¿De dónde viene usted?
Soy de Estados Unidos, pero vivo la mayor parte del tiempo en Europa. A
¿Cuánto tiempo estuvo usted allí?
Ocho días en uno, seis días en otro. No era feliz allí y me fui. Entonces durante tres semanas estuve con unos lamas tibetanos. Pero estaban completamente inmersos en fórmulas y rituales.
¿Y cuál ha sido el resultado neto de todo ello?
Definitivamente hubo un aumento de energía. Pero antes de partir apara Rishikesh, hice algún ayuno y dieta en un Sanatorio de Cura Natural en Pudukkotai en el sur de
Quizás el acceso de energía se debió a una salud mejor.
No puedo decirlo. Pero como resultado de todos estos intentos algunos fuegos comenzaron a arder en diversos lugares de mi cuerpo y oí cantos y voces donde antes no había ninguno.
¿Y qué persigue usted ahora?
Bien, ¿qué estamos persiguiendo todos? Alguna verdad, alguna certeza interna, alguna felicidad real. En las diversas escuelas de realización de sí mismo se habla tanto de presenciación, que uno acaba con la impresión de que la presenciación misma es la realidad suprema. ¿Lo es? El cuerpo es cuidado por el cerebro, el cerebro es iluminado por la consciencia; la presenciación observa la consciencia; ¿hay algo más allá de la presenciación?
¿Cómo sabe usted que usted está presenciando?
Yo siento que yo soy. No puedo expresarlo de otro modo. Cuando usted lo sigue cuidadosamente desde el cerebro a través de la consciencia hasta la presenciación, usted encuentra que el sentido de dualidad persiste. Cuando usted va más allá de la presenciación, hay un estado de no dualidad, en el cual no hay ninguna cognición, solo ser puro, que también puede llamarse no ser, si por ser usted entiende ser algo en particular.
Lo que usted llama ser puro, ¿es ser universal, es ser todo?
Todo implica una colección de particulares. En el ser puro la idea misma de lo particular está ausente.
¿Hay alguna relación entre el ser puro y el ser particular?
¿Qué relación puede haber entre lo que es y lo que meramente parece ser? ¿Hay alguna relación entre el océano y sus olas? Lo real hace posible que lo irreal aparezca y causa su desaparición. La sucesión de momentos transitorios crea la ilusión del tiempo, pero la realidad atemporal del ser puro no está en movimiento, pues todo movimiento requiere un trasfondo inmutable. El ser puro mismo es el trasfondo. Una vez que usted lo ha encontrado en usted mismo, usted sabe que nunca había perdido ese ser independiente, independiente de todas las divisiones y separaciones. Pero no lo busque en la consciencia, usted no lo encontrará ahí. No lo busque en ninguna parte, pues nada lo contiene. Por el contrario, el ser puro contiene todo y manifiesta todo. Es como la luz del día que hace visible todo mientras ella misma permanece invisible.
¿De qué utilidad es para mí que usted me diga que la realidad no puede ser encontrada en la consciencia? ¿Dónde más puedo buscarla? ¿Cómo la aprehende usted?
Es muy simple. Si yo le pregunto a usted cuál es el sabor de su boca, todo lo que usted puede decir es: no es ni dulce ni amargo, ni ácido ni soso; es lo que queda cuando todos estos sabores no son. Similarmente, cuando todas las distinciones y reacciones ya no son, lo que queda es la realidad, simple y sólida. Todo lo que yo comprendo es que estoy preso de una ilusión sin comienzo. Y no veo cómo puede acabar. Si pudiera acabar —si quisiera acabar— lo habría hecho hace mucho tiempo. Debo haber tenido tantas oportunidades en el pasado como pueda tenerlas en el futuro. Lo que no ha podido acontecer no puede acontecer. O, si aconteció, no pudo durar. Nuestro deplorabilísimo estado después de todos estos incontables millones de años conlleva, como mucho, la promesa de la extinción última, o, lo que es peor, la amenaza de una inacabable e insignificante repetición. ¿Qué prueba tiene usted de que su estado presente es sin comienzo y sin fin? ¿Cómo era usted antes de que usted naciera? ¿Cómo será usted después de la muerte? Y de su estado presente —¿cuánto sabe usted? ¿Sabe usted siquiera cuál era su condición antes de que usted se despertara esta mañana? Usted solo sabe un poco de su estado presente, y de ello usted saca conclusiones para todos los tiempos y todos los lugares. Usted puede estar solo soñando e imaginando que su sueño es eterno.
