Por el sitio donde vivo,
suelo recordar con cierta frecuencia, aquel poema de León Felipe, en el que la
vida pasaba ante una ventana…
Después de una semana de
repolludas, cornamentas y otras visiones similares y, de un sábado con el
cuerpo desconfigurado que sólo me ha dado para, literalmente, comerme dos
películas: una, de ciencia ficción, la otra titulada La Habitación, una
pretendida de horror que, en cambio, sume en la ternura más absoluta…una
película para ver.
Llega el domingo y tras mis
ejercicios, mi meditación y hacerme un arroz caldoso que resucita a un muerto -por
lo menos a este cuerpo que me acompaña-, me lanzo a la calle a dar un paseo. El
único día que puedo hacerlo…
Al llegar al Paseo del
Prado, siempre hay algún escaparate del mundo: ciclistas, manifestantes de lo
más variopinto, agricultores repartiendo cebollas y patatas, el rey con su
escolta, un carrusel parisino, en fin…que hoy le llega el turno a una demostración
de yoga en la calle, desde Atocha hasta Neptuno y todo al lado del lugar donde
resido…
Con estos políticos tan modernos
que tenemos en Madrid –a ver si hacen ya peatonal este lugar- todo es posible
al salir de tu casa… Una alcaldesa -mi jefa, por cierto- tan dialogante que circulan chistes sin parar
por el foro… y unos políticos que viven hacia el escaparate pero que aquello que
podrían mejorar no les interesa, pues bastante tienen con la galería, la prensa
y la imagen…
Yo lo que quiero es que hagan
peatonal este eje Atocha- Cibeles y me dejen pasear a gusto. Ya lo pidió Tita
Cervera cuando, hace unos años, se ató a un árbol en la puerta del Museo
Thissen: “que no talen los árboles y que hagan peatonal este paseo”… Este paseo
enorme en el que están integrados los grandes museos de Madrid: el Prado, El
Thissen-Borsemiza y el Reina Sofia –donde una vez, por cierto, coincidí con un
futbolista de renombre al que gustan los museos-. Desde hace pocos años, al
conjunto anterior se añade Caixa Forum, con su enorme tapiz vertical de más de
mil especies vegetales. Y no olvidemos que también está en esta zona el
Real Jardín Botánico… En fin, una zona
privilegiada, por dónde pasa la vida exterior…
Después, llego a casa
derrotada –el cuerpo ya no es lo que era- y me recojo ante mi balcón leyendo
los diálogos de Arjuna con Krishna. Un diálogo reflejado en “El Guita, o Canto
del Señor”, que podría considerarse la
biblia de los hindúes. Toda una guía del Camino, para el aspirante espiritual
que anhele transitarlo. Un camino a través del auto-análisis y la
introspección, ese que lleva del mundo
de los sentidos externos al mundo de la Realización del Ser…Y eso, si que es
VIDAAAAAAA.
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Autora: Ángeles Pérez (mapp58@yahoo.es)
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