La Sabiduría-Compasión conduce
al Servicio hacia todos los seres vivos y mundos desde la profunda comprensión
de la Unidad de Vida y la honda percepción del No-Dos.
A partir de ahí, el
discernimiento sobre el genuino contenido de ese Servicio lleva a la necesidad
de caminar firmemente en el Sendero de la propia auto-transformación, pues es
la transformación interna la que genera la externa y la auto-transformación es lo
mayor y lo mejor que podemos hacer por esos que llamamos otros, aunque
auténticamente son "Yo".
Y, finalmente, el avance en el
citado Sendero permite ver que el Servicio, para que lo sea de verdad, ha de
ser desinteresado, impersonal y plenamente dedicado al Plan Divino que impulsa
y rige la totalidad de lo Manifestado (Creación).
En ello estamos. Modestamente,
en ello estamos. Con perseverancia, sin prisas pero sin pausa, con Entusiasmo y
sacándole jugo y gozo a cada momento de la vida en el aquí-ahora.
Y quizás en alguna encarnación
podamos hacer auténticamente nuestras estas palabras que parafrasean la
conocida estrofa del "Canto Espiritual" de San Juan de la Cruz: Mil gracias derramando, paseo
por estos sotos con soltura; y yéndolos mirando con sola mi Figura, vestidos
los dejo de Hermosura.
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