Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

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20/10/20

¿Héroes, villanos, psicópatas, hubris o estúpidos? II. Deéelij

¡El regalo de Hitler?

         La historia del regalo de Hitler, si es que lo fue, puede que empezara el día 15 de abril de 1945. Y hay que fijarse en esta fecha, pues los nazis terminaron rindiéndose semanas después, el día 7 de mayo, pero el día 15 de abril no es más que otra fecha en esta historia que os vengo a relatar.

Tal día, el capitán de Corbeta Johann-Heinrich Fehler partía al mando del submarino U-234 desde la base naval de Kristiansand, Noruega con destino desconocido, pues recibió órdenes selladas que no podrían ser abiertas hasta días después de su partida. Estas sería su primera y última misión como comandante de un submarino, pero no lo sabía. Como tampoco se podría imaginar era lo que pasaría con su real destino en aquella singladura: su misión tendría que ser abortada, y lo peor, rendirse a quienes menos imaginaría. Queremos pensar que nadie de los que iban a aborde del U-234 pensaron en el momento de soltar amarras cómo su destino iba a ser el de cambiar el curso de la guerra de una forma absolutamente inesperada, o quizá pactada entre las bambalinas a sabiendas de pocos y en perjuicio de miles o millones.

El U-234 había sido modificado, meses antes, para llevar una carga especial. Inicialmente era un submarino minador, pero fue reconvertido en un transporte de largas distancias.  El Alto Mando del Tercer Reich tenía prevista esta misión con tiempo de antelación, con meses de antelación, pues un submarino no se modifica de un día para otro. El objetivo de todo este lío, en inicio, era el de alargar la guerra por los medios que fuesen y desde el campo de batalla que pudiera ser por muy lejos que quedara de Alemania. El U-234 iba a llevar un cargamento de materiales que sin duda podrían alargar la guerra, e incluso concluirla en favor de los nazis, que todo era posible por aquel entonces.

 Hitler, por otro lado, esperaba su gran arma desde hacía tiempo. Era el arma de las armas, de la que tanto había alardeado ante los suyos. Arma que cambiaría el curso de la guerra a su favor de forma brutal e inexorable. Arma que pudiera ser que la tuviera y la usara (que parece ser que la uso), y que luego se arrepintiera del uso de la misma, y que más tarde prefiera que la usasen otros… todo es posible, y se irá viendo acorde a los acontecimientos que iré describiendo.  Así que aquella letal arma podría ir en el U234 camino de un punto aún desconocido para el Capitán Fehler y su tripulación.

A bordo del submarino, e independientemente de su tripulación, el U234 llevaba doce pasajeros, entre ellos un general alemán, cuatro oficiales de la Kriegsmarine, ingenieros civiles y científicos, y dos oficiales de la Armada Imperial Japonesa. Curioso pasaje además de la carga ultra secreta que se había cargado en sus bodegas.

 

Antes de seguir con el relato de hechos, de forma resumida, hacer alusión a una película llamada Das Boat que relata el crucero de batalla de un submarino nazi desde su partida hasta su llegada y amarre en puerto tras terminar su misión de combate. Es brillante la puesta en escena de lo que el combate dentro de un cascaron, con las limitaciones que supone la convivencia en situaciones extremas en un espacio tan reducido, pero esta historia no es la cuestión aquí. Existe otra película con título Das Boat 2, la última misión, que relata los hechos que ocurrieron en el viaje del U234 desde su partida hasta el final de su singladura al rendirse. En la actualidad es complicado, que no imposible, encontrar la posibilidad de visionar esta película en Internet, si alguien lo consigue que me pasa el enlace, que tengo ganas de verla de nuevo.

 

Volvamos a lo que aquí nos trae. Al poco de partir de puerto, y atendiendo a las órdenes que venían desde el mismo Hitler, el Capitán del U234 abrió sus órdenes y supo de su destino: Japón.

