31/10/09

Elogio de la lentitud

En anteriores entradas (“In media virtus” y Carencia de justa medida, del 5 y 15 de octubre, respectivamente) nos hemos ocupado del exceso que en nuestra cultura caracteriza casi todos lo ámbitos de la vida. Un tema que ha merecido la atención de much@s seguidor@s del Blog y ha llevado a Cristina Vega –muchas gracias, amiga- a regalarme un libro titulado Elogio de la lentitud, de Carl Honoré (RBA, 2008), en cuyas páginas se defiende el denominado movimiento “Slow” y se denuncia la locura en la que el exceso aplicado al tiempo, es decir, el estrés y las prisas, está sumiendo a la mujer y al hombre “modernos”.

No en balde, de la visión y el sistema dominantes -de su carácter materialista, productuvista y consumista- deriva un ritmo de vida impuesto por la velocidad, el ajetreo incesante y la “enfermedad del tiempo”, en expresión acuñada en 1982 por el médico estadounidense Larry Dossey para denominar el sentir obsesivo de la falta de tiempo para llevar a cabo tantas cosas que tenemos que hacer.

La teórica necesidad no ya de resignarnos ante tal hecho, sino de entenderlo como algo positivo y asociado a la competividad y capacidad del ser humano y la sociedad ha sido resumida muy bien por Klaus M. Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial: “estamos pasando de un mundo donde el grande se come al pequeño a un mundo donde los rápidos se comen a los lentos”. El Foro –organización tan elitista como para admitir sólo cual miembros a empresas que facturen más de cinco mil millones de dólares anuales- ha convertido la tortuga del célebre cuento en sopa para los ágapes de sus encuentros periódicos en Davos (Suiza), nombrando a la liebre socio honorario. Y psicólogos como Guy Claxton procuran convencernos de que esto es parte de un estadio avanzado de la naturaleza humana: “Hemos desarrollado una psicología interna de la velocidad, de ahorra tiempo y lograr la máxima eficiencia, una actitud que se refuerza todos los días”. Mensajes similares son repetidos con insistencia desde múltiples instancias en un intento de que asumamos que velocidad es sinónimo de capacidad y rapidez de competencia.

Pero si no nos dejamos arrastrar por el torbellino y observamos la realidad que nos rodea y a nosotros mismos, no es difícil percatarse de que la cacareada eficacia es una colosal mentira y que semejante carrera conduce a cada persona, a la humanidad y al planeta a un callejón sin salida. La economía global-mercantilista no sólo es incapaz de distribuir con un mínimo de justicia la riqueza que genera, sino que devora los recursos naturales con mucha más rapidez de la que la Madre Tierra tiene para reemplazarlos y no duda en poner al servicio de la producción nuestra propia existencia, la de cada uno de nosotros, que terminamos viviendo para servir a la economía, dando la vuelta al orden lógico y natural de las cosas.

La ética del trabajo, que con moderación puede ser saludable, se ha desmadrado por completo. Valga como botón de muestra el que en Japón se usa una palabra, “karoshi”, que significa “muerte por exceso de trabajo”. Y para aguantar el ritmo laboral y de vida, un número creciente de personas han de apoyarse en estimulantes, desde las altas dosis de café a la cocaína, pasando por las anfetaminas, que son las preferidas entre los profesionales de cuello blanco. Y entre el ajetreo cotidiano, el estrés laboral y los estimulantes, una ingente cantidad de seres humanos no logran dormir lo mínimamente necesario para una vida sana. Y esto pasa factura, de múltiples formas. Por ejemplo, a nivel mundial, el amodorramiento causa ya más accidentes de tráfico que el alcohol. Y en Estados Unidos opera una Comisión Nacional para los trastornos del sueño, buena prueba de la enjundia del problema, cuyos estudios han demostrado que la fatiga de los conductores es la responsable de la mitad de los accidentes. La velocidad ha invadido hasta el ocio y millones de personas en todo el mundo padecen lesiones relacionadas con los deportes y el gimnasio debido al esfuerzo en exceso para estar en forma cuanto antes o adelgazar lo más pronto posible.

Sin embargo, siendo tremendo todo lo anterior, lo peor es que una vida apresurada se transforma en una vida superficial y hasta mezquina. Milan Kundera lo explicó así en su novela La lentitud: “Cuando las cosas suceden con tal rapidez, nadie puede estar seguro de nada, de nada en absoluto, ni siquiera de sí mismo”. Con la velocidad y la falta de tiempo, la existencia personal se convierte en automatizada y vacía. Lo que tiene, igualmente, impactos contundentes en la vida familiar, cada vez más carente de comunicación y convivencia por el ajetreo diario de cada miembro de la familia, cada cual absorbido por el agujero negro de sus múltiples ocupaciones, obligaciones y devociones. Los niños son las grandes victimas de tanta locura y, para que no interrumpan nuestro ritmo de adultos, llenamos sus días infantiles cada vez con más cargas y tareas: colegio, deberes, actividades extraescolares, clases particulares, deporte, clases de música,… ¡uff!.

¿Qué hacer?. El movimiento “Slow” ofrece algunas pistas al respecto. De ello nos ocuparemos en una próxima entrada.

