TALLER
“DEJAR ATRÁS EL SUFRIMIENTO:
LOS
HÁBITOS DE
Guión básico del taller que Emilio Carrillo desarrollará en la Casa de Acogida de Pepe Bravo en Alozaina (Málaga) los días viernes 15 (tarde), sábado 16 (completo) y domingo 17 (mañana) de mayo de 2015. Información e inscripciones: actividades.artedemismanos@gmail.com
NOTA: Para profundizar en sus contenidos, acudir al libro de Emilio Carrillo titulado Sin mente, sin lenguaje, sin tiempo (Ediciones Ende, 2015):
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A. Conócete a ti mismo, a ti misma
1. Consciencia, espiritualidad,
“despertar”… Se habla mucho de ello. Pero, ¿qué son, en qué consisten? Muy
simple: en conocerse a uno mismo, a una misma… El aforismo “Conócete a ti
mismo” fue colocado por los sabios griegos en el pronaos del Templo de Apolo
en Delfos, donde se encontraba el oráculo para consultar a los dioses. ¿Qué
significa? Se puede entender fácilmente utilizando estos dos símiles muy
sencillos de entender: Conductor y coche / Iceberg.
B. Conductor y coche
1. Conductor: eterno, más
allá del tiempo y el espacio
2. Coche: el yo físico,
mental y emocional que el conductor utiliza para vivenciar la experiencia
humana, marcada por el tiempo y el espacio.
3. Sistema operativo del
conductor: consciencia, que actúa a modo de espejo en el que se refleja la
vida hasta unificarse con la propia vida.
4. Sistema operativo del
coche: la mente, que tiene muchas funcionalidades, pero no vale para todo.
Más adelante se profundizará al respecto.
5. El ego: piloto
automático que la mente activa ante la falta de un mando consciente (conductor dormido).
C. Iceberg
1. Desprendido de un
glaciar o una plataforma de hielo, surca flotando las aguas oceánicas
arrastrado por las corrientes marinas. Y del iceberg sobresale del agua solo
una octava parte de su volumen total, mientras que más del 85 por ciento se
mantiene por debajo de la superficie, invisible para la mirada.
2. Cuando un iceberg
entra en aguas menos frías, comienza a derretirse, lo que es posible detectar
porque su parte exterior, la que emerge por encima del agua, empezará a
deshelarse y menguará. Sin embargo, la razón de ser de tal licuado se halla
en la parte del iceberg que permanece en el interior del océano, por debajo
de la superficie, pues es la que se encuentra en contacto directo con las
aguas que provocan la descongelación.
3. Aplicando lo
anterior al ser humano, lo que se está llamando coche coincide con la parte
exterior y visible del iceberg; y el conductor, con su parte interior,
sumergida y oculta para la vista.
D. Lo que sucede en el exterior tiene su causa en el interior y se relaciona
con los procesos conscienciales
1. Desde la
identificación con el coche, la gente suele creer y pensar que lo que ocurre
en el exterior –el yo físico, mental y emocional– tiene su origen y causa en
ese exterior. Por ejemplo, las enfermedades, sobre las que se volverá
posteriormente, suelen ser reconocidas e interpretadas e intentan ser curadas
por sus síntomas y sus efectos en el exterior (el cuerpo físico o en la
mente). Sin embargo, la causa y origen de lo que sucede en el exterior se
halla siempre en el interior y se relaciona con los procesos conscienciales y
el impulso y evolución del estado de consciencia.
E. Estado de consciencia
1.
Estado de consciencia: visión y percepción que cada uno tiene de sí mismo y
de los demás y el modo en el que contempla e interpreta las experiencias
cotidianas, la vida, la muerte, la divinidad, el mundo, las cosas, los
hechos, las situaciones, las circunstancias y todo lo que le rodea, así como
la escala de valores, las pautas vitales y las prioridades con las que afronta
el día a día.
2.
Presenta tres notables características: cada uno tiene el suyo; va asociado a
una determinada frecuencia vibracional; y no es permanente, sino que
evoluciona al compás de las experiencias que se vivencian, todas con su
sentido profundo y su porqué y para qué en clave de esa evolución y del
desarrollo del proceso consciencial.
