El próximo 27 de mayo
compartiré en Valencia una charla titulada “Conciencia y Felicidad”. Estará muy
presente en sus contenidos la visión del ser humano como algo más que un ente
físico y temporal. Una visión trascendente de nuestra vida que entronca con una
Sabiduría profunda y sin edad que siempre ha alentado y animado a la humanidad
a formularse y procurar resolver las grandes cuestiones de la existencia; y a
no perderse irreflexivamente en la consecución de metas triviales y en el sota,
caballo y rey del mundo y la vida material.
Se trata de buscar algo más
de lo que podemos observar a simple vista. Y este algo más es lo que da sentido
y valor a la vida de cada cual, aporta la perspectiva precisa para la
comprensión de los acontecimientos que presenciamos en el tiempo y en el
espacio y configura el eje medular en torno al cual giran la religión, la
filosofía y la ciencia. No en balde, la meta de las tres es idéntica: poner de
manifiesto la Realidad que está más allá de lo material y se halla en la esencia
de la existencia y del universo.
Desde luego, la religión, la filosofía y la ciencia han venido
desplegado sus esfuerzos a modo de compartimientos estancos, faltándoles
capacidad y sabiduría para acometer un acercamiento integral. La
responsabilidad recae en los planteamientos y posicionamientos dogmáticos,
ortodoxos y excluyentes presentes en cada una de estas áreas. Pero esto no es
óbice para reconocer que sus empeños son francamente complementarios. Y desde
la filosofía transcendente así se ha entendido siempre. Como muy bien expresó
I. K. Taimni en el arranque de su magna obra “El Hombre, Dios y el Universo”, la
síntesis de la religión, la filosofía y la ciencia es la más grande que se
pueda pensar y encierra la mayor carga de posibilidades beneficiosas para el
género humano. Afortunadamente, hay ya claros indicios de avance al respecto. Los
descubrimientos que se acumulan aceleradamente en la esfera de la ciencia están
teniendo un efecto moderador sobre la mente científica, percatándose de que
existen fuerzas y realidades que hay que tomar en cuenta y que hasta ahora se
habían ignorado. Análogamente, en la religión y la filosofía están surgiendo
situaciones que paulatinamente van eliminando intransigencias y apoyando la
necesidad de cooperación entre estos tres campos.
Con este
telón de fondo, la visión trascendente en las que estas líneas se centran aspira
a la citada síntesis y se ha ido construyendo precisamente sobre las
reflexiones, indagaciones, experiencias y aportaciones espirituales,
filosóficas y científicas que, desde tiempos remotos y hasta la actualidad, han
realizado personas que la historia reconoce y acredita como auténticamente
sobresalientes. Ellas atesoraron y compartieron una sabiduría y una visión
universal de la vida y la existencia que rompen las barreras temporales del
contexto histórico concreto en el que, en cada caso, fueron compartidas.
Estas
personas excepcionales estuvieron ya presentes en civilizaciones tan antiguas
como las mesopotámicas (de Sumeria a Babilonia) y la India y el Egipto
arcaicos. De su mano, con el paso del tiempo, florecieron el hermetismo y las
llamadas Escuelas de Misterio, que proliferaron en numerosas partes del mundo,
especialmente en el Medio Oriente y Europa. Posteriormente, fueron los grandes
pensadores que en la Grecia
clásica y en Asia Menor crearon lo que hoy se entiende como filosofía. Y, más tarde,
en Roma y Alejandría generaron un rico bagaje neoplatónico y gnóstico que, pasando
por la alquimia, la cábala y la mística de las grandes religiones, engarza con
el posterior desarrollo del pensamiento abstracto y práctico tanto en el mundo
árabe como europeo, llegando en este hasta el Renacimiento y la Ilustración. Un
vasto, dinámico y pujante discurrir histórico en el que ostenta peso y
protagonismo lo que Karl Jaspers, a partir de los tres volúmenes de su obra
“Filosofía”, definió como Era Axial: un fecundo periodo histórico,
aproximadamente del 800 al 200 a.c., en el que, de manera simultánea y sin
conexión visible entre sí, surgieron grandes sabios que, en los ámbitos
espiritual, filosófico y científico, definieron una línea trascendente de
reflexión, pensamiento y acción muy similar en tres zonas geográficas ubicadas
entre los paralelos 20 y 40 del hemisferio planetario: China (con el taoísmo,
confucianismo, moísmo y las Cien escuelas de pensamiento); la India (las
derivaciones de los textos védicos, los Upanishad, brahmanismo, budismo,
jainismo…); y el área comprendida entre Oriente Medio (zoroastrismo…) y el
Mediterráneo helénico (los grandes filósofos griegos) y hebreo (los profetas
del judaísmo). Las generaciones posteriores jamás han dejado de beber de estas fuentes primigenias.
Los nombres
de bastantes de estos personajes insignes que, desde Sumeria al momento
presente, han configurado la visión trascendente de la vida y la existencia y
una Sabiduría sin Edad, son hoy, en buena parte, conocidos y reconocidos. Otros
son anónimos paras las enciclopedias. Pero todos, viviendo en periodos muy
distintos y en lugares muy distantes, han dejado una honda huella en el devenir
de la humanidad y constituyen el soporte fundamental de su actual acervo y
patrimonio trascendente y cultural. Para divulgar sus enseñanzas, todos ellos
conformaron grupos, fundaron escuelas, escribieron textos, viajaron,
mantuvieron encuentros con gente muy distinta… Y así, frecuentemente sin
pretenderlo, dieron lugar a las
tradiciones religiosas, filosóficas, científicas más extendidas y
reconocidas. Todas, sin excepción, beben de una misma y honda sabiduría que
recorre cual corriente perenne la historia de la humanidad. Una Sabiduría sin
Edad que ha nutrido y promovido, lo siguen haciendo, la evolución en consciencia del género
humano.
Si toda esta
gente, personas auténticamente excepcionales de todas las épocas y culturas,
genuinos y reconocidos faros de luz para la evolución de la humanidad, si todos
ellos sin excepción han coincidido en la visión transcendente de la existencia,
¿no constituirá ello la prueba irrefutable de la veracidad de tal visión?
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Emilio Carrillo
disertará sobre "Consciencia y Felicidad" el 27 de mayo, a partir de
las 18.30, en el Hotel Senator Parque Central de Valencia, plaza Manuel Sanchís
Guarner.
Imprescindible reserva a través del 652 803 027.
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Fuente:
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