Caí.
Rodé.
Tropecé.
Anduve.
Aprendí, no
sé qué ni para qué.
Volví a rodar.
Volví a rodar.
A tropezar.
Y anduve como
pude.
Seguí
aprendiendo y algo de verdad alcancé.
En medio de todo ese ir y venir,
En medio de todo ese ir y venir,
sufrí,
padecí, lloré, clamé, y supe del querer.
Empecé a ser,
sin saber qué ni para qué.
Estudié,
trabajé y me parí en dos a la vez.
Mucho
esfuerzo, mucho dolor y palidecí.
Llegué a algo, pero fue superficial, intrascendente.
Llegué a algo, pero fue superficial, intrascendente.
Pero
trascendí al envejecer.
Y con mucha
sabiduría morí,
para renacer
sin volver a tener que tejer,
sino para
amarme y amar sin un ajeno querer.
Esa fue mi
última encarnación en tercera dimensión.
Ahora, sé
quien Soy, por qué estoy y para qué:
El Soy espero
que lo sepas en Ti como yo en Mí.
El por qué,
es por Mí y por Ti.
El para qué
es lo mejor: para gozar sin parar,
en esta nueva
cuarta dimensión.
¡Yujuuuuuuuuu!
¡Yujuuuuuuuuu!
Ándale,
ándale...
y cógeme, si
puedes Ser.
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Autor: Deéelij
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