Durante su viaje por el atlántico norte fue localizado y bombardeado por aviones aliados, pero una inmersión a 300 metros evitó cualquier daño. Así que el viaje iba en curso hasta que el transmisor Goliat de la armada da nazi dejó de transmitir. Poco después dejó de hacerlo la estación Nauen. Estaba claro, entonces, para el comandante del U234 que la sede naval nazi había caído. El 4 de mayo se recibió un fragmento de una emisión de la radio británica y la americana que anunciaba que el almirante Karl Dönitz se había convertido en el Jefe de Estado de Alemania tras la muerte de Hitler. Era evidente para el capitán del U234 lo que había pasado, sólo quedo esperar al día 10 de mayo para recibir la orden de Dönitz a la flota de submarinos: a superficie y rendición sin condiciones. Capitán del U234 no se fiaba de las órdenes iniciales. El comunicado se confirmó al contactar con el U873, que verificó la autenticidad de las órdenes, y así el U234 decidió rendirse.  

En aquel momento el U234 estaba a distancia similar para rendirse bien en puerto británico, canadiense o americano. ¿A quién se rendiría, y por qué? Se dirigió hacia la costa americana pensando que estos los enviaría pronto a casa, pues sospechaba que los británicos y canadienses le someterían a prisión por años y vete a saber cuándo regresarían a Alemania.

¿De veras fue este el porqué de rendirse a los americanos, siendo EEUU el único país al que Hitler le declaro la guerra de forma oficial y contra los que también habían luchado en el frente oeste? ¿Rendirse a aquellos a los que desde la flota submarina nazi le produjeron estragos en la costa este americana? Esto hay que replanteárselo y lo dejo aquí en el aire para que decidas qué final darle a esta cuestión. Otra cuestión que planteo, ¿no serían mejor recompensados por los americanos por la magnífica carga que llevaban a bordo del U234? Es de suponer que el capitán en algún momento tuvo que saber qué transportaba abordo, y que podría ser un buen producto a negociar con sus captores. Sea como fuere, sigamos con los hechos.

Fehler comunicó por radio el 12 de mayo que navegaría hacia Halifax, Nueva Escocia, así los canadienses no tendrían que salir de sus puertos a buscarlos, se entregaría al llegar sin tener que ser perseguidos o escoltados en alta mar. Pero engañó a los canadienses con su comunicado y puso rumbo a las costas americanas. Se deshizo de sus máquinas enigmas, de los códigos cifrados y del nuevo sistema de comunicación de radio que portaban. Tras esto, los dos oficiales japoneses decidieron tomar el pasaporte a mejor vida antes de verse humillados en una rendición, cuestión impensable por aquel entonces pues constituía un deshonor y una deshonra para un militar japoneses.

  El 16 de mayo de 1945 el destructor americano "USS Sutton" tomó el control del U-234 para ser entregado, posteriormente, a las autoridades de Portsmouth, el 19 de mayo de 1945. Un mes y días después el viaje del U 234 había finalizado. ¿Sí, había finalizado? Al menos quedó en puerto, pero el viaje de su carga partiría a distintos destinos.

 

Visto lo tratado hasta ahora, ¿qué transportaba el U 234 en su interior? Pues desde que tocó puerto, se admitió que el submarino transportaba sistemas de armas secretas muy importantes para el Japón. Que a bordo iban los últimos y más sofisticados avances de la ciencia y tecnología alemanas: un Messerchsmitt 262 desmontado pieza por pieza, componentes vitales de misiles y cohetes, equipos electrónicos de comunicación, radares, las últimas espoletas de proximidad, revolucionarias granadas anticarro, medicamentos contra la malaria... y un sinfín de planos detallados de otros tantos sistemas y equipos de la más reciente tecnología bélica nazi. Pero lo más importante es que entre las 240 toneladas de carga había óxido de uranio, cuestión por entonces que no parecía gran cosa, pese a ello había un mínimo de conexión con algo que empezaba a conocerse como energía atómica. Estos datos no llegaron a la prensa nacional americana ni a la internacional, pero sí aparecieron en los periódicos locales de Portsmouth. Con los años se confirmaría que había 560 kilos puros del isótopo fisionable U235, suficientes para construir de forma inmediata 10 bombas atómicas idénticas a la lanzada sobre Hiroshima. Consta también, que de entrada, no se quiso inspeccionar el submarino amarrado a puerto, no fuera que hubiera trampas explosivas dispuestas que detonaran a lo más mínimo. Al poco, un grupo de personas llegaron con una serie de aparatos, que resultaron ser medidores Geiger, tal y como le explicaron al oficial de comunicaciones del submarino alemán que preguntó por tales artilugios, y ahí fue donde le explicaron que medían las radiaciones que emitía el uranio. Con los años este oficial quiso publicar un libro explicando muchas cosas de las que pasó en aquel viaje, de la carga que se transportaba, y vete a saber cuántas cosas más, pero el libro quedó sin imprimir, algo o alguien lo impidió. Obvio que sus consecuencias por desnudar la verdad de lo que sabía las debió de padecer, pero como no es el objeto de lo que nos trae no amplio esta cuestión, sino que lo menciono a modo de exponer que alguien quiso hablar, y como tantas veces ha pasado en nuestra historia, se le impidió y silenció. Se impide alegando los típicos argumentos de seguridad nacional o similares, lo que se suele hacer cuando se oculta la verdad de hechos que de saberse… no estaríamos donde estamos ni en manos de los que estamos. Mencionar que este oficial sí pudo editar dos libros que dieron lugar a la película ya menciona antes de Das Boat 2 la última misión, película tildada de ficción por los típicos críticos de cine que no saben distinguir la realidad de la ficción, o que fueron inducidos a decir que era ficción para que la gente que viera la película no pudiera pensar que podría ser algo real. Vamos, lo de siempre.

