Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2024-2025

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7/10/10

Historia de un cambio de vida y experiencia en el “Viaje al Interior”

Hola. Soy Juanjo, un tipo que lleva un año publicando algunos post en este blog, casi siempre sobre ecología y denuncia del sistema, aunque a veces entierro el hacha y escribo sobre música (arriba podéis ver una foto mía junto a Kocoliso, una figura de la cultura precolombina).

A casi todas las personas les llega un momento en su vida, casi siembre entre los treinta y tantos o los cuarenta y poco, que se paran y se preguntan si viven la vida que desean, si están haciendo lo que querrían hacer. Y yo llevaba unos 5 ó 6 años con distintos aprendizajes, con pequeños cambios, pero el trecho que me separaba del otro lado era grande, y necesitaba un gran salto para conseguir llegar al otro lado, para cambiar mi vida de dimensión, y definitivamente con el retiro de 10 días en silencio del “Viaje al interior” creo que lo he conseguido.

Bueno, eso de “creo” lo borro. Quiero decir estoy convencido de haberlo conseguido. He hecho un gran avance en mi camino, y desde aquí, más alto, puedo ver más cosas y ser más consciente de lo que pasa tanto fuera, como dentro de mí.

Cuando tenía veintipico años, el plato que alimentaba mi vida era una sopa, muy buena para esa época, calentita, recién hecha. Pero ahora con treintaypico años, ya estaba empezando a ponerse rancia, y había sucedido un hecho curioso: todas las excusas que me daba hasta ahora para no avanzar, se habían ido convirtiendo en fideos de esa sopa.

Y los profesores del Viaje al interior (Lola, Gosh, Peter) escupieron en mi sopa. Y una vez que escupen en tu sopa, puedes seguir comiéndotela, pero ya no te sabe igual.

Así que tocaba un nuevo y jugoso plato, y para este nuevo trayecto he elegido una abundante ensalada (cuando leáis a lo que me quiero dedicar comprenderéis por qué he elegido este plato).

Sé que el nuevo camino que surge ante mí no es todo un manto de pétalos de rosa, pero pido al Cielo todos los días que me dé sabiduría para poder superar los retos que me encuentre en mi ascensión.

Esta es una entrevista nunca publicada en La Contra de La Vanguardia.

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¿Qué te llevó a hacer estas vacaciones especiales, el “Viaje al interior”?

Pues porque una vez que he conseguido todo lo que me deseaba con veintipico años, empecé a plantearme si estaba haciendo todo lo que quería.

¿Qué es lo que has conseguido?

Hombre, pues creo que lo que casi todos. Una casa bonita, trabajo fijo de administrativo, mujer e hijos, unos buenos valores e inquietudes.

¿Y no te parece suficiente?

Me parece estupendo. Es lo que soñaba. Pero una vez conseguido todo esto, sentía que no quería quedarme ahí. Cuando dejas la vida anclada en un punto, el tiempo la oxida y estropea. Sentía que debía avanzar, pero no sabía hacia dónde. Y en esas leí una de las frases que inició mi nueva búsqueda: “la cima de una montaña es la base de la siguiente” (Robin S.Sharma, libro El santo, el surfista y el ejecutivo). Eso era. Había alcanzado la cima de una montaña, la que yo quise culminar, pero una vez llegado allí sentía que había otra cumbre en el horizonte.

¿Y qué había allí?

Pues eso precisamente es lo quería saber. Es ese momento sólo tenía una cosa clara: mi familia estaría en mi nuevo camino. Del resto no tenía nada seguro. Mi casa no me acababa de gustar, mi trabajo no me realizaba, sabía que mis valores principales (responsabilidad, ecología e igualdad social) sólo los cumplía a medias. Sabía que no estaba dando todo mi potencial, todo lo que podía dar para ser mejor marido, padre, hacer más por el medio ambiente y la sociedad. Era como Don Quijote, que creía luchar contra todo, pero no luchaba contra nada.

¿Y qué hizo?

Empecé a adentrarme en mi parte espiritual, esa mitad de mí que no había explorado. Hice varios cursos/talleres sobre esto (sanación, Reiki), todos de energías blancas (de los espíritus y temas parecidos que se encarguen otros). Todo lo que me enseñaban, pues bueno, me lo creía sólo a medias. Pero fue empezar a comprobarlo cuando me lo creí de verdad. Por ejemplo. Iba al centro de la ciudad decía: “voy a encontrar aparcamiento”, y en menos de cinco minutos ya había aparcado. Y en algunas situaciones arriesgadas llamé a mi Ángel de la Guarda, y se resolvió sin problemas. Y más cosas.

¿Más que subir la montaña, despegó hacia el cielo?

Eso me pasó. Vi que no tenía los pies en la tierra, y quise conocer más de mi parte terrenal. Y en esas encontré un maestro. Bueno, más bien nueve.

¿Qué abusón?

Pues sí. Encontré un sitio donde respondían a casi todas mis inquietudes, donde desarrollaban prácticamente todos los temas que los poros de mi cuerpo supuraban conocer.

¿Qué lugar?

