Emilio
Carrillo se ha convertido en un referente espiritual para muchas personas
que le siguen a través de sus numerosas charlas y conferencias, su blog El Cielo
en la Tierra o sus
libros.
En esta
ocasión nos ha concedido esta entrevista en vídeo con motivo de la publicación
de su último libro, El Tránsito: vida más allá de la vida y experiencias cercanas a la
muerte, que acaba de publicarse y en el que aborda el tema de la muerte
en profundidad.
Emilio
explica maravillosamente todos los aspectos de la muerte con pleno conocimiento
de causa porque él mismo tuvo una ECM (Experiencias Cercana a la Muerte ) hace 5 años. Hace
una descripción muy bella, en ocasiones incluso poética, desde diferentes
enfoques de lo que él considera la
Vida con mayúsculas, que incluye la vida y la muerte.
Elena Carrera
Revista on-line Tu Nueva
Información. Enero, 2016
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Os dejamos a continuación un
resumen de la entrevista porque el sonido no es muy bueno para quienes
prefiráis leerla.
En tu libro El Tránsito haces el
símil de un conductor y un coche refiriéndote al alma y al cuerpo y dices que
la muerte no existe.
Cuando yo hablo de conductor y
coche que lo hago de una forma muy coloquial no entro en más profundidades pero
ya que tú has mencionado el término alma, realmente, el conductor que somos no
es el alma. El conductor no tiene nombre, aludiendo a la cultura espiritual más
cercana a un país como España que es la cristiana en los Evangelios, en las
Cartas de Pablo por ejemplo se habla de que somos cuerpo, alma y espíritu. En
esa terminología el conductor es espíritu, es consciencia, es la energía divina
una sin ningún tipo de fragmentación ni división, el espíritu utiliza un
vehículo que es el alma, que se mueve por diferentes dimensiones y cuando el
alma llega a un plano concreto necesita otro vehículo para que le permita vivir
la experiencia. Todos nosotros somos eso: espíritu y cuerpo, el yo físico,
mental y emocional es lo que cuando se produce entre comillas “muerte” se queda
aquí, el alma sigue viva “desencarna” y es el espíritu el que está conduciendo
ese vehículo.
¿Y ese alma que se encarna, en tu
experiencia cercana a la muerte sentiste que es la que tiene conciencia de lo
que está ocurriendo?
Exactamente, el alma va como
acumulando las experiencias inconscientes que se van viviendo, yo a veces lo
llamo la batería, no obstante. Dentro de la fase del tránsito pasan cosas y
para pasar al plano de luz tienes que darte cuenta, ser consciente de que has
fallecido físicamente.
Y eso no es tan fácil ¿no? Puedes
no darte cuenta.
Bueno eso depende de cada uno, yo
diría que personas que tienen una consciencia y una mente despierta no van a
tener ningún problema pero es algo irreversible, tienes que darte cuenta que ha
fallecido tu cuerpo físico y aceptarlo, son las 2 condiciones, son muy simples.
La película El Sexto Sentido de Bruce Willis es emblemática respecto a esto lo
pone de manifiesto; él es un psicólogo que atiende a un niño que ve muertos él
está muerte pero no se da cuenta porque cuando estás ahí desde la conciencia
que eres recreas las situaciones y te inventas excusas, si tu mujer no te
habla, como le pasa a Bruce Willis no es que estés muerto es que se ha enfadado
contigo, es así de sencillo. En la película, tarde en darse cuenta pero cuando
se da cuenta lo acepta y tiene una despedida muy amorosa cuando le habla en
sueños a su mujer para decirse que se va. Hay personas que cuando se dan cuenta
no lo aceptan y en lugar de avanzar hacia la habitación del plano de luz se
empeñan en seguir en contacto con el plano físico. Todo lo que la
parapsicología nos enseña; luces que se encienden y se apagan, etcétera. Tiene
mucho que ver en el tránsito con esas habilidades que van desarrollando quienes
no quieren avanzar al plano de luz pero en cualquier caso, la evolución, el
flujo te va llevando al plano de luz y cuando atraviesas ese plano se produce
otra experiencia “consciencial”, se identifican con el alma o personalidad,
como han llamado muchas corrientes esotéricas.
¿Podrías profundizar más en esto?
Como alma-personalidad has vivido
muchas vidas, tienes relaciones con otras almas, están los sistemas familiares
con los que tal vez tienen cosas pendientes y entonces vuelves a encarnar, esa
sería la opción A. No te ves con una identidad física porque de ser así no
habrías llegado al plano de luz pero te ves con una identidad “álmica”. La otra
perspectiva es darte cuenta de que eres todo porque no eres nada y te disuelves
en ese océano e incluso así puede ser que te vuelvas a encarnar pero claro ya
no lo haces para vivir experiencias, porque no tienes ninguna experiencia que
vivir, simplemente es por amor. Eso en el mundo oriental, sobre todo en el
budismo lo llaman los bodhisatvas que son, por decirlo de alguna manera, seres
con una conciencia muy evolucionada que ya están para volcarse en el océano sin
ningún tipo de atadura e identidad y aun así vuelven a encarnarse para
acompañar en amor.
También, me ha impresionado como
describes en tu libro este plano terrenal porque nosotros creemos que estamos
en una dimensión muy burda, pero tú dices que estamos hasta en 11 dimensiones a
la vez.
Claro. Aquí no nos damos cuenta de
las dimensiones en las que estamos inconscientes pero es muy fácil de entender.
