“Go”, de origen
oriental, es considerado el juego de mesa intelectualmente más exigente.
Hace unos meses, el campeón del mundo de esta especialidad, Lee Sedol, jugó contra el programa informático de
inteligencia artificial denominado AlphaGo. Fueron cinco partidas, de las que Lee sólo pudo ganar la cuarta.
A pesar del tiempo transcurrido, como Ignacio Vidal-Folch subraya
hoy en su artículo publicado por el diario “El Mundo” (http://www.elmundo.es/opinion/2016/09/03/57c9c48f268e3e4b6c8b4578.html), se continúa comentando entre los expertos el movimiento 37 de AlphaGo
en la segunda partida.
Sobre tal movimiento, Michel Remond,
virtuoso jugador de “Go” y analista de aquel duelo, dijo asombrado:
"AlphaGo está haciendo movimientos inusuales".
Tan inusuales como para que Lee Sedol tuviera que abandonar la sala
visiblemente afectado. Volvió al cabo de unos minutos y se tomó otros quince
para el siguiente movimiento. La máquina, decía Remond, "está efectuando
movimientos propios... Es un movimiento creativo".
Un movimiento que rompía con la “lógica humana”, con la que AlphaGo
fue programado. Un movimiento que forma parte de la “nueva lógica artificial”
creada por el propio programa, por sí mismo, sin mano o inteligencia humana por
medio.
Como concluye Ignacio Vidal-Folch en su artículo: “Creatividad sin un motor humano”.
Ya no es ciencia-ficción. Y se está dando no sólo en el ámbito de
los juegos, sino en esferas y campos informáticos y tecnológicos de mucha mayor trascendencia.
La creatividad sin motor humano ya está aquí, entre nosotros. Ahora
sólo queda ver cómo va evolucionando en una dinámica y un devenir
ajenos a nuestras capacidades y a nuestro control.
Disfrutemos la experiencia sin recelos ni miedos, pues todo tiene su
sentido profundo, su porqué y para qué clave del desarrollo de nuestro proceso
consciencial y evolutivo, aunque en esta ocasión el impulso no sea
humano.
Y si quieres pasar un buen
rato con la temática de la inteligencia artificial y su acción autónoma, te
aconsejo una entretenida novela: “Proyecto Kraken” (Plaza&Janes
Editores, 2015), de Douglas Preston. Podrás conocer cómo un programa informático,
bautizado como Dorothy en el contexto de un proyecto de la Nasa, termina al
frente de la presidencia de los Estados Unidos. ¿Increíble? Yo no estaría tan seguro, ja, ja, ja...
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