30/10/09

Ante la crisis del socialismo democrático


1. El dilema del socialismo europeo

La profundidad analítica, la perspicacia política y la honestidad personal de Samir Amin son sobradamente conocidas, así como su pluma aguda y erudita. Haciendo uso de ella, hace unos días publicó un artículo en el diario español El País, con el título El dilema del socialismo europeo, en el que examina la crisis “extremadamente profunda” que sufren los partidos socialistas de la Unión Europea, especialmente en Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia (yo añadiría España, donde aunque el PSOE gobierna, son bastante evidentes sus dificultades para ofrecer un discurso propio y una respuesta creíble ante la crisis socioeconómica).

Para el articulista, son varias las causas de este hundimiento del socialismo democrático, destacando su decantación por opciones más propias del social-liberalismo; la incapacidad para prever y reaccionar ante la crisis actual; la falta de liderazgo y fiabilidad; y la afición a veleidades y experimentos cortoplacistas.

Ahondando en estas causas, no es difícil constatar que todas presentan un mismo fundamento: la carencia de proyecto y, por tanto, de identidad. Algo que, como señala Samir Amin, ya no puede enmascararse por una retórica de defensa de los “valores” (solidaridad, igualdad, libertad, tolerancia,...), pues si la izquierda sigue creyendo en ellos, también es cierto que los invoca tanto más fácilmente en la oposición cuanto que, a menudo, se olvida de los mismos cuando está en el gobierno.

Es más, apurando el análisis, esta falta de proyecto responde a un hecho crucial y de indudable calado: los partidos socialistas occidentales aceptaron, en el tramo final del pasado siglo XX, adaptarse a la globalización liberal, desistiendo de ofrecer un proyecto alternativo y sin ponderar las consecuencias ideológicas de tal aceptación. Como efecto lógico, la izquierda cada vez encuentra memos margen “para diferenciarse cualitativamente de la derecha y no tiene ni conceptos, ni métodos, ni visión para entender el mundo y actuar”.

2. ¿Qué hacer?: nuevo programa o nueva visión

Hasta aquí el resumen del análisis planteado en el artículo, que hago mío enteramente. Desgraciadamente, sólo le sirve a Samir Amín para cerrarlo con una conclusión que estimo muy pobre: “los partidos socialistas están enfrentados a un dilema trágico: o se inventan un nuevo programa o perecerán lentamente”.

Coincido con mi admirado Samir Amin en lo de la posible desaparición paulatina, pero discrepo rotundamente en lo del “nuevo programa”. ¿De verdad se puede creer que con un “nuevo programa” el socialismo democrático europeo saldrá del agotamiento que padece?; ¿puede realmente pensarse que con un “nuevo programa” se resituará como una fuerza de cambio y transformación social en beneficio del interés general y la dignidad y el bienestar de los ciudadanos -europeos y de todo el planeta-?. Me parece obvio que no. Y, curiosamente, el propio Samir Amin apunta en su texto, aunque después no lo desarrolla, la única vía posible para lograrlo: una nueva “visión para entender el mundo y actuar”; una nueva visión con capacidad y consistencia para superar la visión dominante.

3. El socialismo democrático ha asumido la visión dominante

Como ya se ha señalado en este Blog en varias ocasiones, la visión imperante remonta su origen a los albores del capitalismo. Se hizo hegemónica en el siglo XIX, con la célebre Revolución Industrial, y hoy es claramente dominante. Hasta el socialismo democrático la ha hecho suya.

Se basa en algo muy sencillo: la supremacía de la economía. Se trata de la Economía-Mundo. Todo gira en torno a ella, desde las artes a las letras, desde la religión a la política. E impregna todo lo que toca con su particular perfume: la mercantilización. Por esta visión hemos hecho nuestro como lo más natural el “tanto tienes tanto vales”; y absorbido el valor de uso –real- en el valor de cambio –especulativo-. La economía, su crecimiento y desarrollo (sostenibilidad económica) es el fin; y también el medio, se nos reitera, para disponer de recursos con los que erradicar desigualdades (sostenibilidad social), o preservar el entorno ecológico (sostenibilidad medioambiental). Y es verdad que bajo su influjo se ha conseguido multiplicar la producción mundial hasta el punto de que haya alimentos y bienes suficientes para la totalidad de los habitantes del planeta. Eso sí, tal suficiencia es exclusivamente en volumen, pero descarrila estrepitosamente en cuanto a su reparto: la pobreza extrema que afecta a cientos de millones de seres humanos es buena prueba al respecto, por no hablar de la miseria material y existencial que se disfraza cotidianamente en las ciudades más desarrolladas del orbe occidental. En definitiva, se trata de una visión productivista, mercantilista, consumista, depredadora de los recursos naturales y, en última instancia, sojuzgadora de la dignidad de las personas, cuyas vidas quedan al servicio de los intereses económicos, empresariales y financieros de unos pocos que buscan mediante la especulación el mayor beneficio posible en el plazo más corto posible.

¿Cómo ha podido asumir el socialismo democrático semejante visión?. No ha acontecido ni de golpe ni de forma premeditada. Durante un tiempo, el sistema vigente, en su evolución y proceso de fortalecimiento, admitió la necesidad y hasta la conveniencia de ciertas reformas. La socialdemocracia contempló esto como una oportunidad para avanzar en políticas y programas que mejoraran el bienestar social de la mayoría. Es más, durante lustros hizo un buen trabajo al respecto. Pero en paralelo, paulatinamente, fue aceptando las reglas internas, el orden de prioridades y la idiosincrasia del sistema. La aceptaron las organizaciones, los partidos; y la hicieron suya –en su vida cotidiana, en sus aspiraciones personales y familiares, en su modo de ver el mundo y las cosas- muchos militantes y simpatizantes socialistas Además, el socialismo democrático no se dio cuenta de que el sistema y la visión que lo sustenta iban madurando, cogiendo cuerpo y perfeccionado su maquinaria y su operativa hasta llegar a un punto -precisamente el que ha alcanzado con la materialización y extensión de la globalización y la revolución tecnológica- en el que, según su lógica de funcionamiento, ni admite ni necesita reforma o ajuste alguno. No en balde, campan triunfantes investidos de poder absoluto por encima de las gentes, los gobiernos y las naciones.