 

La cuestión es que el mismo Oppenheimer, jefe del proyecto Manhattan, proyecto para la elaboración de la bomba atómica americana, tuvo, como no, acceso el uranio 235. Lo que pasó justo después, se pierde en los archivos, no hay archivos, ni registros. Parece que ahí acaba el rastro de los 560 kilos de uranio 235, o al menos eso nos quieren hacer creer las historias que cuentan al respecto. Y es que cuando una historia como esta queda ahí, hay que sospechar automáticamente que se pretende ocultar datos vitales, eso es más que evidente. Por tanto, tenemos que tirar por otro hilo. Resultas de aquellas, sabemos ambos bandos conocían que sus enemigos tenían programas secretos para construir bombas atómicas. Era un secreto a voces.  Los americanos, en aquellos momentos, estaban más preocupados con lo que estuvieran haciendo los alemanes y japonés, que lo que estos estaban de preocupados por los americanos. Ello era debido a que los americanos sabían casi todo sobre la bomba atómica, el problema es que no tenían uranio 235 enriquecido. El problema es que los alemanes en 1938, antes del inicio de la II Guerra Mundial ya había descubierto la fisión nuclear, así que iban por delante en el juego atómico con respecto al resto de las naciones. Además, los alemanes tenían posibilidad de conseguir uranio mientras que los americanos no tenían terrenos desde donde extraerlos. Los americanos ensayaron sus artefactos atómicos con plutonio, pero no con uranio, debido a que lo tenían. Así que cuando aquella carga de uranio llega a sus costas, fue el regalo inesperado de Hitler a sus enemigos. ¡Realmente fue un regalo inesperado?

 

Lo que hasta aquí tenemos claro ya, es que una carga de uranio 235 dirigida a Japón para que pudiera elaborar bombas atómicas que lanzar contra los americanos en su costa oeste desde sus submarinos, acabó en manos de los americanos y del proyecto secreto para la fabricación de la bomba atómica. Ironías de la vida, se supone, se supone que es irónico si no es que estaba programado.

Sigamos. Si yo, siendo americano, no tengo el uranio 235 para fabricar mis bombas atómicas, y de pronto me lo encuentro, ¿no sería absurdo no usarlo dado que es la pieza que me queda para terminar mi puzle y de camino la lanzo y gano la Segunda Guerra Mundial? Para mí es más que obvio que así lo haría en función de la mentalidad de aquella contienda y época. ¿Lo hicieron? A esta pregunta ya sabemos la respuesta: dirán que no. ¿Cómo van a reconocer los americanos que los alemanes se habían adelantado a ellos en la creación de la bomba atómica, y que fue gracias a los nazis que pudieron fabricar su bomba atómica tras que rindieron un submarino en puerto propio con la carga del material que necesitaban para terminar de fabricar su bomba? ¿Cómo van a reconocer que fue gracias a os nazis que ellos, los americanos, pudieron fabricar sus bombas atómicas? No, esto es reconocerse en inferioridad ante un enemigo ya derrotado. Sería reconocer ante su pueblo que a poco que hubieran tenido más tiempo los nazis hubieran sido ellos lo que lanzaran bombas atómicas por todo el planeta sin que los americanos pudieran evitarlo debido a que iban más retrasados que los mismos retrasados nazis en los avances atómicos. No, no se puede mostrar debilidad, flaqueza o inferioridad, aunque el enemigo esté concluido. Y llegados a este punto me parece que la cosa pinta en la dirección adecuada, ¿no?