3. En la vivencia
humana, la evolución del estado de consciencia va desde un estado extremo de
“consciencia de indivi-dualidad” -personas que viven en el olvido de lo que
son (conductor), creyendo ser lo que no son (coche)- a otro pleno de
“Consciencia de Uni-cidad” -cuando recuerdan lo que son (conductor) y cesan
de identificarse con lo que no son (coche)-. Y entre ambos hay multitud de
estados de consciencia intermedios, más o menos próximos a la
“indivi-dualidad” o a la “Uni-cidad”.
4. El nacimiento y
anclaje de la “consciencia de indivi-dualidad” en Tercera Dimensión es un
éxito de la evolución, frente a formas de vida en las que impera una
consciencia de perfil grupal y muy limitada. Ahora bien, llegado a un estadio
evolutivo concreto, lo que fue un éxito se convierte en un obstáculo. Es lo
que le ha ocurrido a
F. Libertad y miedo: confianza y desconfianza en la vida
1. Retornando al símil del
conductor y el coche y desde la perspectiva de la vida diaria de los seres
humanos, ¿cuál es la principal diferencia a tener en cuenta entre el conductor
y el coche? Pues que, como se ha indicado, el conductor es eterno, mientras
que el coche tiene fecha de caducidad.
2. Ese momento que
3. Por esto último, el
coche pasa sus días con miedo a la muerte. Y ese miedo a la muerte implica,
igualmente, miedo a la vida, en la que, en cualquier instante, puede ocurrir
algo que desencadene y plasme la aludida fecha de caducidad. Por lo mismo,
ese miedo conlleva desconfianza hacia la vida.
4. El conductor, en
cambio, vive ajeno a esos miedos y, por tanto, en completa libertad, que es
la total ausencia de miedos. Lo que va unido a la confianza en la vida,
sabiendo desde la consciencia que todo tiene un sentido profundo. Y la
confianza genera aceptación, que nada tiene que ver con la resignación o la
impotencia.
5. Y, expresado
coloquialmente, Las personas consciencialmente aferradas al coche y en el
olvido de lo que son viven sus días en una cotidianeidad orientada hacia la
“vía de la suma”. Y las que evolutivamente han comenzado a recordar el
conductor que son, hacia la vía de la resta.
6. Para el “salto de vía”: la importancia de los hábitos en tu
vida.
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Viejos hábitos: La vía de la suma: los hábitos del sufrimiento
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Nuevos hábitos: La vía de la resta: los hábitos de la Felicidad
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1) Tener, retener,
acumular, atesorar, poseer…
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1) Vida sencilla: Necesito
poco y, lo poco que necesito, lo necesito poco / Las cosas realmente
importantes en la vida no suelen tener precio: tienen tanto valor, que no
pueden ser compradas ni vendidas mediante euros / Vaciamiento y desalojo
interior y desapego exterior / Ritmo de vida y agenda diaria / Raza de deudores, el dinero y el
ahorro / La desconexión del sistema desde el empoderamiento y la consciencia.
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2) Dominar
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2) No trates de dominar y
nunca te enfades: nueva percepción del enojo, la ira y el
insulto.
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3) Competir
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3) En lugar de competir,
cooperar, ser solidario y compartir: Compartir, el flujo de la vida como
Milagro.
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4) Ignorar los dones y
talentos que se tiene y desconocer su profundo significado, convirtiendo la
acción en un hacer lleno de esfuerzo, deber, obligación y cargas.
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4) Tomar consciencia del
significado de los dones y talentos y de los que uno mismo posee,
transformado la acción en la movilización de las energías interiores y, por
tanto, en un “hacer no haciendo” pleno de entusiasmo (un movimiento en el
plano humano que es reflejo y resplandor de la quietud esencial del conductor
que somos).
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5) Vivir a través de la
mente:
5.1. Creer que es normal
tener una voz en la cabeza que habla sin parar.
5.2. Pensar que los
pensamientos son nuestros.
5.3. Creer que siempre hay
algo que va mal.
5.4. Creer en los opuestos
y las dualidades.
5.5. Creer que se necesita
el esfuerzo para conseguir las cosas.
5.6. Proponerse metas.
5.7. Elegir, preferir,
juzgar, opinar, etiquetar… y quejarse por lo que no es como queremos y
pretendemos.
5.8. Creer en los errores
y los karmas y vivir arrastrado culpas, pecados, equivocaciones,
arrepentimientos…
5.9. El contraste en el funcionamiento
de la mente y la necesidad del sufrimiento para evolucionar.
