30/9/13

A ese hombre bueno


Javier León, editor del sello Nous que ha publicado mi último libro, titulado Dios, me ha acompañado durante todo el mes de septiembre, junto a su compañera Laura, a lo largo de las distintas charlas y encuentros que he mantenido en distintos puntos de España divulgado los contenidos fundamentales del texto.
Tras esta experiencia compartida, acaba de insertar en su blog una entrada que agradezco aquí desde el Corazón y sin darle opción al ego a que levante la cabeza, ja, ja, ja… Este es el enlace de la misma:

http://creandoutopias.net/2013/09/29/emilio-carrillo-a-ese-hombre-bueno/#comment-9151

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29/9/13

Iniciativa para la puesta en marcha del Círculo Sierpes de Madrid


Se transcribe seguidamente el email que dos seguidores madrileños de este blog, Nuria y Alberto, han remitido solicitando su publicación en el mismo. Con ello, quieren difundir la iniciativa dirigida a poner en marcha el Círculo Sierpes de Madrid como punto de encuentro, conexión y reconocimiento de hombres y mujeres que, viviendo su espiritualidad en libertad, deseen compartir su proceso de expansión consciencial y desarrollar actividades conjuntas que lo impulsen, siendo de utilidad, a la par, a otras personas.
Seguro que esta iniciativa será pronto una realidad, ya que todo fluye Aquí y Ahora para que surgan y se desplieguen puntos de encuentro que vibren en la Frecuencia de Amor.

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Querido Emilio:
Somos una pareja de Madrid (Nuria y Alberto) y nos ponemos en contacto contigo ya que llevamos largo tiempo siguiéndote en tu nueva andadura y sentimos desde el corazón que es hora de hacer algo en este Madrid de locos. Seguimos la labor que estáis haciendo, tanto en el círculo Sierpes de Sevilla como en el Círculo Sierpes de Granada y nos parece un buen momento de replicar esta iniciativa en Madrid. Lo que nos lleva por estos derroteros, es el sentimiento que tenemos de poder compartir con otras personas lo que estamos viviendo y experienciando.
Nuestro “despertar” comenzó hace más de un año (aunque nunca hemos estado dormidos del todo) y  pensamos que es hora de actuar y no sólo de escuchar los mensajes que van llegando a nosotros.
Nuestro objetivo inicial es de reunir un grupo de personas con estas mismas inquietudes y juntarnos cada cierto tiempo para compartir este sentir, ni más ni menos. Desde hace mucho tiempo no creemos en las casualidades y, al igual que algo nos llevó a escuchar tus charlas y seguirlas en el tiempo, creemos que es un buen momento para que gente que siente lo mismo que nosotros pueda reunirse y compartir lo que está vivenciando. Pensamos que el crear un blog nuevo para atraer a gente y poder organizarnos es dispersarnos en un camino que ya está lleno de este tipo de iniciativas y preferimos utilizar el tuyo para comunicar esta iniciativa en Madrid.
Te adjuntamos nuestros correos electrónicos por si nos puedes ayudar informando en tu blog de esta iniciativa:
+Alberto Díazalberto.diaz@seresco.es
+Nuria Mongenuria.monge@atos.net
Un sincero y caluroso abrazo.
”Nuevos ojos para un nuevo mundo.”

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25/9/13

Vídeo de la entrevista a Emilio Carrillo para “Semillas Solares”


Semillas Solares, blog que cuenta con cerca de 350.000 visitas, entrevistó a Emilio Carrillo el pasado 13 de septiembre. En este enlace de You Tube se accede al vídeo de la entrevista, cuya duración es de tres cuartos de hora y tiene como título Vivir Viviendo:

También puede visualizarse a través del propio blog:

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23/9/13

Huesca, Lleida y Barcelona: charlas el 26, 27 y 28 de septiembre


Se relacionan a continuación las charlas que Emilio Carrillo tiene previsto compartir, salvo que la Providencia estime otra cosa, durante los últimos días del presente mes de septiembre.

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+Jueves 26, 18:30 horas, Huesca:
“Las causas del sufrimiento: Dios exterior y búsqueda del bienestar”
Salón de Actos de Cruz Roja Española (Pasaje Castillo de Loarre, s/n)
Es conveniente realizar la inscripción previa y reservar plaza enviando un email a: espacioactivo22@gmail.com
Para más información: http://espacioactivo22.blogspot.com.es

+Viernes 27, 18:00 horas, Lleida:
“Ficciones mentales: sufrimiento, necesidad de hacer e idea de cambio”
Salón de Actos del Centro Cívico de Pardinyes (C/ Sant Pere Claver, 5)
Entrada libre hasta completar el aforo. Para más información: www.pazamorunidad.org

+Sábado 28, 18:00 horas, Barcelona:
"Dios es yo. Y yo… ¿soy Dios?"
Auditorio y Centro de Convenciones AXA (Avenida Diagonal, 547)
Aunque el aforo es amplio (621 butacas en el Auditorio y 200 más en una sala anexa donde se podrá seguir la charla en vídeo ), es conveniente realizar la inscripción previa y reservar plaza enviando un email a: akokobarcelona@topmail.com
Para más información: https://www.facebook.com/events/160684880774163/

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21/9/13

Audio de la entrevista a Emilio Carrillo en el programa de radio “Tu Voz Interior”


El programa de radio Tu Voz Interior dedicó a Emilio Carrillo su emisión del pasado miércoles 18 de septiembre, siendo entrevistado por Ana Mª García, primero, y Alexia Sánchez, después. La conversación con Ana fue de perfil personal, mientras que Alexia se centró en Dios, el nuevo libro de Emilio.
Este es el enlace con el audio del programa, cuya duración es exactamente de una hora:

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20/9/13

Reglas de un juego sagrado


Existen unas Reglas de un Sagrado Juego en el que cada jugador -como si fuera Dios- va creando su propia realidad; y aunque a todos les es dado el poder de crear, no todos optan por hacerlo y prefieren hacer preguntas, ya que algunos están dormidos e ignoran que nadie sino ellos se pueden a sí mismos contestar, pues ¿cómo osará ningún jugador responder preguntas que no corresponden a su propia parcela o casilla en donde no está su ficha colocada?
Sólo los que han despertado se percatan de que todo en este plano es como un juego, y entonces tienen dos opciones: abandonar el juego voluntariamente, o decidir que van a seguir jugando y creando su propia realidad, reinventándose una y otra vez para ello si es necesario -como es muriendo y renaciendo sin tener que abandonar su cuerpo-, y ayudando de esta insólita y llamativa manera, a despertar a aquellos que -creyéndose aún que todo es real- sufren porque algunos cayeron en la casilla del pozo y andan esperando que un jugador samaritano pase a rescatarlos por no poder hacerlo por ellos mismos simplemente por no atreverse a romper a tiempo las reglas del juego.
Otros fueron a aterrizar sobre la casilla de la muerte y se sienten perdedores al tener que empezar de nuevo el juego. Y a otros, la mala fortuna de unos simples dados les tocó tener que dar con sus huesos entre rejas, un tiempo.
Sólo al que juega despierto siempre le van a tocar los dados que él con su voluntad proyecta, ya que la caída de éstos no va a depender de las leyes de la física, sino de otra Ley diferente, que es LA LEY DE LO INSÓLITO Y LO INESPERADO, y que en el plano de los que duermen -con muchísima suerte y acompañado de la Magia- acaso sólo pudiera "OCURRIR LA VEZ UN TRILLÓN", ¡jajaja!
Y ante los ojos de los durmientes, esos que juegan despiertos y ya ninguna desgracia les afecta, aparecerán como si fueran dementes, mientras éstos siguen tirando sus dados, y en lo sucesivo siempre irán "de oca en oca y tiro porque me toca", ante los incrédulos y dormidos ojos de muchos presentes, que ante tan inaudita "suerte", comienzan a cuestionarse cosas...
Cuando uno deja de estar tan seguro y comienza a cuestionarse lo que por tan seguro tenía y comienza a desprenderse y a soltar, y soltar, y reír y reír (que eso sí que no pesa), es la víspera del Despertar.
Mientras tanto, Penélope sigue tejiendo y tejiendo con santa y jobiana paciencia, un bello manto en el que la Realidad no se nos muestra por el derecho, sino por el envés, en donde todos los nudos, falsas puntadas, remates y otras Verdades se hallan escondidas en la trama.
         Y entonces... sólo entonces -cuando se nos ocurre darle la vuelta al tapiz y se nos revela de golpe todo el entramado- es cuando comprendemos que nada es lo que parece, y que lo que se nos mostraba como la Realidad, era tan sólo una bella ilusión, porque "lo esencial es invisible a nuestros ojos", El Principito "dixit".

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Autor: Socrates (pseudónimo)
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19/9/13

Claves de la geometría sagrada: Granada, 28 de septiembre


El próximo sábado 28 de Septiembre, a las 11:30 horas, en el Hotel Corona Granada (C/Pedro Antonio de Alarcón nº10), mi buena amiga Julia Jiménez Gallego examinará y desgranará las claves de la Geometría Sagrada aplicada al desarrollo personal y la expansión de conciencia.

La Geometría Sagrada, también conocida como el Lenguaje de la Luz o el Lenguaje del Silencio, constituye una espléndida forma de comprender la relación entre lo físico y lo inmaterial, lo visible y lo invisible,  lo corpóreo y el espíritu. Es el lenguaje de la armonía, la perfección, la unidad y la belleza.

La Geometría Sagrada fue conocida por antiguas civilizaciones, aunque es anterior a ellas. Es el mejor modo gráfico de comprender como la separación es una ilusión y que la Vida, en su diversidad, es Una. Y permite discernir la relación de las partes con el Todo, así como la fractalidad que conforma el despliegue de la Creación –un fractal contiene en sí la información del Todo al que pertenece-.

La Geometría Sagrada nos ayuda a descifrar nuestra propia evolución como individuos, como sociedad y como civilización.

Y tras la charla de Julia, se desarrollará un Concierto-Meditación centrado en el Amor:

Amar desde lo profundo

Amar sintiendo la Alegría de Ser

Amar en Silencio, Amar expresando

Amar en cada instante amando

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17/9/13

Viernes 20, 19h: Charla en Sevilla


El próximo viernes 20 de septiembre, si la Providencia no estima otra cosa, compartiré en Sevilla una charla titulada Dios, que servirá también para la presentación en la ciudad del libro del mismo título.
Tendrá una duración total de dos horas, con inicio a las 19:00 y final a las 21:00. El lugar de celebración será el Salón de Actos del Colegio Santa Ana (C/ Padre Damián, 2, junto a la parroquia de Los Remedios).
La entrada es libre y el aforo es amplio (410 butacas).
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En Sevilla, el libro “Dios” está a la venta, entre otros lugares, en la Librería Anatma (Pasaje de los Azahares, 16. Teléfono: 954 228 597).
Los ingresos que tanto la editorial como el autor obtengan por la venta del libro serán destinados en su integridad a la financiación de actividades de carácter social y benéfico. A la misma finalidad se dirigirá el 15% de los ingresos que la Librería Anatma consiga por el libro.
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15/9/13

Texto leído en el "VIII Contigo Somos + Paz"


En la mañana de hoy domingo 15 de septiembre, Emilio Carrillo ha participado en el encuentro VIII Contigo Somos + Paz, celebrado en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid. En la parte final de su intervención, ha leído un texto que elaboró para la ocasión el pasado mes de agosto. Su título es El Poder de Soltar: Vivir para Vivir y se puede acceder a él a través de este enlace con la entrada que publicó en el blog tras su redacción:

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11/9/13

Dios en el momento evolutivo de la Humanidad


Se trascribe bajo estas líneas un artículo de Emilio Carrillo publicado el pasado 4 de septiembre por Preparémonos para el Cambio.
Su título es Dios en el momento evolutivo de la Humanidad y también se puede acceder a él por medio de este enlace:

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Agradezco a Preparémonos para el Cambio que me ofrezca la oportunidad de poner en común con tod@s vosotr@s un conjunto de reflexiones, inspiraciones e intuiciones a propósito de mi nuevo libro, titulado “Dios” (Editorial Nous), que ha visto la luz a comienzos del presente mes de septiembre:
      Para divulgar sus contenidos, entre el 12 de septiembre y el 30 de noviembre compartiré por toda España una amplia serie de charlas y encuentros de los que se informa con detalle en este enlace:

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I. El momento evolutivo de la Humanidad

1. El libro “Dios” tiene como hilo conductor el hecho de que la Humanidad ha entrado en un nuevo ciclo evolutivo de transición desde la “consciencia egocéntrica” a una “Consciencia de Unidad”. La “consciencia egocéntrica”, ligada al aferramiento al “yo” (el cuerpo físico, los sentidos corpóreo-mentales, los pensamientos, la personalidad y el ego a todo ello asociado) y a una “naturaleza egocéntrica”, supuso, en su momento, un éxito de la evolución y ha sido muy valiosa en el proceso consciencial del género humano. Pero en el devenir de éste, se ha terminado por convertir en un obstáculo, hasta el punto de poner en peligro la propia supervivencia de la Humanidad como especie. Para salir de esta limitación, el ser humano se dirige de forma natural a una nueva fase del proceso evolutivo definida por la “Consciencia de Unidad”.

2. Esta “Consciencia de Unidad” tiene tres manifestaciones fundamentales: la unión y la simbiosis con la Madre Tierra; la percepción de la Humanidad como una gran y única red en la que todos los seres humanos se integran e interaccionan; y la conexión con nuestra divinidad, abandonando la visión de un Dios “exterior” para conectar con nuestro “verdadero ser” y “naturaleza esencial” y divinal.

3. Con relación a las dos primeras, la Humanidad, a lo largo de los milenios, se ha ido separando de la Madre Tierra, deteriorando gravemente el hábitat ecológico del que depende no la vida de la Tierra, que está fuera del alcance de la mano del hombre, sino la supervivencia del género humano. Igualmente, se ha fragmentando hasta romperse en mil pedazos, provocando muerte y dolor por doquier y produciendo suficiente cantidad de odio y armas como para borrar de la faz del planeta toda presencia humana. Pues bien, estos dos fenómenos no son independientes entre si, sino que se hallan absolutamente interconectados. Ambos son consecuencia de la prevalencia de la “consciencia egocéntrica”. Y en tanto no haya hermandad entre la Humanidad y la Naturaleza, en su globalidad y con cada una de sus singularidades, no habrá hermandad dentro de la propia Humanidad.

4. En cuanto a la tercera manifestación de la “Consciencia de Unidad” –la conexión con nuestra divinidad-, el momento evolutivo de la Humanidad impulsa naturalmente a que entremos de lleno en el meollo de la cuestión y dejemos de hablar de otros asuntos que, aún siendo relevantes, no hacen sino girar alrededor del núcleo principal. Y este núcleo es Dios (que cada uno lo llame como quiera y sienta), lo que es, supone y representa y sus implicaciones para el ser humano. Es el momento de que conectemos con nuestra esencia y naturaleza divinales.

5. En esto último se centran los seis capítulos que conforman el libro “Dios”. En ellos se desgranan y profundiza en las reflexiones que telegráficamente se sintetizan a continuación

II. Del Dios “exterior” al “Dios que es yo”

6. Vaya por delante que no soy creyente y desde el interior siento y sé que Dios no existe: En lo relativo a “creer”, la primera acepción que señala el Diccionario es “tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza o que no está comprobado o demostrado”. La segunda, “dar firme asenso a las verdades reveladas por Dios”. En cuanto a “existir”, la Academia ofrece tres posibles usos: “dicho de una cosa, ser real y verdadera”; “tener vida”; y “haber, estar o hallarse”. Pero el entendimiento humano sí puede “alcanzar” a Dios, ya que Dios es, íntima y primordialmente, cada uno de nosotros. Y Dios no puede “revelarnos” nada, pues no es ajeno o distinto a nosotros mismos y la “revelación” exige una separación entre quien la da y quien la recibe. Por ello, con relación a Dios, de nada valen ni el verbo “creer” ni la expresión “creyente”. Y Dios no es una “cosa”, ni “tiene” vida, ni “está” ni se “halla” en parte alguna, tampoco en el célebre Cielo. Por lo que a Dios tampoco le es de asignación el verbo “existir”, ni cabe, por tanto, afirmar que “Dios existe”.

7. Es cierto que son muchas las personas que se dicen “creyentes” o “no creyentes” y hablan de “creer” o “no creer” en Dios o se posicionan sobre su “existencia”. Los “creyentes” sí “creen” en esa “existencia”, por lo que suelen profesar un determinado “credo” o religión; los “no creyentes” no “creen” en tal “existencia” y no hacen suya ninguna “fe”. Ambas posturas –“creyente” y “no creyente”- parecen rotundamente opuestas. Sin embargo, las dos participan de idéntica base y tienen un mismo principio y fundamento: la percepción de un Dios “exterior”. Y es perfecto, no pasa nada. Simplemente, en su proceso evolutivo, aún no han tomado consciencia de que así están marcando una división y una frontera entre Dios y ellas. Pero esa escisión y esa barrera son sólo una ficción mental, no son reales.

