gran
desconcierto, confusión y turbación. Sin embargo, estas sensaciones van poco a
poco diluyéndose para ser sustituidas por el deseo del fallecido de
relacionarse con el mundo físico al que ya no pertenece, pero en el que
consciencialmente quiere seguir estando y actuando. Es así, alentado por este
deseo, como va adquiriendo una serie de “habilidades” para, desde el tránsito,
incidir e intervenir en el plano material: mover objetos, esconder cosas,
apagar y encender luces, provocar ruidos, interferir de maneras diversas en
personas y un largo etcétera de situaciones y fenómenos que hoy se suelen
englobar en el ámbito de la parapsicología. Numerosas historias de fantasmas,
aparecidos e, incluso, posesiones tienen también que ver con esto. (Nota
importante: El contacto desde el más allá con los seres humanos y el mundo
material también puede darse en desencarnados que no están en el tránsito, es
decir, que se han percatado de su muerte física, la han aceptado en consciencia
y han entrado en el “plano de luz”. En este caso, el Amor -no la densidad
consciencial, el apego, el sufrimiento…- es lo que motiva estas conexiones
desde el más allá).
+¿Hasta cuándo puede el fallecido mantenerse en este estado y
permanecer en este purgatorio? No hay una duración prefijada y todo depende de
su evolución consciencial. El tránsito, como fase y proceso, impulsa, por la
vía de las experiencias desplegadas en el propio tránsito, a aceptar la muerte
física y acceder al “plano de luz”. Pero no hay predeterminismo y puede ser que
el fallecido se siga negando indefinidamente a tal aceptación y se empeñe
consciencialmente en seguir interactuando con el mundo físico.
+Este empeño puede provocar, incluso, que se vuelva a encarnar en
el plano material –en un nuevo cuerpo para desarrollar una nueva vida humana-
desde la propia fase de tránsito y sin haber entrado en el “plano de luz”, que
es desde donde las reencarnaciones se producen de manera natural y adecuada.
Eso sí, el estado de consciencia con el que se arrancará en esa nueva vida será
sumamente denso. Y aunque la evolución consciencial es la regla y siempre es posible,
las personas que han vuelto a encarnar desde la fase de tránsito experiencian
un proceso evolutivo muy lento y tienden a desplegar en su nueva vida
comportamientos llenos de desosiego interior y sufrimiento y marcadamente
egóicos, pudiendo llegar a ser extremadamente adictivos y violentos (es el
caso, por ejemplo, de muchos de los calificados como psicópatas). A personas
así, con ese estado de consciencia, se refirió Cristo Jesús cuando hizo mención
a los muertos que entierran a sus muertos -“deja que los muertos entierren a
sus muertos”, en Lucas 9,60 y Mateo 8,22-, es decir, a seres humanos
vivos, pero que, realmente, por su densidad consciencial y apego a la
materialidad, están muertos en el sentido consciencial del término.
=======================================================
Una nueva entrega
de Recordando lo que
Es se publica en
este blog cada domingo.
=======================================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.