4. La socialdemocracia ha caído en su propia trampa

Expresado coloquialmente, el socialismo democrático ha caído en su propia trampa.

Renunció poco a poco a buena parte de sus valores y a su visión del mundo y las personas, acercándose a los de la visión y el sistema imperante, al objeto de que éste lo aceptara como herramienta de reforma. Perseguía con ello una meta estratégica: que las reformas que se fueran introduciendo derivaran en el largo plazo en la transformación del sistema mismo. Sin embargo, la realidad es que las reiteradas reformas no han impedido que el sistema evolucione según sus propios principios, normas, intereses y convicciones. Y esta evolución lo ha llevado a un estadio de consolidación global y hegemonía ideológica en el que ya no precisa para nada reforma alguna.

Este escenario convierte a la socialdemocracia en innecesaria. Así de sencillo. Y la mete de lleno en el desasosiego de mirarse al espejo y no reconocerse: tras tanto convivir con la visión dominante, ni se acuerda de la que cimentaba los valores a los que ha ido renunciando (o, lo mismo da, prorrogando para el futuro, a costa del presente). Y hasta parece haber olvidado que existe la opción y la obligación de plantear e impulsar una visión distinta que haga real otro mundo mejor posible. Una nueva visión que está emergiendo con fuerza en el corazón de muchos millones de personas y que, por las razones expuestas, el socialismo democrático no logra percibir, aunque tiene mucho que ver con los valores y anhelos que dieron lugar a su nacimiento histórico y por los que han dado lo mejor de sí, hasta la vida, tantos socialistas, hombres y mujeres, honrados e inteligentes.

5. Una nueva visión para el socialismo democrático

El siglo XXI presenta importantes novedades: cambio climático, globalización, sociedad de la información, recursos naturales y energéticos escasos, flujos migratorios masivos o incorporación creciente al consumo de países, como China, de alta demografía. En este nuevo escenario, la sostenibilidad social y medioambiental no son ya consecuencias de que la economía marche bien, sino condición imprescindible para ello. Hasta hoy, la lógica económica, la integración social y el equilibrio ecológico no han ido de la mano. La actual crisis socioeconómica es consecuencia de ello. Y su superación no será real, sino una mera huida hacia delante del sistema en su alocada marcha, si no va unida a un cambio de visión. No en balde, no asistimos a una crisis del modelo, sino que es el modelo mismo el que está en crisis. Pero cuando tanto se habla y escribe de hacer nuevos modelos, todo lo que se propone es más de lo mismo: economía, dinero, mercantilización, desarrollismo, productivismo,... . Se necesita un cambio de visión.

Imaginemos un río cuyo cauce se quiere modificar. No se logrará clavando estacas en su fondo, ya que las aguas se limitarán a bordearlas y continuarán su normal fluir. Las estacas son los programas y no sirven. Se exige mucho más para cambiar el discurrir de la corriente; se requiere una nueva visión.

La nueva visión no puede basarse en la multiplicación incesante de la producción, ni en el consumismo rampante, ni en la destrucción del nuestro hábitat ecológico, ni en la pobreza de cientos de millones de personas, ni el estrés y el malestar íntimo y psicológico de tantos seres humanos. La nueva visión ha de ser creada conjugando un verbo que forma parte de la historia y la cultura del socialismo democrático: el verbo “compartir”.

6. La clave está en compartir

Compartir implica acometer transformaciones macroeconómicas y estructurales que, desde una perspectiva de equidad social y global y convivencia pacífica, fomenten la eficiencia del sistema productivo, el ahorro, la inversión y la innovación, así como el comercio justo, la cooperación y la redistribución de la riqueza a escala local y global.

Compartir supone trabajar con prioridad en educación y valores y en el perfeccionamiento interior del ser humano, porque para alcanzar un mundo nuevo se necesitan ojos nuevos para mirar el mundo.

Compartir representa abordar lo microeconómico desde un nuevo prisma: por ejemplo, lo que a usted y a mí nos corresponde poniendo sensatez ante el consumismo y evaluando cuáles son nuestras autenticas necesidades sin caer en la hoguera de las vanidades.

Compartir requiere acabar con la falsa dicotomía Estado/mercado. Urge acabar con la confrontación entre Estado y mercado, promovida por los que, se llamen de izquierda o de derecha, sólo quieren el primero para defender sus intereses corporativos y maniatar el libre funcionamiento del segundo. Hay que fortalecer lo público y el mercado, a la par y en estrecha colaboración, haciendo ambas esferas más eficaces, eficientes y competentes. Andan escondidos los que proclamaban que el Estado es el problema y no la solución. Pero para que el Estado sea útil y su actuación se corresponda con el interés general hay que dotarlo de eficacia y eficiencia. Y de capacidad para supervisar los mercados no con el fin de controlarlos, sino para garantizar su funcionamiento realmente competitivo, sin intromisiones de grupos de presión ni alianzas empresariales espúreas.

