27/4/20

Funciones de producción (Visión sistémica del mundo: 15)


Continuando con la descripción de los subsistemas críticos que han de existir y funcional en cualquier ser vivo, tanto desde la escala celular, los organismos individuales y las comunidades, habiendo visto en la entrega anterior, los subsistemas que garantizan la perpetuación de los sistemas vivos más allá de la muerte de los organismos individuales y la defensa de su integridad, entramos en esta entrega en el análisis de los subsistemas de producción, necesarios para incorporar y evacuar, tanto la materia como la energía necesarios para el mantenimiento del estado estable.

Subsistemas que procesan materia y energía

Según Miller, todo sistema vivo ha de poseer una estructura que sea capaz de procesar materia y energía, por una parte y, por otra, información sobre el entorno y los procesos internos de materia y energía a fin de regular estos y adaptarlos a las circunstancias externas e internas. El conjunto de subsistemas que procesan materia y energía constituye los centros de actividad "per se" del organismo, presentes en la célula, en cada órgano, en el organismo individual y en las comunidades.

En cualesquiera de los casos, este conjunto de subsistemas constituye la “línea de producción” del sistema biológico y social.


3. Ingestor


El subsistema ingestor es el subsistema especializado en posibilitar la incorporación de materia y energía del exterior al interior del sistema, una vez pasados los controles de seguridad al acceso efectuados por los elementos del "subsistema cubierta".

Constituyen los elementos de este subsistema el carácter semipermeable y selectivo de la membrana celular, los orificios de entrada, la boca, garganta y esófago en los organismos individuales, así como los orificios respiratorios por donde los seres vivos incorporan el alimento, el agua y el aire, imprescindibles para vivir. En las organizaciones estos elementos los constituyen el personal y elementos materiales de recepción de clientes, de material (muelles), tomas de combustible, y el personal que efectúa dichas operaciones.

Las organizaciones especializadas en este proceso son las enmarcadas en el sector primario, minería, pesca, agricultura; aquellas que extraen de la Naturaleza la materia y energía para incorporarlas al sistema productivo de la organización.

Los seres individuales, tanto a nivel celular como organismos, son autónomos, es decir, “totipotenciales”. Ingieren materia, pero no energía en estado pura, salvo las células vegetales, capaces de transformar la radiación solar en energía útil interna. El resto disponen de los subsistemas necesarios para transformar internamente la energía que contiene el alimento en energía libre para realizar todas sus funciones, en forma de ATP.

Básicamente el proceso es de transporte de fuera a dentro. En este paso, se produce una primera acción sobre los materiales. El proceso ingestor en los seres vivos tiene una primera fase de trituración del alimento en la boca, y una fase de transporte por deglución hasta la siguiente cavidad equivalente al estómago, pero este elemento (el estómago), pertenece ya al digestor o convertidor. En el caso de las organizaciones humanas, el proceso de incorporación al sistema implica la recepción de las mercancías, firma de albaranes y primer transporte al siguiente elemento, que bien puede ser el subsistema convertidor o almacén. En el caso del personal éste ha de ser afiliado, recibir una determinada información y formación respecto de su cometido en la organización. Los clientes han de ser canalizados hacia los lugares donde recibirán el servicio concreto. Y el material ha de ser introducido según un determinado proceso con un orden concreto, y con una determinada cadencia que se puede analizar con las técnicas de tratamiento de las colas.

Si se produce saturación de entrada, ha de activarse algún tipo de proceso y dispositivos capaces de tratar las listas de espera que se generen.


4. Distribuidor


Es el subsistema que permite el establecimiento de rutas de comunicación y desplazamiento de materia y energía por el interior del organismo o la organización de todos aquellos materiales, personal y elementos energéticos entre los diferentes subsistemas.

En los seres vivos individuales y las organizaciones, los procesos tienen una descripción básicamente lineal, algo entra en cada proceso como materia prima o energía utilizable, y algo sale de ella como materia elaborada o residuos. Siempre habrá que llevar algo a alguna parte del sistema. Esta función ha generado la ciencia de la logística.