El blog alternativo. Tocaban todos los palos que me interesaban. Ecología, denuncia al sistema, educación, espiritualidad, vida sana. E invitaban no sólo a conocer, sino también a actuar. Y al poco de empezar a leerlos les sugerí un tema del que podrían escribir (expolio al Pueblo Naso), y me dijeron que lo hiciera yo, que querían saber cómo desarrollaría el tema y qué opinaba. Y empezando a escribir post, descubrí que yo también podía ser mi maestro. Que dentro de mí había mucho que ni yo mismo sabía que tenía, y cuando me obligaba a escribir y sacarlo de mi interior aprendía muchísimo. Incluso me ayudó a corregir mis pensamientos erróneos sobre el tema. ¿Cómo iba yo invitar a la gente a actuar violentamente contra la injusticia? No podía. Y yo mismo aprendía que mejor era colaborar por mejorar las cosas, que luchar para cambiarlas. Y así con muchos temas.

¿Y comenzó a subir su nueva montaña?

Sí estaba subiendo. Pero en esas surgió un vacío en el camino. Entre donde me encontraba y el resto del camino había un salto, que separaba la vida que había vivido hasta entonces de la que me esperaba. SALTAR. Los nuevos caminos están precedidos de un foso, y ese foso se llama miedo. Él te da miles de excusas para que no saltes. Saber cosas acerca de tu nuevo camino lo disminuye bastante, pero no era suficiente para eliminarlo.

¿Cómo un chico como usted que nunca había meditado se enrola en un Viaje Interior de 10 días en silencio y con desconocidos, con comida vegetariana y en un bosque cuando otros se van a la playa descansar con sus familias?

Cómo: Desde que leí el post del Viaje Interior, había un run run que resonaba en mí. Además, desde que Can-Men supo que estaba interesado, me animó a que, si podía, me embarcara. Y encima cada día que entraba a elblogalternativo, el primer banner que me aparecía siempre siempre era el del Viaje al interior. Y ese mismo mes me estaba leyendo un libro cuya tesis principal era la palabra CONFÍA. Todas las señales se confabulaban para hacerme evidente mi elección:

+Meditar: Llevaba tiempo queriendo aprender.

+Silencio: Pues estar en silencio fue más fácil de lo que pensaba, puesto que no conocía a casi nadie, y el hecho de hacerlo todo el grupo ayuda. Y al final los 10 días comprendí que era imprescindible para conseguir adentrarse en uno mismo.

+Comida vegetariana: la carne no la eché nada en falta. Es más, nunca he comido una comida vegetariana con mejores sabores y texturas que la que servían en Arcadia, siempre comida casera a pesar de que éramos casi 40 a comer.

+Bosque: es mi medio. Seguramente mi vibración es muy similar a la de los árboles, porque la sensación de tranquilidad que noto en la naturaleza no lo siento en ningún otro lugar. Es como si supiera que me aceptan, que soy parte de ellos, como de la familia.

+Sin los míos: al principio fue duro, pero luego, como estaba aislado de las cosas que pasaban en el mundo, tenía la sensación como de estar fuera del tiempo. De hecho, cuando volví todo estaba como lo había dejado 10 días antes. Además, llevaba 7 años siendo esposo y 5 siendo padre, sin descanso. Y confieso que desde que he vuelto he cogido con muchas más ganas mis amores y responsabilidades.

¿Qué expectativas tenía?

Pensaba que iba a recordar quién era yo de verdad, que iba a encontrarme.

¿Y qué aprendiste? ¿qué enseñanzas te llevaste?

Pues resulta que allí no aprendí nada nuevo. Lo que sucedió es que mi mente por fin comprendió y creyó lo que mi corazón llevaba años diciéndole:

+Aprendí que formo parte de algo mucho mayor que yo. No es que yo sea “el mejor”. Es que formo parte de “lo mejor”. Todos formamos parte de ello. La diferencia con el Juanjo de hace 2 meses es que ahora lo entiendo. Eso de que Dios está en todas partes es totalmente cierto. Está en esa planta, esa montaña, aquella piedra, y también en mí y en ti. Llevo mucho tiempo oyéndolo, pero ahora ya lo sé y lo afirmo rotundamente con todo el corazón.

+También comprendí que la mejor forma de influir en los demás, es con el EJEMPLO. La única forma honesta de recomendar o enseñar algo es haberlo probado antes en mí, y comprobar su impacto positivo. El refrán correcto sería: Haz lo que yo hago.

+También entiendo el efecto mariposa (el batir de las alas de una mariposa en un lugar pudiera desencadenar un huracán al otro lado del planeta). Cada cosa que haga bien o cada vez que lo haga mejor, ayudaré a mejorar el todo. Cada cosa que haga mal, o incluso que omita hacerla, empobrece el todo.

+Y la ley del boomerang (lo que yo haga, recibiré). A quien trate bien, responderá agradecido con un buen trato. Y no hablo de dinero. Es algo mucho más grande.

