Agenda completa de actividades presenciales y online de Emilio Carrillo para el Curso 2023-2024

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23/9/19

Las distopías: una crítica al presente desde un futuro indeseable (Proyecto Consciencia y Sociedad Distópica)


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El blog El Cielo en la Tierra publica todos los lunes, desde el 3 de septiembre de 2018, una entrada relacionada con el Proyecto de investigación Consciencia y Sociedad Distópica. Por medio de la web del Proyecto se puede tener información detallada sobre sus objetivos y contenidos y cómo colaborar con él:
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La distopía relata mediante la ciencia ficción posibles sociedades futuras no deseables, caracterizadas por su alienación moral, el control y cástigo a las emociones humanas, regidas por la homogenidad y el pensamiento único. El término distopía proviene del antagonismo con la obra de Tomás Moro llamada “Utopía” (1516)  para describir la sociedad ideal a la que aspiraba.

Las distopías aparecieron en la primera mitad del siglo XX y pretendían alertarnos del futuro que nos podía traer por ejemplo: el “desarrollismo” capitalista con la sociedad de consumo y la alienación del trabajo que suponía la cadena de montaje, los peligros de la carrera armamentística nuclear, la fe acrítica en la tecnología, o la manipulación de los medios de comunicación y la publicidad, al dar más valor a la imagen y el espectáculo que al analizar el contenido.

La trama argumental acostumbra a empezar con un protagonista principal que le ocurre un hecho vital (fortuito o no) que provoca que descubra el verdadero funcionamiento del mundo donde vive y se rebele contra el, y en algunos casos hasta acabe por liderar la resistencia. Pese a su carácter pesimista, en muchas de las distopías,  existe un grupo de resistentes que se oponen al sistema y viven o intentan vivir al margen, como por ejemplo los hombres salvajes en “Un mundo feliz” (Aldous Huxley) o los hombres-libro en Farenheit 451 (Brad Bradbury). Los disidentes dejan entrever un pequeño rayo de esperanza en las sociedades totalitarias y homogéneas que describen las obras.

“Nosotros” (Yevgueni Zamiatin) (1924)

Novela publicada en 1924 en Estados Unidos, ambientada en una sociedad futura donde el estado controla totalmente a la población. La novela narra el diario  personal de D-503, el constructor de una nave espacial que debe llevar la razón a todo el universo. Pero se enamora, y el amor es perseguido ya que supone rebelión y libertad. D-503 vive en la ciudad de cristal y acero del Estado Único que está separada por un muro infranqueable del mundo salvaje, donde la vida y los hombres nómadas viven al margen de las duras reglas de la ciudad-estado. La ciudad es gobernada por un único hombre “El Benechor” y los hombres le deben total obediencia, los humanos ya no tienen nombres y apellidos sino que se les identifica mediante un número, visten igual y comen lo mismo (nafta), trabajan y hacen su vida en estrictos horarios fijos, no tienen ningún tipo de privacidad ya que viven en edificios de cristal, y el “yo” ha sido prohibido y substituido por el “nosotros”.  Las relaciones sexuales están reguladas por el Departamento de Cuestiones Sexuales. Los hijos que nacen pasan a ser propiedad del Estado Único.

“Nosotros” es una crítica al nuevo estado bolchevique surgido de la revolución de 1917, el autor, Yevgueni Zamiatin, vivió la revolución rusa y se desilusionó con ella al ver la represión y la falta de libertad del nuevo gobierno, fue encarcelado por los bolcheviques en 1922, en 1906 lo había estado por el régimen zarista. La novela “Nosotros” fue prohibida en la Unión Soviética y no se permitió publicarla de nuevo hasta 1989.

“Aelita” (Jakov A. Protazanov) (1924)

Por el contrario, la película muda “Aelita”, también de 1924, adaptación de una novela de Alexei Tolstoi, pariente lejano de León Tolstoi, celebra la revolución bolchevique, y la expande hasta Marte. La acción se mantiene paralela entre Rusia y Marte. Aelita, la reina de Marte, harta de vivir bajo el régimen tiránico de su padre, lanza una llamada de socorro a la Tierra. El ingeniero Loss, el soldado Gusser y un comisario, acuden en su ayuda, y le transmiten el ideal revolucionario. Aelita  iniciara un levantamiento contra su padre, el rey del planeta rojo, con la ayuda de soldados y obreros (estos al escuchar los ideales revolucionarios de los visitantes humanos, realizan el símbolo comunista con una hoz y un martillo). Pero la película también avisa  de que la revolución puede fracasar si la dirige la persona equivocada, Aelita solo se levanta para derrocar a su padre y una vez ganada la revolución con la fuerza de los obreros, ordena a los soldados que se los lleven bajo tierra, e instaura una dictadura. La película destaca por su belleza visual, donde encontramos el constructivismo, el modelo de sociedad socialista ideal y las formas geométricas.

“Un Mundo feliz”: Brave New World (Aldous Huxley) (1932)

“Un mundo feliz” nos sitúa en Londres en el año 2540 (en el libro 632 d.F, después de Ford), en una sociedad perfecta, feliz, o eso parece… En esta sociedad se ha eliminado la conflictividad social gracias a la división genética de la humanidad en cuatro clases: Alfa, Beta, Gama y Delta. Los Alfa son los más bellos físicamente  y superiores a nivel intelectual, y ocupan los puestos del gobierno. Los últimos, los Delta, se encargan de los trabajos más pesados. Ninguna clase inferior a los Alfa considera la posibilidad de ascender a una clase superior, ya que desde el nacimiento se les han inculcado unos patrones conformistas.
El matrimonio y la pareja estable no existen, el intercambio sexual con diferentes parejas y las orgías son vistas como algo normal, y recomendable para la salud física y mental. Los anticonceptivos son obligatorios y las mujeres ya no paren bebés, sino que estos nacen mediante técnicas de reproducción artificial. Como en Farenheit  451  de Brad Bradbury, tampoco hay libros, porque está prohibida toda expresión que pueda poner en duda el sistema de valores dominante.

1984 (George Orwell) (1949)

George Orwell en 1984 no sólo hace una crítica al estalinismo, sino también a lo peligros que puede traer un capitalismo sin oposición. En 1984  los miembros del Partido Interior, los privilegiados, son conscientes de su papel coercitivo dentro del sistema y de la necesidad de manipular la información para someter el resto de la sociedad mediante la propaganda y la prostitución de las palabras: “La Guerra es paz”, “La libertad es esclavitud”, “La ignorancia es fuerza”. Prostitución de las palabras que también se produjo después de los atentados del 11S en EEUU y otros atentados en países europeos, como el 11M en Madrid, donde EEUU y sus aliados europeos justificaron las intervenciones militares en el extranjero -Irak, Afganistán, Siria-, para “garantizar la paz” o “defender la democracia y la libertad”, cuando se ha demostrado que el régimen de Sadam Hussein no poseía armas de destrucción masiva, y el Baasismo de carácter laico del depuesto Sadam Hussein en Irak y del actual Al-Asad en Siria, pese a ser regímenes dictatoriales nada tienen que ver con el fundamentalismo islámico, más cercano a las petrodictaduras de países aliados de occidente como Arabia Saudí o los Emiratos Árabes.

