31/12/20

Encuentro mensual online con Emilio Carrillo (14 y 28 de enero de 2021): “Enseñanzas del 2020: Lecciones para 2021"

 

ENCUENTRO MENSUAL ONLINE CON EMILIO CARRILLO:

ENERO 2021

"Enseñanzas del 2020: Lecciones para 2021"

 

Jueves 14 de enero: Exposición

Jueves 28 de enero: Respuestas a preguntas

Ambos días: Inicio: 19:00 h. Cierre: 21:00 h. (hora de España)

Tras la sesión de Exposición, a todos los participantes se les enviará un completo texto (casi 30 páginas) con los contenidos principales de la misma.

Resumen de contenidos:

Recién concluido un 2020 tan anómalo y convulso, ¿cuáles son las principales conclusiones que podemos extraer del mismo en términos de consciencia? Y oteando el nuevo año que se acaba de inaugurar, ¿qué se puede espera del 2021 en ámbitos como la vida cotidiana, la economía, la salud y las vacunas, la sociedad, la cultura, las tecnologías, el medio ambiente, etcétera? Por tanto, ¿qué enseñanzas podemos sacar del 2020 y que lecciones aplicar al 2021?

El presente Encuentro planteará una amplia serie de reflexiones como respuesta a estos interrogantes, que serán formuladas no de manera cerrada, ni queriendo convencer a nadie de nada, sino cual hipótesis fundamentadas que se someten a la consideración y al discernimiento de aquellos que estén interesados en conocer mejor el momento que vivimos y, a partir de ahí, a ellos mismos.

Todo lo cual servirá también para darnos cuenta de la gran oportunidad que los actuales acontecimientos representan para la evolución en consciencia, personal y colectiva, y para acometer una nueva práctica de vida más coherente y consistente con nuestro verdadero ser y nuestra genuina naturaleza.


Para obtener el enlace de acceso al Encuentro, en sus dos sesiones, solicitarlo por email al siguiente correo electrónico:

rincondekiko@gmail.com


Aportación: 5 euros para sufragar el alquiler de la plataforma online y otros gastos de gestión y organización de las dos sesiones del Encuentro. 

Esta cantidad se podrá abonar:

+Mediante transferencia bancaria a la "Asociación El Rincón de Kiko", a esta cuenta de Caixa Bank: ES96 2100 7123 01 0200066766

+Por Paypal (acepta tarjetas): paypal.me/elrincondekiko

Ante cualquier duda o para mayor información, escribir al correo electrónico indicado.

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La jabonera que curó la ansiedad

Los baños, por norma general, suelen ser las zonas vitales más débiles de la casa.

Si además se localizan en el área vital de alguna de las personas que la habitan, éstas pueden sentir en su estado emocional los efectos.

Este fue el caso de una chica que, tras varios meses buscando el motivo de su ansiedad y haber visitado a varios especialistas sin que ninguno observara motivo psicólogo, emocional ni circunstancial que le generase aquel estado de alerta y desasosiego, decidió estudiar la vitalidad de su vivienda por si en ella se hallaba la causa.

La chica llevaba unas semanas observado que estar fuera de casa le producía alivio y que al regresar a ella se activaba el malestar, por ello, la duda de si la vivienda era un posible factor, apareció en su conciencia.

Tras estudiar la forma en que la energía vital recorría su vivienda y tras averiguar su vibración personal mediante su fecha de nacimiento, se pudo constatar que su zona vital coincidía con uno de los baños de la casa.

La vibración de la energía de aquella chica es metal y el baño debilitaba su vibración. Por ello bajaba su nivel enérgico al entrar en casa y su sistema de alerta se activaba indicando una amenaza.

En esa misma visita se le pidió un objeto de cerámica para colocarlo en el baño de forma que aumentara la fuerza de vibración de dicha zona y no conectarse con el punto débil de la chica.

Al día siguiente su ansiedad había desaparecido y no volvió a sentirla.

Hay personas que sintonizan con facilidad con los puntos débiles de su vivienda. Una vez se refuerza la zona con carencias, las personas mejoran muy rápido.

Si observas que estar en tu casa te genera algún malestar, lo recomendable es que no lo normalices. En muchas ocasiones la solución es más fácil y más rápida de lo que imaginas.

Tu casa debería ser un lugar que te reconforte, te serene y te aporte lucidez.

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Autor: Andrés Tarazona (andres@andrestarazona.com)

https://andrestarazona.com/

Todos los jueves, desde el 7 de noviembre de 2019, Andrés comparte en este blog una serie de publicaciones centradas en

el Diseño Sentidointeriorismo y diseño consciente de viviendas, comercios y empresas que mejoran la calidad de vida.

Todas están a tu disposición de manera gratuita a traves del e-book Habitar, al que puedes acceder a través de este enlace:

https://bit.ly/Habitar-PDF

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30/12/20

“Perlas de Sabiduría” (7 bloques temáticos): Budismo, Hinduismo, Taoismo, Sufismo, Cristianismo, Libro de Urantia y Profecías

En este maravilloso espacio de publicaciones de Emilio Carrillo, que está logrando, poco a poco, ineludible e indefectiblemente, bajar el Cielo a la Tierra, deseo compartir algo muy personal que tiene que ver con las publicaciones diarias que suelo enviar, desde hace más de seis meses, a todos mis contactos; y que también estoy subiendo a mis distintos canales de Telegram para quienes gusten unirse a ellos.

Pronto dejaré de compartir lo que me ha gustado llamar Perlas de Sabiduría. Y es por eso que dejo aquí esta breve publicación con cada uno de los enlaces a los canales de Telegram donde diariamente he ido subiendo una Perla relacionada en el bloque temático correspondiente:

+Perlas del Budismo:

https://t.me/perlassabiduriaBUDA

+Perlas del Hinduismo:

https://t.me/perlassabiduriaBHAGAVADGITA

+Perlas del Taoísmo:

https://t.me/perlasdesabiduriaTAOTEKING

+Perlas del Sufismo:

https://t.me/perlasdesabiduriaISLAMSUFISMO

+Perlas del Cristianismo:

https://t.me/perlasdesabiduriaNUEVOTESTAMENTO

+Perlas del Libro de Urantia:

https://t.me/perlasdesabiduriaLIBROURANTIA

Y, por último, se halla el bloque de Perlas dedicado a las Profecías. Las empecé a compartir el 19 de diciembre de 2020 y están siendo subidas en el siguiente canal, al que también te puedes unir para recibirlas cada día hasta que finalicen en enero o febrero de 2021:

+Perlas de Profecías:

https://t.me/perlasdesabiduriaPROFECIAS

Espero que os gusten estas Perlas que humildemente he seleccionado para compartir con quienes deseen acercarse a ellas (son poquísimas en relación a la inmensidad de las que deben existir, y no solo de las religiones o tradiciones espirituales que he elegido). Y, sobre todo, para que sirvan a la expansión de la Consciencia y a la elevación del Alma, tanto de manera individual como colectiva para toda la Humanidad.

Namasté

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Autor: Manuel López (glocalismo@gmail.com)

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Vacunas: Salud y derechos (y II)

Hoy que la “Autoridad Sanitaria”... ¿a qué mérito obedece esta calificación?... va creciéndose en derechos a costa de mermar los del Paciente, más que nunca, los segundos necesitamos recuperarlos, rescatar nuestros derechos olvidados, como a los primeros recordarles sus deberes descuidados.

Les viene bien que siga así, pues les da vía libre para ir creciendo en autoridad haciéndose notar en mando y distancia, como vemos hoy mas que nunca con el tema Covid, hasta el punto que han subido peldaños en el escalafón social.

Nos hallamos a las puertas de que nos convoquen para ponernos en la fila para recibir la vacuna del Covid. Ellos ya nos tienen visualizados en cola y con la camisa remangada como en la mili o en las aldeas del tercer mundo. Que sea así o de manera más cívica y democrática....o no sea....depende de nosotros.

