La vida, un
escenario maravilloso donde desplegamos nuestras experiencias de instante en
instante. Experiencias que están ahí para enriquecernos, enseñarnos, mostrarnos
el camino. Situaciones creadas por nosotros mismos se nos presentan a cado paso para
darnos cuenta de algo y, así, evolucionar y comprender, comprender y evolucionar.
Claro que partimos desde la toma consciente de nuestra responsabilidad, de que
somos creadores del “escenario” y lo vivido dentro de él. Ahora, déjame hacerte
esta pregunta: ¿cómo vives dentro del escenario?... ¿Como un autómata o como un
Ser Consciente?
Un autómata hace
las cosas que hacen los demás por el sólo hecho de imitar, sin
cuestionamientos, porque quiere pertenecer, porque quiere ser otro. Busca en la
mente, donde tiene mecanismos fáciles de manipular por terceros, en vez de
buscar en su corazón. Un autómata es aquella persona que nunca se preguntó por
qué hace lo que hace; que nunca, en un silencio solitario y consciente, esperó la
respuesta de su Corazón, de su Ser. Porque siempre obtenemos respuestas ante
preguntas, pero… ¿de dónde vienen esas respuestas?... Muchas veces desde el
caprichoso ego -como decía un amigo en un cuento- y debemos estar preparados
para conocer la diferencia.
La reacción ante
una situación presente en el “escenario” puede estar dada por el autómata o por
el Ser Consciente (es redundante, el Ser es Consciencia, pero lo utilizo a modo
de una mejor aclaración). La respuesta desde el autómata nos estanca, nos
empantana y nos angustia. El autómata busca sobresalir, empequeñecer a los
demás, desea reconocimiento y compite, todo esto porque tiene miedo. Puede ser
que, al principio, nuestro ego (cuando no está en su lugar) nos diga: ¡qué bien,
has vencido! o ¡eres un miserable perdedor!, ¡mejora para ganar la próxima!... y
te encuentras motivado por un nuevo objetivo a cumplir, otra meta adónde
llegar.
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Autor: Diego Alcalde (alcalde.diego@hotmail.com)
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