Como elementos distribuidores, los individuos vivos disponen de tubos tales como el propio tubo digestivo, aunque en sí mismo como veremos, es el subsistema ingestor – convertidor – evacuador. Por otro lado, está la red de arterias y venas y los canales linfáticos, y la red bronquial preferentemente.  En las organizaciones, se dispone de elementos físicos y humanos. Como elementos humanos tenemos a los conductores, conserjes, celadores, y en general todos aquellos que manejan algún tipo de vehículo o dispositivo de transporte interno. También aquellos trabajadores que mantienen operativas las instalaciones de distribución. Como instalaciones físicas tenemos los ascensores, conductos de combustible líquido, gases, redes eléctricas, cintas de transporte.

En los individuos los sistemas de transporte están vehiculados básicamente por la sangre, que bombeada por el corazón, llega a todos los confines de los tejidos y células del organismo. Al alcanzar el nivel tisular, la red se atomiza en infinidad de vasos denominados capilares donde se establece el intercambio de nutrientes y de oxígeno, así como se incorporan al canal los residuos de la combustión celular. En las organizaciones el mantenimiento de la circulación de los diferentes elementos motores a través de las vías de comunicaciones internas. La distribución de materia y energía requiere la conversión en trabajo de cierta cantidad de energía. Tanto más importante es este proceso cuanto más extensa es la organización, más centros de actividad y personal se mueve dentro de ella.

5. Convertidor


En principio, las entradas de materia y energía en una organización precisan una determinada transformación para que puedan ser utilizadas en los usos de producción interna. En los individuos el proceso convertidor está a cargo del tubo digestivo. En él, los alimentos son digeridos y transformados por la acción de los jugos gástricos, de los fermentos pancreáticos e intestinales y los ácidos biliares en los principios inmediatos elementales, hidratos de carbono, lípidos y aminoácidos (los elementos constituyentes de las proteínas), que sólo así podrán ser absorbidos por las vellosidades intestinales y pasar al torrente circulatorio. En las organizaciones el elemento convertidor se da como ejemplo claro en las centrales térmicas que transforman los combustibles primarios (petróleo, carbón, gas, agua, energía nuclear) en electricidad, o bien los Altos Hornos que transforman los minerales en metales útiles para su proceso posterior de fabricación de bienes estructurales, de equipo o consumo.

Es justamente este subsistema el que más ha favorecido la división del sector productivo industrial en dos subsectores, el primario, que convierte la materia prima en materia elaborada, capaz de ser procesada en el sector secundario, para obtener bienes de equipo y bienes de consumo. Es muy raro que, como tal una empresa tenga elementos convertidores “stricto sensu” dentro de su sistema. Acaso, los grandes hospitales y otras empresas de importante tamaño, incorporan una central térmica para autoabastecerse. Pero es cada vez más raro.

En cualquier caso, a falta de disponer por simple criterio de economía de escala, de un elemento convertidor tal cual, como sucedáneo, podemos admitir con una cierta licencia, que todas aquellas funciones destinadas a “preparar” los inputs materiales para el proceso productivo, se podría considerar como elemento convertidor. Por ejemplo, si en el servicio de farmacia se recepcionan los medicamentos en cajas de 1000 comprimidos, así de esta forma no se puede llevar a los pacientes hospitalizados; el personal de farmacia tiene que desembalar la mercancía, colocarla en estantes, disponerlas en cajas dispensadoras y preparar los carros de dosis unitarias en función del pedido individual de cada planta. Ese proceso “convierte” una entrega en una salida lista para entrar en el proceso productivo del hospital, que es el tratamiento, en este caso farmacológico de los pacientes. El fármaco, como tal no ha sido transformado, pero sí de alguna forma adaptado en sus condiciones externas para la administración.

6. Productor


Es el subsistema que establece la asociación estable que relaciona las entradas de materia y energía utilizables, y el objetivo final de la organización que es la generación de "outputs", bien sean materiales para el crecimiento, reparación de daños o provisión de energía para el movimiento autónomo del sistema. El resultado de este subsistema se valora en la propia supervivencia del sistema, pues digamos que todo lo demás gira en torno a éste, que es el que realmente añade valor final a la cadena. En el caso de las organizaciones, el resultado de este subsistema da origen a los bienes y servicios que tras su venta generarán la facturación final de la organización, y con ello la capacidad económica de incorporar más materia, energía e información para mantener la actividad y la vida de la organización.

El subsistema productor es el "núcleo" de la organización como fuerza laboral de bienes para la sociedad.