Esta vacuna, al igual que la situación que estamos viviendo las personas, no es como ninguna conocida hasta hoy desde nuestra existencia como seres humanos en la Tierra. Su necesidad, en el mejor de los casos, pongamosla en cuarentena por dudosa; su eficacia a la hora de proteger nuestra salud más cuestionable aún, sus efectos adversos (RAV) desde lo cuantitativo hasta lo cualitativo aún mucho más, y los intereses no humanitarios de quienes las promueven, incluidos los gobiernos que la planifican..... en la sospecha infinita.

Ante semejante panorama de falta de empoderamiento cívico-sanitario por una parte, y de total incertidumbre ante la amenaza de la vacuna para el Covid, ¿que nos queda?, ¿que hacemos?....cualquier cosa menos bloquearnos o rezar.

A mí que me convoquen por escrito. De cara al juicio final en que terminará este culebrón sanitario, necesitamos recopilar documentación firmada. No queda otra que pasar a la acción y trabajo en equipos informativos; lo deduje  tras acudir al I Congreso de Salud Censurada celebrada en Balaguer a finales de agosto de 2.019. Organizado por Dulce Revolución, tuve ocasión de conocer, departir y escuchar a quince ponentes. Impresionante el tema de las vacunas y la información que nos llegó de Xavier Uriarte e Isabel Bellostas desde el punto de vista médico, y de Luis de Miguel Ortega desde lo legal, por la falta de aplicación de la legislación en cuanto a derechos del paciente y la impunidad médica ante los graves efectos adversos (RAV) siempre negados.

También desde el punto de vista médico-cívico-legislativo, no nos queda mas que anticiparnos. Pasar de ese acomodo mental-ideológico, derivado de delegar la acción reivindicativa a sindicatos y partidos “activos y combativos”, que permitía relajarnos como masa acrítico-pasiva, y pasar a la acción directa para empoderarnos desde, primero conocer el derecho en vigor y en segundo lugar, no quejarnos sino reclamarlo formalmente para poder ejercitarlo.

Reclamar nuestros derechos y también sus obligaciones. En el caso concreto de la vacuna, exige conocer dos documentos base: Cuestionario Prevacunal y Consentimiento Informado, recogidos implícitamente en la Ley 41/2002: Reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Esta ley en su artículo 2 punto 2 dice: “Toda actuación en el ámbito de la sanidad requiere, con caracter general, el previo consentimiento  de los pacientes o usuarios”. En el punto 4 del mismo artículo lo explicita al añadir: “Todo paciente o usuario  tiene derecho a negarse al tratamiento excepto en los casos determinados en la Ley. Su negativa al tratamiento constará por escrito”.

El primero en rellenar debe ser el Consentimiento Informado, ya que sin él

no ha lugar el segundo. Sobre esto, el artículo 8 punto 1 de la ley dice: “Toda actuación en el ámbito de la salud de un paciente necesita el consentimiento libre y voluntario del afectado”.....pero...el apartado “A” del punto 2 del artículo 9 de esa ley dice o desdice: “Los facultativos podrán llevar a cabo las intervenciones clínicas indispensables en favor de la salud del paciente, sin necesidad de contar con su consentimiento, en los siguientes casos: a) Cuando existe riesgo para la salud pública a causa de razones sanitarias establecidas por la Ley”.....y aquí amigo Sancho con la iglesia hemos topado.

Todo esto ya viene del franquismo medieval y su: “Reglamento para luchar contra las enfermedades Infecciosas” de 1.945. El artículo 22 del capítulo 5 dice: “Cuando las circunstacias aconsejaren y con ocasión de estado endémico o epidémico o peligro de éste, los Jefes Provinciales de Sanidad podrán imponer la obligatoriedad de determinadas vacunas sancionadas por la ciencia”

Pues aquí y ahora, ¾ de siglo mas tarde, de nuevo una ley franquista, nos “encinta” a la posible futura operatividad con la vacuna. Existen precedentes obligando a 35 familias el año 2.010, resueltos en la Audiencia de Granada, a favor de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, siguiendo la doctrina del Tribunal Constitucional amparada y avalada por la Ley Orgánica 3/1.986.

De nuevo las dos preguntas: ¿qué nos queda?, ¿qué hacemos?....cualquier cosa menos bloquearnos o rezar. Salud y Derechos: base y bandera en esta batalla; mesa y pancarta en la calle para trabajo en labor divulgativa, desde el Manual de Resistencia editado por la Liga para la Libertad de Vacunación. 

En la temática-problemática de las vacunas y enfermedades infecciosas con registro desde 1.900, se dan informaciones tan sospechosas y controvertidas sobre su eficacia y efectos adversos (RAV), que exigen repaso y puesta al día.

Máxime cuando la apuesta mercantil anual a favor de este producto estrella, por parte de corporaciones farmacéuticas e ideologías políticas subvencionadas por ellos, es cada día más clara, por su doble o triple función política-sanitaria.

Ellos, para mantener o recobrar nuestra salud, todo lo reducen a “soluciones” externas generadoras de IVA, cuando la mayor fuente de salud, la tenemos dentro, recibida como herencia finita y gratuita de nuestra madre física (sistema inmunitario y micicrobiota intestinal). Cuando la única e indispensable Fuente de Salud para perpetuar nuestra Existencia y crear nuestro espacio futuro, emana desde la Raíz de nuestro Árbol de la vida, heredada como Semilla sembrada en el corazón por nuestra Madre cósmica.....Sol de la Tierra.

El documento (Modelo 1): Consentimiento Informado, lo firma el paciente una vez recibida toda la información por el facultativo que nos va a vacunar. Si no lo hacen, es porque no se les ha exigido el documento... porque no nos exigimos conocer nuestros derechos...y en base a ese déficit de civismo, se vienen dando los crecientes abusos por parte de la “Autoridad Sanitaria”.

El Cuestionario Prevacunal, se rellena con las respuestas del paciente sobre supuestas contraindicaciones como condición previa para vacunar o no.

El documento (Modelo 2): Daños y Responsabilidades Médica y Administrativa, lo firman el paciente y el profesional médico responsable.

Lo que la ciudadanos en general, estamos dejando entrever con esta situación de normativa invasiva y erosión de nuestros derechos en el tema Covid, es miedo y debilidad. El hecho de haber pasado toda nuestra vida como masa acritica, delegando el conocimiento de nuestros derechos a agentes públicos, partidos políticos, etcétera, hoy nos impide ejercitarnos en el libre pensamiento, incluso temerosos para opinar con criterio propio. Por otra parte, vemos como ese coro de “bienpagaos”, alineados con las tesis oficiales del argumento uniformado, justifican todas las medidas restrictivas no médicas que enferman a la sociedad. Por todo ello, nos invade un sentimiento de desamparo tal que, a una parte de la ciudadanía le infantiliza en su miedo, y a otra, también desde su miedo, la estimula para trabajar desde el civismo democrático, a favor de la primera y la recuperación de nuestros derechos en la Salud.

Admiro a Niestzche, que fue quien delimitó una frontera entre lo cívico y lo político desde el derecho: “Donde comienza el Estado, allí termina el Hombre”.

Así, aquí y ahora se trata, no de trabajar unos para otros, sino a ser nosotros mismos; empoderarnos desde la escucha activa a favor de nuevas propuestas en equipo....y resolver con la idea de renovarnos hacia lo nunca conocido.

El embudo sociosanitario impuesto para manipulación de códigos genéticos, contraviene el acuerdo internacional (ratificado en 1977) de protocolo para Consentimiento Informado, a favor de la autonomía del paciente, que fue redactado en el Código Nuremberg de agosto de 1.947, tras los experimentos médicos en la Alemania nazi y vacunación con efectos muy adversos en 1.940 en Guatemala....y que en España suman ya 970 casos al año.

Traspasando todas las fronteras del civismo democrático, de la moral cristiana y los Principios de Bioética acuñados en el año 1.970, ya penetraron en lo mas íntimo de nuestra naturaleza humana, como es el código genético orgánico. Hoy, al amparo de esa impunidad, intentan llegar al alma, como esencia del sentimiento que nace desde una Conciencia divina y herencia genética estelar.