Veamos, no obstante, otra vertiente curiosa, en este caso el diseño externo de las dos bombas atómicas arrojadas sobre Japón. La primera bomba lanzada es llamada  Little Boy, la segunda es llamada Fat Man. La primera tiene una forma alargada y la segunda es algo ovoide, la primera usa como material detonante uranio y la segunda usa plutonio.  Sí, esto es lo que se ha podido recopilar de información de ambas bombas además de más datos, pero lo curioso es ¿por qué usar en la primera bomba uranio y en la segunda plutonio si ya sabían que funcionaba con uranio? ¿Por qué cambiar las formas de las bombas y consecuentemente el alojamiento interno de las mismas en los bombarderos cuando ya sabes que la primera funciona?

Aquí si quieres me puedes decir que soy algo tocapelotas y que pongo en duda la versión oficial. Vale, como quieras, pero al menos plantéate las cuestiones evidenciadas pues te aseguro que hay quienes confirman que la versión oficial no es más que para tapar la verdad de que el uranio nazi fue usado en las dos primeras bombas atómicas americanas contra el Japón. Así que tú te lo piensa y ya decides. Pese a todo, ahora, y a modo de final o casi final, observemos lo siguiente, y atentos:

Resulta que un documento desclasificado el 1 octubre de 1978 evidencia una transmisión encriptada japonesa por vía diplomática, que es interceptada por los aliados, El título de la transmisión interceptada es Estocolmo a Tokio, número 232.9, Diciembre de 1944 (Departamenteo de Guerra), Archivos Nacionales, RG 457, SRA 14628-32“, y dice así refiriéndose a un momento de la batalla del Kursk en 1943, batalla entre los rusos y los nazis:

 

Esta bomba es revolucionaria en sus resultados, y pone patas arriba todos los preceptos de la guerra establecidos hasta ahora. Estoy enviandoos, en un grupo, todos estos informes sobre lo que llaman una bomba que divide el átomo. Es un hecho que, en junio de 1943, el Ejército Alemán probó un nuevo tipo de arma contra los rusos en localización a 150 kilómetros al sureste de Kursk. Aunque fue el Regimiento de Infantería nº 19 (los Rifles de Vorezneh) entero de los rusos el que fue atacado, sólo con unas pocas bombas (cada una pesando hasta 5 kilogramos) fueron suficiente para barrerlos por completo hasta el último hombre. Lo siguiente es de acuerdo con la declaración del Teniente Coronel Kenji, consejero del agregado en Hungría y anteriormente en este país, quien por casualidad vio la escena real inmediatamente después de que lo mencionado arriba tuviera lugar, y dijo: “Todos los hombres y los caballos (dentro del radio) de la explosión de los proyectiles fueron carbonizados e incluso habían detonado todas sus municiones.  Es más, es un hecho que el mismo tipo de material fue probado en Crimea también. En ese momento los rusos afirmaron que fue gas venenoso, y protestaron que si Alemania las usaba otra vez, Rusia también usaría gas venenoso.” Recientemente las autoridades británicas advirtieron a su población de la posibilidad de que podrían ser atacados por bombas alemanas divisoras de átomos. Las autoridades alemanas también advirtieron que la costa este de América podría ser la zona elegida para un ataque ciego de este tipo de bomba volante.

 

Y aquí termina este comunicado entre Estocolmo y Tokio. Se añade, que esta comunicación desde Estocolmo es real puesto que los japoneses nunca tuvieron conocimiento, durante la guerra, de que sus transmisiones desde Berlín y Estocolmo habían sido descifradas en Londres y Washington. Este documento desclasificado lo que evidencia entre otras cosas, es (1) que hubo un lanzamiento atómico contra los rusos en la batalla del Kursk (2) que fue probada en Crimea, y (3) que los japoneses sabían del poder atómico antes de que se lo fueran a entregar los nazis desde el ya conocido submarino U 234.

