1/8/19

Las codiciosas codornices (Los cuentos de Noor Inavat Khan. Alias: Madeline) (16)


   Introducción: ver el primer post en este Blog, con fecha 18/04/2019


LAS CODICIOSAS CODORNICES

Escuchen estos gritos dolorosos que a diario perforan el silencio del bosque.  ¡Ay!, son los gritos de seis mil codornices. ¡Pobres pequeños pájaros! Cada día un hombre viene desde el pueblo y arroja una red sobre ellas mientras se posan en el suelo. Después de lanzar la red, la jala, atrapando cientos de codornices que se lleva para venderlas al pueblo.
Un día el rey de las codornices dijo:  No lloréis más mis pequeñas. Si prestáis atención a las palabras de vuestro rey, nunca seréis cogidas. Cuando la red es lanzada sobre vosotras, poned vuestras cabezas a través de los agujeros y todas juntas volad levantando la red por el aire. Luego, aterrizad en la cima de una colina espinosa, para que las espinas sostengan la red sobre el suelo y vosotras podréis escapar de debajo antes de que el aldeano pueda alcanzar la cima, salvándoos todas. Pero si un día surgen peleas y comenzáis a pelear las unas con las otras, ¡ay! este día os cogerán a todas y no veréis nuca más el bosque.
Las codornices hicieron lo que el rey les aconsejó, y cuando les fue arrojada la red, volaron a la colina con ella y pudieron escapar salvas.
El aldeano regresaba cada día sin un penique y su esposa estaba muy, muy enfadada.
No te preocupes, le dijo una noche a su esposa, Estas traviesas codornices se pelearán uno de estos días y entonces será fácil cogerlas.
Y sucedió que un día, una codorniz pisó la cabeza de otra. Voy a darte lo que mereces, gritó la codorniz lesionada llena de rabia y saltando sobre la otra, y  golpeando sus alas gritaba, ¡fuera de aquí...fuera de aquí!
El rey codorniz, viéndolas dijo a las otras. No permanezcamos aquí. Estos dos infelices pájaros seguramente acabaran en un mal final. Y se fue con aquellas que prestaron atención a su consejo.
Y ocurrió que mientras las dos codornices siguieron peleando, una extraña nube oscura llegó sobre sus cabezas. Era la red.
Muchas otras codornices fueron cogidas con ellas y llevadas al pueblo para ser matadas. Pero el sabio rey codorniz, y aquellos que siguieron su consejo, nunca fueron cazados. Y en el pequeño y silencioso bosque vivieron siempre más que felices.


Ya sabéis, os puedo ir mandando estos cuentos de Noor Inavat Khan en PDF, escribir a deeeli@gmail.com

Finalmente aprovecho por si alguien quiere lo publicado, anteriormente, por Deéelij en este Blog sólo ha de decirlo en el mail antes indicado

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