Los
antiguos pistoleros del oeste marcaban una muesca en el puño de su revolver por
cada muerte que infringían. Los pilotos de combate en la II Guerra Mundial
hacían algo parecido con los aviones derribados, pintando ciertos dibujos en el
fuselaje del avión que pilotaban.
¿Esto de qué
va, te preguntarás? Antes te hago una pregunta ¿Cuántas chicas ha conquistado?
¿Las apuntas en alguna lista? Sé de algunos que llevan un diario de las
conquistas.
En
la antigüedad cuando se conquistaba algo, un castillo, un territorio…, lo que se
pretendía era disfrutarlo en la propia custodia y mantenimiento, aunque sé que
lo que se solía hacer era expoliar y esclavizar a los habitantes de tal lugar,
pero se mantenía lo conquistado y se defendía de los agresores.
A
mi entender, y es corto posiblemente, entiendo que cuando algo se conquista es
para poseerlo, disfrutarlo, gozarlo y cuanto menos cuidarlo. Así que si parto
de esta base, cuando un chico ¡conquista? a una chica, he de suponer que es
para cuidarla, mimarla, disfrutar con ella, no de ella… y sin poseerla. Esto, a
mi corto entendimiento, es lo que significa eso de conquistar a una chica. Pero
me “temo” que no es el uso que se le da al término. Al contrario, lo habitual
es ir de “conquista” en “conquista”, si a eso se le puede llamar conquista,
pero nunca se mantiene la conquista. Sólo se conquista y se abandona al tiempo.
Lamentablemente
era un uso propio de una mentalidad antigua que está concluyendo con prontitud.
Pero
¿y si cambiamos eso por conquistar con la verdad a alguien que nos conquista en
verdad? Se trata de que nos conquistemos mutuamente, desde la verdad, sin
fingir que me gustas o aparentando lo que sé que te gusta ver en un chico (a la
inversa es igual, ¡eh!) para así conquistarte, poseerte y cuando me canse de
ti, abandonarte.
En
la antigüedad se hacía de ese modo. Se mostraba aquello que se veía que podía
gustar a la otra parte, luego se pasaba a cierta intimidad, y cuando la
intimidad era total, las máscaras se caían al suelo evidenciando la mentira
mostrada. A eso lo llamé el ritual de apareamiento en un modo antiguo
disfuncional. Y no fallaba, siempre se cumplían los pasos, era matemático.
¿Cambiamos
y nos transformamos en conquistadores del amor por el amor y en pos del amor?
Me parece mejor idea que la manida antigua idea de conquista que tanto hacía
padecer a las partes implicadas.
Hablé
un poco de todo esto en “las relaciones en conciencia” Pero podemos ampliar en
el modo de la conquista antes de llegar a la creación del amor, de lo que hablé
en “amor dimensional” De lo que se trata es de la exposición sencilla, si
queremos llamarlo así: de la conquista o del conquistar a alguien.
Evidentemente no se trata de conquistar a la otra persona, sino en ponerse de
acuerdo en qué conquistar juntos las dos partes, una vez que cada cual se ha
conquistado a sí mismo en su ser en amor. Y si establecemos este nuevo
paradigma, todo se transforma y juntos podremos conquistar lo que queramos,
para disfrutarlo, mantenerlo, cuidarlo, mimarlo, acariciarlo, potenciarlo y
conseguir que esa conquista, en equipo, en unión, produzca más creaciones de
amor.
Así
que podemos tirar las armas que se usaban para las conquistas e ir denud@s (no
en bolas) al “combate” hermoso de conquistarse para conquistar, en plena
implicación de ambos, lo más hermoso que podamos imaginar.
Atrás
quedaron los conquistador@s, es el tiempo de las conquistas, en unión, desde el
amor, creando amor conciencial en la nueva dimensión. Espero que te apuntes pronto
a este nuevo ¡método? de “conquistar”, no sea que ya estés conquistad@ por la
mentalidad arcaica del sufrimiento.
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Autor: Deéelij
Fuente: De su libro Alas sin plumas (Ediciones Ende,
2016):
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