1984 nos presenta una sociedad totalmente bajo vigilancia del “Gran Hermano”; una crítica que también nos señala al presente, que con la excusa de la seguridad hemos ido aceptando un número mayor de instrumentos de control, como cámaras de vigilancia en la vía pública (Londres sería la ciudad paradigma de la video-vigilancia), móviles con GPS, el rastro que dejamos al navegar por Internet, o simplemente la información que dejamos voluntariamente en las redes sociales.

La “neolengua” orwelliana, donde las palabras pierden su sentido para poder manipular a la población, puede parecerse a nuestro actual sometimiento al lenguaje políticamente correcto, donde damos más valor a como hablamos que a nuestras acciones reales. Otro elemento Orwelliano es la “pos-verdad” que representa el falseamiento de la historia y del presente. La “neolengua” y la “posverdad” fueron utilizadas descaradamente a través de las redes sociales en la campaña de Donald Trump a las elecciones presidenciales, también la podemos ver en las tonterías que repite Pablo Casado.

1984 ha sido llevada al cine y a la televisión cuatro veces. Las tres primeras en los años 50, en medio de la Guerra Fría: CBS’s Studio One: 1984, 1953 (Paul Nickell); Sunday Night Play: 1984, producida por la BBC en 1954 (Rudolph Cartier); la estadounidense 1984, 1956 (Michael Anderson); y la última es “1984″ Nineteen Eighty-Four (Michael Radford), estrenada el mismo año que el nombre del título.
En Sunday Night Play: 1984, 1954 (Rudolph Cartier), el motivo que parece originar una sociedad totalitaria es el miedo de la población a una guerra nuclear y la confianza en que un gobierno fuerte que imponga seguridad y mano dura frente la delincuencia. El Partido Interior no es un cuerpo social movido por un propósito sino la representación del mal de la condición humana. Sunday night Play tuvo un gran éxito en la Gran Bretaña, con siete millones de espectadores. Los británicos se sentían identificados con los miedos que mostraba la obra, ya que Gran Bretaña se encontraba después de la II Guerra Mundial endeudada, con numerosos conflictos sociales y raciales, que habían causado la victoria del conservadurismo con Winston Churchill como Primer Ministro en 1951; hecho que provocó encendidos debates parlamentarios sobre la moralidad de la obra.

La estadounidense 1984 de Michael Anderson se realizó en plena Guerra Fría y de la Caza de Brujas instigada por el senador republicano McCarthy, así que el film se limita a estereotipar al rival comunista de la época. Anderson nos muestra un Londres en que sus habitantes visten todos con uniforme, camina y hablan como robots, y obedecen ciegamente al Gran Hermano, mientras sus dirigentes viven en lujosas mansiones. Anderson además vincula el comunismo con el nazismo; los dirigentes del Partido Interior visten con un uniforme muy parecido al de las SS; durante los “Dos minutos de odio”, donde la población debe mostrar su desprecio hacía los enemigos y traidores, mientras que el orador que enardece las masas gesticula igual que el Ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbeles. 1984 se inscribe en la campaña anticomunista estadounidense, al igual que muchas otras películas de la época, como “El Telón de acero” The Iron Curtain, 1948 (William A. Wellman); The Red Menace, 1949 (R.G Springsteen); I was Communist for the FBI, 1951 (Gordon Douglas); “Cita a las once” Walk East on Beacon, 1952 (Alfred L. Welker); Red Planet Mars, 1952 (Harry Corner) o la versión cinematográfica y reaccionaria de la novela “La Guerra de los Mundos”, de 1953, dirigida por Byron Haskin. Una película curiosa, con un discurso anticomunista pero más subliminal que otras películas con el mismo fin, es “La invasión de los ladrones de cuerpos” Invasion of the Body Sanatchers, 1956 (Don Siegel), donde unas extrañas vainas copian y substituyen a los humanos reales.

Los replicantes pese a tener el mismo aspecto físico que los hombres originales, han anulado toda individualidad humana, no muestran ningún tipo de sentimiento, no piensan por si mismos y actúan solo colectivamente y de la misma forma. Tampoco sabemos si las vainas provienen del espacio o son obra de algún humano, por lo tanto el mensaje que da al público es que debemos andar con cuidado con todo el mundo, ya que hasta un vecino o un familiar podría ser un invasor de cuerpos, es decir, un comunista.

La versión del año 1984 de Michael Radford, se estrenó en un mundo más alejado de la obra de Orwell, pero guardaba algunas similitudes, como la división del mundo en bloques antagónicos o la feroz campaña anticomunista de Ronald Reagan, calificando a la URSS como el “Imperio del Mal” y reactivando la carrera armamentística. En Gran Bretaña se inició la huelga de los mineros que pretendía evitar el cierre y privatización de las explotaciones, huelga aplastada por Margaret Tatcher que inició las políticas neoliberales de privatización. 1984, tiene un discurso sutilmente antitatcheriano, los miembros del Partido Exterior visten unos monos de trabajo azules desgastados muy parecidos a los de los mineros, viven hacinados en apartamentos de barrios deprimidos. Los miedos de la Guerra Fría habían dejado de ser el argumento principal de la obra, ahora lo eran las consecuencias de las políticas neo-liberales sobre la población, el individualismo dominante, y el desprecio hacia las clases más bajas. En la película no sabemos si el “Gran Hermano” existe de verdad o es un mito, al igual que “Goldstein”, su antagonista de la resistencia. En esta versión de 1984 el Partido Interior alimenta la desigualdad simplemente para satisfacer al Gran Hermano.

Fareneheit 451 (Ray Bradbury) (1953)

Su título se debe a la temperatura a la cual se cree que arde el papel: 451 grados Farenheit, unos 433,2 grados centígrados. En un futuro cercano que en la novela inicial era 1960 y que en las siguientes versiones se ha ido modificando, los libros están prohibidos. Un grupo especial de bomberos se encarga de entrar en las casas donde se encuentran libros, incautarlos y quemarlos. Bradbury nos muestra un mundo que va camino hacía la esclavitud y el pensamiento único, a causa de la muerte de la cultura, una sociedad que prefiere mensajes televisivos simples y rápidos que el descubrimiento y el análisis. ¿No es acaso lo que también está pasando ahora con los mensajes populistas de algunos políticos o las Fake News vía Twitter, Facebook o otras redes sociales? ¿O al preferir una serie de imágenes de Instagram o las recomendaciones de un influencer, que leer, debatir y descubrir fuentes diferentes?

