30/11/09

El número "Phi" o "Divina Proporción"

En la entrada Simbiosis Imperfecta, publicada el pasado 24 de noviembre, se hace mención, dentro de su apartado III, a la “perfección científica” materializada en Pi.

Como varios seguidores del Blog me han remitido emails que muestran la confusión que puede haber entre los números “Pi” y “Phi”, voy a efectuar algunas precisiones al respecto extraídas de los conocimientos que aporta la denominada Geometría Sagrada.

Y es que “Pi” es la relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro. Se trata de un “número irracional”, muy empleado en física e ingeniería, y una de las constantes matemáticas más importantes. Su valor numérico es el célebre 3,1416 (que, realmente es 3,14159265358979323846…).

En cambio, “Phi”, se corresponde con la “Divina Proporción” sobre la que instruye la citada Geometría Sagrada.

La “Divina Proporción”

Conocido como el número áureo y considerado frecuentemente como el dígito más hermoso de la infinita constelación matemática, “Phi” es otro número irracional. Su valor numérico se suele simplificar como 1,618, aunque realmente, cuenta con un largo listado de decimales: 1,61803398874989484820…

Para empezar, hay que reseñar que el número “Phi” tiene una relación directa con la célebre Secuencia de Fibonacci:

0, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89,....

Esta serie numérica ostenta la peculiar característica de que la adición de los dos dígitos precedentes da como resultado el siguiente:

0+0 = 0

0+1 = 1

1+2 = 3

2+3 = 5

3+5 = 8

5+8 = 13

8+13 = 21

13+21 = 34

21+34 = 55

34+55 = 89

etcétera

Y, en lo que aquí más interesa, ofrece, igualmente, la curiosidad de que los conscientes de los dígitos precedentes tienden a tener como resultado precisamente el número “Phi”:

0/0 = indeterminado

1/0 = indefinido

2/1 = 2,000

3/2 = 1,500

5/3 = 1,666...

8/5 = 1,600

13/8 = 1,625

21/13 = 1,615...

34/21 = 1,619...

55/34 = 1,617...

89/55 = 1,618...

etcétera

Mas la notoriedad de “Phi” va más allá de esta interconexión con la Secuencia Fibonacci y obedece, sobre todo, al sorprendente papel que juega en el diseño y estructuración interna de la naturaleza. Y es que las características dimensionales de seres humanos, animales o plantas se ajustan con asombrosa exactitud a la razón (cociente, división) de “Phi” a 1, esto es, a 1,618.

Sin ánimo de exhaustividad y comenzando por el ser humano, es sencillo constatar -Leonardo da Vinci fue el primero en hacerlo con detalle- que nuestro cuerpo está conformado por bloques constructivos cuya razón es siempre idéntica a “Phi”. Algunos ejemplos:

-------

Altura del cuerpo (distancia entre el suelo y la parte más alta de la cabeza)

------------------------------------------------------------------------------ = Phi

Altura de ombligo (distancia entre el ombligo y el suelo)

-------

Extensión de la pierna (distancia entre la cadera y el suelo)

------------------------------------------------------------------------------ = Phi

Altura de la rodilla (distancia entre la rodilla y el suelo)

-------

Extensión del brazo (distancia entre el hombro y la punta de los dedos)

------------------------------------------------------------------------------ = Phi

Extensión del antebrazo y mano (distancia entre codo y punta de dedos)

-------

Y, así, las divisiones vertebrales, las articulaciones de las manos y de los pies, etcétera. “Phi”, siempre “Phi”. Lo que explica que, en todas las épocas, “Phi” haya sido ensalzado por matemáticos, pintores, músicos, ingenieros y arquitectos. Entre estos últimos, hay que destacar a Marcos Vitrubius, que subrayó el papel de “Phi” en su obra De Arquitectura y en cuyo honor Leonardo da Vinci dio nombre a El hombre de Vitrubio, el famoso desnudo masculino estimado como el dibujo de anatomía más acabado de la historia.

En el caso de los animales, son muchísimos los exponentes de la pasmosa ubicuidad de “Phi”. Valgan dos botones de muestra: si en un panal de abejas se divide el número de hembras por el de machos, el resultado, invariablemente, será “Phi”, sea cual sea el panal y en cualquier parte del mundo; y también obtendremos 1,618 si tomamos cualquier nautilo -moluscos cefalópodos que, para equilibrar su flotación, se inyectan gas en su caparazón compartimentado- y dividimos el diámetro de cada tramo de su espiral con el siguiente.