Compartir exige plasmar una nueva gobernanza democrática y global. Los nuevos tiempos, los nuevos retos que nos afectan a todos y que desdibujan fronteras, exigen que las estructuras políticas, sociales y económicas sean regidas bajo un nuevo prisma basado en una gobernanza democrática y global. La conformación de supranacionales, como la Unión Europea, debe ser un objetivo prioritario en los distintos escenarios geográficos, aumentando la interrelación entre ellas y avanzando en su coordinación a través de la completa reconfiguración y el fortalecimiento solidario y democrático de Naciones Unidas. Una delegación de soberanía “hacia arriba” que debe ir unida a la descentralización “hacia abajo”, para atender mejor a las demandas ciudadanas mediante la aplicación del principio de subsidariedad y el protagonismo de lo “globalocal”.

Igualmente, resulta muy importante plasmar liderazgos democráticos cuya fuerza radique en la autoridad moral, la participación ciudadana, la inteligencia para trabajar en red y apoyarse en las nuevas tecnologías y la capacidad efectiva para abordar los problemas reales de las personas y la sociedad. Estos liderazgos, transmisores de confianza y credibilidad, y la forma de actuar desde el poder público han de tener un contenido global, para que la globalización no signifique el vaciamiento de la democracia por la vía de hecho; ir ligados a la recuperación de la pasión por la Política, con mayúscula, esto es, la defensa del interés general desde la vocación de servicio público; concebir el compromiso social como el reflejo natural del cambio interior de cada cual; y buscar consensos estratégicos por encima de pugnas partidistas y falsas dicotomías y dualismos.

Y todo lo anterior será una quimera si cada uno, cada persona, no realiza un trabajo interior dirigido a adquirir un nuevo nivel de consciencia en el espacio transpersonal. Se trata de ser más plenamente humano en el convencimiento de que nuestra personalidad individual es un logro de la evolución, pero también una limitación. Hay que comprender la realidad más allá del “yo”, de un egocentrismo que nos está arrastrando al precipicio. Para salir de esa limitación tenemos que ampliar nuestra consciencia y entrar en el nivel de unidad: constatar que somos uno con todo y que cada uno tiene sentido en la totalidad. Sin este cambio de consciencia será muy difícil, por no decir simplemente imposible, dar respuesta a los problemas sociales, económicos y ecológicos de la sociedad global y sus impactos en la humanidad y la Madre Tierra.

7. Ser o no ser: este es el dilema

Por tanto, el dilema del socialismo europeo no consiste, como sostiene Samir Amin, en inventar un nuevo programa o perecer lentamente. No, es mucho más tajante y, a la vez, más ilusionante, concreto e inmediato. El dilema es el hamletiano ser no ser. Y ser significa impulsar con valentía y decisión una nueva visión que diga no a la mercantilización de la vida y sitúe como únicas referencias la dignidad de la persona, el interés común de la humanidad y la defensa de la Tierra.

Y para que el socialismo democrático pueda poner en pie esta nueva visión precisa de una gran transformación interna, que no sólo ha de afectar a sus organizaciones (los partidos, como tal, y sus instrumentos operativos), sino también a cada militante, simpatizante y votante. Se precisan ojos nuevos para un mundo nuevo; y personas con esos ojos nuevos. Aquellos que no los tenga, jamás podrán entenderlo. Y sin pretenderlo, probablemente sin siquiera saberlo, contribuirán a que el socialismo democrático termine fagocitado por la visión dominante.

La Nube del No-Saber: Orientación Particular (LX)

La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)

Jesús ascendió a los Cielos, subió arriba, porque esto era más adecuado como símbolo que descender o dirigirse a la izquierda o a la derecha. Aparte del alto valor simbólico de dirigirse hacia arriba, la dirección de este movimiento es, sin embargo, totalmente accidental a la realidad espiritual. Pues en el reino del espíritu, el Cielo está tan cerca de arriba como de abajo, de detrás como de delante, de la izquierda como de la derecha. El acceso al Cielo, a otra dimensión energética y vibracional, se hace a través del deseo. El que desea estar en él, realmente está allí en espíritu. La senda que lleva al Cielo se mide por el deseo y no por los kilómetros.

Por esta razón san Pablo dice en una de sus cartas: “Para nosotros nuestra patria está en el Cielo...”. Otros santos han dicho sustancialmente lo mismo, pero de diferentes maneras. Quieren decir que el amor y el deseo constituyen la vida del espíritu. Y el espíritu mora donde mora su amor, tan ciertamente como mora en el cuerpo al que llena de vida. ¿Entiendes mejor ahora? No necesitamos tensar nuestro espíritu en todas las direcciones para llegar al Cielo, pues ya vivimos en él por el amor y el deseo.

29/10/09

Sufismo, “identificación” y Amor

Luz Dary Cruzado me escribe un email desde Lima (Perú) con un breve relato que me indica le gusta mucho. Y, entendiendo que ha dado con este Blog por causalidad, me pregunta si le puedo dar alguna pista sobre su origen y significado.

El relato es este:

Un hombre llamó a la puerta de la casa de su amada. Le respondió una voz:

-¿Quién es?.

Y el hombre dijo:

-Soy yo.

Y la misma voz le contestó:

-No puedes entrar, aquí no hay sitio para dos personas.

Y la puerta permaneció cerrada.

Algunos meses después, el hombre lo intentó de nuevo y volvió a llamar a la misma puerta de su amada. Ésta repitió la pregunta:

-¿Quién es?.