Guy Montag, el protagonista de la historia, es un bombero quema-libros que cumple con su trabajo, pensando que la quema de libros es necesaria para el bien de la humanidad. Pero un día Montag se enamora de Clarisse, y aunque está casado, prefiere el amor de Clarisse que le introduce a descubrir la literatura prohibida, que a su mujer, Millie, totalmente dócil y obediente, y que termina por denunciarlo. Montag después de ser denunciado por su esposa, inicia una huida hacia un lugar donde se esconden “los hombres-libro”, personas que memorizan un libro para poder transmitirlo oralmente a sus descendientes. 

La película Farenheit 451, 1966 (François Truffaut), es fiel a la obra original y ha sobrevivido bastante bien al paso de los años, aunque como es lógico se nota la estética sesentera, a diferencia del libro que se podría pensar que está escrito hace poco tiempo.

Metropolis (Thea von Harbou) (1927): pionera de la distopía en el cine 

El guión fue escrito por Fritz Lang y su esposa Thea von Harbou, inspirándose en una novela de 1926 de la misma Von Harbou. En el año 2026 en la ciudad de Metropolis la sociedad se divide en dos clases, los ricos que tienen el poder y los medios de producción, quienes viven en amplios espacios y jardines, rodeados de lujos; y los trabajadores, recluidos en el profundo suelo de la ciudad, donde se encuentran las máquinas que hacen funcionar todo, donde trabajan en condiciones de esclavitud. María, una chica que defiende la causa de los trabajadores, insta a estos a tener paciencia y a esperar la llegada del “Mediador” que unirá a los ricos y a los obreros. Frederer, el hijo de Joh Fredersen, el jefe que controla la ciudad, tras enamorarse de María, se adentra en el subsuelo de la ciudad, descubriendo las duras condiciones de vida a que están sometidos los obreros, y como los ricos prefieren substituir a los obreros accidentados por otros obreros que a auxiliarlos, por ello Freder decide unirse a la causa de María.

Fredersen ha descubierto las actividades de María, y para evitar una revuelta de los obreros, decide solicitar la ayuda del científico Rotwang,  este le muestra un robot antropomorfo que ha inventado. El robot  puede tomar la apariencia y la conducta de una persona, así que deciden suplantar a María y le mandan promover discursos incendiarios para que los obreros se lancen a la revuelta y Fredersen pueda acabar con las demandas obreras mediante una represión violenta. Pero Fredersen desconoce que el robot contiene el espíritu de Hel – la que había sido esposa de Rotwang, que tuvo un amorío con el director de la ciudad y falleció al dar a luz a su hijo Freder – y que Rotwang utilizará al robot para vengarse de Frederzen, su hijo, y de toda Metropolis.

Si bien Metrópolis se apoya en el marxismo (Fritz Lang era socialista y tuvo que huir de Alemania) al representar dos clases antagónicas y en la alienación del trabajo al mostrar el trabajo y la vida de los obreros; la película tiene más elementos reaccionarios que socialistas:

-La solución pasa por la colaboración entre clases sociales, en lugar de la lucha de clases. Cabe recordad que Thea Von Harbou codirectora del film y esposa en aquel momento de Fritz Lang, simpatizaba con el Partido Nazi. El androide maléfico que suplanta a María es el que insta a los obreros a rebelarse, mientras que el mensaje de María sería similar al de una Santa durante todo el film (¿representación de la Virgen María?): esperar a un “Mesías” para la colaboración de dos clases, que  sirve para neutralizar la rebelión de los obreros.

-Los avances científicos y tecnológicos se nos muestran como los culpables de la esclavización de la mayoría de los humanos (obreros) o que son creados por gente maligna como el inventor Rotwang que quiere destruir la ciudad.

-La película además tiene un mensaje antisemita ya que Rotwang es judío, aparece con la estrella de David, igual que algunas puertas de las casas y escaparates de los ricos.

Por su carácter corporativista y antisemita, los sectores que mejor acogieron la cinta fueron los próximos al partido nazi, si bien los nazis tenían una ideología profundamente reaccionaria, utilizaron la tecnología y la ciencia para construir su sociedad y eliminar a aquellos que consideraban inferiores. Eso no quita reconocer de la obra sus  efectos especiales innovadores, edificaciones grandiosas, maquetas detalladas, filmaciones en stop-motion y combinaciones de imágenes basadas en ilusiones ópticas. .

DISTOPÍAS ECOLOGISTAS

“Contaminación”: No blade of grass (Cornel Wilde) (1970)

Film pionero en tratar las distopías sobre problemas medioambientales. La cinta empieza bien,  con un recorrido documental a través de una sucesión de imágenes de la contaminación que causamos a nuestro planeta, mientras un voz en off que nos advierte que nos queda cada vez menos tiempo para revertir la situación. Al final, la voz en off nos informa que unos pesticidas han provocado una infección sobre las cosechas a nivel mundial. Posteriormente la acción se traslada en un restaurante de lujo donde los comensales contemplan la noticia sin prácticamente inmutarse, los comensales siguen zampándose grandes filetes mientras por la tele se anuncia la creciente hambruna. A partir de aquí, la película baja su interés en picado, narrando las peripecias de un ex-militar, John Custance (Nigel Davenport),  con su esposa Ann (Jean Wallace) y su hija Mary (Lynch Frederick), acompañado de Roger (John Hamill) un joven investigador amigo de John y novio de su hija. Ante la cercana situación de falta de alimentación y del colapso, se intentarán refugiar en el campo, donde la contaminación aún no ha llegado. En esta huída tendrán que enfrentarse a una revuelta urbana, aprovisionarse de armas y pelear con un grupo de militares y un grupo de motoristas macarras. La película que durante los primeros 15 minutos podía parecer interesante, se convierte en una película de acción serie B (en el peor sentido del término).

“Naves misteriosas”: Silent Running (Douglas Trumbull) (1972)

En el siglo XXI, la vida vegetal se ha extinguido de la Tierra, la humanidad ha salvaguardado la flora que quedaba en tres naves espaciales botánicas situadas en la órbita con Saturno. Con la esperanza depositada de que algún día se pueda repoblar de nuevo el planeta con las pocas especies existentes en las naves, el botánico Freeman Lowell (Bruce Dern) se responsabiliza de su cuidado y mantenimiento de una de ellas, el Valley Forge, hasta que recibe una inesperada orden de destruir todas las especies y regresar a la Tierra.
Ante esta situación Lowell desesperadamente acabará por secuestrar el Valley Forge, matando al resto de su tripulación y emprendiendo una huida más allá de los anillos de Saturno en compañía de Huey y Dewey, dos robots de mantenimiento que acaba re-programando también para las labores de jardinería entre otras muchas cosas en su aventura espacial por defender los últimos recursos naturales de que dispone para sobrevivir.