5.10. Confundir lo real
con las proyecciones de la mente.
5.11. Hacer que las cosas
sean como somos desde el sistema de creencias de cada cual.
5.12. Ignorar lo que dice
tu cuerpo desde la abducción de la mente.
5.13. La pareja como sueño
y la sexualidad
como tabú.
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5) Vivir desde la
no-mente: la
mente al servicio de la consciencia:
5.1. Permitir que la mente
te abandone (no es posible dejarla): no hacerle el juego, que se aburra y vuelva
al sitio que le corresponde.
5.2. Observar los
pensamientos-pestañeos.
5.3. Percatarse de que la
mente todo lo ve torcido, pero que es sólo un efecto óptico, una ficción
mental. Todo
es como debería ser: tú eres lo único que está inquieto.
5.4. “No dos”.
5.5. Vivir sin esfuerzos:
ley del efecto contrario
5.6. Vivir sin metas.
5.7. Vivir sin elecciones
ni preferencias (si pides, traes a tu vida el fenómeno completo, con sus
teóricos “opuestos”) y sin quejas. Simplemente di: “Así es”.
5.8. Darse cuenta de que
no existen los errores, pues en cada momento se hace lo que corresponde al
momento del proceso consciencial que se vive y tiene su porqué y para qué en
el impulso del mismo, ni los karmas, que pertenecen al coche, no al
conductor, y liberarse de tantas cargas y autolimitaciones mentales.
5.9. Comprender que el
sufrimiento es una elección y experimentar el gozo como espoleta de la
evolución de los procesos conscienciales.
5.10. Darse cuenta de que
pensar “acerca de” nos aleja de la realidad: La mente piensa “acerca de”; y el “acerca de” se transforma en la
barrera que impide ver lo real.
5.11. Vivir sin ningún
sistema de creencias. Todos
los sistemas de creencias, del tipo que sean, sin excepción, son producto de
la mente. Y toda la
gente que pasa sus días bajo el influjo de un sistema de creencias responde a
un mismo patrón, que se resume en estos dos puntos: en ese mundo, su mundo, todo es verdad (cada uno la
suya) y, sin embargo, nada es Real; y para
ellos las cosas no son como son, sino como ellos mismos son. Y son lo que
creen que son o pretenden ser. Expresado en sentido inverso: lo que
creen que son o pretenden ser lo proyectan mentalmente hacia afuera y ven el
mundo como reflejo de ellos mismos, de sus creencias, juicios, opiniones,
elecciones, preferencias… Y esto lo convierten en su verdad. Y sí,
indiscutiblemente es verdad, pues es verdad para ellos. Sin embargo, nada
tiene que ver con lo Real. ¿Y
qué es lo Real? La vida sin más. Sin nada que creer, ni pensar, ni temer, ni
dudar… La vida que se vive tal como es, sin nada que cambiar, ni desear, sin
ninguna queja… Sólo así se contempla y vive lo real…
5.12. Escucha a tu cuerpo
y pon a la mente en su sitio.
5.13. La pareja desde lo
real y la sexualidad
en libertad y con consciencia.
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6) Vivir en un continuo
vaivén entre el pasado y el futuro, siempre ajeno al aquí y ahora.
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6) Vivir en el aquí-ahora:
cuando mires, mira; cuando toques, toca; cuando comas, come; cuando
camines, camina; cuando hagas el amor, haz el amor…
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7) Poner toda la atención
en el “qué”: qué pasa o qué deja de pasar, qué hago o qué dejo de hacer…
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7) Poner toda la atención
en el “cómo”: cómo vivo el qué.
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8) Crear problemas donde
no los hay y convertir en complicado lo sencillo.
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8) Se acabaron los
problemas –alegraos, no os inquietéis por nada- y se constata la inefable
sencillez que subyace tras la grandiosidad de
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9) Necesidad de cambio:
deseo de cambiar la vida de uno mismo y de los demás, las cosas, el mundo…
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9) Comprensión de todo se
halla en constante y veloz Evolución, de que todo es en cada momento
exactamente como corresponde que sea y que
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10) Creer en la enfermedad
y ceñirla a sus síntomas exteriores.
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10) Percatarse que la
enfermedad es un mito: entender la auténtica naturaleza y dimensión de lo que
se llama enfermedad y su contenido sanador: el papel de las enfermedades
terminales y no terminales en el proceso consciencial de cada cual y/o en el
de las personas cercanas (Pactos de Amor).