 

Pero esto no es todo, sino que el testimonio declarado por el periodista italiano Luigi Romersa,  en 1947, de que a principios de octubre de 1944, ya famoso por su reportaje sobre la liberación de Mussolini por los alemanes, recibió la misión del mismo Mussolini de viajar a Alemania con el propósito de informarle personalmente de los avances de las armas secretas nazis. Romersa visitó las instalaciones subterráneas de Turingia, las rampas de lanzamientos de los cohetes V-2 y la prueba de la bomba atómica alemana totalmente operativa. Romersa declaró ser testigo el día 12 de octubre de 1944 a las 11:45 del test atómico nazi en la isla de Rugen, en el mar Báltico, cerca de la base de Peenemunde, manifestando que la explosión atómica fue captada fotográficamente desde varios lugares de la costa báltica y que la onda sísmica provocada por la detonación fue detectada hasta en Estocolmo siendo la distancia entre ambos puntos de unos 750 kilómetros en línea recta.

        ¿Creías que habíamos llegado al fin? Pues queda que encontrar el siguiente material, pues lo he visto, pero ha debido desaparecer de Internet una entrevista realizada a Oppenheimer años después del fin de la II Guerra Mundial, cuando el periodista le inquiere con la siguiente cuestión: ¿Por qué no probaron la bomba atómica antes de lanzarla sobre Japón? La respuesta fue muy simple: porque ya la había probado los alemanes.

        ¿Piensas que no hay más? Pues sí, ahora paso a leer textualmente lo publicado por Alberto Ferrari en Buenos Aires, el texto dice así:

 

    Estados Unidos pudo completar el proyecto Manhattan de construcción de su primera bomba atómica, con el material radiactivo que le aportó un submarino alemán que se rindió en mayo de 1945 frente a sus costas, sostiene un ensayo editado en Argentina.


    El submarino alemán U-234 se entregó en el puerto de Portsmouth, Estados Unidos, el 13 de mayo de ese año -cinco días después de la rendición del III Reich- y había partido del puerto noruego de Kristansand, detalla el periodista Abel Basti en "El exilio de Hitler", editado por Planeta.
(Hago un paréntesis, aquí se dice que es el 13 de mayo cuando el U 234 se rinde en puerto, aunque anteriormente se dijo que fue el 19 de mayo, así que algunas fechas pueden que tengan cierto baile, pero en lo general es coincidente el resto de los hechos. Continuemos con lo publicado por Alberto Ferrari)


   El submarino transportaba material radiactivo y además viajaban científicos alemanes que habían realizado una prueba nuclear en la isla de Rugen, en el Mar Báltico, asegura Basti, citando al periodista italiano Luigi Romersa que en 1947 declaró haber sido testigo de ese ensayo atómico.


    El material radiactivo y los científicos alemanes fueron trasladads en absoluto secreto al laboratorio Los Alamos, en Nueva México, donde se desarrollaba el proyecto Manhattan.


    "Uno de los oficiales nazis especializado que venía en el submarino, de apellido Schlike, fue quien dio la solución para poder detonar la bomba de plutonio, usando los fusiles infrarrojos, que había transportado en su colosal carga de elementos nucleares", asegura Basti.


    "El propio Schlike instaló los fusibles de la bomba de la prueba que estalló el 16 de julio de 1945, en el desierto de Nuevo México", detalla en su ensayo. El periodista argentino cita como fuente de su investigación documentos desclasificados de los archivos navales estadounidenses, que recién en 1983 y ante la insistencia de periodistas de la cadena CNN, fueron difundidos públicamente.


    El interrogante que plantea Basti es si el viaje clandestino desde Noruega a Estados Unidos con su valioso cargamento de material radiactivo fue una decisión del capitán del submarino, Johann Heindrich Fehler -quien en ningún momento intentó destruir la carga- o fue una estrategia deliberada de jerarcas del III Reich a cambio de salvoconductos.


    Precisamente, Basti menciona en su ensayo que después de la derrota de Stalingrado, que cambió el curso de la guerra, muchos jerarcas nazis elaboraron el denominado "Plan de Estraburgo" para buscar escondites - especialmente en Sudamérica - y salvar sus fortunas al término de la contienda que ya daban por pérdida.


