Educar significa sacar las
potencialidades. Apelar a la genialidad de cada individuo, a sus talentos
personales, sean los que sean. Más que decirle quién es y cuáles son sus
talentos, hay que inspirar, tocar las cuerdas profundas de la persona para que,
al resonar desde dentro, este sonido haga salir sus propios colores.
Estamos en la era de la
información, de la tecnología, de los cambios vertiginosos. Más que en ningún
otro momento de nuestra historia, lo que nos aporta felicidad y un lugar en el
mundo son los talentos originales. La sociedad necesita espíritus libres
capaces de pensar fuera de los límites y capaces de navegar con sus emociones.
Individuos que hacen lo que aman y aman lo que hacen. Es un cambio de
paradigma: del formateo para sobrevivir a la educación para vivir.
En este marco se encuadra el
arte como una herramienta educativa fundamental. El arte se nutre del Ser y
desde esta esencia anima a sacar del interior los talentos personales y
descubrir los potenciales individuales. El arte en todas sus formas acoge a la
persona sin prejuicios, sin agendas y fluye con ella. “Una gran parte de las
cosas que nos importan se aprenden completamente en el proceso creativo”,
afirma Kenneth Ginsberg, pediatra del Children’s Hospital de Philadelphia (EEUU)
y autor del libro Building Resilience in Children and Teens (Construyendo
resiliencia en niños y adolescentes).
Hace 10 años comencé a
trabajar con las marionetas. En primer lugar como una herramienta de
crecimiento personal, un poco más tarde las introduje en mis actividades como
psicólogo y como pedagogo, y por último en mi faceta como padre. Hoy en día me
doy cuenta de porqué lo hice y lo sigo haciendo. Constato que los títeres
apelan directamente al juego, al entusiasmo y al asombro. Tres elementos que
han sido identificados por la neurología moderna como los motores más potentes
del aprendizaje. El juego, el entusiasmo y el asombro son atributos naturales
del niñ@, que le dan ganas de explorar su mundo personal y su entorno para
desplegar sus vías propias de descubrimiento y creación. Al utilizar los
títeres, permitimos que l@s niñ@s se mantengan cerca de esta esencia.
Pero aún mucho más importante,
trabajar con marionetas acerca a los adultos al mundo de la infancia de un modo
diferente, los conecta con el niño interior. El niño interior es, entre otras
muchas cosas, el reservorio de juego, entusiasmo y asombro del que disponemos
los adultos. En palabras de Carl G. Jung, “el niño interior es el símbolo de la
parte del ser humano que quiere desarrollarse y llegar a todo”.
Fueron las necesidades de una
maestra de infantil el catalizador para la materialización de una década de
investigación. Y así en 2014 nacen Les Travelling Títeres, un proyecto que lleva a las
aulas el juego, el entusiasmo y el asombro.
Les Travelling Títeres es una troupe de
marionetas viajeras que durante todo un trimestre van enviando tarjetas, vídeos
y canciones a los niños. Todo este material se convierte en un juego pedagógico
en manos de los profesores y profesoras. Son marionetas trilingües así que,
hasta el momento, el proyecto se ha aplicado sobre todo en el aprendizaje de
idiomas. Y después de tres meses de postales, vídeos y canciones, las
marionetas llegan a la escuela y hacen un espectáculo. Las letras y las
músicas son originales, así como las historias que se representan en el
espectáculo final, creadas exclusivamente para este proyecto por dos
educartistas con profundas raíces y experiencia en psicoterapia.
Otro de los pilares de este
proyecto es la cooperación. La cooperación entre adultos (maestras y
educartistas) necesariamente impregna todo el trabajo y llega hasta los niños
como un baño sutil. Como decía Gandhi “mi vida es mi mensaje”: solamente
cooperando podemos animar a los niñ@s a confiar los unos en los otros.
Les Travelling Títeres es una propuesta entre
muchas. Lo fundamental es fomentar pedagogías que permitan, simplemente, que
las niñas y los niños se mantengan en contacto con su esencia de aprendices
innatos. Pero, aún más importante, es que estas pedagogías empujen a las
personas adultas a volver a contactar con su propio asombro y entusiasmo. Esto
es, con un amor verdadero hacia su propio niño interior para que pueda
expresarse hacia fuera con los niños que les rodean a través del respeto de sus
procesos y del acompañamiento de sus progresos. El momento es ahora.
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Fuente:
Autor: Aaron Samuel J. Crombé
Dos décadas como profesor de idiomas
y psicólogo infantil y juvenil. Durante ese tiempo exploré diferentes técnicas
pedagógicas y terapéuticas hasta llegar a las artes escénicas. Actualmente
formo parte de Les travelling títeres: http://lestravellingtiteres.com/es/
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