Cuando se logra la armonía vital en un entorno, lo más importante
que sentimos al habitarlo es la claridad de aquello en nosotros que tenemos
para dar y compartir con los demás.
Este concepto de dar de uno mismo está implícito en la propia
naturaleza. Lo que conocemos como 5 elementos naturales, son en realidad 5
formas de vibración natural que se alimentan unas a otras; la vibración de
Madera alimenta a la de Fuego, esta a su vez a la de Tierra, la de Tierra a la
del Metal, la del Metal al Agua y esta alimenta la vibración de la Madera.
En los entornos en los que no está presente una de estas
vibraciones, se percibe de forma rápida el desorden.
Cuando, por ejemplo, hay una carencia de Fuego, la Madera no puede
dar de sí misma y se convierte en demandante de Agua y controladora de la
Tierra. En el momento en que se hace presente la energía de Fuego, la Madera se
calma y alivia al resto.
Esto mismo lo vivimos las personas. En el momento en que no podemos
dar lo mejor de nosotros mismos, tendemos a absorber a quienes tenemos más
cerca y a controlar a quienes sentimos lejos.
Si en algún momento te encuentras en un estado así, trata de
acercarte a un entorno natural, al rato de estar en él te será fácil
identificar de nuevo tu lugar y lo que has venido a dar de ti.
Tu compromiso con ello pondrá todo internamente de nuevo en orden.
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Autor: Andrés Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios y empresas que mejoran la calidad de vida.
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