Y lo mismo ocurre, por fin, en el mundo de las plantas. Verbigracia, en las pipas de girasol, que crecen en espirales opuestos, la razón entre el diámetro de cada rotación y el siguiente es “Phi”. Y “Phi” se halla, igualmente, en la distribución de hojas en ramas, en las piñas piñoneras, etcétera.

Esta colosal presencia de “Phi” no puede deberse a la casualidad y se adentra en el campo de los enigmas que nos rodean. Hasta el punto de que, desde hace milenios, el número ha sido rodeado de una aureola mística, pensándose que había sido predeterminado por el Creador. Por ello, los primeros científicos denominaron a “Phi” la “Divina Proporción”.

El mundo del arte no ha sido ajeno a todo ello y desde hace miles de años el número “Phi” tiene un sitio predominante en la pintura -Durero, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, y otros muchos lo han utilizado de manera deliberada y rigurosa-, la música -“Phi” se halla en la ubicación de los oídos o efes en los violines de Stradivarius, en las estructuras básicas de las sonatas de Mozart, en la 5ª Sinfonía de Beethoven, en las obras de Bartók, Debussy, Schubert,...- o la arquitectura -el dígito “Phi” se encuentra en las pirámides de Egipto, en el Partenón griego y hasta en el moderno edificio de Naciones Unidas en Nueva York-.

Lo cierto es que “Phi” parece indicar que, bajo el aparente caos del Universo, subyace un orden. Un orden articulado en torno a una arquitectura geométrica inmaterial y abstracta -derivada, según la sabiduría hermética, de la base vibratoria que está en la esencia de un Universo de origen mental- que tiene en “Phi” una de sus más curiosas manifestaciones externas. Y un orden presente y activo en una naturaleza bella y armoniosa -en la que el ser humano se integra como un componente más- pensada y querida para vivir en equilibrio y felicidad.

1325 mujeres tejiendo la paz

Casi diez años después de la aprobación en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de la Resolución 1325, que reconoce el papel de las mujeres en la construcción de la paz, la verdad es que las mujeres tienen todavía un acceso limitado a los espacios de toma de decisiones. Incluso en países que abanderan la democracia y la igualdad de géneros, su presencia en puestos de decisión clave es aún insuficiente.

Sin embargo, han sido y son muchos los casos en los que la defensa de la libertad y los derechos humanos está en manos de mujeres. Sus historias personales y heroicas se recogen ahora en un libro titulado 1325 mujeres tejiendo la paz (Icaria, 2009). El proyecto ha sido impulsado por la Fundación Cultura de Paz y con él se reconoce la labor que han realizado y realizan muchas mujeres en el mundo.

Mujeres como Aung San Suu Kyi o Aminatu Haidar, que no se resignan a la injusticia y trabajan para cambiarla. Suu Kyi lucha por la democracia en Birmania, gobernada por una inflexible Junta Militar. Haidar, por su parte, pretende mejorar la situación del pueblo saharaui, cuyo territorio está ocupado por Marruecos desde 1975. Ambas han conocido la crudeza de la cárcel y han sido víctimas, pero han sabido sobreponerse a su sufrimiento para encauzarlo en la defensa de la libertad de sus pueblos.

Ellas son sólo dos ejemplos. Hay muchos más. Mujeres de todo el mundo juegan un papel clave en la lucha contra la violencia y el mantenimiento de la paz. Son valientes, perseverantes e innovadoras. La periodista rusa Anna Politkovskaya o la activista por los derechos de los palestinos Rachel Corrie perdieron la vida mientras luchaban por dar voz a los más débiles. Figuras como Somaly Mam o Lydia Cacho arriesgan sus vidas cada día por los demás. Símbolos como Rigoberta Menchú, Mary Robinson o Carla del Ponte han puesto su vida al servicio de los derechos civiles.

El libro incluye diseños que invitan a un diálogo entre imágenes y palabras. Han sido elaborados en colaboración con la Bienal Iberoamericana de Diseño (BID). Los fondos que genere la obra se destinarán a promover el papel de las mujeres en la construcción de la paz.

