Y Abul Beka hablaba así:
—Alí
va corriendo a todas las partes y no tiene tiempo ni para saludar a sus
hermanos más íntimos. Va como el viento por las calles y cuando se para, es
para decir: «Hermanos, disculpad mi prisa pero no tengo tiempo para hablar con
vosotros».
»Y
esto es porque Alí lleva muchas cosas en la cabeza. Alí llena todos los días
varias veces la bolsa de plata, pero no tiene tiempo para pensar en sí mismo.
»Alí,
cuando vuelve a su familia, apenas si tiene tiempo para un bostezo, y busca la
cama porque el día lo agota, y pierde hasta las palabras.
»Alí
lleva dinero a su casa, pero no calor. Sus hijos son huérfanos aunque van bien
vestidos y perfumados, y tienen los mejores maestros.
»Alí
gasta el dinero que gana en buscarles a sus hijos el calor que él se lleva al
ir a buscarles el calor.
»Pero
Alí no usa ni la cabeza ni el corazón, ni para en el tiempo para reflexionar,
porque tampoco tiene tiempo.
Me
pregunto que sería si todas las casas de Medina Runda tuvieran por padre a un
Alí. Nacerían generaciones de lujo pero vacías de cariño y deformadas por los
vicios.
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Autor: Cayetano Arroyo
Fuente: Diálogos con Abul Beka (Editorial Sirio)
Nota: En homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente Pérez Moreno,
un texto extraído de los Diálogos de Abul Beka se publica en este
blog todos los
miércoles desde el 4 de octubre de
2017.
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