Para sentir la Libertad, para ser libre real e interiormente se ha
de experimentar la Auténtica Paz. La Paz que fluye, la Paz que Es,
independientemente del exterior y de sus circunstancias. Para ello, es
necesario trascender todas aquellas corazas y trampas mentales que separan la
Vida Eterna –la Vida Una, el Estado de Ser–, del mundo mental y de su correspondiente
inconsciencia. Esas corazas que traen sufrimiento y alejan en lugar de acercar;
que separan en vez de unir; que aportan dolor y sufrimiento en lugar de Amor y
Paz; que juzgan en vez de fluir con plena Aceptación. Vive lo que la vida pone
a tu disposición sin juicios, sin resistencia, experimentando y alimentándote
del mensaje que conlleva cada experiencia. Cada instante es un portal para
ello.
Quitaos las corazas, echar abajo el muro que habéis interpuesto entre
vosotros y la Consciencia de lo que realmente Sois…
La Libertad no es decidir y hacer lo que quieras en cada instante,
la Libertad se experimenta cuando, hagas lo que hagas y estés donde estés, no
deseas ni necesitas nada más. La Libertad está en la ausencia de deseo, en la
Aceptación –como la Paz–. La libertad es un estado interior y no depende de
nada exterior: ni del lugar donde estés, ni con quien te encuentres ni tampoco
tiene que ver con elegir una posibilidad u otra.
Cuando se permanece inconsciente –cuando se está “dormido”–, las
elecciones se producen desde la inconsciencia. Uno no es libre de tomar
decisiones hasta que no permanece Consciente. Para ser auténticamente libre has
de fluir conscientemente, sino, solamente tendrás un pequeño abanico de
elecciones y siempre realizadas desde la inconsciencia. Hasta que esto ocurra,
la inconsciencia es la que elige, permaneciendo prisionero de ella y eligiendo
entre las limitadas posibilidades que te ofrece.
Nada hay que buscar fuera de Uno mismo. La búsqueda en el exterior
significa que no se vive con Aceptación, que uno se siente incompleto; y por
esto, en ese instante, uno no se está conectado con La Divinidad Interior.
Los objetivos son marcados por la mente, pero la mente no eres tú.
Entonces, lo que la mente busca y encuentra en el plano físico, no es real para
Ti, para lo que realmente eres. Por eso –encuentres lo que encuentres y
consigas lo que consigas–, hay Algo que te hace sentir un vacío interior que
nada, salvo Tú mismo, puedes rellenar.
¿Cómo alimentar el mundo interior con el mundo exterior?
¿Cómo alimentar al Ser que percibe con la mente que analiza?
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Extracto
del libro Viaje a la Divinidad, de NUNC
Enviado
por: Víctor Cortés (vcorca@gmail.com)
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