8. Lo Real es que entre Dios y yo -cada uno de nosotros- no hay ruptura o segregación posible: Dios es yo soy Dios cuando ceso de ser yo: Para expresar lo que mi Corazón indica sobre Dios, el Amor es lo primero. En la Primera Carta de Juan (1 Juan, 4, 7-8), se indica: “el Amor es Dios y todo aquel que ama conoce a Dios; el que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es Amor”. Y en el Amor y desde mi interior, “veo”, siento y percibo que Dios es No-Ser; y, no siendo, Es: Dios es No-Ser y Ser. Por lo mismo, Dios, siendo Vacío, es Plenitud. Y siendo Nada, es Todo, sin excepción. Y Todo, sin exclusión de nada, es Dios. Ese Todo te incluye a ti, a mí, a todos y a todo. Por tanto, Dios es yo. Y yo… ¿soy Dios?: Dios es yo y yo soy Dios precisamente cuando ceso de ser “yo”, es decir, cuando dejo de identificarme con cualquier tipo de identidad, sea física, álmica o espiritual, sea individual o colectiva. Esto supone tomar consciencia plena de nuestro “verdadero ser” y “naturaleza esencial” y divinal, dejando atrás el aferramiento a un “yo” material, emocional y mental.

III. La parábola del “Hijo Pródigo”

9. La parábola del “Hijo Pródigo” sintetiza metafóricamente la identificación con lo que no somos tanto a través de la figura del “hijo pródigo” o hermano menor -que ejemplifica la “tragedia del incrédulo” (ateo, agnóstico, escéptico) que se separa intelectualmente del Padre- como del “hermano mayor” -que representa la “tragedia del creyente”, que cree vivir junto al Padre, pero realmente no lo conoce y lo ha convertido en un ídolo distante y lejano-. A lo que se suma la “tragedia de las religiones”: queriendo acercar el ser humano a Dios, han terminado por levantar un muro entre Dios y el ser humano.

10. La parábola llama a la identificación con el Padre/Madre, percatándonos de que “Yo y el Padre somos Uno”, pues es nuestro “verdadero ser”.

11. A ello se dirige la “nueva” espiritualidad que emerge hoy en la consciencia humana. Es la espiritualidad de los místicos y místicas de todas las épocas y culturas, aunque con dos importantes diferencias: no necesita vivenciarse dentro de ningún “credo” o religión; y ya no es algo aislado y minoritario, sino que se expande cada vez entre más gente y de una punta a otra del planeta.

IV. Aferramiento a la visión de un Dios exterior: la cadena causa-efecto

12. No obstante, la idea de Dios que aún comparte la mayoría de la Humanidad es la de algo o alguien “exterior” a nosotros.

13. Esto nos sumerge en el olvido de nuestro “verdadero ser” y “naturaleza esencial”, que son absolutamente divinales.

14. Y tal olvido -la ignorancia de lo que auténticamente Somos- impide, a su vez, que sintamos la Felicidad que es nuestro Estado Natural.

15. La consecuencia inmediata e irremediable de los tres puntos anteriores es la identificación con lo que no somos: el cuerpo físico, los sentidos corpóreo-mentales, los pensamientos y emociones, la personalidad,.... Es decir: con lo que realmente es sólo el “instrumento” o “vehículo” que utilizamos para experienciar en el plano humano. De este modo, los seres humanos pierden la consciencia de que se trata exclusivamente de un “vehículo”, se aferran a él desde la absurda creencia de que él es lo que son y terminan atados a un falso “yo” y a una “naturaleza egocéntrica”.

16. Y desde ésta, se lanzan hacia fuera de ellos mismos en busca del “bien-estar”, pobre sucedáneo de la Felicidad (“Bien-Ser”) que es nuestro Estado Natural.

17. Una búsqueda en la que se usa como herramienta la experiencia dual, basada en la no aceptación y en juzgar y etiquetar dicotómicamente (“positivo” y “negativo”, “bueno” y “malo”, “agradable” y “desagradable”,…) todo lo que ocurre en nuestra vida y a nuestro alrededor. Pero las experiencias carecen de “color”. Simplemente, son experiencias, todas con su porqué y para qué en el proceso consciencial y evolutivo de cada cual. Y cada experiencia -la que sea- tiene su peculiar vibración. Las apariencias de las experiencias -es decir: lo que perciben de ellas nuestros sentidos corpóreos y mentales- no son reales. Lo real en las experiencias es su vibración, que se puede escuchar desde el Corazón, como si se tratara de una melodía musical. Y desde el Corazón -desde nuestro "verdadero ser"- podemos armonizar la vibración de cada experiencia -la que sea- para que resuene en Frecuencia de Amor.

V. La idea de un Dios exterior y la búsqueda del bienestar: causa y origen del sufrimiento humano

18. Por tanto, la búsqueda del bienestar en el “exterior” es la derivación lógica de la idea de un Dios “exterior”. Y ambas -esa idea y esa búsqueda- son origen y causa del sufrimiento humano. No en balde, el objetivo de la búsqueda es la satisfacción de nuestros deseos. Pero cuando esto no se consigue, se siente dolor (“mal-estar”), lo que produce sufrimiento. Y cuando sí se logra, se trata de una satisfacción momentánea y pasajera (“bien-estar”) que nos aferra todavía más en el olvido de lo que Somos y es preámbulo de más sufrimiento. Así, el sufrimiento es la consecuencia inexorable de la búsqueda del bienestar. La imagen de la diosa Iustitia, su significado alegórico, lo simboliza con gran precisión: la balanza (la experiencia dual y el sufrimiento); la espada caída (en lugar de la razón, el Corazón); y la venda en los ojos (la vida es sueño, pero se puede vivir “dormido” -ensoñación: ojos tapados- o “despierto”).

19. Pero, ¿cómo evitar el sufrimiento? Tirando del hilo de la madeja, hay que volver al principio de esta cadena de causas y efectos: la idea de un Dios exterior. Por lo que la clave para evitar y superar el sufrimiento radica en la toma de consciencia acerca de que no hay desunión posible entre Dios y yo: Dios es yo y yo soy Dios cuando ceso de ser “yo”, es decir, cuando dejo de aferrarme a cualquier noción de identidad, sea física, álmica o espiritual, sea individual o colectiva. Es así cómo la diosa Iustitia se transfigura en la “Estatua de la Libertad”: ojos destapados, libro de la Sabiduría (fin de la experiencia dual) y Luz que se eleva para iluminar la Vida.