El libro quiere adelantar el décimo aniversario de la Resolución 1325, que se cumple en 2010, y dar visibilidad a todas las féminas que trabajan en el planeta por erradicar la violencia y la injusticia. Hay muchas mujeres que contribuyen a la paz en su quehacer cotidiano, pero que son desconocidas e ignoradas en los procesos de negociación y de toma de decisiones. El texto habla de personas hechas a sí mismas. En todas ellas sobresale su capacidad de lucha y su entrega incansable hasta el punto de haber logrado sacar algo positivo de su dolor para tratar de salvar vidas, a pesar del daño recibido.

En este enlace se ofrece más información sobre el libro y se puede descargar la Resolución 1325:

http://www.1325mujerestejiendolapaz.org/

La Nube del No-Saber: Orientación Particular (LXXX)

La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)

Has llegado a un punto en que tu ulterior crecimiento en la perfección exige que no alimentes tu mente con meditaciones sobre los múltiples aspectos de tu Ser. En el pasado, estas meditaciones te ayudaban a entender algo de Dios y de tu propia divinidad; alimentaban tu afecto interior con una suave y deliciosa atracción hacia él y a las cosas espirituales; y llenaban tu mente de una cierta sabiduría espiritual. Pero ahora es importante que te concentres seriamente en el esfuerzo de morar continuamente en el centro profundo de tu espíritu, en la consciencia ciega y desnuda de tu Ser.

Quiero que entiendas claramente que en esta obra no es necesario indagar hasta el más mínimo detalle sobre la existencia de Dios ni tampoco de la tuya. Pues no hay nombre, ni experiencia, ni intuición tan afín a la eternidad de Dios como la que tú puedes poseer, percibir y experimentar de hecho en la ciega conciencia amorosa de esta palabra: Es.

Afírmate en el Y Soy y cesen tus facultades de inquirir minuciosamente en los atributos del Ser, sea de Dios o del tuyo, que lo mismo son. Deja esto atrás y vuelca todo lo que eres, tal cual eres, en el hecho indudable, cierto y objetivo de que Eres, de tu Ser; y de que Eres en el presente, el único sitio donde la vida existe, de modo que Eres en un momento presente continuo en lo que lo eterno se desenvuelve. Así es como podrás juntar todas las cosas, y de una manera maravillosa, glorificarás a Dios con él mismo, puesto que lo que Eres lo tienes de él y Es él, él mismo, tú y él, Ser. Tuviste, naturalmente, un comienzo en ese momento del no-tiempo en el que emanaste de su propia Esencia, pero, desde la Creación, tu Ser ha estado y estará siempre en él.

Tu afecto interior quedará colmado con abundancia de Amor y bondad práctica que manará de tu vida en Dios, el cual, como el Dios que Eres, es el fondo de tu Ser, tu Yo Verdadero, y la simplicidad de tu corazón. Y rebosará de mosto tu lagar. Este lagar son tus facultades espirituales interiores. Antes, las forzabas y violentabas con toda clase de meditaciones y búsqueda racional en un esfuerzo de conseguir alguna comprensión espiritual de Dios y de ti mismo, de sus atributos y de los tuyos. Pero ahora están llenas y rebosan de mosto. Las Escrituras hablan de este vino y lo interpretan místicamente como esa sabiduría espiritual que destila la contemplación profunda y el paladeo excelso del Dios trascendente.

Y de qué modo tan espontáneo, gozoso y sin trabajo sucederá esto. Ya no es necesario tu rudo esfuerzo, pues por la eficacia de esta gentil, oscura y contemplativa obra, tu Ser Profundo desbordará en tu ser humano toda la Sabiduría, la que está más allá de las palabras y conceptos y bebe de tu Ser.

29/11/09

Resumen semanal: del 23 al 29 de noviembre de 2009

Lunes 23:

+La Nube del No-Saber: Orientación Particular (LXXV).

+La conjunción del ser humano con el “mundus unus”.

+El Ártico amenaza con fundirse por primera vez en 15 millones de años.

Martes 24:

+La Nube del No-Saber: Orientación Particular (LXXVI).

+Simbiosis Imperfecta.

+Toque de humor.

+Un juego breve, pero muy serio.

+Seamos solidarios con la banca los que tenemos el mal gusto de ganarnos el sueldo trabajando.

Miércoles 25:

+La Nube del No-Saber: Orientación Particular (LXXVII).

+Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

+La Tierra superada: se necesita planeta y medio para mantener el consumo actual.

Jueves 26:

+La Nube del No-Saber: Orientación Particular (LXXVIII).

+Señora ministra de Sanidad, escúcheme.