+Y muchas más cosas sobre mí (sané una fobia a través del perdón, acepté partes de mí que no acaba de aceptar, comprendí algunas maneras de pensar que tenía y me hacían mal y el mecanismo de cómo funcionaban, …)

+Incluso aprendí que es un acto de generosidad tanto dar ayuda, como aceptarla, porque, al igual que yo me siento bien ofreciendo mi ayuda, también conseguiré que otro se sienta bien ayudándome a mí. Además de ser divino que ayuda, también soy hombre que necesita ayuda.

Usted no tiene abuela. ¿Es que cree que puede salvar el mundo como Will Smith, que ya lo ha hecho en al menos 5 películas?

Noooo, hombre. No se trata de salvar damiselas en apuros o bajar gatos de los árboles. Incluso Jesucristo/Mahoma/Buda, después de varios miles de años, no han conseguido ni en conjunto influir en la totalidad del planeta y que todos caminen hacia el bien, la paz y el amor. Pero sí en una parte importante.

En mí han influido, para bien o para mal, miles de personas, presencialmente, por TV, libros o internet. Algunos estuvieron en mi vida algunos minutos y otros varios años. Pero todos dejaron su huella en mí. Pues yo pretendo a su vez influir en mi entorno, sólo que ahora que soy consciente de mi poder, lo haré conscientemente para bien, empezando por mí.

¿A qué tipo de personas le recomendarías este Viaje al interior?

A todo el mundo. Pero sobre todo a aquellos que quieren dar un mejor rumbo a su vida. Y para los que ya estén en un camino que les realiza, pues se lo recomendaría para desconectar de su vida, su mundo y su mente por 10 días. Allí estarán libres de máscaras y de juicios. Estarán solos con ellos mismos. Esto sí que es desconexión, y no un estresante viaje organizado. Es más. Quiero volver a hacerlo dentro de unos años.

¿Cómo te gustaría que fuese tu vida en 10 años?

Pues un día meditando, me vino el lugar donde quería vivir, y para que no se me olvidara lo tracé en una hoja. Y resulta que el último día, haciendo un dibujo con mi mano izquierda (soy diestro) que representa el niño interior, hice el mismo dibujo que siempre hacía de pequeño. El mismo. Y coincidían exactamente. Llevaba más de 20 años sin dibujarlo. ¡Toda mi vida sabía dónde quería vivir y no me había dado cuenta!

Quería vivir en el campo, con una casita, un árbol en la puerta y montañas de fondo. Y sé que mi profesión estará en ese medio natural. Quizá cultivando.

Eso vale una pasta. Y por lo que me ha contado creo que usted no sabe de eso

Cierto. Pero dicen que la falta de dinero activa el ingenio. Además, si me lo dieran todo hecho, ¿dónde estaría el aprendizaje?. No tengo ni idea de las labores agrícolas, pero resulta que llevo un tiempo colaborando como voluntario en una asociación de distribución de alimentación ecológica, y ahora sé que no era por casualidad. Y tampoco dispongo de fondos para comprar un terreno, pero no he dicho que quiera una gran finca tipo Falcon Crest, ni una casa enorme. Puedo empezar por una pequeña parcela, o con cooperativas. Y la casa no es necesaria al principio, y luego puede hacerse de madera o algún otro material natural y local. Mis aspiraciones no son el lujo y la ostentación, sino la salud y calidad de vida. Ahora sé que eso es lo que siempre he querido, y la vida me ha demostrado que si quiero algo con todo el corazón, me surgirán oportunidades para que lo acabe consiguiendo.

¿No le da vértigo un proyecto tan grande?

Ufff! Precisamente eso me empezó a agobiar a principios de septiembre. He comprendido tantas cosas nuevas, se me abren unos caminos tan fascinantes como inciertos ante mí, que me siento abrumado. Así que voy a ir optando por ir paso a paso, porque sé que aunque el camino no sea igual de recto de lo que al principio me plantee, el zig-zag me llevará a la misma cima que el camino recto. Todos deseamos la comodidad de un nuevo camino recto y fácil, pero debemos saber que sin los titubeos y algunos cambios de rumbo en la subida, no aprenderíamos valiosas lecciones que nos harán valorar no sólo la cima, sino también todo lo que hemos aprendido en la ascensión.

Por cierto, no me ha contado cómo superó ese foso llamado miedo. ¿Construyó un puente?

No. Es mucho más fácil. Es como en Indiana Jones y la última cruzada, cuando Indi se encuentra con un precipicio que le separa del cáliz que salvará a su padre. Texto: “El sendero de Dios. Sólo el que salte de la cabeza del león probará su valía”. Pues es exactamente así. Ese precipicio, el vacío, no existe. Comprendí que las baldosas que separan ambos lados siempre estuvieron allí. No hay más que caminar con confianza a la otra orilla, y todo el puente aparecerá ante ti.

Pues nada. Le dejo, que veo que lo tiene todo muy claro

Sólo tengo claro lo que ha sucedido hasta hoy. ¿Mañana? No lo sé, pero seguro que es algo bueno. Si es algo que antes llamaba “malo”, ahora sé que es una buena lección y una buena oportunidad de poner en práctica mis capacidades. Y si es directamente bueno, pues a disfrutarlo.

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Fuente: El Blog Alternativo (http://www.elblogalternativo.com/)

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