Continuando con el qué hacer en relación al sistema socioeconómico
imperante y la élite que lo maneja, a partir del amor hacia todos y cada uno de sus integrantes, lo único que se necesita es Consciencia para desconectar de todo ello. ¿Cómo?:
+Lo primero, al hilo de lo que se viene compartiendo, percatarse del calado e implicaciones de la
mutación que el sistema socioeconómico ha experimentado y de la verdadera
naturaleza y envergadura del entramado de dominio y manipulación que lo
promueve y sustenta. Sin ello, continuará vigente una visión obsoleta y falaz
de lo que está aconteciendo. Lo que impedirá, a su vez, iniciativas y
actuaciones que respondan a lo que realmente está ocurriendo.
+Igualmente, comprender que la
dinámica y el devenir del sistema en su fase actual –dada su voracidad
especulativa y cortoplacista, su fundamentación en el todo vale, su irrefrenable
lógica expansiva y la puesta a su servicio de la crisis sistémica- es
comparable a un huracán de magnitud aceleradamente creciente que recorre y azota el planeta de
una punta a otra, cada vez con mayor virulencia y abrasión. Ante esto, el qué
hacer no puede dirigirse a intentar detener o moderar el huracán ni a escapar
de él, cosas del todo imposibles, sino, enunciado metafóricamente, a situarse precisamente
en el centro del huracán, donde no hay viento, la temperatura es cálida y los
cielos están despejados. Esto coloca inevitablemente a cada persona frente al
espejo de su propia vida, pues sólo mediante una evolución en consciencia y el
recuerdo de lo que, más allá de las mentiras y engaños del sistema, realmente
somos y es, se podrá poner en práctica la forma de vida y las experiencias
vitales que posibilitan posicionarse en ese centro.
+Unido a esto último, darse
cuenta de que no sólo es cuestión de qué hacer, sino, muy especialmente, de qué
hay que dejar de hacer. No en balde, para situarte en el centro del citado huracán
hay que romper con los comportamientos, hábitos, percepciones e inercias que
han metido en tu vida y en tu cabeza: deja de confundir valor y precio, dándote
cuenta de la diferencia entre vivir y sobrevivir y de las cosas que
verdaderamente te aportan amor, armonía y serenidad; cesa de ser un esclavo
integral que se auto-explota voluntariamente a sí mismo; ten presente que el
trabajo –actividad laboral ajena a tus dones y talentos innatos- es una
obligación, no un derecho, y que no has nacido para venderte como fuerza de
trabajo; no pidas nuevos préstamos y libérate, en la medida de lo posible, de
los créditos que ya tengas para salir así de la esclavitud de la raza de deudores; desarrolla
una vida sencilla y aléjate del consumismo y de las necesidades artificiales
que el sistema fomenta, midiendo bien tus auténticas necesidades y cubriéndolas
con austeridad; desengánchate de la
desinformación y la cascada continúa de mensajes de desconcierto y conflicto generada
por los medios de comunicación (televisión, radio, periódicos….), no los veas,
ni escuches, ni leas (al levantarte cada mañana, mientras comes, antes de
acostarte…) y dedica tu consciencia a otros menesteres; y vive ajeno a la
política (no votes; desengánchate de los partidos, de sus dirigentes y de sus
propuestas y programas, siempre incumplidos; no caigas en la red de sus debates
y antagonismos, que nada tienen que ver contigo…), pues es sólo un mundo de
apariencias, mentiras, subterfugios, corrupción y vanidades tejido por la élite y en la que
una sub-élite, los políticos, que no están a tu servicio, sino al de esa élite,
te mantienen enredado y entretenido en un absurdo juego que llaman democracia
cuando de tal no tiene nada, siendo auténticamente un instrumento más de los
que utiliza el entramado de dominio y manipulación para mantener alienado y
ofuscado.
+Se
trata, por tanto, de que desconectes del sistema y los engaños de la élite en
todo lo que te sea posible y tomes el mando consciente de tu vida para que sea
auténticamente tuya y responda a lo que realmente eres y sientes. “Nacer de
nuevo” lo denominó Cristo Jesús: morir en vida para todo lo que el sistema y la
élite representan y resucitar en vida para crear desde tu corazón una nueva realidad.
¿Cómo? Llenando de consciencia tu día a día: conócete a ti mismo, dando gracias
al yo físico, mental y emocional que utilizas para experienciar la vivencia
humana, pero recordando, a la vez, que eres mucho más que eso; pon la mente a
tu servicio y libérala de los sistemas de creencias y autolimitaciones que te
atenazan; supera todas las dualidades y vive fructíferamente lo interior y lo
exterior, lo espiritual y lo mundano; descubre, practica y comparte tus dones y
talentos, recuperando, a la par, el genuino significado de la educación;
escucha a tu cuerpo y despliega la sexualidad con plenitud; percibe el sentido
profundo de todo lo que experiencias, incluida la enfermedad; ten presente que
la muerte no existe y deja a un lado todos los miedos e inquietudes que te
impiden vivir la vida; y, desde luego, mantente en el aquí-ahora para que sea
un espacio sagrado de libertad en el que se manifieste y desenvuelva lo que
realmente eres y para que tus acciones y reacciones sean efectivamente tuyas y
no meras respuestas automáticas derivadas de los programas informáticos que han
introducido en tu mente.
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Una nueva entrega
de Recordando lo que
Es se publica en
este blog cada domingo.
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