VI. El Retorno al Hogar

20. La toma de consciencia de nuestra divinidad supone una especie de Retorno al Hogar, a lo que siempre hemos sido, aunque lo hayamos olvidado, percibiendo la Naturaleza de Dios, que es la nuestra.

21. Y esto no es algo teórico o “teológico”, sino una experiencia práctica que se materializa en la vida diaria: desalojo interior y vaciamiento; Vida Sencilla; práctica del Aquí y Ahora; Libertad y superación de miedos y autolimitaciones mentales; espacios de Silencio; conexión con la Quietud que atesoramos en nuestro interior para que nuestro Movimiento en el día a día sea resplandor de esa Quietud; etcétera. Así hasta permitir que el Amor que Somos se libere de las capas conscienciales que tapaban su Presencia e interferían su Frecuencia, posibilitando que ésta -la Frecuencia de Amor- impregne e impulse las actitudes, acciones y reacciones con las que, de instante en instante, afrontamos los hechos cotidianos.

22. Sin embargo, en lugar de percibir nuestro “verdadero ser” y “naturaleza esencial” y divinal e intentando escapar del sufrimiento que experimenta, el ser humano se inventa mentalmente dos necesidades imperiosas: la “necesidad de hacer” muchas cosas -cuantas más mejor- y “realizarse” en ellas; y la “necesidad de cambio”, sea de uno mismo, de aquéllos con los que convivimos o del mundo y las cosas en general. Pero ambas necesidades son, simplemente, una huida hacia delante. Y generan, a la postre, el mismo sufrimiento que se quería evitar o superar.

VII. No hay cambio, sino Evolución

23. Lo Real es que en la Creación nada se halla estancado o inamovible: todo se encuentra en veloz y constante Evolución, que constituye el Orden Natural (Tao). La idea de cambio supone desconocer esa Evolución inmanente, con sus procesos y ritmos naturales, y pretender neciamente “marcar el paso” desde el ego para que las cosas se ajusten a lo que “yo” deseo, cuando “yo” deseo y de la manera que “yo” deseo. Nada se logra con ello, salvo provocar que la Evolución marche “cuesta arriba”: desde la aceptación, la Evolución discurre armónicamente; por el contrario, el propósito de cambio la distorsiona y hace sufrido lo que en sí es puro fluir.

24. En el contexto, precisamente, de la Evolución, la Humanidad ha entrado en el nuevo ciclo evolutivo con el que se inició esta charla y se camina hacia una nueva consciencia: la “Consciencia de Unidad”.

VIII. Innecesariedad de hacer

25. Lo Real es que no hay necesidad, compromiso o deber alguno de hacer nada.

26. Darse cuenta de la “innecesariedad de hacer” lleva a comprender que el “quid” de la cuestión no está en “qué” hago, sino en “cómo” acometo lo que sea que haga. La “naturaleza egocéntrica” llama a poner el acento en el “qué” (qué hago o dejo de hacer, qué “debo de”, qué “tengo que”,…). Y nuestra “naturaleza esencial” deja el “qué” en manos de la Providencia –nuestro “verdadero ser” en acción- y la Vida –responsabilidad al 100 por 100 de cada uno- y se centra en el “cómo” para llenar de Amor e impregnar con su vibración, con la Frecuencia de Amor, todos los hechos y circunstancias –experiencias, en definitiva- que la vida (no la programación mental) va poniéndonos por delante de instante en instante en el “Vivir Viviendo”. Y da igual el color que la mente -desde la “experiencia dual”- quiera otorgar a la experiencia –“alegre” o “triste”, “placentera” o “dolorosa”,…-. Sólo importa situar en la vibración del Amor cada experiencia que la Vida traiga a nosotros.

27. Centrado en el “cómo” y en Frecuencia de Amor, ejercito mis dones y talentos –cada cual cuenta con los suyos-, que se manifestarán en el día a día naturalmente, sin esfuerzo y con entusiasmo (“Dios en mi”). No en balde, los dones y talentos son plasmación y expresión directa en “mí” de la Presencia de Dios, que es yo. Lo que no quita para que atendamos, igualmente, los otros quehaceres que vengan de la mano de la Providencia y la Vida. Sin juzgar las experiencias ni etiquetarlas dualmente, las impregnaremos todas con la Frecuencia de Amor que subyace en nuestro interior. Y lo haremos sin esperar ni desear nada: sin pretender levantar en los demás ni admiración ni reconocimiento o valoración positiva. Y sin perseguir “ayudar” a nadie, pues la comprensión de la “innecesariedad de hacer” habrá hecho ver la enorme carga de vanidad que supone querer incidir o interferir en el desenvolvimiento de algo donde todo tiene su porqué y para qué y todo fluye, refluye y confluye en el Amor de cuanto Es y Acontece.

28. “Ama al prójimo como a ti mismo”: Énfasis en el “ama al prójimo” y olvido del “cómo a ti mismo”. Esto último se ve como egoísmo. Pero no es así. Amarse a un mismo es el “endiosamiento: recordar nuestro verdadero ser y naturaleza esencial y divinal; destapar el Amor que Somos y no impedir su Presencia ni su Frecuencia. A partir de lo cual, el “ama al prójimo” será tan natural que ya ni siquiera será “ama”, sino Amor, sin sujeto, en acción.

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8/9/13

La consciencia o es coherencia o es ficción mental: entrevista a Emilio Carrillo




Entrevista realizada a Emilio Carrillo, con fecha 6 de septiembre de 2013, por Elvira López del Prado.
Su título es La consciencia o es coherencia o es ficción mental y tiene una duración de hora y cuarto.
Enlace en You Tube:

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Elvira López del Prado: Como fue mi “despertar” al mundo espiritual:
http://www.youtube.com/watch?v=uLJuN5v9J0U
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4/9/13

Restar, en vez de sumar; bajar, en lugar de subir



Se reproduce seguidamente una entrevista realizada a Emilio Carrillo el pasado 28 de agosto.
Se inscribe en el ”Research Project: New Social Paradigms” (Proyecto de Investigación sobre Nuevos Paradigmas Sociales), acometido por estudiantes adscritos al convenio de colaboración entre las Universidades de Ratisbona (Alemania) y Liubliana (Eslovenia).
La persona concreta que se encargó de realizarla y transcribirla prefiere mantenerse en el anonimato.

