13/11/18

Me ido quedando solo…


Me he ido quedando solo en medio de la algarabía, apaciblemente alerta en el tumulto desconcertado que corre sin saber hacia donde. Me he ido quedando acompañado por la soledad de todos, rodeado por los miedos de la gente, teniendo por momentos la ridícula percepción que soy un humilde cardo borriquero en un bancal de habichuelas, Y hasta siento vergüenza de mis incurables ganas de tenderme boca arriba en la hierba y mirar el cielo, de repartir abrazos y hacer una fiesta.

Me he ido quedando solo con la música, me he atrevido, incluso, a abrir la puerta a la tristeza, decirle que pase y me ayude a escribir un poema.

Me he ido refugiando egoístamente en los atardeceres, en esas diminutas flores que brotan en los parques.

A mi lado la gente respira y se afana, viven jugando a la gallina ciega y se matan a cabezazos contra las farolas. Me han dejado las puertas de sus casas abiertas de par en par, si quiero puedo entrar y robar sus pertenencias, puedo llevarme el coche y lo que quiera, pero han puesto tantos cerrojos en el corazón, que sólo logro compartir una pulsación de fe, un cuanto de esperanza con muchos menos de los que quisiera… Y las estrellas siguen brillando en los ojos de la gente, y cada noche salen mil expediciones de mariposas a quemarse las alas en las farolas de la ciudad, deslumbradas por el engaño de las formas.

Me he ido quedando solo en mi barca, mientras los hombres le declaran la guerra al desamor.

Me he ido quedando dueño del patrimonio que abandonan en la huida: un teclado obediente, música del alma, ideas y palabras que buscaban la divinidad de un hombre para materializarse y una madrugada que me acuna en su vientre, me enamora y me posee para que el amor no muera.

============================================
Autor: José Miguel Fernández Nápoles (josemiguelvale@gmail.com)
============================================

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.