17/5/10

De la mística y los pucheros

Al mirar al cielo ayer, repiqueteaban en mi cabeza, los versos de la mística Teresa de Ávila, que también resonaban en mi corazón, con aquello de: “vivo sin vivir en mí “.. que “muero porque no muero” ... y al liarme con los pucheros de mi cocina (en los que la santa decía, que también andaba Dios), me dí cuenta que para subsistir y resistir en la vida, no solo necesito comer, dormir, trabajar y descansar, sino también meditar para encontrar el sentido de la existencia y me sobresalté al oírme decir un vocablo tan a contrapelo, de lo que llego a sentir a mi alrededor.

La Meditación es como la vida, pensé, hay que respirarla sin esfuerzo, acompasadamente, con naturalidad, y si es posible sin darse uno cuenta: ..es entonces, cuando sentí que respiraba sin pensar y de la misma forma supe que meditaba sin saber. Lo cual quiere decir, que era consciente de ello y cuanto más consciente, mi respiración se hacia más profunda y relajada, mientras tomaba conciencia del Ser interior, que está aquí y Es ahora. En este punto de consciencia, es cuando desde la Conciencia, me dí plena cuenta que es ella la que observa y atestigua cada pensamiento, deseo y sentimiento, y que sin expresar juicio, ni temor, ni anhelo, los atraviesa como un rayo de sol pasa a través de un cristal, iluminando la realidad : -…sólo sentí paz y armonía infinita, en el Ser que vive en mi realidad profunda, y en ese silencio sin mente, en esa soledad fecunda ( “noche oscura del alma”), todo formaba parte de Todo y mi ego se diluía sin dejar sombra.

No hacia mucho tiempo que había implorado al cielo paz y serenidad de juicio, que quería, a pesar de todo, ser feliz y hacer felices a los demás y al meditar aquí y ahora siento que solo Soy y “lo que hay” es lo que Es...y que: ..nada me es ajeno y todo me es superfluo, porque estoy en lo que estoy y esto, me produce la satisfacción y la plenitud de saber lo que estoy haciendo, cuando me dejo fluir sin pensar “el por qué” o “el para qué” de lo que estoy sintiendo: ..existo, siento y no pienso, trabajo, río y no me canso, lloro, acepto y comprendo, amo y compadezco, camino, contemplo y descanso... pero : ¿Cómo continuar meditando, cuando tomo el autobús o el metro para fichar en el trabajo? ¿Cómo saber estar en lo que soy, cuando planteo mi tarea ante mi jefe/a de turno? ¿y ayer con mi esposo/a? ¿ y hoy ante mis compañeros? ¿cómo sentir serenidad, escuchando lo que se me dijo? ¿es posible sentir paz, hoy y mañana, cuando sé de lo precario de mi presupuesto? ¿y mi necesidad de afecto?¿ y mis hijos, que hago por ellos?¿soy feliz y disfruto? ¿ me quiero? ¿me quieren? ¿que deseo de verdad, para estar en paz y a gusto?¿y mi madre? ¿y mi padre? ¿sé lo que quiero ser, cuando ya sea adulto? ¿soy capaz, de agradecer lo que tengo, en mi madurez, sin contar los años que siento? ¿por qué corro y me afano, sin saber para qué guiso y plancho? ..cocino entre los pucheros y voy quemando etapas del Camino, sabiendo quizás ,qué es lo que no quiero ..para al final preguntarme: ¿QUE ES LO QUE DE VERDAD, QUIERO ?

Miro, de nuevo rogando al cielo, sin encontrar las respuestas que busco y empiezo a caer en la cuenta de la paradoja, de que solo una visión transcendente nos puede “salvar” del atolladero de la existencia, mejorando y cambiando actitudes obsoletas y renovando conciencias, siendo honrados y sinceros, para poder buscar y encontrar, el sentido profundo de la vida y el poder del “darse cuenta”.

El mundo, sea el primero, el segundo o el tercero, está “anestesiado”, en diferentes medidas y proporciones, pero la “alienación”, es básicamente personal más que social y su solución global, tendrá que venir de la mano de Lo Transpersonal, como suma de individualidades.

Más tarde, ya más centrado en la tierra, me oigo preguntar y ...¿entonces?.. ¿CUAL ES LA REALIDAD DE LAS COSAS? Y esta vez enseguida me llega la respuesta: depende del color del cristal con que se miren, pues ya sabemos, desde que lo formulara Einstein: que “todo es relativo”, que Todo es Energía y se mueve, se transforma y permanece, como un dios, como una rueda alrededor de un Único y desconocido centro.... ¿No es cierto que buscamos las respuestas en las estrellas? ¿Dónde, en qué momento de la relatividad nos conectamos con el cielo? ¿En qué realidad cuántica, incrustamos nuestro “aquí y ahora” existencial, lo físico y lo espiritual-energético de nuestra naturaleza? ¿somos dioses, enanos o decimos también nosotros, aquello de .. ”vivo porque no muero”?

Siento un escalofrío en mi espalda y busco rápidamente un asidero a quien preguntar sin mirar al cielo: ¿Cómo efectuar las necesarias “conexiones energéticas”, que posibiliten actuar, en todo el espectro completo de la conciencia, en sus dimensiones físicas y transcendentes de la Realidad?.. y una luz ilumina como un potente rayo mi frente y mi corazón, y al levantar de nuevo la vista, escrito en el cielo, leo que... ..lo único real, es la Presencia del Amor. Lo irreal, es la ilusión que nos crea la separación del ego, su sombra y su miedo, su sufrimiento y dolor. Entonces me doy cuenta que sin saberlo, he llegado a lo profundo de la Conciencia que también es Amor y..respiro. Es necesario y urgente,, comenzar una Revolución de las Conciencias, de dentro afuera, con todas las posibilidades y potencialidades del alma humana. Mi conciencia y la tuya, la nuestra, la vuestra, la suya.

En este siglo XXI múltiples señales conscientes e inconscientes, nos indican que individuos y grupos empiezan a caminar en un nuevo Estado de Conciencia Global. No solo Internet y todos los avances tecnológicos, que se solapan ininterrumpidamente haciéndonos progresar y arrasar en todos los sentidos positivos y negativos, sino sobre todo, las nuevas vibraciones energéticas y espirituales, son las que nos están acercando a una nueva dimensión de la existencia, global e individual.

Se trata de un despertar a la creación de la NUEVA CONSCIENCIA, haciendo visible lo invisible y participando del Amor. Y esto no es una entelequia, ni una ilusión, sino la Única Realidad posible, que dé sentido a la existencia. Estoy tratando de realizar el compromiso de vivir como ser auténtico en esa realidad, con los demás seres que también viven, sufren y gozan las mismas vivencias, sintiendo la realización del compromiso personal con el amor que nos unifica y nos envuelve.

Gracias sean dadas al Universo, a la Energía , al Principio y al Fin de todas las cosas, a Dios, al Todo, al Cosmos, al Vacío y a la Nada, por hacernos ser partes inseparables de su Bondad, de su Belleza, de su Amor, de su Infinitud, de su Misericordia y de su Relatividad Cuántica que nos acoge y nos solidariza para que logremos juntar todo aquello que nos une y no los que nos separa, sea el Ego o la ilusión de un destino sin finalidad inexpresada. Necesito creer en lo imposible y creer en la realidad de los sueños, como el niño inocente que asiste entusiasmado al milagro inesperado de la existencia y ya sin preguntar, como adulto-niño empieza a disfrutar del juego del amor del que participa.

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Autor: Javier del Río

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