Y, en esta ocasión, el hombre respondió:

-Eres tú.

Entonces, la puerta se abrió.

Pues bien, Luz Dary, por causalidad, como tú señalas, sí puedo contestar tu interrogante, aunque no sé si la respuesta es de la índole que esperabas. Y es que esta corta y hermosa historia pertenece a lo mejor de la tradición sufí. Más concretamente, a la parte de la misma dirigida a subrayar la denominada “identificación”.

Para comprender lo que esto significa, hay que empezar dando algunas pinceladas acerca del sufismo, término que etimológicamente deriva de “sûf”, una vestimenta de color blanco usada por los primeros místicos en señal de humildad.

Históricamente, el sufismo apareció dentro del Islamismo en el siglo VIII, constituyendo su rama mística y más profunda. Ante él, la jerarquía ortodoxa islámica mostró el mismo recelo que ante las corrientes místicas han puesto de manifiesto siempre y en todo lugar las autoridades de cualquier religión, que coinciden en censurar tanto la conexión directa con la divinidad propugnada por los místicos, tachándolos de individualistas y soberbios, como su inclinación a no ajustarse a una doctrina sistematizada, lo que los aproximaría a la herejía. Con todo, el mundo musulmán terminó por reconocer la dimensión espiritual del sufismo y una cátedra en él especializada entró en funcionamiento en la mezquita de El Cairo en el año 980 (258 en la cronología árabe, que arranca con la Hégira, es decir, nuestro 16 de julio de 622, fecha en la que Mahoma huyó a la Meca para exiliarse en Yatrib).

En cuanto a sus contenidos, tres señas de identidad caracterizan al sufismo: profunda espiritualidad volcada en un sistema de pensamiento que no encaja con religión alguna y está presente, a su vez, en todas; puesta en valor de la libertad como condición indispensable para el incremento de la consciencia del ser humano y su elevación espiritual; y situar el Amor por encima de cualquier otra cosa o consideración, “identificando” el Amor con la divinidad misma e “identificando” por el Amor la Unidad de todos los seres.

Por esto, el sufismo otorga una gran importancia a la “identificación”, que es lo que refleja el breve relato que nos ocupa. Una identificación que, como se acaba de explicar, tiene en el Amor su base y razón de ser.

Por ello, el relato es también una historia de Amor, con mayúscula, que en la lógica sufí es lo único que nos posibilita alcanzar lo divino.

Hay una sucinta historia sufí que recoge muy bien como es el Amor, y no el intelecto, lo que explosiona nuestra divinidad:

Dios, después de crear el intelecto, le preguntó:

-¿Quién soy yo?.

Y el intelecto enmudeció: no compete al intelecto conocer a Dios.

Ante ello, Dios le aplicó sobre la vista el colirio de luz de su propia Unicidad y Divinidad.

Entonces el intelecto, abriendo los ojos, contestó:

-Tu eres Dios y no hay otra Divinidad que no seas Tú.

Compete al intelecto conocer a Dios por medio del propio Dios.

El Amor es la divinidad misma, la Esencia del Ser emanada y expandida. Por ello, es por el Amor, no por el intelecto, como contemplamos y encendemos nuestra divinidad, movilizamos nuestro Yo Verdadero y adquirimos consciencia de Ser al Ser lo que Somos: Amor.

Y el Amor se identifica con la divinidad misma e identificamos por el Amor la Unidad de cuanto existe. Una identificación que en el relato de Luz Dary se evidencia cuando la puerta se abre no ante el “Soy yo”, sino por el “Eres tú”.

Estrategias de desarrollo local: experiencia acumulada (Córdoba, 30/10/09)

Como se adelantó el pasado 1 de octubre (ver entrada Octubre 2009: Conferencias, intervenciones y actividades públicas), organizado por el Instituto Andaluz de Administración Pública, imparto mañana día 30 (09:00 a 14:00), en la ciudad de Córdoba (Aulario de la Delegación Provincial de la Consejería de Justicia y Administración Pública, Pasaje San Antonio de Padua 6), un Taller titulado Estrategias de desarrollo local: experiencia acumulada.

Para los asistentes al mismo y para todos l@s interesad@s en sus contenidos, remito a las entradas publicadas en este Blog el pasado 24 de septiembre:

+GESTIÓN DEL TERRITORIO Y DESARROLLO LOCAL:

+Territorio y desarrollo local (I): “Globalocal” y “PG2”.

+Territorio y desarrollo local (II): Modelo de ciudad y planificación estratégica.

+Territorio y desarrollo local (y III): Las estrategias de desarrollo local

Aula de la Experiencia (Mairena del Aljarafe): Módulo 4

En la entrada publicada el pasado día 20 de octubre titulada Aula de la Experiencia (Mairena del Aljarafe): Módulo 1, informé del inicio del Curso de Economía para no Economistas del Aula de la Experiencia de la Universidad de Sevilla, en su sede del Colegio Mayor Maese Rodrigo, en Maierna del Aljarafe.

En la tarde de hoy (17:30 a 19:30) impartiré el Módulo 4 de los cinco que componen el Curso.

Para l@s asistentes e interesad@s, este es el esquema básico del Módulo:

+Alfabetización tecnológica de la población.

+Población: explosión demográfica y flujos migratorios.

+Producción nacional: PIB y macromagnitudes básicas.

+El flujo circular de la renta.

+Los fundamentos del Estado del Bienestar.