Llamarlo un sueño no cambia la situación. Repito mi pregunta: ¿qué esperanza queda que la eternidad que me ha precedido no ha podido cumplir? ¿Por qué debería ser mi futuro diferente de mi pasado?
En su estado febril, usted proyectó un pasado y un futuro y los toma por reales. De hecho, usted solo conoce su momento presente. ¿Por qué no investiga lo que es ahora, en lugar de cuestionar el pasado y el futuro imaginarios? Su estado presente no es sin comienzo ni fin. Se acaba en un instante. Observe cuidadosamente de dónde viene y adónde va. Usted descubrirá pronto la realidad atemporal detrás de él.
¿Por qué no lo he hecho antes?
Lo mismo que cada ola se sumerge en el océano, así también cada momento retorna a su fuente. La realización consiste en descubrir la fuente y morar ahí.
¿Quién la descubre?
La mente descubre.
¿Encuentra las respuestas?
Encuentra que se queda sin preguntas, que no se necesita ninguna respuesta.
Nacer es un hecho. Morir es otro hecho. ¿Cómo le aparecen al presenciador?
Un niño nació; un hombre ha muerto —solo aconteceres en el curso del tiempo.
¿Hay algún progreso en el presenciador? ¿Evoluciona la presenciación?
Lo que se ve puede sufrir muchos cambios cuando la luz de la presenciación se enfoca sobre ello, pero es el objeto el que cambia, no la luz. Las plantas crecen a la luz del sol, pero el sol no crece. Por sí mismos tanto el cuerpo como el presenciador son sin movimiento, pero cuando se juntan en la mente, ambos parecen moverse.
Sí, puedo ver que lo que se mueve y cambia es solo el «yo soy». ¿Se necesita el «yo soy»?
¿Quién lo necesita? Está aquí —ahora. Ha tenido un comienzo y tendrá un final.
¿Qué queda cuando el «yo soy» se va?
Lo que no viene ni se va, queda. Es la mente siempre llena de avidez la que crea las ideas de progreso y de evolución hacia la perfección. Ella perturba y habla de orden, destruye y habla de seguridad.
¿Hay progreso en el destino, en el karma?
El karma es solo un almacén de energías no gastadas, de deseos no cumplidos y de temores no comprendidos. El almacén se está rellenando constantemente con deseos y temores nuevos. Pero no hay necesidad de que sea así para siempre. Comprenda la causa raíz de sus temores —distánciese de usted mismo y de los deseos— el anhelo por el sí mismo, y su karma se disolverán como un sueño. La vida discurre entre el cielo y la tierra. Nada es afectado, solo los cuerpos crecen y decaen.
Entre la persona y el presenciador, ¿cuál es la relación?
No puede haber ninguna relación entre ellos debido a que son uno. No separe y no busque la relación.
Si el veedor y lo visto son uno, ¿cómo aconteció la separación?
Fascinado por los nombres y las formas, que por su naturaleza misma son distintos y diversos, usted distingue lo que es natural y separa lo que es uno. El mundo es rico en diversidad, pero su sentido de extrañeza y de miedo se debe a la falta de comprensión. Es el cuerpo el que está en peligro, no usted.
Puedo ver que la ansiedad biológica básica, el instinto de conservación, toma muchas formas y distorsiona mis pensamientos y sensaciones. ¿Pero cómo vino al ser está ansiedad?
Es un estado mental causado por la idea de «yo soy el cuerpo». Puede ser eliminado por la idea contraria: «yo no soy el cuerpo». Ambas ideas son falsas, pero una elimina a la otra. Dése usted cuenta de que ninguna idea es suya propia, de que todas ellas le vienen a usted de fuera. Usted debe pensarlo todo por usted mismo, devenir usted mismo el objeto de su meditación. El esfuerzo de comprenderse a usted mismo es Yoga. Sea un Yogi, dé su vida a eso, empolle, indague, busque, hasta que usted llegue a la raíz del error y a la verdad más allá del error.