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Hola, Emilio. Gracias por compartir esta entrevista.
      Gracias a ti por proponer que la mantengamos. Y bienvenida a mi casa y a Sevilla.

Ante todo, perdona por mi español, que no es muy bueno.
      Tampoco lo es el mío. Ten en cuenta que soy andaluz, ja, ja, ja…

Ya… Y del “manque” pierda…
      Estás muy bien informada para venir desde tan lejos, ja, ja, ja…

Para comenzar, me gustaría saber cómo resuena en tu interior un párrafo de un libro que he leído este verano. Es de Pablo d´Ors y se titula El olvido de sí. Sus páginas describen la trayectoria vital y el camino espiritual de Charles de Foucauld.
Admiro la vida y la obra de Foucauld, referente contemporáneo de la tradicionalmente denominada “Espiritualidad del Desierto”, que arrancó allá por el siglo IV de la mano de monjes, eremitas y anacoretas como Pablo el Ermitaño o Simón el Estilita. En la ascesis solitaria buscaban la paz interior que les permitiera alcanzar la conexión con nuestra divinidad: la unión mística con la naturaleza divinal que todos atesoramos; con el Dios que es yo, cada uno, todos y Todo.

El párrafo dice así: “Me ha costado mucho entender que no tengo que ser nada, puesto que ya lo soy; que el proceso por el que debía encaminarme no consistía en añadir experiencias o conocimientos para llegar a ser, sino precisamente quitarlas para llegar a descubrir a quien ya era y a quien durante tanto tiempo había ignorado. Según he comprendido, estos son los presupuestos básicos con que se puede vivir: yo no soy y tengo que sumar para poder ser; yo ya soy y tengo que restar para descubrirlo”.
Lo suscribo íntegramente: no hay que intentar ser algo, pues ya Somos todo; y no hay que sumar nada a lo que ya Somos, sino restar la enorme cantidad de postizos, accesorios y aditivos con los que tapamos y ocultamos lo que Somos.
En mi contexto vital y circunstancias personales, procuro llevarlo a la práctica cada día, de instante en instante, sin agobios, fluyendo y aceptando mi propio proceso y el de los demás.

¿Cómo se alcanza ese convencimiento de que ya somos todo y que no se trata de sumar, sino de restar?
No es un convencimiento, es un descubrimiento. Y, a la par, significa recordar lo que ya sabemos, pero había quedado arrinconado en nuestra Memoria Transcendente.
El quid de la cuestión se halla en tomar íntima consciencia de que ya todo Es y nosotros mismos Somos todo aquello que nuestro Corazón puede anhelar.
A partir de ahí, nos inunda el discernimiento sobre la verdad de la vida: vivimos única y exclusivamente ¡para vivir! Ni más ni menos. Este es el motivo y el fundamento de la existencia en todos los planos y Dimensiones. También, por supuesto, en el plano humano.
No vivimos para “tener que” o “deber de”; no vivimos para poseer, conseguir, hacer, desear, rechazar, luchar, convencer,… Y, desde luego, no vivimos para sobrevivir. La razón de ser de la vida es vivir: ¡vivir para vivir!
 Cuando nos damos cuenta de esto, la Vida se revela como lo que realmente es: un Milagro colosal y constante. Y nos percatamos de que se puede Confiar plenamente en ella; que todo tiene su porqué y su para qué en clave del desarrollo de nuestro propio proceso evolutivo; que las experiencias que vivimos no son ni “buenas” ni “malas”, sino experiencias todas que nos impulsan por igual en nuestro devenir consciencial; y que todo fluye, refluye y confluye en el Amor de cuanto Es.
Por tanto, vivir no consiste, permíteme el símil, en meter más muebles en casa. Al contrario: para “Vivir Viviendo” –vivir para vivir-, hay que vaciarla enteramente para que nuestro “verdadero ser”, que es radicalmente divino, brille, se expanda y se despliegue en este plano y Dimensión en su espléndido e inefable potencial.

Lo expresas como si fuera lo más normal del mundo, pero lo que nos muestra el mundo es todo lo contrario. De hecho, la mayoría de los hombres y mujeres consideran que tienen que sumar (objetos y bienes materiales, vivencias, experiencias, personas, saberes, prácticas espirituales, etcétera) para poder ser. Y es a lo que nos enseñan nuestros padres y en el colegio y la Universidad.
Mucha gente aún confunde la vida con la supervivencia y se dedica no a vivir, sino a sobrevivir, que son cosas bien distintas. De hecho, las preocupaciones y ocupaciones cotidianas de la mayor parte de las personas se centran en sobrevivir y a esto le llaman vivir. Al sistema educativo le sucede exactamente lo mismo.

¿Cómo se diferencia “vivir” de “sobrevivir”?
“Sobrevivir” se basa en el utilitarismo, el valor de cambio, el esfuerzo y la huida del momento presente. Me explico.
Por un lado, para “sobrevivir” se necesitan ineludiblemente cosas y personas, que pasan a tener un carácter “utilitario” e instrumental para la deseada supervivencia. La gente, las cosas, la Naturaleza, el planeta, etcétera se conciben sólo al servicio de la propia supervivencia. Así, hasta el amor se convierte en una mera emoción derivada de esa necesidad instrumental del otro.
Por otro, todo aquello que se incluye en “sobrevivir” conlleva una contrapartida o precio -suele ser valorable en términos pecuniarios, en euros- y requiere esfuerzo y trabajo.
Por último, “sobrevivir” se caracteriza por moverse entre el pasado y el futuro, desatendiendo e ignorando el presente.