Hoy lo que se viene dando entre los humanos, es el reflejo de la batalla entre continuar la Existencia o involucionar hacia la no existencia, que se dirime en otros mundos. Última batalla, sobre seguir siendo o dejar de ser; la misma batalla existencial pendiente dentro de cada cual. Así, la solución de lo de fuera, parte de como lo vayamos resolviendo cada cual... en nuestro interior.

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Autor: Iulen Lizaso (iulenlizaso@gmail.com)

Nota: Este artículo se publica en el blog en dos entradas:

la primera, el miércoles 23 de diciembre; y la segunda, el miércoles 30.

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29/12/20

"Reflexiones sobre la sociedad distópica", por Emilio Carrillo


https://www.youtube.com/watch?v=WYtcgr3GmSY&feature=youtu.be

Vídeo (duración: 01:18:53) de la entrevista compartida por Emilio Carrillo en Pandora, con fecha 10 de diciembre de 2020, titulada Reflexiones sobre la sociedad distópica.

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Aterrizaje forzoso (Memorias de un descarnado: 1 de 29). Por Deéelij

 

“Puesto que soy imperfecto, necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos de este mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerle remedio”

Mahatma Gandhi. Político, abogado y pensador indio (1869-1948)

 

Sólo aquellos que nada esperan del azar, son dueños del destino”.

Matthew Arnold. Poeta Inglés (1822-1888)

 

 

     En la actualidad. 08:01 horas. Base Aeronaval de Bulk

 

    Aquella mañana, no tan lejana, marcaría un nuevo camino. Una transición en la que cualquier persona podía inmiscuirse sin previa advertencia. Sin embargo, en tal ocasión, los hechos, y los acontecimientos, se encarnarían en su propio ser.

    Las primeras luces del alba promovieron, en su ascenso, una acostumbrada mañana, como tantas otras, con los destellos habituales; nada en particular la singularizó. No hubo datos que anticiparan un afrontar el día con un cariz distinto al normal, no existía sospecha al respecto. Sí, en cambio, presentía que durante las siguientes horas acertaría a resolver los inconvenientes en los cuales estaba inmerso. Problemas que él suponía controlar y para los que durante años se había preparado. Estaba seguro, al menos así opinaba su fuero interno; sería el final de las pruebas, y el comienzo de los ensayos definitivos hacia el logro perseguido. Hoy, gracias a su ayuda, pericia y arrojo, quedaría solventado el proyecto del F-1000. Pese a todo, su juicio se conducía hacia el punto adecuado sin que intuyera que iba a ser por una vertiente tremendamente distinta a la planeada en un principio.

 

      Primera jornada. 13:14 horas.  Complejo Aéreo de Nairda      

 

     Apenas podía abrir los ojos. Creía estar haciéndolo. Sólo el derecho ejerció tal acción. Empezó a percibir su posición en medio de un trigal dorado. El dolor se extendía por el cuerpo como el rocío de la mañana. Con prudencia, sobre la base de la experiencia e instrucción recibida, ordenó a los dedos el movimiento. Reaccionaron. Inmediatamente después comunicó un impulso idéntico a las extremidades inferiores. Se obtenía la misma respuesta. Luego movió las muñecas con un consiguiente y no deseado gemido. No estaban rotas, sí afectadas. Continuó con los codos y hombros, llevando su mano derecha hasta las cervicales comprobando cierto daño en ese perfil. Finalmente procedió a ejecutar gemelas acciones con piernas, rodillas y cadera. En general parecía estar en buenas condiciones, exceptuando el mono de vuelo desgarrado a jirones por diversas partes. Lo mejor fue asegurar el buen estado de la columna vertebral. Sólo le alarmó, cuando comenzó a ser más consciente, la ausencia del casco de vuelo. Inmediatamente palpó su cabeza cerciorando la ausencia de heridas o rasguños. Tal hallazgo produjo un gran suspiro de alivio.

    Estoy herido, maltrecho, pero entero se dijo procurando convencimiento y ánimo-. Debería acudir cuanto antes al hospital y someterse a un chequeo completo. Lo inexplicable era que las asistencias no hubieran hecho acto de presencia. Ni siquiera se oía el clamor de las sirenas de ambulancias y bomberos.

     Su último recuerdo era el intento de aterrizaje en Bulk con el F-1000, y la parada fulminante de los motores. Sus doce mil quinientas libras de empuje se esfumaron de golpe. Volaba en la fase final antes de llegar a la pista; quedarían unos mil setecientos metros, pero aquél fallo en el sistema impedía alcanzarla. Estaba seguro de haber dado la señal de alarma. También recordaba, con rotundidad, la respuesta insistente de tranquilidad ofrecida por la oficial del control aéreo. Pero el hecho actual de estar en un campo sembrado de trigo era lo más desconcertante. Su base aeronaval estaba implantada en las estribaciones del desierto de Luces, y en aquella zona no se cultivaba nada. Era terreno estéril.

     ¿Qué era aquello? ¿Dónde estaban los restos de su avión de combate? Estaba seguro de no haber saltado, no hubo tiempo, ni altura para que el paracaídas se pudiese abrir con el margen de seguridad adecuado para salvar la vida. Se aferró a la cabina, seguro de poder tomar tierra con la panza, frenando de esa forma, sobre la tierra plana, la impulsión.

     No era la primera vez que aquello ocurría. Esos aparatos tenían problemas que no acertaban a resolver los ingenieros. Tenían fallos estructurales desde los primeros prototipos; y los motores de cuádruple inyección ampliada no estaban a la altura de las circunstancias, sobre todo cuando se forzaban en maniobras muy concretas. Pese a ello él, como la mayor parte de los pilotos, arriesgaban en exceso. Actitud que le importaba poco, pues siempre se creyó por encima del bien y del mal. Se sentía capaz de dominar cualquier circunstancia sólo con los conocimientos adquiridos y la pericia que el tiempo enriquecía por el cúmulo de horas de vuelo. Ser indómito, atrevido y arriesgado son características fundamentales para un piloto de combate; especialmente sí, además, lo es de pruebas.

     Él se creía eso; y, por supuesto, mucho más.

     Pudo sentarse con gran esfuerzo. Las cinco primeras vértebras manifestaban, con reiteración, el único quejido que le intranquilizaba. Uno de sus mayores miedos lo había constituido siempre la posibilidad de quedar paralítico. Prefería perder cualquiera de los cinco sentidos, o varios, antes que tener que pasar el resto de sus días encastrado en una silla de ruedas.

     Tras meditar sus intenciones un escaso minuto, a lo sumo, con suavidad, se inclinó hasta ponerse de rodillas. Ladeó la cabeza preparando el esfuerzo calculado para pasar a la posición de erguido desde la inicial. Entonces, su torpe visión alcanzó a percibir un pequeño charco rojizo sobre el que caían gotas del mismo tono. Evidentemente, debían proceder de su cuerpo. Entonces abortó el intento premeditado, dejando caer su peso neto sobre los cuádriceps fatigados. La mano derecha localizó al tacto el origen del problema: una hemorragia procedente de la fosa nasal soltaba un pequeño hilillo de sangre. No es grave, supuso. Sólo el dolor del cuello era su principal preocupación. Desenguantó la mano izquierda rompiendo de cuajo un trozo del tejido verde camuflaje que lo conforma para taponar la nariz en sendos orificios. Un problema resuelto momentáneamente – se dijo. Luego examinó si otra parte del cuerpo reclamaba una pronta atención y determinó que un nuevo intento para levantarse detectaría cualquier herida.

     Inició con absoluta intención la decisión. Lo hizo despacio sin perder un segundo y sin considerar los posibles lamentos que surgieran de cualquier otra parte de su orgullosa constitución de atleta.