El fundamento de la historia tiene un cariz conservacionista, hecho influido por la época de su rodaje, en la cual el conservacionismo empezó a tener cierto peso que el cine de ciencia ficción manifestó de forma bastante clara en muchas de sus producciones de aquella década, de manera reivindicativa y preocupada por lo que pudiese suceder.

Lowel es un hombre que ama la naturaleza, y hará todo lo posible para preservar lo que queda de ella, optando por preferir asesinar a sus compañeros para salvarla, antes que colaborar en su extinción.  Sus compañero actuan egoístamente y de forma inconsciente, no les importa destruir lo poco que ha quedado de la naturaleza.

El protagonista intentará humanizar a los dos robots de mantenimiento para combatir la soledad después de acabar con la vida de sus compañeros y para quitarse la mala consciencia de los asesinatos. Pese a que los asesinatos que ha cometido han sido para salvar la naturaleza, el mensaje de la película es que ningún asesinato está justificado.

Otra película más reciente y en versión infantil (aunque perfectamente apta para todos los públicos)  pero que también tiene un mensaje anti-humano (más disimulado) es  Wall E, 2008 (Andrew Stanton). Si en Silent running,  eran los robots los que acababan cuidando la flora, aquí el robot Wall se encarga de limpiar el “Planeta Basura”, antes conocido como “Planeta Tierra” que ha quedado hecho un vertedero por culpa de los humanos; estos se han convertido en unos seres gordos y patosos en vías de extinción. En Wall-E las máquinas son capaces de enmorarse y de salvar la tierra volviendo a hacer crecer plantas.

“Cuando el destino nos alcance”: Soylent Green (Richard Fleyser) (1973)

Adaptación cinematográfica del libro Make Room! Make Room! de Harry Harrison. La industrialización del siglo XX llevó al hacinamiento, la contaminación y al calentamiento global debido al “efecto invernadero”. En el año 2022, la ciudad de Nueva York está habitada por más de 40 millones de personas, físicamente separadas en una pequeña élite que mantiene el control político y económico, con acceso a ciertos lujos como verduras y carne, y una mayoría hacinada en calles y edificios donde malvive con agua en garrafas, y dos variedades de un producto comestible: Soylent rojo y Soylent amarillo, que son la única fuente de alimentación, ya que los alimentos naturales son un privilegio solo al alcance de las clases dominantes. La compañía Soylent es una empresa que fabrica y provee los alimentos procesados de concentrados vegetales a más de la mitad del mundo. Soylent verde es el nuevo producto alimenticio sacado al mercado,  según la publicidad de la empresa, está extraído del plancton. El film no se atreve a llegar a los extremos pesimistas del libro, donde los humanos para sobrevivir llegan a practicar el canibalismo.

Un detective llamado Robert Thorn (Charlton Heston), convive con su amigo “Sol” Roth (Edward G. Robinson), un anciano ex-profesor y ayudante suyo que investiga en los libros del pasado para comprobar que hubo una época en la que el planeta era más habitable y la comida llegaba a más personas. Thorn no se acaba de creer las historias de los libros de su compañero, ya que ha vivido toda su vida en un planeta agotado ecológicamente.

A partir de la investigación del asesinato de uno de los principales accionistas de la compañía Soylent, William R. Simonson, en su casa descubre aparatos y comodidades que nunca había visto como una nevera o una ducha de agua caliente, así como una biblioteca. Pero sobre todo el descubrimiento que le cambia la vida es el de ver que Soylent Green no se hace con placton sino a partir de cadáveres humanos y que los océanos y el plancton están muriendo.

Durante la guerra fría y con el auge del comunismo en los países asiáticos, en la década de 1960 y hasta 1980 se extendió en Estados Unidos la obsesión por el peligro de un crecimiento sin freno de la población en estos países que podia acabar con los recursos del planeta, pero especialmente del peligro que suponía para el modo de vida americano. El mensaje conservacionista de la tierra de este film, en realidad se hace para conservar el modo de vida americano y sus privilegios respeto a otros países.

FUTUROS POSTAPOCALÍPITCOS Y POSTNUCLEARES

“La hora final”: On the Beach (Stanley Kramer) (1959)

Es una adaptación cinematográfica de la novela pos-apocalíptica de Nevil Shute On The Beach (1957). Después de la III Guerra Mundial, el mundo ha quedado devastado a causa de las bombas atómicas, lanzadas en el hemisferio norte, aunque la nube radioactiva producida por una bomba de cobalto va llegando a Australia, donde se encuentra la población superviviente, para evitar el dolor de una muerte lenta, el gobierno reparte veneno para suicidarse. Se trata de un film pesimista que ofrece una visión sin esperanza sobre el futuro de la humanidad. La novela y el film, al salir en los años 50, en plena Guerra Fría, hace una crítica y nos advierte del trágico final que puede traer la carrera armamentística nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

“El muelle”: La Jetée (Chris Marker) (1962)

Es una película de sólo 28 minutos, contada a través de fotos fijas acompañadas de una narración. Narra la historia de un prisionero que en un mundo devastado tras la tercera guerra mundial es utilizado por un grupo de científicos del bando vencedor para viajar en el tiempo y encontrar una solución que ponga fin a la devastación presente. En su viaje, el prisionero intentará reconstruir el recuerdo de su amada. Otra película distopíca, 12 Monos, 1995 (Terry Gilliam), se inspiró y tomó varios conceptos de La Jetée.

Anti-racismo y lucha de clases: La saga de “El planeta de los simios”

La idea original partió de la novela “El planeta de los simios” La Planète des singes, 1963 (Pierre Boulle), en 1968 fue adaptada al cine en la película “El planeta de los simios” Planet of the Apes de Franklin Schaffner. George Taylor (Charlton Heston) es un astronauta de una nave espacial que se estrella en un planeta desconocido. Talylor descubrirá que el planeta está gobernado por unos simios inteligentes que tienen esclavizados a los humanos, estos a diferencia de los simios no tienen la capacidad de hablar. El líder de los simios, el Dr. Zaius, ve horrorizado como Taylor es capaz de hablar, y decide acabar con él, ya que supone una amenaza para la dominación simiesca.

El film tuvo un gran impacto y ha ha generado numerosas secuelas, series de televisión, un remake, un reboot, algunos de los cuales poco o nada tienen que ver con la novela y película original.