+Conferencia en Puebla del Río.

+OFRENDADAS (Viaje al interior de mí mismo): Consciencia de Ser.

+Las pérdidas reales de la banca pueden suponer el 35% del PIB mundial.

Viernes 27:

+La Nube del No-Saber: Orientación Particular (LXXIX).

+Nuevas posibilidades de empleo en el sector de la cultura.

+”Buscadores” en Marchena.

+El cambio climático afecta ya a la zona más protegida de la Antártida.

+Impactos socioeconómicos del cambio climático en Europa.

Sábado 28:

+Mercadillo Solidario de “Tú sí puedes”.

+Inmanencia de Dios, Espíritu Santo y Convivencia Vibracional.

Domingo 29:

+El “alma” y la “dinámica vibratoria interactiva”.

+Televisión positiva en México.

+Resumen semanal: del 23 al 29 de noviembre de 2009.

(Total: 26)

Televisión positiva en México

En www.noticiaspositivas.net se informa acerca de KW, un nuevo medio de comunicación mexicano que ofrece espectáculo positivo las 24 horas del día, con producciones orientadas a las familias que buscan un pasatiempo sano. “Queremos brindar una opción de entretenimiento siempre positivo, a través de la televisión, Internet, plataformas móviles y nuevas tecnologías”, ha explicado el director de Mercadotecnia, Jorge Hernández.

En declaraciones a Noticias Positivas, ha precisado que el espectador puede ver series y películas aptas para toda la familia, documentales científicos, culturales, artísticos, de conciencia social, medio ambiente y naturaleza; además de animaciones y programas infantiles de entretenimiento y educativos.

“En México hay muchas familias jóvenes que buscan entretenerse de una manera sana e inteligente, sin agresión y sin violencia. Así, surge la idea de crear KW, para brindar una opción de entretenimiento en la que siempre puedan confiar y estar tranquilos”, ha asegurado Hernández.

Desde la página Web, el internauta puede ver televisión por Internet y acceder a la sección de Noticias, en la que se resumen las principales novedades del día. “Difundimos información optimista, por lo que no se restringe a temas específicos. Se toman en consideración todas las fuentes de cualquier tema y disciplina, siempre y cuando cumplan con la premisa de brindar información veraz y en línea con la filosofía de KW”, ha agregado.

El canal de TV, al que se puede acceder mediante un sistema de televisión de pago, ha tenido una gran aceptación por parte del público y para consolidar una buena comunicación entre la audiencia y los directivos de KW, se celebran eventos familiares y se envía mensualmente, un comunicado a todos los suscriptores, comentado las principales informaciones positivas.

Si deseas mayor información, pincha en este enlace:

http://kwtv.com.mx/kwportal/index.php

El "alma" y la "dinámica vibratoria interactiva"

Continuación de la entrada de ayer, titulada Inmanencia de Dios, Espíritu Santo y Convivencia Vibracional, que se estructuró en los siguientes apartados:

1. La Inmanencia de Dios.

2. Lo que “es” y lo que “no es”: la “paradoja de consciencia”.

3. El Espíritu Santo y la convivencia vibracional.

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4. El “alma”

Todo lo que se describió en la entada de ayer es primoroso. Y es el preámbulo de algo todavía más radiante: la Inmanencia del Espíritu (plano de lo No Manifestado) en las manifestaciones intangibles o tangibles (plano de lo Manifestado) posibilita la activación vibracional de las manifestaciones inmateriales y materiales y el aumento de su frecuencia hacia niveles vibratorios por encima de lo que en sí les corresponden.

Al Amor de Dios no le basta que lo Manifestado forme parte intrínseca de la Creación; tampoco que a ello se sume su Inmanencia en él. El Amor es tal que logra más: gracias a la convivencia vibracional y por influjo del Espíritu, se activa una dinámica dirigida a multiplicar la gradación vibracional de las manifestaciones intangibles y tangibles (en nuestro caso, el cuerpo humano) y a integrarla (absorberla) en la propia Esencia divina. En el lenguaje cristiano, el Padre (Principio Único) envía a su Hijo (Espíritu o Amor) para que se encarne (Espíritu Santo) en el mundo (convivencia vibracional) y resucite la carne (materia), consiguiendo que ésta suba al Cielo (el incremento de su gradación vibratoria hacia escalas divinales).