La dimensión no va de fuera a adentro, va de dentro afuera es como la piedra
que está en el agua que va abriendo círculos concéntricos, cada uno de esos
círculos sería una dimensión y se diferencian por su frecuencia de vibración,
cada nuevo círculo concéntrico es más denso que el anterior y menos que el que
vendrá después. Yo hablo de 11 por un tema convencional pero en la Teoría de Cuerdas que es la
que más ha avanzado científicamente en esta realidad en el año 1995 llegaron a
un acuerdo entre las distintas corrientes y esa teoría habla de 11 dimensiones.
Mira por donde en un libro escrito en la época del Imperio Romano que se
estudia en teología y se llama La
jerarquía celestial, de Dionisio Areopagita, se habla de 11 planos y parte
de la divinidad pura y después vienen los serafines, los querubines, las
dominaciones, las virtudes, los tronos, potestades, arcángeles, ángeles… y
humanos . Para entenderlo mejor; si yo tengo una linterna y la enfoco a la
pared para que llegue no debe haber nada en medio , en cuanto algo obture el
paso de la luz ya no llega, nosotros estamos en el plano humano que es el más
lejano del plano central, más denso. Eso no es ni bueno ni malo sino
sencillamente que se desarrollan formas de vida y experiencias que son
distintas. Para que nosotros podamos estar en esa dimensión que es la más
apartada del centro inevitablemente tenemos que estar en todas las anteriores
porque en cuanto en esa expansión se cortara el foco de la linterna ya no
llegaría a la pared. Estamos en todos los planos y este terrestre te permite
vivir una gama experiencial diferente a los otros. A mí me gusta hablar que hay
una banda de experiencias de +100-100 entendiendo como menos experiencias de
sufrimiento y como más experiencias de placer y en los otros planos esa banda
es mucho más reducida, aquí es mucho más ancha y tenemos que ser muy conscientes
de que para que podamos vivir esas experiencias tiene que producirse lo que se
ha llamado el gran olvido. Debemos olvidar lo que somos porque si no lo hacemos
hay una gama de experiencias que no las vamos a vivir.
Haces muchas cosas con Asociaciones
y colectivos.
Si, colaboro con varias y por
ejemplo una madre que ha perdido un hijo de 1 año o de 17 años, me da igual,
esa madre queda destrozada pero claro el nivel de destrozo, de sufrimiento no
es el mismo cuando tiene consciencia de que su hijo sigue vivo en otro plano
porque ha transitado a cuando la madre considera que somos únicamente lo físico
y el hijo ha muerto definitivamente. En este caso la vida deja de tener sentido
para esa madre.
De hecho en tu libro hablas de
una carta que te envió un padre…
Si, José Luis, el perdió dos hijos
y lógicamente va a tener el dolor de la separación física de que no están con
él, eso es normal pero no tiene el hundimiento que se tiene cuando crees que
solo existe esto. Aquí se produce el olvido y poco a poco con nuestras
experiencias vamos recordando lo que somos.
Es realmente bello
Y además de las 11 dimensiones
estar en la Tierra
es la dimensión que tiene más valor, desde los otros planos. A esta parte de
nosotros mismos que se encarna aquí es la que admiran más en esas otras
dimensiones. Hay muchos mensajes que reciben muchas personas a través de guías
espirituales, a través de canalizaciones que insisten mucho en eso. Hemos
elegido venir aquí, la elección es nuestra. Y es muy importante no tener miedo a
lo que hablábamos antes de la habitación de la vida física, la habitación del
plano de luz y el tránsito. Hay mucha gente que se aferra a la vida física
porque creen que cuando lleguen al plano de luz alguien les va a juzgar y eso
hace que no avances. Muy importante dejar esas connotaciones esa idea de
juicio, o de pecado. Nadie enjuicia, son procesos “conscienciales”. No hay ni
buenos ni malos, ni listos ni tontos.
Que diferente puede ser lo que
nosotros llamamos vida humana con tanto sufrimiento, con tanto dolor, con
violencia…contemplada de esta manera.
De ahí la importancia de
comprender la muerte y de vivir la muerte porque ahora es todo muy aséptico con
unos protocolos muy establecidos pero no se vive la muerte. Hay un deseo de
ocultarla sin darnos cuenta que el miedo a la muerte genera miedo en la vida y
desconfianza convirtiendo la vida en un mero acto de supervivencia. Cuando te
das cuenta de que la muerte no existe, la vida se vive de otra forma.
¿Qué es una buena muerte, cómo
deberíamos actuar?
Es muy importante, aparte de la
conciencia de cada uno, que vamos a vivir ese momento y vamos a hacerlo en
silencio. Nos vamos en silencio, sin lenguaje. Igual que venimos en silencio La
ayuda al moribundo me gustaría subrayarlo no consiste en ocultarlo. Cuando
alguien está es una situación terminal hay que decírselo para que se empiece a
preparar y vivirlo con amor y con la ayuda de los familiares hay que hacerles
más fácil que hagan ese tránsito. Cuando estás en ese tránsito y ves mucho
dolor a tu alrededor es como si a una cometa le tiráramos de la cuerda. Hay que
soltarlos y dejarlos partir.
Has escrito 55 libros
Muchos, 34 son técnicos, de
economía porque yo di clases en la universidad como ahora las doy de
espiritualidad. Fue a partir del año 2000 cuando empecé a percibir cosas
distintas y tuve hace 5 años mi experiencia cercana a la muerte y lo que hago
es compartir mi don y mi talento y lo hago con gozo sin otra finalidad que el
propio hecho de gozarlo y sin intentar convencer a nadie de nada, al que le
resuene bien y al que no también.
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