Creo que fue a finales de los años 90, unos quince
años después de haber terminado la carrera de psicología, cuando realicé
mis estudios en psicología guestalt, en la escuela madrileña. Después de
haber vivenciado la escuela
transpersonal y la escuela de Castaneda,
después de mis viajes a India, llegué a la escuela guestalt tratando de dar
forma a lo vivido por mí...
Allí nos hablaron de Figura
y Fondo y nos enseñaron a
diferenciar, en nosotros mismos y en
nuestros pacientes, la diferencia entre
una cosa y otra... Yo tenía la vivencia de lo uno y de lo otro, a falta de un marco donde depositar a ambas... y
de unas nociones, ya vividas, para guiar a otros... La figura, nos venían a
mostrar, es la forma efímera que toman
las cosas a un nivel superficial; en tanto que el fondo se puede captar en una
mirada aparentemente perdida y muy
concentrada... semejante al estado meditativo, podríamos decir...
Hemos leído, viajado, hemos
conocido a grandes seres que nos iluminaron con sólo su mirada, con su palabra
y, sobretodo, con su obra y su mensaje... Y lo más, hemos vuelto nuestra mirada hacia dentro y ya
casi nada nos interesa del mundo de la
forma...
Y es que, como en el libro
"El Alquimista", después de miles de años buscando el infinito entre
el mundo de la forma, volvemos al jardín de nuestra casa y, sólo allí,
obtenemos el tesoro de nuestra alma...
En este último momento, aún
anhelamos encontrar a alguien que sea como nosotros, alguien con quien
compartir, con quien hablar y así caemos en un nuevo escollo, el de los grupos
espirituales... llegando a ellos con ansia de hablar -demasiada cháchara-, con
ansia de compartir, sin saber que aún no somos capaces de hacerlo. Unos, porque
aún no han despertado; otros, porque aún viven en el apego a la forma, las resistencias, la rivalidad, los dimes y diretes, lo innecesario, la pérdida de energía, la
falta de autoconocimiento y autoestima que les hará brincar del asiento cada vez que alguien manifieste algo
aún no vivido por ellos... y que choca con el no pretender nada, con el no
buscar nada, con el no esforzarse en nada...
En definitiva, se trata un
zapato que se ha ido quedando pequeño
para el pié, porque los pétalos del corazón no fueron creados para perder su
aroma, sino para inundar el Vacío con su flujo refulgente, vibrante, luminoso,
vital, creativo…
Se dice por boca de
expertos, que el funcionamiento de los
grupos es semejante al de una familia donde los roles están repartidos y todo
el mundo lucha por hacerse un hueco y ser bien visto, exactamente igual que en
el mundo de la forma... Ocurre en las familias, ocurre en los trabajos, ocurre
en cualquier agrupación inserta en nuestro sistema actual... Y los grupos
espirituales, a día de hoy, la mayoría siguen dinámicas de consciencia de la 3D... Aún no se comparten dones y talentos, entre otras cosas porque se
desconocen, entre otras cosas porque se carece de autoconocimiento, entre otras
cosas porque sobresale una búsqueda externa de lo que sólo está en el interior,
de lo que espera por los siglos de los
siglos en tu jardín. Esperando en silencio a que tu quieras llegar también silencioso y con ganas de abrazar el conocimiento de lo Real...
Un día llegarás a ese punto
sin retorno en el que sólo puedes leer tu propio Libro, sólo puedes escuchar tu
propia Voz, sólo podrás seguir tu propia Guía y ya no necesitarás bailarle el
agua a nadie (como ocurre constantemente en el mundo de la forma) porque habrás
disuelto dicho mundo y, sin él, tu Vuelo se hace Libre y Vacío. Algo que te
llena del todo, sin palabras y te deja siendo Todo, sin ser ni estar en nada... Fuiste creado
para el Vuelo y acabas de liberar tus Alas y, sólo entonces, puedes compartir y
Ser en Amor Incondicional a Todo y
todos... porque ya Eres lo sin forma/fondo adoptando todas las formas/figuras... Ya eres el Uno...
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Autora: Ángeles Pérez (mapp58@yahoo.es)
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