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11) Creer en la muerte y
tenerle miedo, lo que conlleva también tener miedo y desconfiar de la vida.
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11) Comprender que la
muerte es sólo un imposible, un fantasma de la imaginación humana: el
tránsito y las experiencias cercanas a la muerte.
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12) Experiencia dual:
malestar, bienestar… sufrimiento.
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12) El fin de la
experiencia dual:
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13) Interior y exterior,
mundano y espiritual, pasividad y actividad…
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13) Mundano-espiritual.
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14) Desconocer las
interacciones y el carácter de red de la Humanidad.
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14) Darse de cuenta de las
interrelaciones existentes entre todos los seres humanos y la organización en
redes de
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15) No percibir la
naturaleza y el calado de la Madre Tierra.
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15) Vivir en simbiosis con
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16) Creer del Dios.
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16) Ningún Dios en el que
creer: la creencia en Dios impide su experimentación; Dios no es una
creencia, sino una experiencia: la Experiencia.
|
17) Amar al prójimo.
|
17) Amar al prójimo como a
uno mismo: Endiosamiento.
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18) Interpretar todo desde
el lenguaje.
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18) Silencio y meditación:
el juego de jugar con la mente. El “tercer ojo”, el testigo interno, y las dos dimensiones del
momento presente.
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19) Pretender ser
perfecto.
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19) Olvídate de ser perfecto y relájate en lo divino.
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20)
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20) La innecesariedad de
|
… Entonces
y sólo entonces se percibe la esencia de la vida. ¿Qué es? En palabras humanas,
lo que más se aproxima a esa esencia es el Amor… El Amor que glosó Pablo
de Tarso en el capítulo 13 de su Primera Carta a los Corintios y
sobre el que Albert Einstein, en la célebre carta a su hija Lieserl
(nacida en secreto de su relación prematrimonial con Mileva
Maric), afirmó: “Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta
ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que
incluye y gobierna a todas las otras; y que incluso está detrás de cualquier fenómeno
que opera en el Universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta
fuerza universal es el Amor. Cuando los científicos buscaban una teoría
unificada del Universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas”.
Amor
es lo que eres; Amor es lo que Es. Sólo el Amor es Real… Viviendo el Amor que
eres, vives fuera de la mente, sin identificarte con nada, libre, sin ningún
sistema de creencias. Y tomas el mando consciente de tu vida, que ya no es “tú”
vida, sino la vida misma. Vives desde la consciencia, en consciencia y con
consciencia... Consciencia pura, mirada limpia: sin interferencias, sin
juicios, sin interpretaciones, sin deseos, sin quejas. Todo es tal como es y
exactamente como tiene que ser. Tú también… Por fin, te contemplas a ti mismo
como realmente eres: sin identidad propia, pero siendo todo; sin percepción de
sujeto, pero absorbiendo en ti la totalidad de los objetos, que dejan de ser
tales para ser tú; nada y todo; todo y nada…
Ya
no hay sueños ni despertares, ni preguntas ni repuestas, ni búsquedas ni
encuentros, ni deseos ni frustraciones, ni creencias ni expectativas, ni
caminos ni metas… Ya no nadas en el Río de la Vida , flotas en él hasta darte cuenta de que no
es que flotes, sino que tú eres el Río, eres la Vida …. Se desvanece cualquier identidad: ya no
sabes quién es quién, ni lo necesitas para nada; ya no sabes qué es qué, ni lo
necesitas para nada. Eres ¡un Vividor! Y te basta y te sobra con saborear la
vida en su totalidad, sea lo que sea, traiga lo que traiga; te basta y te sobra
con disfrutar de la existencia toda siendo tú misma toda la existencia… Te has
transformado en el Río de la Vida
y en la Vida
misma. ¡Te has transformado en Dios! Nunca dejaste de serlo; aquí-ahora lo
recuerdas, lo vives, lo experiencias, lo gozas…
No
puedo compartir más contigo a través de las palabras...
Es
todo tan sencillo, tan simple, tan fácil, tan divino… Vivir Viviendo… Mirada
horizontal, nariz vertical… Esto es la iluminación: ¡tú mismo!... Sin mente,
sin lenguaje, sin tiempo.
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