¿Y “vivir”?
Para “vivir” no se necesita nada ni a nadie. Sobra con la Vida y con tomar consciencia de nuestro “verdadero ser”, constatando su naturaleza divinal y su pertenencia a la Unidad y Unicidad del Todo. Así se goza de la Vida sin deseos ni rechazos, situado en el momento presente y comprobando que la Felicidad es nuestro Estado Natural.
Por lo mismo, “vivir” pertenece a la esfera del Aquí y Ahora, es totalmente ajeno a lo pecuniario y desconoce el esfuerzo: sus componentes y manifestaciones carecen de contrapartida o precio y fluyen en la vida, en la de cada uno, sin trabajo y con naturalidad.
La gente sufre una fuerte amnesia con respecto a lo que vivir es y significa.

¿Por qué esta amnesia?
No es casual, sino consecuencia del aferramiento a una “consciencia egocéntrica”, que lleva a identificarse exclusivamente con un yo material (físico, emocional y mental) y olvidar lo que realmente Somos y Es.
No hay que ofuscarse por ello. Se trata de una fase natural en la evolución consciencial de los seres humanos y de las dimensiones álmicas en ellos encarnados. Y dará paso, lo empieza a hacer ya, a otra fase, tal como el invierno es una estación preciosa y precisa para que estalle la primavera.
Insisto: todo su tiene su porqué y su para qué. Y también lo tiene esta fase egocéntrica en la que la Humanidad lleva ya largo tiempo instalada y que bastantes hombres y mujeres comienzan ahora a dejar atrás.
     
Estos hombres y mujeres… ¿son los pioneros de una transmutación en la escala de valores y los paradigmas sociales de la Humanidad?
Desde el aferramiento a la “consciencia egocéntrica”, se han fabricado paradigmas, pautas vitales y un completo y complejo sistema de creencias absolutamente falaces y artificiales que conducen a la convicción de que tenemos que sumar para poder ser.
El género humano está evolucionando de manera natural hacia un nuevo estado consciencial que puede llamarse “Consciencia de Unidad”. De ella brotarán paradigmas y pautas de vida muy distintos a los hoy vigentes.
Es más, parte de esos nuevos paradigmas ya han sido creados por el ser humano, pero no han calado en el interior de las personas ni se han socializado.

¿Puedes poner algún ejemplo de esto último?
Los principios herméticos, todos y cada uno, son un buen botón de muestra. Y, a propósito de lo que viene siendo nuestra conversación, el segundo de ellos: el Principio de Correspondencia.

El célebre “como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”.
Su enunciado es simple, aunque ostenta un gran calado. Enseña, de manera directa y sintética, la analogía existente a todos los niveles de la Creación entre lo “macro” y lo “micro”, lo “micro” y lo “macro”.
En el capítulo que le dedica el Kybalion, texto del siglo XIX que compendia la sabiduría hermética, se afirma que esto es así “porque todo cuanto hay en la Creación emanó de la misma Fuente; y las mismas leyes, principios y características se aplican a cada unidad o combinación de unidades de actividad, conforme cada una manifiesta su propio fenómeno en su propio plano”.
También por esto, todo es suma de partes y forma parte de una suma superior, aunque cada parte es a su vez el Todo.
El Cosmos, la Naturaleza y la Vida están repletos de casos, fenómenos y hechos que confirman la veracidad de este principio hermético.

Y en el seno del Cosmos, la Naturaleza y la Vida se integra la Humanidad.
Efectivamente…
Para ahondar en el Principio de Correspondencia como uno de los paradigmas que adquirirán carta de naturaleza con la “Consciencia de Unidad” y enlazando con la vía de la resta, no de la suma, con la que arrancó esta entrevista, conviene recordar que todos los seres humanos, en mayor o menor medida, presentan una tendencia e inclinación innatas a alcanzar un saber lo más entero y global posible acerca de lo divino y lo humano: el mundo, las cosas, el Universo, la vida, la muerte, los entresijos de uno mismo y los otros,…

Como sé que a ti te gusta citar, Albert Camus lo plasmó con agudeza y desgarro interior en El hombre rebelde al referirse a “los interrogantes más penosos, más abrumadores, los del corazón que se pregunta: ¿dónde puedo sentirme en mi casa?”
Se trata de un impulso tan potente como instintivo.
Y bajo su influencia, el género humano ha ido consolidando la práctica de escrutar, examinar y explorar lo “macro” cual método idóneo de adquisición del conocimiento deseado.

Así es, aunque en las últimas décadas, gracias especialmente a las aportaciones de la física cuántica, la ciencia empieza a mirar a lo “micro” como fuente del conocimiento.
No por casualidad, es ahora cuando la ciencia comienza a percibir que lo “macro” es algo demasiado lejano de nosotros y la realidad que nos rodea y otea lo “micro” para explicar lo que en lo “macro” no llega a entender.
En la medida que vamos hacia arriba en nuestro proceso de indagación, los interrogantes aumentan y el velo que oculta la verdad se hace más denso. Y cuanto más ascendemos, con más fuerza percibimos interiormente un extraño sentimiento mezcla de soledad, aturdimiento y añoranza.
No obstante, el sistema de creencias y los paradigmas sociales continúan imbuidos por lo “macro”.

Ya, pero entonces… ¿qué hacemos?
El Principio de Correspondencia nos ofrece otra puerta para acceder a la anhelada sabiduría. Es la puerta de lo pequeño, de lo “micro”, de lo que se halla abajo: tan abajo como nosotros mismos o aún más.
La ventaja de esta vía radica en que se encuentra bastante más a nuestro alcance que la que mira hacia arriba hasta terminar perdiéndose en la inmensidad. Sin embargo, siendo esto así, se utiliza muy poco y no hay un equilibrio entre lo “macro” y lo “micro” como llaves del conocimiento.

