GRUPO DE
ESTUDIOS TEOSÓFICOS DE SEVILLA
SUBGRUPO 1: “LA
CONSTITUCIÓN SEPTENARIA DEL SER HUMANO”
Texto base: “El
conocimiento de sí mismo”, de I.K. Taimni
RESUMEN-CONCLUSIONES DE LA REUNIÓN CELEBRADA CON FECHA 04/10/2017
(Con base en el capítulo II del texto citado)
+El pensamiento
humano opera en la dualidad y concibe como realidades independientes el
Espíritu y la materia. Pero ambos son aspectos de lo Absoluto, de la Realidad
Una. Y en el Universo manifestado existe “algo” que los une: Fohat, el puente
por el cual la Ideación Cósmica se imprimen en la Substancia Cósmica como Leyes
de la Naturaleza.
+La Mónada es el
aspecto más puro y elevado de cada cosa que es o vive en el Cosmos: esencia
divina y Vida Una que en todo radica, emanación y radiación universal,
vibración pura y primigenia de lo Absoluto e Inmanifestado, divinidad Una que
se refleja como Consciencia en cada átomo del Universo.
+Pero la Mónada es
una, homogénea e indiferenciada y no puede adquirir consciencia en los planos
inferiores de materia diferenciada. Por esto, la Mónada “desciende” a los
mundos de la materia para adquirir definido y exacto conocimiento experimental del
mundo objetivo. La meta es que la Mónada, inconsciente por sí en los planos de
la materia, tome consciencia en esas esferas inferiores pasando en ellas por
diversos estados de experiencia y consciencia –lo que, a la par, animará y
“guiará” a esos reinos en su proceso evolutivo-, experimentando lo Manifestado
como una entidad autoconsciente.
+El “descenso” de la
Mónada a los mundos de la materia se inicia desde el plano Adi que le es
propio, el más puro dentro de lo Manifestado, Los diferentes planos de lo
Manifestado se clasifican en siete divisiones, de mayor a menor inefabilidad y
sutilidad vibracional: Adi, Anupadaka, átmico, búddhico, mental, astral
(emocional) y físico (donde se desarrollan los reinos mineral, vegetal, animal
y humano).
+La Monada
“desciende” a la materia (involución) hasta plasmarse en forma de Átma, Buddhi,
manas (el papel de la mente). Y tras “envolverse en la materia, comienza a quitarse consciencialmente esas capas (evolución).
+En este marco, la
constitución del ser humano también es septenaria. Dada su sutilidad, no están
presentes los planos Adi y Anupadaka, pero se diferencia entre mental inferior y
superior y entre cuerpo físico denso y cuerpo físico etérico: Átma o Espíritu, Buddhi
o Alma Universal, cuerpo causal (alma humana, relaciones de causa-efecto y
mente o manas superior), aspecto mental (mente o manas inferior), aspecto
emocional, cuerpo etérico o doble corpóreo y cuerpo físico denso.
Los tres primeros
configuran el Trinario o Yo Superior e imperecedero. Los otros, el cuaternario
inferior o perecedero.
+Los distintos
elementos constitutivos del ser humano y los planos de la Manifestación actúan
en serie de tres: “personalidad” (físico, astral, mental), “individualidad”
(causal, Buddhi, Átma) y Mónada (Átmico, Anupadaka y Adi).
+Además, estos
tres grandes componentes interactúan entre sí.
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