     A media altura, sin forzar la acción, aún con las rodillas postradas y ligeramente hundidas en un surco algo húmedo, conseguía colocar la espalda recta y la cabeza alta, cuando su quebrada vista perfiló, por encima del cultivo, un espectáculo que no podía ser verosímil. El panorama sin error, constituía un espejismo. ¿Esto es real? Indagó su mente. No podía negar lo evidente, aunque tal contemplación simulaba lo absurdo. Simplemente no albergaba cabida en una lógica juiciosa como la suya.

     No obstante, algún padecer seguía aquejando su ser, pero esto ya no parecía importar. Antes de atender al raciocinio, hizo un recuento exacto de las dolencias: un ojo inflamado, y seguramente amoratado; la nariz, quizá, rota; aunque la esperanza de tener en perfecto estado el cuello era su máxima prioridad.

     Terminó de incorporarse, hecho coincidente al rumor del encendido de un motor de pistones. Ese lejano ruido estaba prácticamente olvidado en su memoria. Aquel tipo de motores hacía años que no hablaban. Quedaban pocos, y estaban en manos de particulares, los menos, o alojados en museos aeronáuticos, la mayoría. El petardeo producido en los escapes debido a la expulsión de los gases y las consiguientes vibraciones que excitaba el fuselaje de un avión como ese, fue algo que pudo experimentar en una concreta ocasión. Consiguió rememorar aquel suceso. Pero seguía sin creer lo que vislumbraba con gran dificultad.

     A lo lejos, frente a uno de los hangares se divisaba un aparato pintado de rojo incendiario empezando a deslizarse por una de las calles que corrían paralelas a lo que debía ser la pista de aterrizaje, a unos escasos cincuenta metros delante de su cuerpo sollozante.

     Si todo esto parecía tan cierto, su curiosidad reclamó confirmación inmediata. Entonces, ordenó a la suma de sus músculos y articulaciones se dispusieran a acatar cualquiera de sus órdenes sin replicar protesta posible. 

     Empezó la andanza con paso decidido, aunque algo patoso, aplastando en su deriva el fruto crujiente que emergía de la tierra. El aeroplano continuaba rodando hacia lo que parecía ser el final del aeródromo para encarar el inicio de la pista. Era evidente que pretendía despegar. Siguió avanzando, levantando algo de polvo al tropezar con algún terrón de tierra, curiosamente seco. El paso era cada vez más firme y seguro. De pronto empezó a sentirse inexplicablemente mejorado. Ninguna de sus células consintió en reclamar alguna petición de auxilio. Sabían que no serían atendidas en esos momentos.

     El biplano encrespó sus seiscientos caballos de potencia al aire cortándolo con su hélice, comiendo metros sobre el asfalto negro en su principio de avance sin visión frontal debido a la posición de sus ruedas Ello forzaba a mirar por uno de los laterales en los inicios del despegue para impedir que se desviase de la línea central. El piloto lo hacía por babor. El herido, sin embargo, entraba en la pista por la zona opuesta lanzándose en una carrera acalorada e inusitada hasta instalar su posición justo en la intercepción en que ambos seres, uno de carne y hueso, el otro mecánico, cruzarían sus trayectorias. Quería comprobar cuánto de verdad tenía todo ese sueño en el que creía estar encallado. De serlo, nada ocurriría. De lo contrario, no perdería mucho, pues si después de estrellarse con su reactor, aparecía en medio de un paisaje desconocido, con su cuerpo maltrecho y trastornado, el simple hecho de ser seccionado por la hélice de madera de un viejo cacharro, concluiría con un absurdo caos que había desbordado su comprensión sobre una realidad incógnita. Los efectos de la desorientación habían atrapado su voluntad y raciocinio.

     Ya estaba enfrentado al teórico destino: un motor encastrado a una estructura de tubos cruzados y asidos por cables tensados que sustentaban la doble ala entelada. El ciego furor avanzaba hacia un encuentro a gran velocidad. Él, elevó los brazos como si quisiera espantarlo, pero sin previo aviso, a unos diez metros de distancia, el biplano elevó su posición vertiginosamente escrutando el cielo en un ángulo de cuarenta y cinco grados, realizando un viraje a izquierda muy ceñido.

     El resultado de esa locura fueron unas gotas de glicol y aceite llovidas desde el limpio y celeste cielo que se estamparon unas en el rostro; otras, salpicaron el increíble e impecable uniforme que portaba.

     Al percibir el detalle de la nueva vestimenta, su entendimiento fue todavía más insoluble en el bullicio alocado de las neuronas que aún parecían funcionar. Empezó a tocarlo con incredulidad. La situación constituía una voraz paranoia. Quería interiorizar en un acto de reflexión. ¿Aquello era racional? Hacía unos instantes renqueaba tirando de su cuerpo herido enfundado en un mono de combate verde oliva; ahora vestía un traje azul, condecorado con los restos de la combustión de un arcaico avión, y las flamantes insignias de Guardia Marina de primer año sobre las hombreras.

     Se miró las manos. Estaban limpias. Lo hacía con ambos ojos. Tenía los dos abiertos; le pareció increíble. Se tocó la nariz, antes sangrienta, ahora seca, perfecta. Del resto de los dolores, y la alarma imperiosa del cuello, no existía rastro alguno.

     ¿Qué estaba sucediendo? Acababa de estrellarse. ¿Serían los resultados del impacto? ¿Habría quedado mermado mentalmente?

     - ¿Se puede saber qué pretendía hacer en medio de la pista? – gritó alguien, desde atrás.

     El tono correspondía al de una mujer. Al dar la vuelta pudo divisar una figura esbelta de cabellos rubios recogidos en una graciosa coleta. Vestía un mono de color naranja al que acompañaba la típica cazadora de vuelo en cuero ajado, color marrón, con solapas de pelo suelto y botas negras muy lustradas.

     No sabía qué decir, ni cómo reaccionar. Siguió mirándola. Sin duda era una mujer atractiva, pero no era éste el motivo del pasmo. Continuaba sin dar crédito a aquél cuadro. Simplemente, todo aquello se le antojaba imposible.

     La chica enfrentada al brillante sol que lucía, y mantenía la mirada bajo su palma recta apoyada en la frente dando sombra a sus ojos color miel.

     -¿A qué espera alumno? ¿No pretenderá que vaya a por usted? ¡Vamos! ¡Sígame! Hay mucho que hacer.

     ¿Mucho que hacer? ¿A que se referiría? Se cuestionaba inspeccionando el uniforme en el que estaba enfundado mientras ella giró ciento ochenta grados sin prestar mayor atención, alejándose. En ese instante, pudo leer la inscripción bordada en el reverso de su cazadora: Instructora de Vuelo. Lo más curioso es que lucía las insignias de Coronel Mayor. Otro hecho relevante. En su ejército aún no existía mujer alguna con tal graduación.

     No supo a qué impulso obedecía, pero la siguió.

     El silencio reinaba en todo el escenario. Una torre de control hexagonal con cristales tintados en verde, e inclinados treinta grados hacia el suelo, marcaba el estilo propio de las que se construyeron al inicio del siglo pasado, cuando la aviación empezó a existir de forma tangible. Multitud de barracones inmensos, todos en color metal, configuraban una formación grandiosa de gigantes construidos a ambos laterales. Al fondo, a donde parecía se dirigía la recién aparecida, que no dejaba de andar a un paso cada vez más forzado, se levantaba un edificio de tres plantas de ladrillo rojizo provisto de un sinfín de ventanas.

     Parecía tener prisa. Era algo que ya había manifestado. Su paso sinuoso y decidido, al compás de un redoble encantador de caderas, ofrecían otro síntoma de confusión.

     -¡Oiga! – dijo en voz baja sin poder continuar al percibir el extraño tono de su emisión.

     Tocó su garganta carraspeando y tragando saliva. Esa no podía ser su voz, se dijo.

     -¡Oiga! – proclamó de nuevo, dudando.

     Otra vez ese sonido gutural, irreconocible. Volvió a aclarar todo su aparato vocal e inició de nuevo la llamada de atención.

     -¡Oiga! – alcanzó a gritar con idéntica modulación – ¿Le importaría pararse?

