Nací
en un cielo espumoso donde la hierba es fluorescente y la tierra una pisada
acuosa. Nací en Mí y en Ti. En mí Soy; y en Ti permanezco. Fluyo, emerjo, salto
y brinco... chisposo, brilloso... En la espuma nado volando entre juncos brumosos. Voy, vengo, estoy y estallo, jubiloso.
Morir
no es la meta, sino salto vigoroso. Morir en vida siendo la vida sin muerte,
sin final. Muero en Ti cuando mueres en Mí, viviendo un jugoso momento eterno,
vigoroso, perfecto.
De
hecho, soy la consciencia que no ha nacido nunca y nunca morirá.
Soy
la consciencia iluminada que es la mismísima raíz de toda la existencia; y no
sólo la raíz, también su florecimiento. El tiempo y el espacio existen en mí y en
mí no existe el tiempo ni el espacio. No se puede decir dónde habito porque soy
en todas partes y todas partes están en mí. Vayas donde vayas, estoy. Sin más,
sin un menos imperfecto que infinito es.
Soy
el creador de tus instantes y momentos, siendo tú la experiencia de mis
resultados, la caricia experimentada… Vuelvo y te encuentro sin haberte
perdido y, sin embargo, en ti me perdí. Y ahora, tras encontrarnos, nos hallamos ambos presos de amor y libres para el juego.
Soy
la consciencia que todo llena y de la que todo emana. Y soy más grande que el
tiempo y el espacio, pues el que mira, el testigo, el que ve, tiene que ser más
grande que lo que ve... Este observador, esta consciencia, tiene que ser más
grande que lo observado. Podemos ver el espacio y podemos ver el tiempo… Por lo
tanto, esa consciencia, “ese que ve” dentro de nosotros y que es lo que en
verdad Somos ha de ser más grande que ambos.
Soy la brasa escondida en las
profundidades ocultas de una luz amorosa. El chasquido del palo ardiente soy,
rompiendo el instante. Perdiendo el segundo en el milímetro, igualando el
infinito en lo imperfecto. La gota del sudor helado del jugoso y ardiente
abrazos. La mirada esquiva del retozo besado. Soy eso y todo sin dejándome
llevar en la nada,
Una
vez que ocurre la iluminación todo está en ti. Todo empieza a moverse en ti…
Los mundos surgen de ti y se disuelven en ti porque tú eres el todo… Todo lo
contienes, todo te contiene… Estás en todas partes, todas partes están en ti… En la
nada del Todo cuando el Todo ya es Nada, siendo Todo y nada, nadando.
Soy la noche del día sin que el
día nazca a la noche y sin que la noche amanezca
en un día. La oscuridad de la luz perfeccionando el trazo del carbón pintado.
Reteniendo y expandiendo.
Soy tú; y tú eres sin dejar de
Ser.
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Autor: Deéelij & Emilio Carrillo
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