La sociedad simiesca destaca por su desigualdad, basada en el darwinismo social, llena de prejuicios raciales y religiosos y contraria al racionalismo. Los simios justifican su tecnofóbia para protegerse del uso de la ciencia y la tecnología para usos militares, como hicieron los humanos, hecho que los llevó a perder su identidad, su libertad y supuso su destrucción.

La sociedad de los simios se organiza mediante una teocracia que establece su forma de gobierno a partir de los Sagrados Pergaminos, legados por el llamado “Legislador”, parecido a un profeta al estilo Moisés. Los textos tienen como fin mantener la sociedad simiesca alejada de la influencia de los hombres. En “El planeta de los simios” y “Regreso al planeta de los simios” esta teocracia simiesca representa una parodia de los orígenes de los Estados Unidos.

Otro mensaje del Planeta de los Simios será el anti-racismo, los gorilas que cazan a los humanos emplean las mismas tácticas que utilizaban los negreros sudistas para capturar a los esclavos fugitivos de sus plantaciones. También crítica el especismo, por ejemplo en la escena de los simios sonrientes fotografiándose delante de una pila de cadáveres humanos, aludiendo a las escenas de cazadores blancos. 

En Batalla por el Planeta, Battle For the Planet of the Apes, 1973 (J. Lee Thompson) lo que más destaca es la división de la sociedad simiesca en diferentes clases sociales: Los orangutanes (vestidos de color naranja) ocupan la parte más alta de la pirámide, el poder político, científico y religioso; los gorilas (de negro), son los aliados de los orangutanes y se encargan de la policía y el ejército; por último los chimpancés (de verde), son científico de bajo rango, comerciantes, funcionarios y agricultores. En “El Regreso al planeta de los simios” Beneath the Planet of the Apes, 1970 (Ted Post), los chimpancés al ocupar el rango más bajo y al tener unas ideas más progresistas, serán oprimidos por el resto. En el film, como en Estados Unidos, el racismo también es una cuestión de lucha de clases.

En “La rebelión de los simios”, Conquest of the Planet of the Apes 1972 (J. Lee Thompson) nos encontramos en Estados Unidos en 1991, donde tras una epidemia que mató a todos los gatos y perros, los hombres crean un centro para adiestrar mediante tortura a los monos salvajes y convertirlos en sus sirvientes. Armando ha criado en secreto a César, este descubre lo que hacen con los de su especie y se muestra disconforme públicamente, obligando a ocultarse. Cuando descubre que puede comunicarse con los suyos telepáticamente, empieza a organizar una insurrección. Es seguramente el film con un mensaje más anti-racista de la saga.  En este film los simios son utilizados como mano de obra barata, como la mayoría de los negros en los Estados Unido. En la parte final de la película vemos las escenas de la insurrección de los simios, aludiendo a los diferentes episodios de disturbios raciales que se produjeron en Estados Unidos en la época -York (1969), Candem (1971)-. El mensaje del film tuvo que suavizarse, por ejemplo en el discurso final de César, líder de los simios, donde repetía la palabra “revolución”, se cortaron algunos planos de tortura a los simios ya que los miembros de la Motion Picture Association of America (MPAA) creía que se parecían demasiado a técnicas policiales oficiales de algunos estados sureños. Pese a esta “censura”, la película no deja de tener un mensaje izquierdista y contestatario.

“El juego de la guerra”: The war game (Peter Watkins) (1965)

Documental ficticio producido por la BBC sobre las consecuencias de un ataque termonuclear contra Gran Bretaña. El gobierno británico prohibió su estreno por televisión, pero se pudo exhibir en numerosos cines, obteniendo el Oscar al mejor documental del año.

El documental empieza con una serie de advertencias con una voz en off simulando un reportaje, sobre la posibilidad de una inminente guerra entre las potencias occidentales y la Unión Soviética, utilizando imágenes del Berlín controlado por occidente, donde la escalada de tensión entre los dos bloques provoca el abandono del diálogo y hace aflorar el patriotismo más primitivo y la agresividad ante el desconocido, fomentado por el discurso de los medios de comunicación. Todos los entrevistados son partidarios de responder con un ataque atómico igual o mayor al que ha sufrido la Gran Bretaña.

Para narrar el ataque nuclear y sus consecuencias, Watkins utiliza imágenes reales de la ciudad alemana de Dresden totalmente arrasada después de los bombardeos aliados (bombardeo de castigo sobre la población civil que se produjo cuando los nazis ya tenían perdida la guerra). Es un documental con imágenes duras, de cuerpos mutilados y desfigurados por la radio-actividad que además serán rematados por las fuerzas del orden para que no sufran más, o la represión de estas hacia las personas que asaltan comercios a causa de la falta de agua y alimentos. Otro elemento que utilizará para dar veracidad al documental, son las entrevistas a políticos, ciudadanos y eclesiásticos británicos ficticios  pero que utilizan frases y argumentos llenos de prejuicios que se escuchaban en la época. 

“El juego de la guerra” era una advertencia de las consecuencias desastrosas que traería un guerra atómica, esta advertencia no era porque si, debemos tener en cuenta que el documental salió en 1965, en plena Guerra Fría. 

MÁQUINA CONTRA HOMBRE O MÁQUINA Y HOMBRE

Ley y orden: Robocop (Paul Verhoeven) (1987)

Aunque haya 3 películas de Robocop, la primera es la única que vale la pena ver. El film empieza con un largo plano aéreo de la ciudad de Detroit, donde observamos una ciudad semi-abandonada, la joya de la industria automovilística norteamericana, se encuentra en sus horas más bajas. Los noticiarios mostrando la visión de Detroit de la Corporación OCP, con las continuadas interrupciones de anuncios animando a la población a consumir, nos muestran una ciudad en manos del capitalismo más salvaje, como si se tratara de una advertencia a las consecuencias de las políticas económicas de Ronald Reagan, presidente en 1987 cuando salió la película.

Los directivos de la corporación OCP que gobierna la ciudad, saben que los problemas de delincuencia son causados en gran parte por el desmantelamiento industrial, pero prefieren incrementar la seguridad en vez de reconstruir el empleo y el estado del bienestar, ya que con la fabricación de robots-policía además de enriquecerse, mantienen a la población callada.

Robocop, era anteriormente Alex J. Murphy, un agente de policía  casado y con un hijo, que es transferido a un distrito peligroso de Detroit sin ser avisado, durante su primera patrulla él y su compañera persiguen a una peligrosa banda de criminales hasta una zona industrial abandonada, allí Murphy se separa de su compañera y es atacado y asesinado. Su cuerpo es entregado a la OCP para experimentación, siendo reactivado su cerebro sin memoria y convertido en el primer prototipo exitoso del proyecto RoboCop, con una fuerza sobrehumana, visión térmica, reconocimiento de voz, un radiotransmisor, y puede acceder a diferentes sistemas informáticos.
RoboCop está programado para seguir cuatro directivas:
+Servir al bien común.
+Proteger al inocente.
+Preservar la ley.
+No oponerse ni atacar a directivos de la OCP.