La Nube del No-Saber: Orientación Particular (LIX)

La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)

Objetas ahora que, puesto que Jesús ascendió físicamente como Dios y como hombre, la ascensión tiene también para nosotros una lección tanto física como espiritual.

Quiero que sepas claramente que los que obran espiritualmente, de modo especial los contemplativos, han de andar con cautela a la hora de interpretar lo que leen. Leemos “eleva” o “entra” o “impulso”, pero debemos darnos cuenta de que estas expresiones no se dicen en un sentido literal o físico. “Impulso” o movimiento no se refiere a un movimiento físico ni la palabra “descanso” dice relación a una postura de reposo o de inmovilidad. Pues cuando nuestro trabajo es auténtico y maduro, es totalmente espiritual, alejado tanto del movimiento como del reposo. Además, se podría efectivamente describir mejor el término “impulso” como una transformación súbita que como una acción. En cualquier caso, tratándose de esta actividad espiritual, olvídate totalmente de lo que es tiempo, localización física y materialidad.

Sé cauto, por tanto, para no interpretar la ascensión en términos literales y materiales. No fuerces tu imaginación durante la oración en un loco intento de elevar tu cuerpo hacia arriba como si quisieras llegar a la luna. En la esfera del espíritu todo esto carece de sentido. Por lo que se refiere a la realidad física de la ascensión, recuerda que, aun cuando nos fuera posible (que no lo es) subir físicamente al Cielo, a otra dimensión energética y vibracional, la causa seria una sobreabundancia de poder espiritual y no el esfuerzo de la imaginación hacia arriba o hacia abajo, a la izquierda o a la derecha. Es inútil y harás bien en evitar este error.

28/10/09

OFRENDADAS (Viaje a dentro de mí mismo)

-Busco a Dios.
-Está en ti, eres tú mismo, tu Verdadero Yo.
-¿En mí?; ¿dónde?, no lo encuentro?.
-¿Te imaginas una llama de fuego ardiente buscando en su interior la luz que desprende?.
-Sería absurdo. Ella misma, en sí, es la luz.
-Pues de la misma forma tú eres Dios.
-Entonces, ¿qué hago?.
-Nada, de eso se trata, de no “hacer” nada. Absolutamente nada que tenga que ver con tu intelecto, ni con tus deseos, ni con tus anhelos, ni con tus pensamientos. Ya está todo hecho, no te cargues con tareas inútiles; deja la lucha y guarda tanto tus miedos como tus ansias de guerrero. Todo está ya hecho y todo está en ti.
-Nada, ¿cómo que nada?.
-Nada... Sólo Ser, Existir, en un momento presente continuo. Eso es Dios: Ser. Eso Eres Tú: Ser. Eso Soy Yo: Ser. Ser en un momento presente continuo.
-¿Así de sencillo?.
-Tan simple como Ser en el ahora lo que Eres, permitiendo que fluya el Amor que constituye tu Esencia.
-En el ahora...
-En el ahora, el único sitio donde la vida existe, para que el Amor que emana de tu interior todo lo inunde, todo lo llene, todo lo desborde.

Biblioteca de Grandes Pensadores

Estamos en crisis y se dice que la filosofía no “vende”, pues no interesa a nadie. Pero mientras lo primero es cierto, lo segundo no. Buena prueba de ello es que hoy se presenta públicamente la denominada Biblioteca de Grandes Pensadores, una encomiable iniciativa de Editorial Gredos.
Hasta ahora, el hispano hablante que quisiera leer a algún filósofo destacado tenía dos opciones: acudir a obras aisladas de mayor o menor calidad; o leer sus obras completas en la lengua original. La indicada Biblioteca desea subsanar esta situación ordenando, sistematizando y facilitando el acceso en lengua castellana a los textos de los filósofos que más han influido en la civilización occidental, los clásicos entre los clásicos.
Inicialmente, se compondrá de 38 volúmenes, todos en tapa dura y con una extensión media de 1.000 páginas, que irán apareciendo a un ritmo de seis libros al año. No obstante, la editorial tiene previsto ir aumentando la colección con más autores y textos, siguiendo el modelo de la muy reconocida Biblioteca Clásica de Gredos, que con 384 libros y 30 años de antigüedad se ha convertido en un referente tanto académico como popular.
Las labores de preparación de lo que hoy ve la luz comenzaron hace más de dos años. Han consistido, fundamentalmente, en la localización tanto de las obras a editar, mediante un rastreo minucioso de viejas ediciones y traducciones, como de los prologuistas y especialistas que acometieran los trabajos introductorios de cada pensador. De hecho, las introducciones a los textos, glosadas y con bibliografía, cuentan en torno a 100 páginas y constituyen, prácticamente, un libro en sí mismas.
El resultado es una Biblioteca de casi 40.000 páginas que reúne las obras selectas o completas de autores como Platón, Voltaire, Hume, Kant, Séneca, Cicerón, San Agustín, Santo Tomás, Schopenhauer, Spinoza, Kierkegaard, Aristóteles, Ortega y Gasset, Hobbes, Descartes, Nietzsche o Wittgenstein. Precisamente, los tomos dedicados a estos dos últimos serán los primeros en salir a la venta. El precio de cada libro, 59 euros, es el único “pero” que se puede poner a la colección. Eso sí, la calidad de la edición, en su fondo y su forma, es excelente.