     La instructora reaccionó. Inmediatamente detuvo su inercia girando y mostrando una hermosa sonrisa mientras liberaba su pelo al compás del viento sujeto por un coletero verde limón. Ese gesto perturbó aún más su entendimiento. La distancia entre ambos disminuía en su avanzar presto y serio. Ella, parada, mantenía su sonrisa algo altanera y sugestiva; sus brazos en jarra mostraban una actitud retadora, mientras la gracia de la brisa atizaba sus cabellos haciendo que el pequeño oscilar pareciera una gasa transparente y sugestiva.

    Evidenciaba la treintena según su diagnóstico al frenar a un escaso metro de ella. Demasiado joven para ostentar tal rango, enjuició.

     -¿Puede decirme dónde estoy? – indagó con rigidez, como si emitiera una orden.

     -¿Acaso no es evidente? – contestaba alegre y divertida –. Esta es la Escuela Superior de Vuelo Nairda.

     La respuesta no convencía. Más bien seguía desconcertando toda su esencia.

     -Fíjese bien– dijo él de manera enfática –Aunque tenga esta apariencia de alumno zoquete de primer curso, en realidad mi grado es el de Teniente de Navío, equivalente al de Capitán, y soy piloto de pruebas. Acabo de estrellarme, o creo que eso he hecho. Hace un momento estaba allí, envuelto en mi traje de vuelo, ensangrentado, magullado y tremendamente dolorido. Ahora… bueno…. no sé qué es lo que parece... – por un momento no supo lo que quería decir –. Da igual. ¿Dígame de una condenada vez dónde estoy? ¿Acaso he muerto? ¿Estoy en el cielo? ¿Qué es esto? – concluía compungido, resignado. Vencido.

     Ella soltó su risa con desparpajo mientras procedía a recoger nuevamente su cabello en una cola prominente y juguetona.

     -Bueno – exclamó acercándose a su derecha sin dejar de mirar fijamente con sus ojos escrutadores –. Son las preguntas que todos hacen. Es lo normal. Por un momento pensé que teníamos a alguien distinto sin dejar de ser único. Quizá alguien con traumas de difícil resolución. Pero es usted otro como tantos, o al menos eso parece. Acompáñeme, le mostraré sus aposentos – ordenaba con suavidad al tiempo que le asía del brazo –. Verá, le estábamos esperando desde el instante en que emitió por radio el Mayday de auxilio. Cuando eso sucede, sabemos que tenemos otro estudiante listo para la enseñanza.

     Ante la incoherente respuesta, sin entender cómo, se dejó engatusar. No parecía quedar más remedio. Casi sin voluntad se abandonó en un arrastre a alguna parte. Ella continuaba con su explicación. Al menos era habladora, y ante una pregunta, su exposición era amplia, algo que le solía agradar.

     -Como le mencioné, su llegada era inminente, aunque no sabíamos por dónde lo haría. Cada cual aparece de una forma distinta. Ese es el único problema con los novatos. Por eso, Pitt, ha salido con el viejo Gloster Gladiator, esperando poder divisarle desde el aire. Pero casi se dan de bruces los dos en la pista. ¿Cómo se le ha ocurrido ponerse delante del biplano? ¿Acaso su cordura no le permitió atender al hecho de que podía haberle sesgado en mil pedazos?

     Aquello constituía el colmo, pensó. ¿Sabían de su llegada y salen en vuelo a buscarlo? Esto era aún algo aún más embrollado y absurdo. No pudo, ni quiso aguantar más el dilema. Paró fulminante y en seco a la mujer.

     -Escuche– prorrumpió, soltando el brazo que le aferraba –. ¿Quiere decirme quiénes son ustedes y qué hago aquí? Esto ya está pasando de ser algo más que una estúpida broma de mal gusto –. Entonces la asió por los hombros mientras advertía que ella era unos quince centímetros más baja que él. Recapacitó momentáneamente recomponiendo el ánimo, procurando ser algo más sumiso, menos impaciente –. No quiera conocer mi faceta desagradable – continuó diciendo – pues estoy a punto de perder el control. La razón ya no me asiste… respiró hondo, contando hasta diez, mentalmente – Repito. ¿Quiénes son ustedes y qué hago aquí? Responda congruentemente de una vez, ¿quiere?

     Ella miró con desafío, simulando enojo. Su sonrisa había desaparecido de golpe, algo que le produjo en su interior confusión instantánea. Cerró la cremallera de su cazadora. Le escrutó de arriba abajo y de abajo arriba. Cruzó sus brazos y soltó unas andanadas de palabras contundentes.

     -Entiéndame, si es posible. No creí que fuese usted tan torpe como para no darse cuenta de la situación. Está claro que no está donde normalmente suele estar. ¿No es evidente? – esgrimía con las manos abiertas –. Tampoco está muerto o en el cielo como es la ilusión alucinadora de muchos. ¿Acaso ve alitas en mis espaldas? – indicaba acompañando el gesto con sus pulgares –. No soy ningún ángel dándole la bienvenida. Simplemente está aquí porque olvidó volar, y, por tanto, vivir. Usted está, y le creía lo suficientemente inteligente para deducirlo, en otra dimensión, en otro instante, en otro plano, en otro espacio alternativo, como prefiera encajarlo en su conciencia – explicó algo seria –. Pero por si aún no le ha quedado claro, se lo repito: Está aquí porque dejó de volar, dejo de vivir; esa es la auténtica verdad. No hay otra. Usted mismo lo ha dicho: se ha estrellado. Y también sabe que no es la primera vez que le ocurre ¿Estoy equivocada? – inquirió sin esperar respuesta –. Aunque esperamos que sea la última. ¿Satisfecho?

     Todo aquel discurso le había sacado del momento presente. Dejo de considerar a su interlocutora. Su mirada estaba ahora perdida mientras indagaba en su interior una resolución a las explicaciones.

     Ella captó la perturbación. Tendría que sacarlo de tal introversión zarandeándole. No reaccionaba al modo usual. Estaba afectado, y era posible que permaneciera bloqueado durante algún tiempo. Decidió algo drástico. Algo que solía funcionar con los militares

     -Atención. Capitán. ¡Firmes!

     Surtió efecto. De inmediato adoptó el papel marcado.

     -Condúzcase al barracón número uno. Ala norte. Habitación número veintiuno. 

     -Señora. Sí, señora. – Su voz sonaba como la de un autómata.

     -Diríjase allí. Es su alojamiento mientras dura su curso. Encontrará toda la impedimenta necesaria. Aséese si lo necesita y póngase el traje de vuelo. Dentro de treinta y cuatro minutos, exactamente – ordenaba, mirando su reloj, calculando el tiempo –, le veré en el comedor. Imagino que tendrá hambre. Así que dispone de poco tiempo. Aprovéchelo, si es que quiere volver a volar. ¿Ha entendido Capitán Jano?

     ¿Jano? No recordaba que ese fuera su nombre, aunque tampoco recordaba cuál sería de no ser ese. Otro nuevo elemento para alimentar el barullo mental y emocional, ya de por sí enmarañado. ¿Quién era él, además de lo poco que podía recordar?

     Emprendió la marcha, caminando, obedeciendo sin razón a un programa que no era capaz de dominar. Computaba una orden dada. ¿Dónde se encontraba el control sobre su vida, si es que a eso se le podía denominar vida y control? ¿Qué es esto, y quién soy? La cuestión se marcaba omnipresente. No obstante, sus pies persistían en recorrer la distancia que le restaba al lugar indicado.

     Encontró la habitación sin dificultad. La estancia era sobria, pero confortable. Sobre la cama, bien dobladas y adecuadamente dispuestas, numerosas prendas. Colgado en perchas, dentro del armario, varios monos de vuelo que tenían cosido, sobre el bolsillo superior izquierdo, un parche con su nombre. En la derecha un escudo redondo de fondo azul sobre el cual había superpuestas tres alas solapadas en color dorado; bajo ello, el nombre de la escuela: Nairda.