En lenguaje empresarial el subsistema productor es el que soporta en las empresas de bienes lo que se suele denominar “proceso principal o troncal”, el núcleo central del negocio, aquel que le confiere su identidad y su razón de ser, el que nadie puede hacer por él, y que no puede delegar en terceros, sin dejar de ser prescindible para el suprasistema en el que está integrado. “Sensu stricto”, el proceso troncal es aquel que participa de forma definitiva en la cadena de valor de la organización.

El resto de los subsistemas de la organización ejecutan respecto de este, “procesos de apoyo o de soporte” a todos aquellos que coadyuvan en el servicio a realizar su proceso estratégico, como por ejemplo, los procesos internos de mantenimiento y chequeo de aparatos y material, de transporte, de vigilancia, etc.

El proceso troncal o fundamental en los organismos vivos es, sin lugar a dudas, las rutas del metabolismo intermediario, aquellas que transforman los principios inmediatos a través de las rutas metabólicas como la Glucólisis, el ciclo de Krebs o cadena respiratoria, en moléculas denominadas ATP (adenosín trifosfato), unidades energéticas básicas del organismo, y el proceso anabólico de síntesis proteica. Todo esto se ejecuta en el horno celular. En realidad, todo el organismo está al servicio de los millones o billones de células que lo componen.

7. Almacenador de materia y energía


Este subsistema lo componen los diferentes dispositivos que permiten el almacenamiento de reservas de material y energía en diferentes periodos de tiempo.

Existe un almacén de materia o de energía siempre que el flujo de suministro sea discontinuo. Si en suministro está garantizado permanentemente, puede que no sea coste efectivo mantener almacenes, pues esta función puede llegar a requerir un importante consumo energético.

Así, por ejemplo, en los organismos individuales, se dispone de almacenamiento de nutrientes en forma de una molécula de azúcar denominada glucógeno, que cuando es necesario, el organismo puede tirar de ella y obtener glucosa que es el hidrato de carbono esencial en el metabolismo. También la capa de grasa supone un considerable almacenamiento, no de energía, esto es falso, sino de combustible capaz de ser transformado en energía mediante las rutas metabólicas. En último extremo, el propio músculo si fuese preciso podría literalmente “quemarse” si no quedara otro remedio; luego en cierto modo es también un “almacén de reservas”. Y todo esto se produce porque la función de ingestión no es continua. No estamos comiendo continuamente, sino que repostamos con cada comida, pero pasan horas, o a veces días sin volver a comer, porque la fuente de alimento, la Naturaleza lo sabe muy bien, no está disponible siempre, hay que buscar y cazar, y la presa tiene que dejarse cazar y en cualquier caso el depredador ser más sagaz que la presa. Sin embargo, no tenemos un almacén de aire en nuestro interior, porque estamos facultados para ingerir permanentemente oxígeno del aire, luego por razones de coste oportunidad no parece demasiado útil disponer de un almacenador de aire, que por otra parte supondría serios problemas de ingeniería biológica. A cambio, no podemos estar más de treinta segundos sin respirar, pues nos asfixiaríamos y moriríamos.

Del mismo modo, en las organizaciones los almacenes existen siempre que el flujo de entrada es discontinuo, pero la actividad interna es continua. Si el flujo es continuo, y la función no es crítica, no es necesario disponer de un almacén. Es el caso del suministro de agua, luz o gas natural. Ningún edificio dispone de algibes o acumuladores de energía, salvo que se tenga experiencia de prolongados cortes de suministro eléctrico o de agua, con el consiguiente perjuicio para los habitantes del inmueble, o porque se realicen funciones que no pueden parar a pesar de los cortes, como los hospitales, laboratorios de alta tecnología, industrias, etc.

Con la actual tendencia de instalar fuentes de energía renovables (solar y eólica), como este flujo no es continuo (día/noche, viento/calma), será preciso disponer de baterías acumuladoras de hidrógeno u otro combustible “no contaminante”, para garantizar el suministro de electricidad en todo momento.

Los almacenes en los organismos individuales suelen ser depósitos tisulares de grasa, glucógeno, agua de los tejidos. En las organizaciones suelen ser naves y locales preparados para tal fin, así como tanques de combustible, o acumuladores eléctricos.

El proceso de almacenaje consiste en la dinámica de entradas, almacenamiento y salidas de almacén, según una determinada demanda y flujos de entrada y salida. Este proceso se trata mediante en análisis de colas.