La Nube del No-Saber: Orientación Particular (LVIII)

La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)
Con respecto a lo que algunas personas dicen sobre san Martín y san Esteban, debemos recordar que, aunque tuvieron visiones de Jesús, fueron gracias extraordinarias destinadas a confirmar una verdad espiritual. Jesús no llevó nunca la capa de san Martín. Esta manifestación fue para nuestra instrucción acerca de nuestra condición de miembros del único cuerpo de Cristo, el Cuerpo Crístico.
Toda revelación hecha a los seres humanos tiene un profundo significado espiritual. Y por mi parte, creo que si la persona que la recibe pudiera captar este significado profundo de manera distinta, la visión sería innecesaria. Aprendamos, pues, a ir más allá de la dura corteza y morder en lo jugoso del fruto.
¿Cómo haremos esto?. No debemos comer tanta fruta que lleguemos a aborrecer el árbol, ni hemos de beber tan desenfrenadamente que rompamos la copa cuando nos hayamos llenado. Ahora bien, el árbol y la copa representan visiones extraordinarias y otras gracias sensibles tales como los gestos de devoción que he señalado. La fruta y el vino representan el profundo significado espiritual de estas gracias. Si estos gestos están inspirados por el Espíritu, tienen sentido y son genuinos; de lo contrario, son hipócritas y falsos. Cuando son auténticos, son ricos en fruto espiritual, por eso no debemos despreciarlos.
Por lo que respecta a la ascensión física de Jesús, ¿han de entender esto los contemplativos como una invitación a estar absortos durante la oración, esperando contemplarle entronizado en su gloria o de pie en los cielos como lo vio san Esteban? Ciertamente, él no espera que escudriñemos el cielo durante el tiempo de nuestra actividad espiritual con el fin de contemplarle de pie, sentado, echado o en cualquier otra postura. No sabemos ni necesitamos saber qué hace, sino tan sólo que se posee a si mismo en completa libertad. Cuando en una visión se revela a si mismo en esta o aquella postura, lo hace para poner de relieve su mensaje espiritual y no para manifestar su semblante celestial.
Espero que entiendas ahora que estas revelaciones físicas van dirigidas a manifestar una verdad espiritual, aunque pueda quedar oculta a un observador superficial.

27/10/09

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El Estado español multiplica su déficit por cinco, alcanzando los 62.780 millones de euros
El Estado registró un déficit de 62.780 millones de euros hasta septiembre en términos de Contabilidad Nacional, el 5,96% del PIB, frente al déficit de 13.507 millones de euros del mismo periodo del año anterior, lo que supone que se ha multiplicado casi por cinco en un año, según los datos presentados hoy por el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña.
Este resultado fue consecuencia de unos pagos que se situaron en 135.130 millones de euros, un 22,6% más, mientras que los ingresos sumaron 72.350 millones de euros, un 25,2% menos.
En términos de caja, que computa los ingresos y gastos que efectivamente se han realizado durante el periodo, el Estado alcanzó un déficit de 62.800 millones de euros, frente al déficit de 13.009 millones registrado entre enero y septiembre de 2008.


El BBVA obtiene un beneficio de 4.179 millones de euros en los nueves primeros meses de 2009
El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) obtuvo un beneficio neto de 4.179 millones de euros en los nueve primeros meses de 2009.
La entidad calificó este resultado de "excelente" y destacó que se ha obtenido en un entorno económico y financiero "muy complejo", superando, además, las expectativas de los analistas. En el tercer trimestre, el grupo consiguió un beneficio atribuido de 1.380 millones de euros, importe similar al registrado en el mismo periodo del pasado año.
El banco destacó que los factores fundamentales que marcaron la evolución de los resultados de BBVA en los nueve primeros meses han sido "sus resultados elevados y recurrentes, la excelente gestión de riesgos, la fortaleza de capital, una rentabilidad diferencial y unas franquicias fuertes y en desarrollo".

Despedidas

Como reseñé en la entrada La muerte, en el Círculo Sierpes, de 17 de octubre, en esa fecha el Círculo Sierpes celebró su segunda sesión de Trabajo Interior del Curso 2009-2010, que tuvo como temática La muerte y su trascendencia.

Mostré entonces mi intención de colgar en el Blog sus principales contenidos, en la medida que la reflexión conjunta y sus conclusiones lo permitieran. Cosa que no hecho porque el encuentro fue tan intenso y las reflexiones tan amplias que decidimos continuar su desarrollo en otra sesión centrada en idéntico tema, que celebraremos el 19 de diciembre. Os tendré al tanto.

No obstante, retomo aquí el asunto porque gracias a María Jesús, mi esposa, he conocido una película que aconsejo vivamente y que versa, precisamente, sobre la muerte y las circunstancias que la rodean. Se trata del film japonés Despedidas (Ukoribito; Departures), del realizador Yojiro Takita, que ha recibido el Oscar 2009 a la mejor película extranjera y 10 Premios de la Academia de Cine de Japón. Disponéis de amplia información sobre ella en el Blog:

http://despedidaslapelicula.blogspot.com/

La cinta, tan poética como aguda y vitalista, gira en torno a un convencimiento que comparto: la muerte no es tal, sino la transición hacia otra existencia que nuestro Yo Verdadero acomete cuando el cuerpo –por enfermedad, accidente u otra causa- deja de prestarnos su imprescindible cobertura para continuar nuestra vida física actual. Por tanto, la muerte es un imposible, un fantasma, sólo eso, de la imaginación humana. Utilizando una expresión de la película: la muerte es una entrada; no supone el final, sino dejar la etapa presente y encaminarse a la siguiente.

