Y un joven vino hasta él y en sus manos traía un pajarillo, y así
le dijo:
—Maestro, vengo a darte a mi amigo.
Y el maestro le dijo:
—¿Cómo tú me puedes dar a tu amigo? Aunque me dieras este
pajarillo, no me darías a tu amigo, porque la amistad no se puede dar.
»La amistad no es algo que nace cuando
queremos o que ahogamos cuando lo deseamos. La amistad es el lazo del amor y la
atadura de la comprensión. Y viene por sí sola y en silencio.
»¡Cuántos hay que se llaman amigos y cuando el destino les da la
espalda, ellos también se dan la espalda!
»¡Cuántos hay que se llaman amigos y a lo más se ocultan unos a
otros sus faltas y se hacen unos a otros daño ocultándose sus vicios!
»¡Cuántos hay que se dicen ser amigos entre
sí, mas cuando viene la lluvia de la penalidad y tan solo hay una choza, luchan
por conseguirla unos contra otros!
»¡Y cuántos de aquellos que llamamos enemigos a veces son nuestros
verdaderos amigos!
»¡Cuántos de aquellos que siempre tuvimos por nada en un momento lo pueden dar todo, y no pedir ni tan siquiera que se los llame amigos!
»¡Cuántos de aquellos que siempre tuvimos por nada en un momento lo pueden dar todo, y no pedir ni tan siquiera que se los llame amigos!
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Autor: Cayetano
Arroyo
Fuente: Diálogos
con Abul Beka (Editorial Sirio)
Nota: En
homenaje a la memoria de Cayetano Arroyo y Vicente
Pérez Moreno,
un texto
extraído de los Diálogos de Abul Beka se
publica en el este blog todos los
miércoles
desde el 4 de octubre de 2017.
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