Hace un tiempo, una amiga
estaba realizando un estudio genealógico sobre su familia. Cuando compartía
experiencias de ese estudio, los pasos que iba realizando, los descubrimientos
que había conseguido, historias del pasado que volvían etc… me fascinaba el
entusiasmo con el que ella estaba llevando a cabo ese estudio, era algo que le
salía hacer por motivación propia y percibía la ilusión, el misterio y lo que
estaba disfrutando con ello.
A medida que nos iba
contando historias, nuevos descubrimientos e hilos que iban enlazándose, además
de darme cuenta de lo importante que es lo pasado y cómo ello te trae hasta
aquí, me pareció que esta amiga tenía mucho talento a la hora de investigar la
genealogía. No es muy común que las personas, al menos no la mayoría, nos
motive este tipo de estudios, más allá de saber un poco la ascendencia o
descendencia familiar, para ella iba más allá de conocer curiosidades,
realmente le apasionaba, tiraba de un hilo, descubría nuevas cosas y se
despertaban nuevas inquietudes de conocimiento.
Así que un día le hice la
propuesta de escribir sobre ello, cómo era para ella ese estudio, qué le llevó
hasta ahí, qué era lo que le motivaba para lanzarse en esa investigación.
Aquí va el texto de la
historia de mi amiga, gracias por compartir tu experiencia:
¿Qué es lo que nos hace ser
nosotros mismos? ¿Por qué somos como somos? Preguntas que siempre nos hacemos
pero que nunca tienen respuesta. Quizás un cúmulo de casualidades hizo que
seamos quienes somos, pero sin duda nuestros pensamientos y lo que hacemos en
el presente nos corresponde a nosotros mismos. Así que hoy vengo a compartir mi
experiencia sobre algo que mucha gente persigue: conocer sus antepasados.
Hace varios años, murió un
familiar mío muy cercano, alguien que hizo replantearme las cosas de una manera
muy diferente una vez fallecido. Siempre había sentido fascinación por mis
antepasados desde que era una niña y alcanzo a recordar. Una y otra vez,
preguntaba a mis abuelos quienes habían sido sus padres, sus abuelos y todo
aquello que pudieran darme como dato. Claro está, esto venía de los típicos
trabajos del cole, pero a mí me gustaba, sentía curiosidad sobre personas que
ya no están pero que una vez formaron parte de la historia, de mi historia.
Cuando fui mayor, esa
curiosidad quedó en desuso, hasta que sucedió lo que nos llega a todos, la
muerte de un familiar. Un mes después, un amigo me comentó que había encontrado
la forma de empezar a investigar sus antepasados, y todo eso que yo sentía, la
curiosidad que yo creía olvidada, resurgió. Y así empecé a recordar todas esas
historias que me contaban de personas que ya no están, de personas de las que
siempre quise saber más. ¿Habíamos tenido algo en común? ¿Habían sido siempre
todos de la misma ciudad que yo? Cosas que ahora, seis años después, he ido
descubriendo y aún me quedan por saber.
¿Qué puedo decir? Lo cierto
es que encontré multitud de similitudes con antepasados: rostros, nombres que
se repetían de abuelos a padres y padres a hijos, aficiones, trabajos… Es
increíble lo que uno/a puede llegar a encontrar y los secretos mejor guardados
que salen a la luz cuando investigas. En mi caso, llegué hasta el punto de
saber que gran parte de mis raíces son de aquí, y espero que en un futuro logre
saber algo más. No sé hasta qué fecha llegaré, probablemente no muchos años
atrás, pero de una cosa estoy segura, y es que sea como sea, el viaje habrá
merecido la pena.
Hace un tiempo una amiga me
preguntó el porqué me había enfrascado en todo esto, porqué seguía buscando.
¿La verdad? No tengo una respuesta clara, es más como un sentimiento, algo que
siempre he sabido que debía hacer o acabaría haciendo. El respeto por lo que
fueron, o de lo que algunos dirían que es, ser recordados para que los que
vengan después sepan de ello, pero yo me guío más por lo primero, ya que
después de todo, somos los rostros de nuestros antepasados y les debemos eso.
De alguna manera me siento ligada aquí, y si algún día tengo que irme, al menos
habré dejado huella sobre todo aquello que fue y es, el conocer nuestro pasado
es un lujo que otros no tienen, y yo desde luego no lo desaprovecharé.
Att,
Una anónima
===============================================
Autor: Ana Charles Abadía
Fuente:
===============================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.