En la meditación, ¿quién medita, la persona o el presenciador?
La meditación es un intento deliberado de penetrar en los estados más altos de la consciencia y finalmente ir más allá de ella. El arte de la meditación es el arte de cambiar el foco de la atención hacia niveles siempre más sutiles, sin perder la propia presa sobre los niveles dejados atrás. En cierto modo es como tener a la muerte bajo control. Uno comienza con los niveles más bajos: las circunstancias sociales, las costumbres y los hábitos; el ambiento físico, la postura y la respiración del cuerpo; los sentidos, sus sensaciones y percepciones; la mente, sus pensamientos y sentimientos; hasta que se abarca y se sujeta firmemente la totalidad del mecanismo de la personalidad. La etapa final de la meditación se alcanza cuando el sentido de identidad va más allá del «yo soy fulano», más allá del «así soy yo», más allá del «yo soy solo el presenciador», más allá del «hay», más allá de todas las ideas adentro del ser puro impersonalmente personal. Pero usted debe ser enérgico cuando emprenda la meditación. Definitivamente no es una ocupación a tiempo parcial. Límite sus intereses y actividades a lo que es necesario para las necesidades más desnudas de usted y de las personas que dependen de usted. Ahorre todas sus energías y su tiempo para romper el muro que su mente ha construido alrededor de usted. Créame, usted no lo lamentará.
¿Como llego a saber que mi experiencia es universal?
Al final de su meditación todo se conoce directamente, no se requiere ningún tipo de pruebas. Lo mismo que cada gota del océano lleva el sabor del océano, así también cada momento lleva el sabor de la eternidad. Las definiciones y las descripciones tienen su lugar como incentivos útiles para una búsqueda ulterior, pero usted debe ir más allá de ellas adentro de lo que es indefinible e indescriptible, excepto en términos negativos. Después de todo, incluso la universalidad y la eternidad son meros conceptos, los opuestos de estar sujeto al espacio y al tiempo. La realidad no es un concepto, ni la manifestación de un concepto. No tiene nada que ver con los conceptos. Interésese en su mente, elimine sus distorsiones e impurezas. Una vez que usted ha tenido el sabor de su propio sí mismo, usted lo encontrará por todas partes y en todo tiempo. Por lo tanto, es sumamente importante que usted llegue a él. Una vez que usted lo conoce, usted nunca lo perderá. Pero usted debe darse a usted mismo la oportunidad por medio de la meditación intensiva, incluso ardua.
¿Qué quiere usted que haga exactamente?
Entregue su corazón y su mente a empollar el «yo soy», ¿qué es? ¿cómo es? ¿cuál es su fuente? ¿su vida? ¿su significado? Se parece mucho a cavar un pozo. Usted desecha todo lo que no es agua, hasta que usted alcanza la fuente dadora de vida.
¿Cómo sabré que me estoy moviendo en la dirección justa?
Por su progreso en la aplicación, en la claridad y en la devoción a la tarea.
Nosotros, los europeos, encontramos muy difícil mantenernos en quietud. El mundo está demasiado con nosotros.
Oh, no, ustedes son también gentes que sueñan. Nosotros solo diferimos en los contenidos de nuestros sueños. Ustedes persiguen la perfección, en el futuro. Nosotros estamos intentando encontrarla, en el ahora. Sólo lo limitado es perfectible. Lo ilimitado es ya perfecto. Usted es perfecto, solo que usted no lo sabe. Aprenda a conocerse a usted mismo y usted descubrirá maravillas. Todo lo que usted necesita está ya dentro de usted, solo que usted debe acercarse a su sí mismo con reverencia y amor. La autocondena y la autodesconfianza son errores calamitosos. Su constante huida del dolor y búsqueda del placer es un signo del amor que usted se tiene a usted mismo; todo lo que le aconsejo a usted es esto: haga el amor de usted mismo perfecto. No se niegue a usted mismo nada —dé a su sí mismo infinitud y eternidad y descubrirá que usted no las necesita; usted es más allá.
-----------------------------------------------------------------------------------------
Fuente: Asociación Jing Chi Shen (http://chialjarafe.blogspot.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.