8. Evacuador


Este subsistema tiene como misión dar salida del sistema a la materia y energía, tanto en forma de productos elaborados o de residuos o productos de desecho, o nocivos.

Es importante tener en cuenta que este subsistema tanto está encargado de eliminar residuos como de dar salida a productos terminados. En una palabra, es el encargado de generar los flujos de salida de materia y energía de los organismos individuales o de las organizaciones hacia el entorno, bien sea estos productos terminados (listos para la venta) como productos de desecho. En ambos casos, de alguna forma, el subsistema evacuador permite eliminar entropía interna hacia el entorno. De no ser así se produciría un fenómeno de tesaurosmosis, o almacenamiento masivo de productos, tanto de desecho como elaborados que terminarían por paralizar, en el primer caso por efecto tóxico y en el segundo por bloqueo, todo el tejido productivo de la organización.

En el caso de los organismos individuales, el subsistema evacuador participa de tres “aparatos”, el respiratorio, pues son las mismas vías aéreas que inhalan oxígeno, las que expulsan el CO2. El tupo digestivo en su extremo final elimina las emunciones resultado de la digestión. Pero mientras estos dos subsistemas orgánicos participan de la función de evacuación, el subsistema que “per se” cumple esta función es el gran depurador del organismo, es el riñón y las tuberías y depósitos de desagüe de la orina. La piel también, por el sudor, participa de esta función.

En las organizaciones, el proceso con los residuos materiales y energéticos implica todo un dispositivo que canaliza su evacuación utilizando instalaciones destinadas a tal fin, personal formado a tal efecto, y con un proceso de tratamiento orientado a, 1º que no se almacene más tiempo que el necesario ni se acumule en exceso, y 2º que no contamine mezclándose con materia y energía utilizable. El problema no es baladí. Nueva York generaba  entre 35.000 toneladas diarias de basura. Si nos damos cuenta, al entrar en un hipermercado o en unos grandes almacenes, “absolutamente todo” lo que ven nuestros ojos, perfecta y apeteciblemente colocado en las estanterías y expositores, más tarde o más temprano “será basura”, desperdicio que se tardará siglos o milenios en ser reciclado por la Naturaleza.

Hay un proceso particularmente interesante en las organizaciones que es la eliminación de personal. Como quiera que es un asunto que afecta a los trabajadores, comporta todo un cuerpo de legislación relacionado con el régimen laboral y motivos de rescisión de contratos y despidos, con un proceso eminentemente legal orientado a conseguir dar salida a excedentes laborales para la organización.

El proceso de eliminación de productos terminados es el sistema de ventas de la compañía. Íntimamente ligado con el sistema de información, el proceso de salida de productos para la venta constituye el último escalón del aparato productivo, por el cual es posible la facturación, y a cambio los ingresos económicos que permitirán el mantenimiento y crecimiento de la organización. El proceso de salida de clientes atendidos es propio de todas las empresas de servicios. En este caso, la decisión de la compra del producto "servicio" ha sido a priori. No es el subsistema evacuador el que consigue la venta, sino el "ingestor" de clientes. En este caso, el proceso es la facturación final del servicio, y el proceso que permite la salida del cliente atendido de la organización.

Pero ¿qué vende un organismo individual a la Naturaleza? La venta es una función por la cual del trabajo del sistema se beneficia el propio sistema, pues obtiene recursos para seguir viviendo, pero también se beneficia otros sistemas, que de alguna forma utilizan los productos y servicios de la primera para mantener sus funciones vitales.

Aquí es donde podemos hacer referencia a la cadena alimenticia, y a los sistemas de simbiosis de la Naturaleza. Los vegetales “venden” a los herbívoros sus frutos y hojas para que estos se puedan alimentar, a cambio los herbívoros venden sus excrementos que las bacterias nitrificantes convierten en abono natural como nutrientes de las plantas. Los herbívoros “venden” (qué remedio) a los carnívoros sus propios cuerpos para que estos se nutran y sobrevivan. De alguna forma, el ciclo del carbono se cierra cuando los restos de todos los seres vivos vuelven a la tierra, y los microorganismos del suelo los vuelven a procesar para convertirlos en nutrientes del humus vegetal. Caso aparte son los acuerdos simbióticos, donde se establecen relaciones de convivencia más o menos estrechas u obligadas entre organismos diferentes, plantas de especies distintas, animales pertenecientes a diversos grupos o entre animales y plantas. En este estado de mutualismo el grupo de simbiontes proporciona ventajas recíprocas. Si la simbiosis es puro comensalismo, uno sólo se beneficia, pero el otro no se perjudica al menos. Son ejemplos de simbiosis, la asociación alga y hongo, cangrejos y esponjas, bacterias de las leguminosas y las raíces de estas plantas. El ejemplo de comensalismo es el conocido de los tiburones y los pececillos mondadientes; estos se sacian de los restos de comida que se le acumulan al tiburón tras su banquete, aunque este no reciba nada tangible de estos peces, salvo mantener su boca limpia.    