La cuarta directiva, fue programada para proteger a los directivos de OCP, impidiendo el arresto de algún ejecutivo de la compañía. Para controlarlo mejor se le programaron más de 600 directivas nuevas, pero Robocop va tomando consciencia de si mismo y consigue borrarlas, en la tercera película, le insertan de nuevo la cuarta directiva, finalmente en Robocop 3, 1993 (Fred Dekker) se convierte en un miembro de la resistencia contra OCP y la cuarta directiva es borrada para siempre.

Terminator, 1984 (James Cameron)

Otras películas, como Terminator, 1984 (James Cameron) y sus secuelas, también tratan la relación conflictiva entre hombre y máquina, aunque en este caso son las máquinas que vienen del futuro para evitar el apocalipsis o para ponerlo en marcha, el futuro distópico se nos muestra a través de textos y algunas pocas imágenes.  En “Terminator II: el dia del juicio final”, 1991 (James Cameron), rompe con la frase de “segundas partes nunca fueron buenas” al superar a la primera, en ambas a Arnold Schwarzenegger le va como anillo al dedo el papel de cyborg “reparte estopa”, sea malo -en la primera-, o bueno -en la segunda-. En Terminator II destacan los efectos especiales del malo, el cyborg T-1000 (Robert Patrick) encargado de acabar con el T-800 (Arnold Schwarzenegger) y al líder de la resistencia que protege, que se puede transformar en cualquier tipo de material metálico.

“Matrix” The Matrix, 1999 (Lana Wachowski, Lili Wachowski)

“Matrix” recoge ideas de “Un mundo feliz” de Adous Huxley y las pone en marcha mediante espectaculares efectos especiales. Thomas Anderson (Keanu Reeves) trabaja como programador y también como hacker con el sobrenombre de Neo. Thomas lleva toda la vida sospechando que el mundo donde vive esconde anomalías. Morfeo (Laurance Fisburne), le cuenta que sus sospechas están fundamentadas, y que en realidad la humanidad no vive en 1999 (año en que salió la película) como cree, sino en el 2199, donde después de una guerra entre nuestra especie y unas máquinas inteligentes, estas últimas vencieron y convirtieron a los humanos en baterías orgánicas que se encuentran en enormes cosechas, el mundo que es mostrado como real, no es más que un sueño colectivo con unas reglas establecidas por dichas máquinas que evitan que la humanidad conozca la verdad. 

“Matrix” nos describe la lucha contra el absolutismo de las máquinas, Neo, Morfeo y Trinityy (Carrie-Ann Moss), que han conseguido escapar mentalmente de Matrix, modificando sus reglas preestablecidas. En un mundo real devastado, Neo preferirá poder transitar por Matrix, teniendo conocimiento pleno de como funciona y siendo capaz de modificarlo. “Matrix” filosofa sobre nuestrar corporeidad y nuestra razón de ser, y como cada vez para vivir, somos más dependientes de aparatos y programas.

LA DISTOPÍA CRÍTICA CON EL NEO-LIBERALISMO Y NUESTRO SISTEMA DE VALORES

“La fuga de Logan”: Logan’s run (William F. Nolan y George Clayton Johnson) (1967)

En 1976 salió su versión cinematográfica bajo la dirección de Micahel Anderson. Nos presenta una humanidad joven y hedonista, refugiada en unas ciudades cubiertas de cúpulas debido a que se dice que el exterior es inevitable. Como en “Un mundo feliz” de Adous Huxley se trata de un mundo muy liberal respecto al sexo y las drogas. Esta sociedad se organiza mediante una máquina llamada el “Pensador” y tiene como norma que al cumplir los 30 años los habitantes deben poner fin voluntariamente a sus vidas (aunque el gobierno dice que algunos se salvan, Logan descubrirá que tampoco es así) este sistema se justifica en el control de la población y el evitar la enfermedad y la dependencia.  El control de la edad se efectúa mediante una flor implantada en la mano de cada persona al nacer, que cambia de color hasta llegar al negro que significa la edad máxima permitida.  Los ciudadanos que evitan la muerte a los 30 años, son perseguidos y eliminados por el cuerpo de policía, del cual Logan forma parte hasta que comienza a dudar del sistema y a creer que fuera de la cúpula hay un lugar llamado “El Santuario” donde se puede vivir hasta morir de viejo.

En 1965 cuando apareció la novela, en algunos países y especialmente Estados Unidos se debatía sobre el control de la natalidad, también aparecieron los primeros superordenadores. La obre aparte de mostrar ambos fenómenos, también realiza una crítica al culto a la imagen (sólo viven los más jóvenes y estos pueden modificarse el cuerpo mediante modernas técnica de cirugías estética), avanzándose al culto a la imagen y al cuerpo que se extendió más adelante mediante internet y las redes sociales.

THX 1138 (George Lucas) (1971)

Se trata del primer largometraje de George Lucas, las temáticas que plantea y como realizó la película sin un gran presupuesto, son interesantes, pero la película se hace demasiado monótona. En THX 1138, la humanidad vive en ciudades debajo del subsuelo; las drogas son aceptadas y distribuidas por el sistema, ya que así la población no se cuestiona este y además consigue una mayor concentración al realizar el trabajo; todas las personas van rapadas y vestidas con unas batas blancas, eliminado la diversidad entre los individuos. 

El pilar fundamental de la sociedad es la economía, el sistema incita a los ciudadanos a trabajar y a consumir durante toda su vida. La religión también tiene un papel fundamental a la hora de sostener el sistema, el estado es también la religión, representado en paneles de Om (una pintura de Jesucristo), delante de los cuales los ciudadanos pueden confesarse, ademas como las confesiones son gravadas, el estado obtiene información del ciudadano.

El amor, el albedrío y todo aquello considerado dañino por el cumplimiento del trabajo, es considerado inmoral y prohibido. Todo los que nos hace humanos se ha perdido, no tenemos capacidad de elegir. El protagonista de la obra que lleva el mismo nombre que esta, THX 1138, se enamora de su compañera de habitación, LUH, ya que ella le retira la medicación para que pueda sentir. Mantienen relaciones sexuales y son condenados al descubrirse que LUX está embarazada, en la cárcel THX se une a otro reo, STR, y juntos consiguen iniciar una fuga.