Retomado lo expuesto en la entrada Principio Único (“Padre”) y Espíritu (“Hijo”), publicada el sábado 21 de noviembre, se logra así que el proceso “de arriba hacia abajo” (Principio Único, Padre, “big” -Emanación de la Esencia divina y del Verbo a ella asociado-; Hijo, “bang” -expansión de la Esencia como Espíritu y del Verbo-; e Inmanencia de lo No Manifestado –Espíritu Santo- en lo Manifestado -condensación del Verbo: manifestaciones inmateriales y materiales-) tenga su correlato “de abajo hacia arriba” mediante la generación de una nueva energía vibracional en el plano de lo Manifestado. Una energía sembrada por la Consciencia Perfecta (semilla) a partir del “big-bang” y que brota y va subiendo de gradación vibratoria en una dinámica que la irá aproximando (Absorción) a la que es propia del Espíritu y la Esencia divinal. ¿Cómo sucede algo tan extraordinario?. A través de lo que diversas religiones conocen como “alma”.

Para entender cómo aparece el alma y cuáles son sus perfiles y características, hay que hacer referencia al “efecto de heterodinaje”: un fenómeno sobradamente conocido por la ciencia y aplicado actualmente en ámbitos relacionados con campos y frecuencias vibratorias Por ejemplo, en la ingeniería de sonido, que nos muestra cómo al combinarse dos ondas de distinta frecuencia vibratoria –una mayor y otra menor- se genera una tercera con un nivel vibratorio que se mueve entre los de las dos primeras. Aplicando esto a lo que aquí ocupa, significa que de la convivencia vibracional entre la alta frecuencia del Espíritu y la baja de la corporeidad surge una tercera gama o esfera vibracional, usualmente llamada alma, con una gradación que oscila entre la frecuencia de la corporeidad y la del Espíritu. En este orden, las funciones del alma son tanto de enlace y bisagra vibratoria entre Espíritu y cuerpo como de transmisor vibracional y batería energética.

Por una parte, el alma actúa de bisagra en cuanto a que opera como espacio vibratorio de encuentro y conexión entre los campos vibracionales del Espíritu y el cuerpo, facilitando que se produzca la aludida convivencia vibracional, pero sin que haya ni “mezcla” ni “contacto” directo. Y es que la mezcla no puede darse, pues conllevaría la alteración de las cualidades del Espíritu como Esencia divina, lo cual es imposible ya que el Ser Uno es inalterable y su Esencia y naturaleza no pueden ser modificadas. Como tampoco es viable el contacto, pues es tan descomunal la diferencia en intensidad de los dos planos vibratorios que, en el supuesto de que existiera contacto directo entre el Espíritu y las manifestaciones (nuestro cuerpo físico entre ellas), éstas sufrirían enormes distorsiones que bloquearían su evolución biológica, anulando el desarrollo de formas de vida, más o menos sutiles, en lo Manifestado.

Por esto, centrando la reflexión en los seres humanos, la convivencia vibracional entre Espíritu y cuerpo implica, mediante el efecto de heterodinaje, la generación natural y automática del alma cual tercera gama o esfera vibratoria. El alma ensambla ambos planos vibratorios y hace factible la convivencia entre los dos a través de ella, sin que Espíritu y cuerpo se mezclen ni entren en contacto directo.

Y, por otro lado, el alma actúa de transmisor y batería energética, ya que propicia que la fuerza vibratoria del Espíritu se canalice hacia la corporeidad y aumente la frecuencia vibratoria de ésta en el sentido antes expuesto. Un fenómeno que no es difícil de comprender, pues tiene su punto de partida analógico en los principios de Entropía y Entalpía (del griego “thalpein”, “calentar”), que a colación, por ejemplo, del encuentro entre masas de agua fría y caliente, muestran cómo el resultado de la combinación de ambas será una masa acuosa de temperatura intermedia, por pérdida de energía calorífica del agua caliente a favor de la fría.

Los contenidos de estos dos principios físicos pueden ser analógicamente aplicados a la convivencia vibracional entre Espíritu y cuerpo, aunque con un elemento de enlace o bisagra, el alma, que no existe en el ejemplo del agua caliente y fría. Concretamente, la alta gradación vibracional del Espíritu (agua caliente) se canaliza de modo natural hacia el bajo nivel vibratorio del cuerpo (agua fría), si bien lo hace a través del alma, que es la que adquiere una gradación vibracional situada entre los dos extremos (el caliente y el frío).