     Una puerta abierta descubría el aseo. Dentro, justo frente a él, algo le sorprendió: un espejo reflejaba una imagen desconocida al recuerdo que poseía de sí mismo. Un semblante distinto de idéntica estructura craneal. Su cabellera se veía rasurada, brillante. No se atrevió a moverse, exclusivamente se llevó las manos a la cabeza comprobando que no era un espejismo lo contemplado. Algo más no se situaba en su habitual lugar: su querido bigote había desaparecido. La nueva fisonomía produjo estupor. Se acercó hasta quedar a pocos centímetros del brillante cristal. Allí sostuvo la mirada, penetrando en el iris, buscándose, intentando creer lo que veía. Tardó unos minutos en el reconocimiento. No sólo no recordaba que se llamara Jano, sino que, además, algunos de sus más sobresalientes rasgos físicos habían, literalmente, desaparecido.

     Sin saber el motivo, una especial fortaleza se apoderó de su incertidumbre, haciendo que recuperara el equilibrio. Tampoco esta faceta era parte de su carácter, simplemente aceptó lo que veía y sentía, suponiendo, sin razón aparente, que todo se iría aclarando sin más. Dejó de pensar en ello disponiendo sus actos para cumplimentar el horario estipulado.

     ¿Qué estaba sucediendo? Nada en su razonar atraía alternativas que ilustrasen con un mínimo de sentido común cualquiera de las circunstancias que, como un torrente desbocado, confluían sin orden ni concierto.

      Mejor no discurrir más, se ordenó, pero era complicado corresponder tal auto dictado.


Posdata:

En el artículo del día 1 de diciembre (Rojo octubre, peligroso noviembre y brillante diciembre. III Parte) comuniqué que personalmente había recibido por psicografía una serie de técnicas y procesos para aplicar en psicoterapia, que solucionaba el 80% de los problemas psicológicos del ser humano. La explicación resumida de esta psicoterapia es que elimina el ego, te reconecta con tu alma (conecta la Particularidad con la Singularidad) y tienes control emocional, siendo feliz en tu vida actual; al mismo tiempo dije que lo había transferido a dos Almitas maravillosas (psicólogas) que os los podía ofrecer mediante terapia, obvio que, con remuneración, pues es su trabajo, y que además ellas lo harán, pues mis tiempos están contados, para seguir en esa labor. No se trata de dar una formación, sino de recibir terapia para quien lo necesite. Durante un tiempo os habéis puesto en contacto conmigo para luego realizar el contacto con ellas (Rosario y Yesenia), pero ahora ya podéis hacerlo de forma directa mediante su correo profesional:  terapia.psico2@gmail.com También podéis visitar su Web: http://www.psico2-internacional.es

 

Para las actualizaciones de Todo Deéelij y preguntas sencillas: deeelij@gmail.com

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28/12/20

Taller Extraordinario de Navidad (online) con Emilio Carrillo (29 de diciembre de 2020): “Es hora de que expandas con fuerza la consciencia"

  

TALLER EXTRAORDINARIO DE NAVIDAD (ONLINE) CON EMILIO CARRILLO

29 DE DICIEMBRE 2020

ES HORA DE QUE EXPANDAS CON FUERZA LA CONSCIENCIA:

ABANDONA LAS VIEJAS FORMAS Y AVANZA POR LAS NUEVAS VÍAS QUE SE HAN ABIERTO PARA EL SER HUMANO

 

18:00h: Exposición

20:00h: Descanso

20:15h: Respuestas a preguntas

21:15: Cierre

 

Para obtener el enlace de acceso al Taller, solicítalo por email al siguiente correo electrónico:

rincondekiko@gmail.com


RESUMEN DE CONTENIDOS

En el mundo de la consciencia continúa habiendo una tendencia bastante generalizada a repetir antiguas formas de avance por el Sendero Espiritual que tuvieron su razón de ser en un determinado punto de evolución en consciencia de la humanidad, pero que no se ajustan a lo que requiere el momento presente ni cuadran con nuestro devenir álmico. Entre ellas, las ligadas a prácticas de rituales y ceremonias, invocaciones, ingestión de sustancias, técnicas de sublimación etérico-energética y emocional, aferramiento al intelecto y al conocimiento puramente intelectual y un amplio etcétera.

Sin embargo, en lugar de seguir marchando por estas “carreteras secundarias” en nuestro desarrollo consciencial, tenemos ya plenamente a nuestra disposición la “autopista” que la evolución del consciente colectivo de la humanidad ha abierto para todos de la mano del uso de la mente abstracta y de unas prácticas de vida coherentes con nuestro verdadero ser.

Este Taller Extraordinario de Navidad te mostrará el sentido y el contenido de esa “autopista”, es decir, de esas nuevas vías que hacen posible que expandas con fuerza tu consciencia en un momento histórico de tanta transcendencia para cada uno de nosotros y el conjunto de la humanidad.


Aportación: 10 euros para sufragar el alquiler de la plataforma online y otros gastos de gestión y organización. 

Esta cantidad se podrá abonar:

+Mediante transferencia bancaria a esta cuenta del BBVA: ES83 0182 1294 1602 0474 0557 (Destinatario: Francisco Martín)

+Por Bizum: 637 87 66 66

+Por Paypal: rincondekiko@gmail.com

Ante cualquier duda o para mayor información, escribir al correo electrónico indicado.


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Epílogo (Visión sistémica del mundo: 50)

Llegado al final de esta serie dedicada a la “Visión sistémica de nuestro mundo”, considero que podría ser interesante hacer algo parecido a una recapitulación de todo lo mostrado en las cincuenta entregas llevadas a cabo durante todo este concluido año 2020, de infausto recuerdo para la Humanidad, en el que hemos podido comprobar cómo en 365 días, la vida de los seres humanos ha cambiado para siempre, y no es una exageración.

Hemos vivido 365 días que han hecho que la Nochevieja de 2019 la Humanidad aquella impresiona de estar muy atrás en el espacio tiempo, porque la que ha celebrado la actual de 2020, no es ni su sombra.

Esta entrega de recapitulación la escribí el 28 de septiembre pasado, una vez concluida toda la serie y, una vez escrita, podría habérsela entregado a Emilio Carrillo a comienzos de octubre, pero luego pensé que era preferible entregársela (ya se lo advertí), a comienzos de diciembre, para que lo que aquí expongo, no suene a obsoleto, desfasado y desactualizado respecto de lo que hoy, 4 de enero de 2021, fecha de publicación en el blog de esta última entrega, estemos viviendo en España y en el Mundo.

Esta incertidumbre respecto de lo que pasará en el Mundo y en nuestra vida mañana (24 horas después del momento presente), es el mayor exponente del caos absoluto en el que se ha convertido la vida en este castigado Planeta Tierra.

Supongo que las gentes que vivieron los momentos más oscuros y dramáticos de la Segunda Guerra Mundial lo considerarían lo más parecido al fin del mundo. Y realmente así era, dado que la Humanidad después, no sería en absoluto, ni parecida a la de antes. Pero al menos fue, es decir, mal que bien, en determinados territorios devastados fue posible recomenzar, aunque, como hemos podido observar en las entregas dedicadas a los capítulos del Libro “Consciencia y Sociedad distópica”, la 2ª Guerra Mundial supuso en todas ellas el salto del mundo 2.0 al 3.0. Fue un salto traumático para muchos, aunque para otros territorios menos devastados, el tránsito pudo ser más suave.

Mientras los saltos de estado, del 0 al 1, del 1 al 2, y del 2 al 3.0 fueron saltos cuánticos, que decimos ahora, refiriéndonos a cambios completos de paradigma, el salto del mundo 3.0 al 4.0 es un cambio de paradigma mucho más profundo y de ámbito planetario, que se está produciendo de un modo paradójico y contradictorio, como un oxímoron, “violentamente tranquilo”, “ruidosamente silencioso”, porque se está produciendo en un día a día para el común de las gentes sin excesivas tragedias, aunque ya se encargan los informativos de mostrarnos todos los días los convulsos procesos que aquejan al Mundo en todos sus rincones. Pero como en principio, a la acomodada sociedad occidental, en su conjunto, no le afectan en su día a día, tantas malas noticias de crisis múltiples se han convertido ya en nuestra natural cotidianeidad. Estamos ya institucionalizados ante la adversidad global.