    Semanas después del desembarco aliado en Normandía, el 10 de agosto de 1944 en el edificio Maison Rouge de la ciudad francesa de Estraburgo "se reunieron los jerarcas, funcionarios, banqueros, industriales y empresarios nazis, para decidir cómo continuarían sus actividades después que cayera Alemania", precisa Basti.


    En ese encuentro estuvieron presentes directivos de las empresas Rochling, Concern, Krupp, BMW, Siemens, Volkswagen, Messerschmidt, Goering-Werke de Linz, que habían colaborado con el ascenso de Hitler, y en Estraburgo "establecieron estratégicas políticas y financieras para el nazismo de posguerra".


    Basti es autor de varios ensayos sobre los prófugos nazis en Argentina, entre los que se destacan "Bariloche nazi, Hitler en Argentina" y "Tras los pasos de Hitler" que han sido traducidos al holandés por el sello MJVertaalservice y al italiano por Eden Editori.


    Actualmente, Basti es director del diario Periódico del Sur de Bariloche, villa turística de la Patagonia argentina donde el SS Erich Priebke vivió en la clandestinidad hasta 1994, cuando fue descubierto y extraditado a Italia, para ser juzgado por la masacre de las Fosas Ardeatinas.

 

        Hasta aquí esta noticia leída y publicada hace tiempo atrás y tras después deñ final de la II Guerra Mundial, donde además se citan libros sobre el final real de Hitler, que posiblemente no se suicidó, pero de esto hablaremos en otro video. Que aquí lo que nos trae es si Hitler, o su camarilla regalaron la bomba atómica o no. 

Hay que apuntar un detalle sobre Hitler, un auténtico síndrome de Hubris como lo conocemos ahora, un psicópata, que es la mejor definición de sus desvaríos, o el ejemplo perfecto del trastorno narcisista de la personalidad, pues en concreto, cuando sus generales le pedían llegar a Moscú que estaban a escasos 30 kilómetros de distancia y cerrarían la contienda contra la URSS de forma fulminante, Hitler les dijo que había que ir primero a Stalingrado, que ellos veían la finalidad bélica, pero que no entendían la finalidad política del conflicto. Así que en vez de entrar en Moscú, acabar la guerra contra la URSS, luego ir al sur y apoderarse de los campos petrolíferos teniendo, por tanto, resuelto el problema energético para el esfuerzo de la maquinaria de guerra nazi y dejar a Stalingrado para el final, Hitler y su finalidad política que no consistía en otra cosa que humillar a Stalin arrasando la ciudad que llevaba su nombre, impidieron, afortunadamente, el orden lógico de la guerra en aquellos momentos. Si Hitler hubiera hecho caso del consejo de sus generales, la URSS habría caído, y se habría terminado frente que no habría que seguir manteniendo en combate, así como los recursos de todo tipo habrían caído en sus manos, y a ver quién le paraba los pies a partir de esos momentos. Y relato esto de la finalidad política de Hitler, pues se asegura que Stalin fue informado de la detonación atómica en la ya antes mencionada batalla del Kursk, pero que como lo sucedido no fue, digamos espectacular, para él, pues decidió seguir con las hostilidades contra los alemanes como si nada hubiera pasado. Y aquí entra en pánico Hitler con su concreta visión política de la guerra, y es que prefería no ser él quien siguiera lanzando este artefacto atómico dado que no consiguió los efectos que perseguía, y que fueran otros, los japoneses en este caso, quienes lo hicieran y que fueran estos los que la historia juzgase en el futuro por los efectos devastadores de una detonación nuclear. No obstante, aquí se siembra una duda, que se resuelve con la desesperación de los nazis, más en concreto de Hitler y su camarilla más próxima, que al igual que él eran todos unos psicópatas de manual. La duda es la siguiente ¿cómo es que Hitler entrega la bomba atómica a los japoneses, cuando, y pese a ser sus aliados junto con Italia, consideró sin error posible de interpretación en su libro “Mi lucha” que los japoneses eran una raza inferior a la que habría que doblegar en el futuro? La única vía de respuesta que se me ocurre, es que ante la desesperación de la derrota nazi, los japoneses con el uso de la bomba atómica pudieran frenar a los aliados en todos los frentes llevándoles a la rendición sin condiciones ante tal poder armamentístico, y que así los nazis resurgirían de nuevo, cargando con la culpabilidad de la devastación nuclear a los japoneses.