Eso sí, la vibración del Espíritu es infinita. Siguiendo con el caso del agua, es como si la caliente estuviera vinculada a una fuente de energía que le permitiera volver a calentarse permanentemente, superando así el transitorio menoscabo promovido por el contacto con el agua fría. El Espíritu es inalterable, pues es Esencia divina, y emite hacia el cuerpo, con el intermedio del alma, su elevada frecuencia. Por esto, la gradación vibracional y energética hacia el alma tiende a ir en aumento en el contexto de un proceso que se examina en el próximo epígrafe: la “dinámica vibratoria interactiva” (el agua caliente, al volver a calentarse constantemente, terminará elevando hacia su nivel calorífico al agua fría con la que está en contacto). Metafóricamente, la Luz habrá vencido a las Tinieblas; y la carne resucitada (la materia vibracionalmente activada por la convivencia con el Espíritu) ascenderá a los Cielos. Como señala Jesús: “Yo he venido al mundo como Luz, para que todo el que crea en mí no quede en las Tinieblas” (Juan, 12,46).

5. La “dinámica vibratoria interactiva”

El papel del alma es, por tanto, fundamental como bisagra y enlace vibracional entre Espíritu y cuerpo; y como transmisor de la fuerza vibracional del primero hacia el segundo y batería energética (como explicación alternativa, pero basada en los mismos principios, podríamos plantear la inducción de corrientes de energía eléctrica en circuitos en los que el flujo magnético varía: el flujo magnético sería el Espíritu Santo; el circuito sería el Alma; y la corriente eléctrica generada, también de naturaleza ondulatoria, sería la parte Manifestada o cuerpo).

Para desempeñar tal papel, el alma opera como filtro, usando la terminología científica relativa al heterodinaje. Un filtro es un circuito vibratorio que deja pasar determinadas frecuencias, pero no otras. Y en lo que aquí interesa, hay dos clases principales de filtros: “filtro pasa bajos”, que deja pasar todo aquello que sea igual o se encuentre por debajo de una frecuencia vibratoria denominada “frecuencia de corte del filtro”; y “filtro pasa altos”, similar al anterior, pero al revés, pues deja pasar todo lo que sea igual o se halle por arriba de la frecuencia de corte.

¿Cómo actúa el alma en un ser humano?. Pues la frecuencia de corte del filtro está definida con exactitud por el grado de consciencia de la persona: la frecuencia vibracional del grado consciencial funciona como frecuencia de corte. A partir de ahí, según el sentido Espíritu-cuerpo (agua caliente hacia agua fría) o cuerpo-Espíritu (agua fría hacia agua caliente) de los flujos vibracionales, el alma actúa como filtro pasa bajos o filtro pasa altos, respectivamente. Se trata de la “dinámica vibratoria interactiva” (el “modelo” puede complicarse al objeto de explicar un cierto fenómeno selectivo de la frecuencia de paso hacia el cuerpo: tendríamos así los circuitos de los aparatos de radio, en los que una resistencia variable y un condensador seleccionan la frecuencia de la emisora que queremos oír).

Supongamos una persona cuyo grado de consciencia es 3 (ni que decir tiene que es sólo una hipótesis numérica de carácter didáctico). Ante la enorme fuerza vibracional que emite el Espíritu, el alma opera como filtro pasa bajos: recibe y transmite hacia la corporeidad toda la energía vibracional que sea tanto igual como inferior a la frecuencia vibratoria de corte, esto es, 3 (grado de consciencia). Esta energía es recogida por el cuerpo, que funciona como “oscilador local” (expresión científica referida a un circuito vibratorio que se encarga de generar una onda de una frecuencia específica para mezclarla con la frecuencia recibida), y se plasma en un determinado estadio de conciencia que lleva al ser humano a desplegar una serie de experiencias. Si como consecuencia de éstas se produce una elevación del grado de consciencia de la persona, por ejemplo hasta el nivel 4, el alma recibe el incremento energético actuando como filtro pasa altos: recibe la fuerza vibratoria que se sitúe igual o por encima de la frecuencia de corte definida por el grado consciencial anterior, esto es, por arriba de 3.