La película recoge críticas que ya realizaron otras obras distópicas,  como el control gubernamental de “1984” o “Nosotros”, o el tema del uso de las drogas para calmar y tener satisfecha a la población de “Un mundo feliz”. No recomendable para quien busque una película de ciencia ficción con acción, se puede hacer pesada de ver.

El cómic V de Vendetta (Alan More) (1982-1985) y la película de V de Vendetta (James Mc Teigue) (2005)

El cómic de Alan Moore e ilustrado por David Lloyd,  se publicó originalmente en la analogía de Warrior y más adelante la editorial DC Comics sacó una nueva edición. En el estado español fue publicada por Ediciones Zinco y posteriormente por Planeta de Agostini. 

El cómic es una respuesta al autoritarismo del tatcherismo que se vivía en Gran Bretaña a principios de los años 80. Estamos en un futuro próximo al que se escribió la novela, a finales de los años 90, en Gran Bretaña, donde un partido fascista ostenta el poder. Un revolucionario llamado “V”, oculta su rostro baja la máscara de Guy Fawkes (un conspirador inglés que formaba parte de la conspiración de la pólvora, un intento de volar la Cámara de los Lores en Londres en 1605), inicia una serie de acciones violentas contra el gobierno para incitar a la población a la subversión. Los actos terroristas los logra sin ser descubierto gracias a que consigue hackear “Destino”, un ordenador que se encarga de controlar Inglaterra.

El autor del cómic, Alan Moore, rechazó aparecer en los créditos de la película a causa de los cambios en el guión respeto la obra original en cambió el ilustrador David Lloyd si que participó. Moore se quejó de que el guión de la película de las hermanas Wachowski habían eliminado las referencias al anarquismo, para centrarse en un contexto norteamericano de lucha entre el liberalismo y el neo-conservadurismo. En la película el mensaje anarquista queda más difuminado, aunque fue bien recibida por parte de algunos de ellos, también fue aplaudida por algunos ultra-liberales anarco-capitalistas por su crítica al estado autoritario frente al poder de la iniciativa individual de V. Pero sobretodo fue aplaudida por movimientos de protesta como el 15M o Anonymous, este último en sus comunicados públicos optó como símbolo la máscara de Guy Fakes de V de Vendetta (también un hacker). El mensaje del cómic es crítico tanto con el autoritarismo estatal, como con el capitalismo, especialmente en su versión neo-liberal, de hecho Alan Moore se declara anarquista. El V de la película  pese a ser un revolucionario impecable también se muestra más sentimentalista, llegando a mostrar su preocupación por la perdida de una vida humana, cosa que no pasa con el del cómic. En la novela se habla que una Guerra Nuclear fuera de Gran Bretaña ha provocado un invierno nuclear, causando hambre e inundaciones y la población opta por un gobierno fascista por el miedo al caos, mientras en la película se hace referencia a una Guerra Civil estadounidense.

“¡Están vivos!”: They live (John Carpenter) (1988)

Carpenter escribió el guión de la película bajo el seudónimo de Frank Armitage. El film que combina el thriller con dosis de humor negro, se basa en un relato de 1963 de Ray Nelson titulado Eight O’Clock in the Morning.

En “Están vivos”, un trabajador sin hogar que consigue un trabajo en la construcción, John Nada (Roddy Piper), encuentra fortuitamente unas gafas que permiten ver a las personas como son en realidad, descubriendo que buena parte de los ciudadanos e importantes políticos y famosos son en realidad unos extraterrestres con aspecto de calavera. Carpenter nos lanza el mensaje de que los que nos gobiernan no son como nosotros, no son humanos, sino seres que se alimentan de nosotros. Al ponerse las gafas también se da cuenta que los extraterrestres han inundado el mundo de mensajes subliminales para que el hombre se convierta en un esclavo que solo produzca y consuma.

Detrás del argumento del film se esconde un trasfondo de crítica a la sociedad contemporánea de la época: el miedo a una recesión económica (que ya se vivía en la época en Estados Unidos, de allí las referencias al paro y a unos paisajes urbanos desolados), la crítica al capitalismo salvaje (las partes de la ciudad donde viven los trabajadores están abandonadas por el gobierno) y al consumismo (actuamos y compramos productos por impulsos publicitarios y por lo que nos dicen los medios, sin pensar si nos convienen).

Gattaca (Andrew Nicol) (1997)

En este film, las diferencias de clases quedan ya establecidas desde el nacer, mediante el determinismo genético. Como en “Un mundo feliz” o THX 1138, los niños son engendrados artificialmente. En Gattaca la ingeniera genética permite seleccionar el sexo de los niños, su aspecto físico de los niños, mejorar la salud y dotarlos de  más capacidad intelectual para que lleguen a ser seleccionados como astronautas y colonos espaciales. Los avances genéticos predeterminan que tipo de vida tendrás, sin dejar libertad para escoger tu propio camino.

Vincent (Ethan Hawke), un niño nacido de forma natural tendrá que luchar para  hacerse un sitio entre los que  fueron concebidos en vitro y recibieron ayuda genética, entre ellos, su propio hermano, el favorito de sus padres. Nace con una deficiencia cardíaca que hace que solo le den 30 años de vida, y solo conseguirá trabajos de baja calificación, pero un dia trabajando en la limpieza de una academia de formación de astronautas conoce a un hombre que le da la oportunidad de suplantar la identidad de Jerome Morrow (Jude Law),un deportista de élite que quedó paralítico,  y gracias a esta suplantación y una serie de trucos y engaños intentará esquivar los controles del sistema.

“Battle Royal”: Batoru Rowairu (Koaushun Takami) (1999)

Novela que el realizador japonés King Fuk elevó en el 2000 a película de culto. La distopía de Battle Royal, trata de un Reality Show parecido a “Supervivientes”, a las que han añadido armas a los concursantes y con las “normas” de un combate a muerte. El concurso de Battle Royal al igual que nuestro “Pan y Circo” de concursos como “Gran Hermano” o “Supervivientes” o el Circo Romano de antaño, sirve para domesticar a los ciudadanos. En “Battle Royal” Japón es representada por la República de la Gran Asia, en la cual el gobierno ostenta el poder junto al ejército. Cada cierto tiempo y para evitar insurrecciones, se escogen jóvenes al azar para llevarlos a un entorno controlado donde se verán obligados a matarse entre ellos, hasta que solo quede un superviviente.  La democracia liberal aún debe aparentar igualdad de oportunidades entre sus habitantes, así el instructor del juego cuando presenta las reglas entre los jóvenes les dice que en el campo de batalla todos tendrán las mismas oportunidades, pero lo cierto es que al salir a campo abierto, se darán cuenta que ni todos están igual de bien armados ni todos igual de entrenados para la batalla. En el 2003 se estrenó una secuela del film llamada “Battle Royal 2: Réquiem” Batora Rowairu II: Chinkonka (Kenta y Kinji Fukasku), donde los supervivientes de la anterior edición del concurso se rebelan contra este e inician una insurrección que se ha vista por la resta de ciudadanos para que se unan a ella.

