Se reproduce seguidamente la entrevista que Maite Criado ha realizado a Swami Krishnananda. Maite lo conoció coincidiendo con la salida de Swami de
Swami Krishnananda (www.yogaretiro.es) fundó en 2004 el Instituto Yoga Retiro en Madrid y colabora como Formador de Profesores de Yoga en algunas escuelas de España y, asiduamente, en
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¿Cuánto tiempo ha pasado desde que conociste el Yoga? ¿Cómo fueron tus comienzos?
Hace ahora unos 26 años que tuve mi primer encuentro “casualmente” en la calle con Swami Vishnudevanda, a quien no conocía. Al cruzarme con sus ojos, según salía del coche que le trajo a una sala de conferencia, me lanzó tal sonrisa de reconocimiento y comunicación entre nuestros seres internos, que marcó mi vida en aquellos años. Pareció que nos conociéramos de cientos de años. Eso fue el final de un periodo quizás de unos 8 años en los que, infructuosamente, intentaba entender un súbito despertar espiritual que surgió en mí durante mis estudios universitarios y que me llevaba a estados meditativos espontáneos e incontrolables. Esta etapa trastocó bastante mi relación con la cotidianeidad de la vida e incrementó aún más una personalidad, ya muy introvertida, deseosa de huir de la lucha por la supervivencia habitual. Además desarrolle un sentido de ego espiritual muy distorsionado. Por ejemplo, en mi primera clase de Yoga en el Centro Sivananda salí de la clase asustado argumentando que el Yoga no era para mí. Ya había construido muchos “castillos en el aire”. De acuerdo a la profunda influencia de un libro sobre la vida de Ramana Maharshi concluí que si quería progresar en el autoconomiento debería pasar por la convivencia con un Maestro según marcaba la tradición. Sentí que la escuela de Yoga Sivananda me proveía de esa posibilidad así que, en mi propia interpretación personal, abandoné mi trabajo en un restaurante y dije adiós a mi familia con la consiguiente revolución. En poco tiempo con la práctica de Karma Yoga, que es la base de convivencia en un Ashram, empecé a comprender algunas cosas.
Estuviste en los Centros Internacionales de Sivananda casi 20 años y pienso que es una experiencia vital-existencial que te hecho, de alguna manera, llegar hasta aquí; supongo que ha puesto los pilares de tu crecimiento, de tu evolución incluso de tu percepción de la vida ¿me equivoco?
Sin duda que no te equivocas. Mi gran agradecimiento siempre estará en la oportunidad, que a mí personalmente me ha dado la vida, de pasar por la experiencia del sistema GURUKULA “vivir en la casa del Maestro”. La base de este sistema es la confianza en tu maestro, que es lo mismo que decir confianza en las enseñanzas, en todo aquello que él representa y que no es otra cosa que el desarrollo de una verdadera actitud de servicio. Aquí la intención personal es muy importante. Este tema actualmente nuestro sistema social lo ha pervertido y aunque cíclicamente salen a la luz pública casos de maestros que no aplican correctamente este sistema, pienso definitivamente que nuestra sociedad se ha hecho bastante inútil para crear discípulos y estudiantes que sepan aprovechar la presencia de un Maestro en sus vidas. Por ello nos hemos ido al otro extremo de no aceptar ni al principio de nuestra etapa espiritual la guía de nadie cuando esto puede ser imprescindible en no pocos casos.
¿Qué sentido tiene para alguien, hoy en día, permanecer en una comunidad espiritual como
Guru significa aquel o aquello que muestra
Hay algo así como dos aspectos que se conocen de ti y que están presentes en todo lo que conforma tu vida, en tus clases, en lo que transmites… una es esa especie de curriculum que te avala como una persona de tradición, y otro es tu tendencia, yo diría casi inocente, de permanecer profundamente abierto a todas las posibilidades que genera el Yoga o la vida, incluso en formas de pensamiento, estilos, tendencias, maestros etc. Esto último, por lo que he podido observar, en principio, es lo que precisamente te alejó en su día (hace 6 años) de una estructura concreta, en este caso Sivananda pero, a su vez, Sivananda (como linaje) sigue presente en tu casa, en tu mundo y en tus enseñanzas. ¿Es así? ¿Cómo se explica esto y qué sentido puede tener?
