15/3/17

La taza de la felicidad contiene el elixir del amor


Hay un pensar repetitivo y plomizo en la humanidad, es como una especie de verdad insostenible: hoy es el día más feliz de mi vida. Visto esto, me pregunto: ¿si hoy es el día más feliz de tu vida, o no puede haber otro más feliz, por qué seguir viviendo en un lugar donde la cota de la dicha se experimenta un día y luego todo lo demás es un declinar?

Sí, sé que es absurdo, a mí me lo parece. Si se sabe que un día o un instante es o puede ser el más feliz, y lo demás no lo será, ¿para qué continuar? Lo considero, cuanto menos, algo absurdo, sin sentido. Pero así se suele funcionar ¿por qué? Porque de igual modo se dice que la vida es así, un día se es feliz, y lo demás se ha de continuar. Visto así: ¿para qué seguir en una vida donde vivir no posee más sentido que el de un día?

Cuando todo se basa en la felicidad sin más, corta es la dicha. ¿Por qué? Porque la felicidad sin amor corta se queda. Eso serían cotas momentáneas de dicha, llamada felicidad, pero la felicidad continuada, acompañada va del amor que todo lo envuelve y sostiene. Justo entonces se es feliz en duración, porque la acción, sea la que sea y dure lo que dure, se cementa en el amor, y así se es feliz de verdad, a cada instante. Pero como se olvide aplicar amor, la felicidad se torna en dicha pasajera y la vida en un sin sentido y un desconsuelo que hay que experimentar porque así te lo dijeron. 

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Autor: Deéelij
Ver su libro Alas sin plumas (Ediciones Ende, 2016):
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