9. Motor    


Es el subsistema que mueve al organismo individual o a la organización, físicamente, o parte de ella en relación con el entorno. En los organismos vivos el motor es el músculo. En una organización como es un buque o un avión, el motor, claramente se identifica con las turbinas motrices. En cualquier otra organización el motor lo constituye el parque de vehículos que físicamente permiten el desplazamiento de parte de la organización a diferentes lugares.

Como en otros subsistemas, existen organizaciones especializadas en este tipo de actividad, que son las empresas de transporte, especialmente las de mudanzas, tanto públicas como privadas.
Estructuralmente lo constituyen el conjunto de recursos físicos y humanos que posibilitan el desplazamiento en todo o en parte de la organización. Conductores, vehículos y dispositivos de despliegue logístico.

El subsistema motor supone también la expansión o desplazamiento de la organización a nuevos lugares. Existen organizaciones que apenas utilizan o siquiera tienen elementos motores, mientras que en otras es un componente importante, como por ejemplo las que han de ser capaces de efectuar un despliegue de recursos en situaciones imprevistas, evacuaciones, etc. Por ejemplo, el parque de bomberos de una ciudad, o las organizaciones sanitarias.

10. Soporte


Es el subsistema estructural básico. Mantiene la adecuada relación espacial entre los diferentes componentes de la organización, de modo que las relaciones funcionales y las diferentes interacciones son las adecuadas. En los organismos individuales constituyen este subsistema el esqueleto y el tejido conjuntivo. En las organizaciones la estructura de soporte está constituida por el conjunto de elementos inmuebles de la organización, edificios fundamentalmente.

No se produce como tal un proceso activo, sino la adecuada disposición espacial de los elementos funcionales, incluida la red del subsistema distribuidor, de modo tal que el resto de procesos activos de la organización se pueda efectuar sin que se produzcan interferencias no deseadas, ni desplazamientos innecesarios.

Parece como si sólo fuesen estructuras fijas, sin vida. Gran error. En los seres vivos, están en constante proceso de remodelación, con un proceso de destrucción de las células óseas y cartilaginosas mediante unas células dedicadas a esta función, los osteoclastos y condroclastos; paralelo a otro proceso de neoformación mediante los osteoblastos y condroblastos, células madres de los tejidos de soporte.

Lo mismo sucede con los edificios e instalaciones, que están sometidos a un constante proceso de reformas por deterioro o pérdida de funcionalidad, y de rediseño mediante los denominados planes directores.

En la sociedad en su conjunto y, como sistema complejo, el subsistema de soporte lo constituyen las “infraestructuras”, las que permiten de modo estático, la vida dinámica de todos los componentes y subsistemas, entendiendo como tal las organizaciones (aldea, población, ciudad, comarca, región). Así que las grandes transformaciones sociales necesitan tener como punto fundamental de apoyo, la reforma de sus infraestructuras. Así, por ejemplo, a lo largo de la Historia, para desplazarnos por la tierra hemos pasado de utilizar el campo a través, el camino de tierra, la calzada romana, las carreteras (para el paso de carretas), nombre que se ha conservado hasta la actualidad, el ferrocarril, las autopistas y las vías de levitación magnética; según las necesidades de comunicación entre comunidades humanas.

=========================================================
Autor: José Alfonso Delgado (Doctor en Medicina especializado en Gestión Sanitaria y
en Teoría de Sistemas) (joseadelgado54@gmail.com)
=========================================================
La publicación de las diferentes entregas de Visión sistémica del mundo se realiza en
este blog, en el contexto del Proyecto Consciencia y Sociedad Distópica, todos los lunes
desde el 20 de enero de 2020.
Se puede tener información detallada sobre los objetivos y contenidos de tal Proyecto
por medio de su web: http://sociedaddistopica.com/
=========================================================

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.