Ha sido siempre común en mí utilizar todos los recursos posibles para el autoconocimiento. Siempre he permanecido abierto a todo. Más que de forma inocente yo diría de un modo sincero. Para poder incluso prolongar mi estancia por tantos años en
Creo que las estructuras han existido, existen o existirán con una función de apoyo a la evolución de cada individuo según éste lo necesite. La mayoría de sadhanas tienen que ser estructuradas en tiempo y espacio satvicos (puros y luminosos) determinados que se complementen con la caótica vida cotidiana donde la cualidades de Rajas (exceso de actividad y pasión) y Tamas (letargo y adormecimiento) predominan velando nuestra esencia. Si una persona no sabe desarrollar cualidades satvicas necesita de estructuras espirituales que proveen de estos espacios donde cualquier persona que lo desee pueda acudir a renovarse. Si no queremos pertenecer a una estructura, acabaremos creando una a la que otros vendrán. Ahora bien, el vinculo con tu familia original de Maestros nunca debe ni puede perderse.
Las personas que te conocemos y disfrutamos de tu amistad coincidimos en que confluyen en ti la autenticidad, la honestidad y la apertura. Llama la atención que todos tengamos la idea de que eres un verdadero Swami. Yo misma subrayo esta singularidad. Tal vez sea una idea más o menos abstracta en nuestras mentes ya que, realmente, no sabemos bien qué es ser un Swami ¿Qué es ser un Swami y por qué nos llega de ti esta percepción?
Cualquier persona, por el hecho de tener mente y cuerpo, está expuesta a fluctuaciones y comportamientos propios y de otros que, en un momento dado, pueden dar lugar a juicios, positivos o negativos, según su propio desarrollo. ¿Qué es lo verdadero? Un swami no se libra de ello tampoco. De hecho, hay personas, que tú no conoces, que no me consideran un verdadero swami. Aquí está actuando una ley evolutiva del plano dual en el que funciona la mente: todo estudiante, después de haberse incluso inspirado muchos años con su maestro, podrá llegar a odiarlo e incluso a matarlo (o llevarlo a la cárcel si es el caso) considerándolo no verdadero. Tenemos múltiples ejemplos de ello en la historia del Yoga y la espiritualidad e incluso en las relaciones normales de la vida, por ejemplo las familiares. Lo bueno sería que todo ello nos ayudara a comprender todas estas emociones humanas contradictorias, que nos hablan de dependencia, para poder trascenderlas.
Ser un swami, para mí, significa saber soltar las circunstancias de tu vida antes de que estas te hayan sumido en confusión y desesperanza; es por tanto, generar una verdadera actitud de apertura al vacío de lo nuevo; aquello que todavía no está definido. Hay muchas personas que tienen esta cualidad y la siguiente cuestión vendrá para todos: ¿estamos en situación de soltar sin hacer daño a otros? aquí hablamos de viveka o discriminación para un entendimiento correcto. Un verdadero swami sabrá aplicar este conocimiento correctamente. Y aún así mira por ejemplo la primera renuncia del príncipe Gautama cuando salió de su palacio en busca del Conocimiento. La experiencia del Conocimiento estaría incompleta sin considerar que hay una etapa por la que hay que pasar, que es “renunciar a la renuncia” para ver al mismo Ser en Todo.
Swami tienes idea de ¿hacia dónde va el Yoga o hacia dónde debería ir?
El Yoga, en sus principios esenciales, ha sido, es y será tal cual porque es ya completo como es. Hay una tendencia a colorearlo con nuevos nombres y formas pero ese nuevo color que parece novedoso solo oculta, la mayoría de las veces, la superficialidad, utilitarismo y el mercantilismo. Sin embargo, a nivel sobre todo práctico, es conveniente remarcar que la evolución sobre el conocimiento del cuerpo, en cuanto a la anatomía y la fisiología; la mente e incluso la conciencia, están evolucionado (y muy rápido) y el Yoga, por tanto, debe y está encontrando nuevas formas de aplicación directa. Dado que la experiencia del Yoga es muy personal, lo lógico es que aparezcan diferentes escuelas y linajes que, estoy seguro de que perduraran si tienen sus raíces en la tradición y además contribuyen a la época en la que se crean.
¿Qué le falta al ser humano para que el mundo cambie?
Swami Vishnudevananda solía mencionar que podríamos convertir una tela determinada en otra completamente distinta solo si somos pacientes en ir cambiando hilo a hilo y substituyéndolo por uno nuevo de otro color. Creo profundamente que los cambios deben generarse en uno mismo. Esperar a que el mundo cambie sin que cada uno hagamos sobre nosotros mismos la transformación necesaria para crecer y evolucionar es solo una espera inútil. Definitivamente, el Mundo cambia en función de los cambios que cada uno hace conscientemente sobre si mismo.
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