        Llegados a este punto donde he resumido mucho toda esta historia, queda añadir algo que es fascinante, y esto que diré es parte de algo que en su momento leí, pero que no tuve la prudencia de bajarme de Internet, pero resulta que en un punto de nuestra historia reciente, y debido a la historia no contada de la humanidad, se hicieron análisis de superficies en terrenos del África del Norte y en la zona de Oriente Medio, arrojando esos análisis que se encontraron las evidencias de radioactividad como consecuencias de detonaciones nucleares como unos dos a tres años antes de Cristo. Y esta vez no fueron ni los nazis ni los americanos, ¿quiénes fueron? Pues imagínatelo. Resulta que de aquellos años ya citados, se conoce de las disputas familiares entre los dioses, entre el bando del dios Enki y el bando del dios Enlil, y que en las refriegas familiares lanzaron sus llamadas armas de poder, lo que entenderíamos como bombas nucleares sin que entre ambos bandos sufrieran directamente ninguna consecuencia, sino que los efectos son los actuales terrenos mencionados que quedaron como los conocemos: desérticos.

Y aquí si que llegamos al final de esta historia que puede ampliar muchísimo, pues datos existen, pero el objeto de traer a colación este serpentear histórico no es otro para mí que el de cuestionarnos siempre lo que hemos aprendido, lo que se nos ha contado como verdad absoluta sin derecho a dudar y menos a critica, re-evaluar o revisar.  Se trata de no seguir ciegos ante las versiones oficiales que nos han ido dando en toda la historia de la humanidad, ya sea reciente o antigua. Se trata de cuestionarse si lo que sabemos de forma oficial, no oficiosa, realmente ocurrió como lo dicen o todo es una gran mentira vendida y comprada para seguir un curso dado y dirigido al que no podemos escapar.

Me da igual si Hitler regalo o no la bomba atómica, si los planes fueron esos u otros, lo que no me da igual es que nos creamos sin dudar cualquier información que se da como la verdad absoluta sin derecho a cuestionamientos posibles. ¿Por qué no podemos cuestionar la historia si ya sabemos que se han ocultado muchos datos, falseado miles y encubiertos lo que ni sé si podría contar? ¿Por qué seguir creyendo sin dudar? ¿Por qué no tener un criterio propio que sea distinto e incluso opuesto a lo que nos han trasladado como lo que en realidad ocurrió cuando en realidad pudo ocurrir de otra forma? Al menos cuestiónate en privado lo aprendido y conocido. No se trata de salir a la palestra a exponer tus propias conclusiones si difieren de la verdad impuesta, pues lo que vas a encontrar es lo de siempre, lo único que saben hacer los poderosos ante situaciones incomodas donde la verdad sale a la luz: ridiculizar al mensajero dado que no pueden destruir el mensaje real de lo que sucedió e incluso de lo que sucede.

Piénsalo un poco, cuestiónate más todo, saca tus conclusiones y al menos tendrás una opinión formada en base a tus investigaciones dejando de ser un loro que repite lo que aprendió sin más sentido que seguir en una perorata cansina sin argumentos y evidencias. No obstante, como esta saga trata de ver quién fue héroe, villano, psicópata, hubris o estúpido, si quien fabrica la bomba, quien la lanza… o vete a saber si hay más héroes, villanos, psicópatas, hubris o estúpidos en alguna parte de toda esta historia.

Una última que te planteo, ¿quiénes son los héroes y los villanos hoy en día, los policías que traicionan su juramento o los ciudadanos que han de soportar la falta de honradez de quienes prometieron servirles y cuidarles? A lo mejor todos son héroes y todos villanos. Entonces me remito a lo tratado por Carlo María Cipolla donde establece las cinco leyes de la estupidez, dejando claro que hay cuatro tipos de personas, los inteligentes que producen beneficio para sí y los demás; los malvados que solo producen beneficio para sí y perjuicio para los demás; lo incautos que producen beneficio para los demás y perjuicio para sí; y los estúpidos que son los que producen perjuicio para sí y para los demás. Pero fíjate que no te pregunto si los políticos son héroes o villanos, a estos hoy en día solo los puedo definir como psicópatas fascistas: Malvados sin remedio que te seguirán oprimiendo y sometiendo.

 

Actualizaciones ¿¿¿…??? deeelij@gmail.com

 

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