A partir de aquí se repite el proceso en el contexto de la dinámica vibratoria interactiva, pero con la nueva frecuencia de corte derivada del nuevo grado de consciencia (ya no es 3, sino 4). El alma, ante el elevado influjo vibracional del Espíritu, vuelve a operar como filtro pasa bajos: recibe y transmite hacia la corporeidad energía vibracional tanto igual como menor a la nueva frecuencia vibratoria de corte, es decir, 4 (nuevo grado de consciencia). Esta energía es tomada por el cuerpo y se concreta en un determinado estadio de conciencia que conduce al ser humano a vivir un conjunto de experiencias. Si debido a éstas se produce una elevación del grado de consciencia de la persona –verbigracia, hasta el nivel 5-, el alma acoge el incremento energético actuando como filtro pasa altos: recibe la fuerza vibratoria superior a la frecuencia de corte definida por el grado consciencial anterior, esto es, mayor que 4.

Y así sucesivamente, con la única e importante salvedad de que el ser humano goza de libre albedrío, por lo que sus experiencias en un determinado grado de consciencia (verbigracia, el 3 con el que antes se arrancó) y estadio de conciencia pueden no llevarle a un ascenso en tal gradación consciencial, sino a un mantenimiento (seguiría siendo 3), o, incluso, provocar un decremento (por ejemplo, a 2). En este último supuesto, el alma, funcionando ante la fuerza del Espíritu como filtro pasa bajos, recibiría y canalizaría hacia la corporeidad energía vibracional tanto igual como inferior a la nueva frecuencia vibratoria de corte, es decir, 2. Esta energía sería acogida por el cuerpo y se plasmaría en un determinado estadio de conciencia que llevaría al ser humano a vivir una serie de experiencias. Si como consecuencia de éstas se produce una elevación del grado de consciencia de la persona –verbigracia, hasta el nivel 3-, el alma acogería el incremento energético actuando como filtro pasa altos: recibe la fuerza vibratoria superior a la frecuencia de corte definida por el grado consciencial precedente, esto es, mayor que 2. Aunque también puede ser que, como consecuencia de las experiencias, tuviera lugar un estancamiento o una nueva bajada de la gradación consciencial (por ejemplo, a 1).

En definitiva, la dinámica vibratoria interactiva es la visión energética y vibracional de la interacción “consciencia–conciencia–experiencias”. En cualquier caso, no hay determinismo alguno, sino un potencial que el ser humano, en su experiencia de individualidad en libre albedrío, puede hacer efectivo, o no, a través de su voluntad y comportamiento (experiencias en un determinado estadio de conciencia). Si lo hace, la elevación de grado vibracional y consciencial que le ha llevado a ese estadio de conciencia (los ego, triunfador, dador, buscador, vidente o espíritu de capítulos precedentes) no será canalizado hacia un nuevo aumento de tal grado. Pero si la persona plasma el citado potencial en su conducta, inclinaciones y afectos –es decir, en Amor-, provoca un efecto de retroalimentación vibracional que impulsa una nueva elevación de su gradación consciencial, volviéndose a repetir la dinámica descrita.

De esta forma, con la reiteración y reproducción de la dinámica vibratoria interactiva, el ser humano (unidad de espíritu, cuerpo y alma) puede elevar su grado de consciencia (caminar hacia la plena consciencia de su auténtico ser), lo que se verá acompañado del avance en el estadio de conciencia: la sustitución de comportamientos ligados a los apegos e inercias de la materia (objetivos egoístas, riqueza y dinero, poder, fama, éxito, reconocimiento social, qué dirán,…) por pautas divinas de acción (Amor: bondad, misericordia, benevolencia, altruismo, generosidad y desprendimiento, humildad, vocación de servicio, amor al prójimo, compasión,…). La prioridad por estas pautas muestra un acercamiento consciencial y vibratorio al “Bien”, mientras que la prevalencia de los apegos materiales indica un acercamiento al “Mal”, aunque ambos términos tienen un significado muy distinto al que comúnmente se les suele otorgar.

La antigua polémica teológica sobre si todos los seres humanos poseemos o no alma o si ésta tiene que ser “fabricada por cada uno” es un debate estéril. Por supuesto que todos tenemos alma, pues constituye el fruto natural de la convivencia vibracional, con el consiguiente efecto de heterodinaje, entre nuestro ser profundo (Espíritu) y el cuerpo físico. Pero cada alma, cual bisagra, acumulador y comunicador vibracional, ostenta una frecuencia vibratoria distinta según el grado de consciencia (frecuencia de corte del filtro) de la persona, pudiéndose tal grado elevar, mantener o reducir mediante la dinámica vibratoria interactiva que se acaba de resumir.