Pero la Sociedad 4.0 en la que lenta pero súbitamente nos estamos asentando, tiene una característica diferente a las anteriores, su intrínseca inestabilidad y comportamiento caótico, como muestra el diagrama de bifurcaciones a final del texto, que acompañaba a la entrega 44.-“El futuro de la vida humana”, del 16 de noviembre pasado.

No sé en qué momento estamos de su evolución, si en la primera bifurcación, en la segunda o estamos ya inmersos en el absoluto caos de la tercera fase del gráfico, donde podemos intuir tres comportamientos más o menos previsibles, aunque diametralmente opuestos unos de otros y 47 comportamientos tan caóticos como incompatibles con la vida humana en este Planeta. Tampoco es que los tres comportamientos más o menos previsibles, sean compatibles entre sí, porque no se puede intuir cuales están dentro de los límites de la viabilidad.

Es decir, estamos en caída libre. Vivimos un mundo 4.0, que impresiona de disponer de una alta tecnología que nos va a permitir, estoy seguro, conquistar Marte, pero que no puede, no es capaz de garantizar la vida humana a una semana vista, porque todo está tan desbocado, que el batir de las alas de una mariposa puede, no hacer que llueva en Nueva York, como decía Konrad Lorenz, sino desencadenar un cataclismo de proporciones planetarias …, o no, que no suceda nada relevante.

Inmersos en este proceloso mar, donde es igualmente factible que mañana luzca el Sol y tengamos un espléndido futuro, o que algo suceda que desencadene la extinción de la especie humana nadie sabe ni tiene mínimamente garantizado en siguiente día de vida. Bueno, eso siempre ha sido así, pero ahora, mucho más.

Esta serie de entregas comenzó a colgarse en el Blog de Emilio Carrillo el 20 de enero de 2020, cuando lo único que sabíamos del Covid19 era que se estaban produciendo en Wuhan los primeros casos y que allí, la población estaba confinada. Así que la primera parte de la serie, de enero a agosto, fue entregada durante la primera ola y en el momento de la publicación del libro “Consciencia y Sociedad distópica”, por lo que apenas esta primera parte, dedicada a las bases del pensamiento sistémico, mencionó la violenta actualidad que estábamos viviendo. La segunda parte, desde la entrega 33.-Los cambistas, el 31 de agosto hasta la 44.-El futuro de la vida humana, ha ido entregándose durante la segunda ola y las continuas infamias políticas cometidas por el actual Gobierno. Y la Tercera parte, que habla del MODELO 2, el bioeconómico mundo feliz que todos ansiamos, se ha entregado con las tenues luces navideñas de una triste Navidad, bajo la amenaza de una tercera ola tras el periodo navideño.

Pero ante semejante escenario de confusión, de miedo y de angustia vital, no sé si el esfuerzo de mostrar el Mundo desde una perspectiva global, holística o sistémica sirve de mucho para devolver la paz de espíritu a los corazones destrozados. Tampoco sé si el nivel de profundidad metodológica que he empleado ha llegado a la comprensión de todo (lamento que no haya sido así, en su caso), pero al menos, he tratado de aportar una brizna de comprensión a tamaño sinsentido.

Qué es el pensamiento sistémico

Creo que es momento de plantearnos, concluida la serie y visto su alcance, qué valor añadido supone el pensamiento sistémico respecto del modo normal con el que todos tratamos de comprender la realidad. Y tengo que decir que el pensamiento sistémico trata de ser una actitud del ser humano ante la vida, que se basa en la percepción del mundo real en términos de totalidades para su análisis, comprensión y modo de actuar, a diferencia del planteamiento del método científico, que sólo percibe partes de éste y de manera inconexa y altamente sub especializada, por lo que no permite ver el conjunto de la realidad.

Lo que sigue en este epígrafe está extraído de la web peruana www.iasvirtual.net. He visto que lo explica bastante bien y, además, los sudamericanos se han tomado en general el pensamiento sistémico bastante en serio. Y para qué reescribir algo que está bien escrito.

El pensamiento sistémico aparece formalmente hace unos 60 años, a partir de los cuestionamientos que desde el campo de la Biología hizo Ludwing Von Bertalanffy, quien cuestionó la aplicación del método científico en los problemas de la Biología, debido a que éste se basaba en una visión mecanicista y causal, que lo hacía débil como esquema para la explicación de los grandes problemas que se dan en los sistemas vivos y en la sociedad de los sesenta y mucho más en la actual.

Este cuestionamiento lo llevó a plantear un replanteamiento global en el paradigma intelectual para entender mejor el mundo que nos rodea, surgiendo formalmente el paradigma de los sistemas.

El pensamiento sistémico hemos visto que es integrador, tanto en el análisis de las situaciones como en las conclusiones que nacen a partir de allí, proponiendo soluciones en las cuales se tienen que considerar diversos elementos y relaciones que conforman la estructura de lo que se define como "sistema", así como también de todo aquello que conforma el entorno del sistema definido. La base filosófica que sustenta esta posición es el Holismo (del griego holos = entero).

Bajo la perspectiva del enfoque de sistemas, la realidad que concibe el observador que aplica esta disciplina se establece por una relación muy estrecha entre él y el objeto observado, de manera que su "realidad" es producto de un proceso de co-construcción entre él y el objeto observado, en un espacio–tiempo determinados, constituyéndose dicha realidad en algo que ya no es externo al observador y común para todos, como lo plantea el enfoque tradicional, sino que esa realidad se convierte en algo personal, un “modelo de la realidad” y particular, distinguiéndose claramente entre lo que es el mundo real y la realidad que cada observador concibe para sí.

La consecuencia de esta perspectiva sistémica, fenomenológica y hermenéutica es que hace posible ver a la organización ya no como que tiene un fin predeterminado (por alguien), como lo plantea el esquema tradicional, sino que dicha organización puede tener diversos fines en función de la forma cómo los involucrados en su destino la vean, surgiendo así la variedad interpretativa; puede tener un fin en si mismo y funcionar en régimen inercial condicionado por su intrínseca complejidad dinámica, que hemos podido ver en múltiples ocasiones. Estas visiones estarán condicionadas por los intereses y valores que posean dichos involucrados, existiendo solamente un interés común centrado en la necesidad de su supervivencia.

Así, el Enfoque Sistémico contemporáneo aplicado al estudio de las organizaciones y en general, del Mundo, plantea una visión inter, multi e interdisciplinaria que ayuda a analizar la realidad de manera integral permitiéndole identificar y comprender con mayor claridad y profundidad los problemas organizativos, sus múltiples causas y consecuencias. Así mismo, viendo a la organización y a la sociedad como un ente integrado y como un sistema abierto al exterior por múltiples ligaduras externas de materia, energía e información, conformada por partes que se interrelacionan entre sí a través de una estructura que se desenvuelve en un entorno determinado, se está en capacidad de poder detectar con la amplitud requerida tanto la problemática, como los procesos de cambio que de manera integral, es decir a nivel humano, de recursos y procesos, que serían necesarios de instaurar, para tener un crecimiento y desarrollo orgánicos, conforme a las leyes sistémicas y no violándolas y en términos viables en el tiempo.

Este planteamiento es aplicable a toda la escala biológica, desde la célula hasta la sociedad internacional, pasando por cada uno de nosotros y nuestra vida personal, la de nuestro grupo familiar, empresa, organización, país, etc.

Este era mi objetivo, cuando le planteé a Emilio llevar a cabo este proyecto incrustado en el Proyecto Sociedad distópica. Vosotros diréis si está logrado en todo, regular o en nada. 

