Por distintos contactos de WhatsApp me está llegando un texto atribuido a Isabel Coixet, catalana a la que admiro un montón como directora de cine y teatro.
Estoy agradecido de corazón a todos los que me lo han remitido.
Eso sí, llevo años visitando Catalunya con frecuencia, impartiendo clases de espiritualidad en la Universidad de Barcelona y compartiendo en esas hermosas tierras conferencias y talleres. Y por lo que así sé de primera mano y he tenido oportunidad de conocer y experimentar, constato que el texto en cuestión contiene numerosas medias verdades o, simplemente, plasma una interpretación muy subjetiva y sesgada de la realidad.
No obstante, lo respeto sincera y profundamente, pues "ca uno es ca uno y tiene sus caunas", como decimos en Andalucía, en función de su proceso consciencial y evolutivo.
Siempre es momento, quizás ahora más, para la comprensión y la empatía hacia el que no ve o siente las cosas como yo.
Siempre es momento, quizás ahora más, para la tolerancia y el respeto hacia los demás y la toma de consciencia sobre uno mismo.
Siempre es momento, quizás ahora más, para la compasión y el amor.
De esto y no de política es de lo que va la experiencia que como almas encarnadas estamos viviendo.
Y como eso que somos, las almas pasajeras de las que escribió Platón, vivamos este aquí-ahora como una gran experiencia-oportunidad para el desarrollo espiritual personal y colectivo.
No nos dejemos atrapar por las dinámicas de confrontación que los egos quieren imponer. Y hagamos ¡qué prime la fraternidad!
Te pido perdón si estas líneas te han incomodado de alguna manera y te envío un cálido e intenso abrazo.
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