Minority Report (Steven Spielberg) (2002)

La película está basada en un relato corto de 1956 de Philip K. Dick (famoso escritor de ciencia ficción) llamado “El informe de la minoría”. Como otras distopías que hemos visto, THX 1138, Gattaca, “Un mundo feliz”, etc. donde un determinismo genético impedía al hombre ser libre para elegir su destino, en Minority Report un sistema permite ver los crímenes que se van a cometer en el futuro. La obra nos traslada en Washington el año 2054, el capitán John Anderton (Tom Cruise) es el jefe del departamento de policía PreCrimen. Este departamento funciona gracias a tres mutantes  “Precognitivos”, dos hermanos gemelos varones y una mujer, con habilidades para ver los futuros crímenes. Los “Precognitivos consiguen evitar muchos asesinatos y encarcelar a sus futuros asesinos. El director de PreCrimen, Lamar Burgess (Max von Sydow), pretende que el sistema se instaure en toda la nación. Para aprobar esta operación, el Departamento de Justicia manda a un representante llamado Danny Witwer (Colin Farrell) a inspeccionar el sistema, pero una misteriosa predicción de la precog  Ágatha,  “minoría de informe”  sobre el asesinato su madre (una ex-drogadicta), podria poner en duda la infalibilidad del sistema, y provoca una nueva predicción de los precogs que pone en peligro la vida de John Anderton, que tendrá que huir y buscar que se esconde detrás de estas predicciones.

“La isla”: The island (Michael Bay) (2005)

Como en Fahrenheit 451, THX 1138, “La fuga de Logan” o Gattaca, trata de la huída de un protagonista (en este caso, dos) que busca escapar de una vida predeterminada por el sistema en que se encuentra y poder elegir que tipo de vida quiere. La isla añade también el tema ético de la clonación, aunque al ser el director Michael Blay, no es como la soporífera THX 1138 (que no es una mala película, pero se hace dura de ver toda) ni tampoco como la primera de Matrix, sino que se trata más de una película de acción (sobretodo la segunda parte), cosa que a veces también se agradece.

El film nos sitúa curiosamente a nuesto año, 2019, Lincoln Seis-Echo (Ewan McGregor) y Jordan Dos-Delta (Scarlett Johansson) viven en una especie de recinto vigilado, sometidos a duras restricciones que anulan su autonomía como personas.  La única esperanza para todas las personas que viven en esta “macro-cárcel”, es ser elegidos para ir a “la isla, teóricamente el único lugar del exterior que no se encuentra contaminado. Lincoln, a quien la vida se le hace cada vez más difícil, empieza a preguntarse si todo lo que le han explicado del exterior es cierto, llegando a descubrir la verdad por la cuál son recluidos en este recinto.

Apartheid extraterrestre: “Distrito 9”: District 9 (Neil Bloomkamp) (2009)

Que el film esté ambientado en la capital de Sudáfrica, país que vivió el Apartheid, no es casualidad. Se trata de una crítica al racismo y la xenofobia, utilizando el antiespecismo. En el film serán los extraterrestres que llegaron 28 años antes en la ciudad los que sufrirán el Apartheid,  son apartados de la humanidad y recluídos en un campo llamado Distrito 9. 

Distrito 9 también crítica el avance de las políticas de privatización y el poder de las corporaciones y las empresas militares sobre los gobiernos. Referencia a corporaciones  estadounidenses como Black Water o Halliburton. Una advertencia a los peligros de  dejar los gobiernos y las decisiones en manos de corporaciones privadas.

Black Mirror (Charlie Brooke) (2011 a la actualidad)

La Serie actual (empezó en 2011 y se está gravando la quinta temporada) que puede despertar más nuestros temores sobre nuestra relación con la tecnología, es sin duda Black Mirror. La mayoría de capítulos de Black Mirror nos sitúan en futuros distópicos (algunos muy parecidos a nuestro presente), con el trasfondo de nuestra relación con la tecnología. Hay excepciones, algunos capítulos como el primer capítulo de la primera temporada, “El himno nacional”,  donde los secuestradores de la princesa Susannah exigen al primer ministro que para liberarla debe mantener relaciones sexuales con un cerdo en directo; aquí trata más sobre hasta donde puede llegar el morbo televisivo. O en “Cállate y baila” (tercera temporada) donde un o unos desconocidos acceden a la cámara del ordenador de dos personas y los amenazan con revelar sus secretos más íntimos sino siguen sus órdenes.  “San Juperino” (tercera temporada), no se trata de una distopía, sino de una utopía, donde aquello que nos hubiera gustado realizar en vida pero no hemos podido lo podremos realizar estando físicamente muertos, pero en realidad vivos en otro mundo. Otros capítulos, nos acercan a un futuro no tan distante al nuestro: “Caída en picado” (tercera temporada), nos muestra un mundo donde la persona es valorada en todos sus ámbitos a través de la puntuación de una red social, provocando una obsesión y estrés brutal en la protagonista para estar por encima de otras personas; o “Oso Blanco” (segunda temporada), donde la justicia se ha convertido en un Reality Show donde puede participar cualquier ciudadano y grabarlo con su dispositivo móvil. Lo cierto es que cada capítulo de Black Mirror da para un debate y la serie para un artículo entero o más bien un libro, así que no voy a extenderme más.

“El cuento de la criada”: The Handmaid’s Tale (2017)

Hay otras series distópicas interesantes como “El cuento de la criada” The Handmaid’s Tale, 2017, protagonizada por Elisabeth Moss y basada en el libro de 1985 de Margaret Atwood. Nos traslada en un estado ultra-conservador, machista y fascistoide, donde las pocas mujeres fértiles que quedan son utilizadas como criadas (en realidad esclavas sin ningún tipo de autonomía) y para engendrar los hijos de los hombres ricos, los cuales sus mujeres no pueden dar a luz. Mientras exista humanidad las distopías que denuncian y nos invitan a reflexionar sobre el poder de los estados y las corporaciones, el uso de la tecnología para controlar a la población, los problemas medioambientales, el racismo, la xenofobia, el machismo, el especismo, y tantos otros, van a continuar.

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Autor: Arnau Berenguer (Licenciado en Historia por la UAB. Interesado en Historia Contemporánea, Historia social, Local y del Movimiento Obrero, corrientes socialistas, fascismo, comunismo, sociedades de posguerra y temas de actualidad)
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