Epílogo a 14 de diciembre de 2020

Hasta aquí, lo escrito el día 28 de septiembre, como conclusión de la serie, en un momento en el que Madrid estaba entre el confinamiento total o no, entre arruinarse totalmente o no, según pueda más el Gobierno o la Comunidad; en un momento en el que el Gobierno ha cometido la infamia de postergar y humillar a Su Majestad el Rey el 25 de septiembre; en un momento en el que Estados Unidos entra en la fase final de su campaña electoral y otros múltiples acontecimientos nacionales e internacionales que pueden provocar un imprevisto giro copernicano y poner, de nuevo el Mundo del revés.

En adelante, lo que continúa es en función de lo sucedido desde entonces hasta el 14 de diciembre; que el 28 de septiembre, nadie tenía ni idea de qué podía suceder.

Hoy, 14 de diciembre de 2020, momento en el que redacto estos últimos párrafos, como todos sabéis, vivimos una realidad que no ha hecho más que complicarse. Se nos aboca a ir adaptándonos, queramos o no, a la normativa del Nuevo Orden Mundial, en la que la supuesta pandemia es, o bien una oportunidad de oro que el Estado Profundo ha aprovechado magistralmente para acelerar el proceso de esclavitud de toda la Humanidad, o es (la pandemia) el resultado de todo un proceso, también magistral de “diseño e ingeniería social” para conseguir doblegar a toda la Humanidad ante un mundo en el que, según la Élite, somos tantos, que permitir el respeto de los derechos humanos y la capacidad de libre albedrío, nos haría a los humanos incontrolables para los planes que “ellos” tienen pensado.

Como dice Cristina Martín Jiménez en su libro “La Verdad de la Pandemia”, nos están conduciendo hacia lo que ella llama “la revolución del caos”. Resulta que habíamos creído que el capitalismo y el comunismo eran filosofías sociales enfrentadas, cuando en realidad son los mejores aliados para los fines últimos del Estado Profundo. ¿Sabéis que la revolución bolchevique fue financiada por los Rothschild y los Rockefeller? El estado del bienestar, donde el común de la población sea culta, tenga capacidad económica y viva a gusto, es el peor de los escenarios para “ellos”. En una sociedad así, el comunismo no tiene nada que hacer, por eso, para que se produzca el proceso progresivo de concentración de poder en cada vez menos manos, tiene que ir acompañado de un proceso también progresivo de empobrecimiento de la población, creando caos, inquietud y miedo, sobre todo miedo a un peligro mortal, como por ejemplo ¿una pandemia?

En un estado así, acompañado de la correspondiente “infodemia”, como referíamos en la entrega “43.- Pandemias 4.0”, un montaje propagandístico asociado a la realidad biológica de la enfermedad que transforma esta en algo mucho más dramático de lo que realmente es (de ahí que hayan surgido movimientos negacionistas), hace que el común de las gentes acepte cualquier medida que impongan los gobiernos para “proteger” a los ciudadanos de “una muerte segura”, bien con el uso de mascarillas, que provocará la progresiva pérdida de nuestra propia identidad, el confinamiento domiciliario mientras aplaudimos por la ventana y la “distancia de seguridad” que nos incitará a recelar los unos de los otros, mientras nuestro modo de vida se va por el desagüe al no poder trabajar, a riesgo de expandir la pandemia.

Todo está perfectamente pensado para “meter a toda la población mundial subvencionada en un puño”, mientras se la entretiene fácilmente con Netflix o Disney cannel, que, al no poder hacer otra cosa en nuestras casas, nos tragamos diariamente horas y más horas de televisión (pan y circo).

Y a todo esto, está la vacuna, “el principio del fin” que dijo ayer 12 de diciembre el ministro Illa; y sí, es el principio del fin, pero no de la pandemia que, “¡larga vida a la pandemia!”, sino de nuestra capacidad de decidir y sobre todo, la sibilina forma de reducir la población mundial. Ya circulan informes que dicen de la vacuna de Pfaizer y otras, pueden provocar infertilidad. Ni lo afirmo ni lo niego, sólo advierto del rumor.

Los primeros informes al Club de Roma, ya advertían de los “límites al crecimiento”, arquetipo sistémico tan cierto como la Ley de la Gravedad; razón por la que el Informe Kissinger (NSSM200) de 1974 se centra en el problema de la superpoblación, porque según los modelos del Mundo del MIT, ningún escenario mundial a cien años vista (1970-2070) era viable, si no iba acompañado de una reducción significativa de la población mundial, es decir, que el límite al crecimiento no lo provoca el agotamiento de los recursos, sino el incremento exponencial de la población, como le sucedió a los Mayas. Ahí lo dejo…

En otras palabras, y no es un alegato en defensa de la Élite, pero lo que “ellos” están haciendo, según su particular forma de ver la ética, es preparar a la Humanidad para un Nuevo Orden Mundial, que según estos planteamientos, pueda ser viable. O dicho de otra forma. Si seguimos así, en 2050 seremos 15.000 millones de personas, lo que es de todo punto imposible. Ya estamos en el límite de viabilidad con 7.500 millones; así que de aquí a 2050 NO PUEDEN NACER otros 7000 millones y deben desaparecer algo así como 1/3 de la población. Este es un planteamiento atroz, que ya lo sabían por aquel entonces y mucho antes, cuando se gestó la Tercera Guerra Mundial, esa que hemos denominado en la entrega 34.- Armas silenciosas para guerras tranquilas. Una guerra tranquila en la que el enemigo somos todos nosotros. Donde muchos tendremos que morir para que los demás puedan vivir en un Nuevo Orden Mundial.

Y etc., etc., etc…

Y todavía nos cuesta llamar a todo esto “conspiración”.

En medio de todo este huracán de proporciones bíblicas, nosotros, los que hemos despertado la “consciencia” y nos hemos dado cuenta de la realidad distópica de esta sociedad, decimos y afirmamos, que otro futuro es posible, y está ya cerca.

Este solsticio de invierno se va a producir en los cielos un hecho casi sin precedentes, que la última vez fue hace 800 años y 2027 años, la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno en los límites de Sagitario y Capricornio. Esto mismo ocurrió el año 7 antes de Cristo, que asombrosamente, Johannes Kepler supo calcular hasta plantear su famosa hipótesis sobre la Estrella de Belén, que tres magos orientales interpretaron como que un Rey (Júpiter), justo (Saturno), iba a nacer en Israel (Piscis, constelación donde se produjo entonces la conjunción de ambos planetas).

Depende de las creencias de cada cual, esta efeméride tiene o no sentido, pero para los que hemos despertado al intento de sofronización social a la que se nos está sometiendo, vemos que esta es una señal muy poderosa de que Eleusis está cerca, de que el “Advenimiento” de la Nueva Humanidad no es un sueño estúpido e infantil, sino cierto.

La Divina Realidad se irá manifestando a través nuestra, poco a poco en medio de la nueva “Persecución de Diocleciano” que fue la última y más sangrienta de las persecuciones contra los cristianos en 303. La actual, ejecutada por el actual Diocleciano (la Élite, Bilderberg, Rothschild, la mafia Jazara, etc, lo que ustedes quieran) contra la Humanidad entera, es la señal de que la Aurora está cerca.

Así que pongamos la barca de nuestra alma “a son de mar”, propaguemos una pandemia de amor y solidaridad, mientras fuera, Lucifer agota toda su munición y digamos todas las personas de buena voluntad y sincero corazón...

“Maranatá, Ven Señor Jesús”.

(Última frase del Apocalipsis)

Y ¡feliz año nuevo!

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Autor: José Alfonso Delgado (Doctor en Medicina especializado en Gestión Sanitaria y

en Teoría de Sistemas) (joseadelgado54@gmail.com)

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La publicación de las diferentes entregas de Visión sistémica del mundo se ha vendido

realizando en este blog, en el contexto del Proyecto Consciencia y Sociedad Distópica

todos los lunes desde el 20 de enero de 2020 y concluye hoy.

Se puede tener información detallada sobre los objetivos y contenidos de tal Proyecto

por medio de su web: http://sociedaddistopica.com/

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