Cuando nada queda, todo es

Ahora que me encuentro en quietud,

Voy hablarte de Aquello que Eres,

Que Todos Somos.

Luchas cada día por ser tú mismo,

Entre todos los demás.

Te afanas por encontrar tu lugar en este mundo,

Caídas y decepciones por no arribar a ser lo que tú anhelas.

Siempre en guerra contigo.

Debes llegar a ser lo que te han transmitido desde la infancia.

Cuanta energía encauzada y empleada para ello.

Anhelando gustar y deslumbrar.

Deseando éxitos y reconocimientos.

¿Qué has logrado?

¿Cuánto ha durado la dicha de lo conseguido?

Y continúas en esa espiral que te va consumiendo.

Que te deprime cuando los resultados no son los soñados.

Incluso cuando se da lo deseado, no contiene lo esperado.

¿No te parece que es hora de volver la mirada?

¿De rendirse a lo que durante largo tiempo te ha llamado?

Déjate llevar hacia tú interior.

Para y aquiétate.

Siente la respiración fluyendo,

Cual caudal de límpidas aguas.

Deja que los pensamientos surjan y se desvanezcan en su propia esencia.

Quietud sin nombre.

Sin anhelos,

Sin pretensiones,

Sin metas.

Entra en tú hogar.

Aquel que te ha esperado desde el primer instante.

Aquel que ha formado parte de ti desde siempre.

Y llénate de Él.

Observa que queda.

¿Dónde queda ese yo tan querido?

¿Dónde han ido los pensamientos?

Eres Tú,

Aquí-Ahora

Cuando el yo se conoce,

Deja de ser yo,

Reconociéndote como YO.

Cuando nada queda, Eres Tú

Eres Inmensidad Omniabarcante y Omnisciente.

Entregando el yo Nada queda

TODO ÉS.

Perfecto y fluyendo al ritmo de la Divinidad.

Divinidad que Eres Tú.

CUANDO NADA QUEDA TODO ÉS.

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Autor: Matías Márquez (gaudapada@hotmail.com)

Fuente: De su próximo libro Crisol de Amor

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