Para desarrollar esta idea, la cinta cuenta con un espléndido guión de Kundo Koyama y música del excepcional Joe Hisaishi, compositor habitual de las películas de Hayao Miyazaki y de Kitano. La historia pivota sobre dos personajes principales que interaccionan con fluidez y emotividad: uno, joven, Daigo Kobayashi; y el otro, mayor, Shouei Sasaki.

Daigo es un violonchelista que vive el trauma de quedarse sin trabajo al ser disuelta la orquesta en la que tocaba. Tras vender su querido instrumento y gastarse lo que por él le dieron, decide retornar con su esposa Mika a la casa de su madre fallecida y a sus origenes. Buscando como ganarse la vida, contesta a un anuncio en el que se solicita personal para trabajar en Despedidas. Cree que es una agencia de viajes, pero pronto descubre que es un tanatorio. Aunque no uno cualquiera, pues, en él se hace del amortajamiento una ceremonia tan elegante, bella y serena como la ceremonia del té, otorgando al fallecido un trato exquisito y lleno de cariño.

En su nueva actividad, Daigo debe ocuparse de la preparación de los cadáveres, lo que le permite descubrir la muerte en todas sus facetas. Y las primeras imágenes de Daigo al inicio del film, en mitad de una orquesta con un auditorio silencioso y distante, son sustituidas por otras donde ayuda a amortajar y preparar a los difuntos ante un público mucho más cercano y sensible. Explicando cada paso a los familiares, sus delicadas manos, de auténtico artista, desvisten y lavan los cadáveres con minuciosidad y mimo, los maquilla, prepara y embellece. En correspondencia, los familiares, gente normalmente sencilla, se despiden de él con lágrimas de agradecimiento por un acto tan puro y conmovedor.

Las costumbres niponas son de un gran respeto hacia los fenecidos, así como a las personas de avanzada edad. Hace años, las propias familias se encargaban de embalsamar a los difuntos, hasta que las funerarias se hicieron eco del negocio y lo subcontrataron a empresas. Es a una de ellas a la que se incorpora Diago. El propietario es Shouei Sasaki, el otro personaje central de la película.

Shouei vive de los muertos y es capaz de soportar dicha carga día tras día. Los hechos del pasado lo marcan. De pocas palabras, entrañable, de mirada seria, pero con gran sentido del humor, hace labores de maestro, enseñando a honrar a los muertos y a sus familias en un momento que siempre esta ligado al dolor y la oración. Tal como ve la muerte, contempla la vida.

En las relaciones que se establecen entre Diago y Shouei planea la figura del padre del primero, que Diago perdió en la infancia y del que ahora el joven reniega constantemente, a pesar de los tiernos recuerdos que persisten en su memoria, entremezclados con la afición que tenía cuando niño de observar las formas de las piedras.

Y aprendiendo de la muerte, Diago hace un viaje a la vida. De hecho, es a través de la muerte como encuentra una nueva vida. Adquiere consciencia de que, como le sucede a tanta gente, perseguía un sueño que no es real y que, más que suyo, era de otro. Esto, junto a la mejor comprensión de la muerte, lo impulsa por la senda de una vida más llena.

El montaje y la música son piezas claves en este engranaje. Se utilizan diferentes planos otorgando distintas perspectivas, siempre con el acompañamiento de sonidos provenientes de instrumentos de cuerda. Esta música carga de énfasis tanto los momentos cómicos como los dramáticos, ensalzando al chelo como maestro de ceremonias.

Un acierto de Yojiro Takita, el director, ha sido emplear en Despedidas los cuatro elementos de la Naturaleza para representar su obra. El agua y el fuego nos hablan de la vida y la muerte, impregnando las escenas de color azul y rojo, según convenga, expresando ira, rabia, sollozo, paz o perdón. El chelo representa el viento, un mecanismo para la búsqueda de la paz interior y la fórmula para abrazar al padre que Diago, realmente, no conoció. Y la tierra se configura como la piedra. Un nexo de unión entre padre e hijo y un acercamiento a las culturas ancestrales. En la antigüedad, antes de inventar la escritura, la gente buscaba piedras que representaran sus sentimientos y se las daban a otras personas. La que la recibía, leía el sentir del que se la regalaba por el peso y la textura: una textura lisa significa la mente en paz y la trascendencia espiritual; la rugosa, el interés por los que nos rodea y el mundo material.

Con todas estas claves y guiños, la película nos hace ver que la muerte no es algo tétrico, sino esperanzador y dulce: la muerte como viaje, el último y más importante de nuestra vida actual. Este convencimiento nos enseña a vivir el momento presente sacándole el máximo provecho, a rodearnos con alegría de las personas que queremos y a arriesgarnos, sin miedos, a descubrir el Amor, limando la piedra con nuestras experiencias hasta que quede totalmente lisa, en paz, logrando que nuestra existencia pivote sobre nuestra dimensión espiritual. Será así como, a la hora de la despedida, la afrontaremos con naturalidad, sabiendo que se ha cumplido un ciclo vital y experiencial que es, precisamente, la puerta para otro nuevo y renovado: la muerte como transición, como una parte más de la vida continua y eterna. Y siendo conscientes de que nunca es un "adiós" a los seres queridos, sino un "hasta luego" a las almas que en nuestra cadena de vidas hacen de acompañantes y colaboradoras.

La muerte, en definitiva, como transición y como manifestación de una vida plena y eterna que, en sí misma, es el Milagro.