En Europa, en el siglo
XVIII, los que se oponían al reconocimiento de los derechos y la dignidad por
igual de todos los seres humanos, argumentaban que era un asunto debatible y
sujeto a las opiniones de cada cual.
En Norteamérica, en el
siglo XIX, los que defendían la esclavitud, aseguraban que era una cuestión
debatible y sujeta a las opiniones de cada cual.
En el siglo XX, en Europa y
Norteamérica, los que se mostraban contrarios a la emancipación de la mujer y
la igualdad de sus derechos con el hombre, explicaban que era algo debatible y
sujeto a las opiniones de cada cual.
En el siglo XXI, en muchos
puntos del planeta, los que no comparten la necesidad de una alimentación
vegetariana con la que dejar de esclavizar y asesinar animales, mantienen la
idea de que hay que respetar el gusto por comer carne y que esto pertenece al ámbito
de la libertad personal, siendo un tema debatible y sujeto a las opiniones de
cada cual.
Pero no, ninguno de estos asuntos son debatibles. La dignidad inalienable de todos los seres humanos, la igualdad entre mujeres y hombres y el respeto a la vida de los animales son derechos fundamentales que pertenecen a la esfera de la ética más esencial. Y, como tal, no pueden ser objeto de debate, ni estar sujetos a las opiniones de cada cual.
Como afirmó Leonardo da
Vinci, "llegará un momento en que el ser humano verá el asesinato de un animal como ve ahora el asesinato de una persona".
Como expresó Gandhi, "la grandeza y el progreso ético de una nación se mide por cómo trata esta a los animales".
Y como
señaló Platón, el grado de evolución de un alma se evidencia en el
comportamiento que tiene con los animales la persona en la que está encarnada.
La
capacidad de sentir dolor y placer de un animal es similar a la del ser humano.
Ante este hecho irrefutable, hay gente que prefiere quedarse en el terreno
de los debates interminables. Otros, desde la consciencia y la compasión y sin
dejarse atrapar por los enredos mentales, actúan en el aquí-ahora y deciden
cambiar sus hábitos alimenticios.
No lo
olvides: el Respeto a la vida, en todas sus formas y manifestaciones, no es una
opinión, sino una exigencia de toda alma noble, un mandato de la Sabiduría-Compasión, una llamada del Corazón.
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Autores: Lola Rumi y Emilio Carrillo
Audio: Miguel Pérez
Audio: Miguel Pérez
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Las Enseñanzas Teosóficas se publican en este blog cada domingo, desde el
19 de febrero de 2017
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