Vivir desde el
fondo de uno mismo es también gestionar,
lo mejor que
sepamos y podamos,
lo nuevo que se
presenta,
lo que cambia o se
va,
lo que se termina.
Es importante
verlo con claridad, sin paliativos...
No es fácil, pero
es esencial:
conlleva respeto a
uno mismo y a los demás.
Gestionar, desde
el silencio, todas las idas y venidas
conduce al
profundo conocimiento
de que todo
empieza, sirve y termina.
Sólo permaneces Tú
contigo.
Por eso es
importante que te quieras
y te sientas como
un ser completo
que puede gozar de
lo impermanente que te ofrezcan o elijas.
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Autora: Concha Redondo (concharedondo@gmail.com)
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