Entiendo…
Pues bien, cuando se llega a este punto comenzamos a percatarnos de que todo se comprende desde abajo y que lo sabio no es subir, sino bajar. No en balde, como cada parte es a su vez el Todo, lo más bajo contiene igualmente en sí lo más global y la esencia misma de la Unidad en la que todo Es.
      El “Conócete a ti mismo”, que los Siete Sabios de la Grecia clásica, recogiendo una sabiduría que se remonta al antiguo Egipto y a culturas mesopotámicas, inscribieron en el frontispicio del Templo de Delfos, exige bajar al interior de uno mismo y, en introspección y silencio, encontrar y reconocer lo que Somos.
La sociedad actual camina por derroteros bien distintos. Y por esto, como Scheler y Heidegger han subrayado, que nunca hemos sabido tantas cosas sobre el ser humano como ahora y, contradictoriamente, nunca hemos sabido menos de él.

Intuyo que todo lo precedente es de aplicación al desenvolvimiento de la dinámica consciencial, en general, y al proceso consciencial y evolutivo del ser humano, en particular.
Las personas buscan la “realización” y el “crecimiento” y creen que se hallan asociados a incorporar y agregar cosas (objetos, personas, vivencias,…) a sus vidas.
Subyace en ello el convencimiento y el sentimiento profundo de que uno mismo se encuentra incompleto, falto de algo o de mucho. Y se busca a través de la suma y en lo “macro”, cuanto más suma y más “macro” mejor, la satisfacción de los deseos y aspiraciones y las respuestas para el corazón que se pregunta.
Pero es absolutamente falso que seamos incompletos o que carezcamos de algo. Sólo el olvido de lo que realmente Somos, de nuestro “verdadero ser” y “naturaleza esencial” y divinal, hace que la gente crea tamaña sandez y confíe en la suma cual brújula y práctica en el proceso de “realización” y “crecimiento”.
El Principio de Correspondencia conlleva un rotundo llamamiento a dar la vuelta, cual si de un calcetín se tratara, a la manera en la que las personas acostumbran a contemplar su proceso de “realización” y “crecimiento”.

Restar en vez de sumar…
La consciencia se expande restando, no sumando; bajando, no subiendo. Se acabaron los trabajos, los esfuerzos, los sacrificios,… Adiós al estrés, a las tensiones, a las preocupaciones,...
La vía no es la suma, sino la resta; no es la acumulación, sino el desasimiento; no es el “llenado”, sino el vaciamiento; no es el tener, sino el desprendimiento; no es el poseer, sino el desposeimiento; no es el alojo de cada vez más cosas, sino el desalojo interior hasta que sea completo.
La puesta en práctica de todo ello consiste en una Vida Sencilla experienciada en el Aquí y Ahora, con consciencia de nuestra divinidad y plena de Confianza. Así se vive con paz y alegría y sin inquietarse por nada.

Esto me trae a la memoria otro párrafo del mismo libro de Pablo d´Ors. Permíteme que te lo lea: “Todo es profundamente elemental; la vida es mucho más sencilla de lo que creemos cuando somos jóvenes. La vida es levantarse por la mañana y rezar; trabajar; comer; acostarse por las noches; saludar a los vecinos; pasear… La vida es cantar una melodía que recordamos; sorprenderse de que salga el sol o de que se ponga; dormir; soñar… Todo está bien. No hay que luchar, sólo vivir. Vivir: esa es la cuestión. Y dejarnos envejecer. Y luego, finalmente, apagar la luz”.
      Todo está bien, todo es perfecto. Tanto que ni siquiera cabe calificarlo como “perfecto”, pues ello supondría que en la Creación existe igualmente lo “imperfecto”. Y no es así. En la Creación, en la Vida, en general, y en la vida de cada cual, en particular, no hay imperfecciones, ni caos, ni azar, ni errores…
Todo cuenta con su porqué y su para qué; todo fluye en el Amor; y todo lo que acontece en la vida impulsa el proceso evolutivo de cada uno -cada cual en su punto y momento evolutivo, todos igualmente respetables-, que se halla absolutamente integrado en la Evolución de la Humanidad, la Madre Tierra, el Cosmos y la Creación.
      Vivir para Vivir significa Confiar en la Vida y dejarse fluir aceptando todo aquello que la propia Vida, no nuestros deseos egoicos de satisfacción ni nuestras programaciones mentales, nos vaya poniendo por delante.

En “Dios”, tu último y muy reciente libro, afirmas que lo importante no es qué pasa o deja de pasar en el día a día y en nuestra vida, sino cómo vivimos aquello que pasa…
La “consciencia egocéntrica” llama a poner el acento en el “qué”: qué hago o dejo de hacer, qué “debo de”, qué “tengo que”,…
En la medida que ese estado de consciencia queda atrás, se deja el “qué” en manos de la Vida y la Providencia –nuestro “verdadero ser” en acción- y nos centramos en el “cómo” para llenar de Amor e impregnar con su vibración, con la Frecuencia de Amor, todos los hechos y circunstancias –experiencias, en definitiva- que la vida nos va trayendo de momento en momento. Y da igual el color que la mente quiera otorgar a la experiencia –“alegre” o “triste”, “placentera” o “dolorosa”…-. Sólo importa situar en la vibración del Amor cada experiencia que la Vida nos ponga por delante.

¿Algún consejo para lograrlo?
No doy consejos. Lo único que puedo compartir es el papel y la importancia de la humildad.
Una humildad tan grande como para permitirnos el “endiosamiento”: percatarnos de que Dios es yo y que yo soy Dios precisamente cuando cesó de ser “yo”, es decir, cuando dejo de aferrarme a cualquier idea de identidad, sea física, álmica o espiritual, sea individual o colectiva. Esta disposición y esta voluntad de dejar de ser “yo” para ser Dios (o como cada cual quiera denominarlo) es, en el plano humano, la más acabada expresión de humildad.
Desde ella, restar y bajar, el desalojo y el vaciamiento y la Paz, la Felicidad y la Quietud emanan espontáneamente desde nuestro interior: desde allí donde siempre estuvieron esperando pacientemente a que, a través de nuestra toma de consciencia en libre albedrío, las proyectáramos dulcemente y con Amor al exterior para plasmar El Cielo en la Tierra.

Es una hermosa forma de cerrar la entrevista. Muchas gracias, Emilio, por lo que has compartido durante la misma.
A ti por hacerlo posible.

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