La energía vital debería recorrer de forma suave y armónica nuestra vivienda.
La distribución de los muebles y el orden en general tienen influencia en ello, pero un factor clave es la apertura de las puertas.
Hay personas que tienen la costumbre de mantener todas las puertas cerradas impidiendo con ello la libre circulación de la energía creando ambientes en los que cuesta fluir.
Por otro lado, hay personas que tienen el hábito de mantenerlas completamente abiertas llegando a producir el efecto contrario; cuando una puerta está totalmente abierta, se crean corrientes rápidas de energía que generan ambientes donde se tiende a divagar o a la poca profundidad.
Tanto un hábito como otro, refleja la actitud con la que las personas manejamos las oportunidades que se presentan en nuestra vida.
La forma ideal es mantener las puertas a una apertura media. De esta forma, la energía pasa a través de ellas serpenteando, coge forma de onda y con la misma sutileza recorre el ambiente acariciando a su paso, no sólo el espacio que recorre, si no también a las personas que lo viven generando en ellos la misma sutileza y armonía.
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Autor: Andrés Tarazona (andres@andrestarazona.com)
Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte en este blog una serie de publicaciones centradas en
el Diseño Sentido: interiorismo y diseño consciente de viviendas, comercios y empresas que mejoran la calidad de vida.
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