30/9/09

Uno que vale por 4.500

Lo noticia es portada en muchos periódicos españoles de hoy. Por lo que doy cuenta de ella pensando en los amig@s que siguen este Blog desde otros puntos de Europa, América y el Extremo Oriente. Y para que constaten que en todos lados cuecen habas y que los discursos son sólo eso, discursos, declaraciones de intenciones para salir del paso a corto plazo y poco más.
El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), uno de los grandes del sistema financiero español y europeo y bien asentado en numeroso puntos de Iberoamérica, decidió ayer prejubilar a su Consejero Delegado, José Ignacio Goirigolzarri, de 55 años de edad, con una pensión anual de ¡tres millones de euros! (4,36 millones de dólares) que, en caso de fallecimiento, mantendría en parte su viuda.
Para los que residís fuera de España, os recuerdo que la cifra de parados supera aquí ampliamente los cuatro millones de desempleados, con una tasa por encima del 18%, la mayor de la Unión Europea. Y ayer mismo se conocieron otros dos hechos muy ilustrativos acerca de la marcha de la economía: según adelantó el Instituto Nacional de Estadística, por séptimo mes consecutivo -es la primera vez que esto sucede desde que se tienen datos históricos homologables-, la evolución de los precios ha vuelto a ser negativa (-1,0%) en septiembre, mostrando que la deflación ya no es un fantasma, sino una cruda realidad; y el Ministerio de Economía divulgó el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2010, con una caída de la inversión pública del 10 por 100, incluyendo infraestructuras e investigación y desarrollo; una subida de impuestos por montante de 11.500 millones de euros (aunque continua sin avanzarse en la lucha contra el fraude fiscal, a pesar de que la economía sumergida equivale al 20% del PIB); y un déficit público estimado del 5,4% (hay consenso en que, realmente, será del 10%, incluso quien teme que se deslice hasta el 12% del PIB).
Buena parte de esta deuda pública obedece al gasto social, lo que es de alabar. Pero otra parte muy considerable tiene su razón de ser en las generosas ayudas y subvenciones que está recibiendo la banca española, cuyo “mal momento” le impide conceder créditos a empresas y familias, colapsando las posibilidades de recuperación económica.
Sin embargo, a pesar de ese “mal momento”, los cinco grandes bancos españoles obtuvieron beneficios de 9.300 millones de euros (13.500 millones de dólares) durante el primer semestre del presente año (ver la entrada Es largo, pero aconsejo que lo leáis para entender muchas de las cosas que estás pasando, del pasado 7 de agosto). Y no dudan en prejubilar a sus altos cargos a los 55 años y con una retribución anual que para uno solo de ellos, es el caso de José Ignacio Goirigolzarri, equivale a lo que juntos perciben 4.500 jubilados (que debieron trabajar hasta no menos de los 65 años) con una pensión de tipo medio: ¡uno que vale por 4.500!.
Es otra demostración, ahora desde el lado de la economía, de la urgente necesidad de proceder al cambio de consciencia referido en la entrada anterior (Cambio climático, egocentrismo y consciencia de Unidad).

Cambio climático, egocentrismo y consciencia de Unidad

Delegados de 190 países desarrollan hasta el 9 de octubre, en Bangkok (Tailandia), la penúltima reunión preparatoria de la 15º Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en Copenhague (Dinamarca) entre el 7 y el 18 de diciembre de 2009 (http://es.cop15.dk/). Aunque este encuentro es para muchos expertos la última gran oportunidad para llegar a un consenso sobre las emisiones de CO2 y lograr, antes de 2012, un acuerdo para sustituir al de Kioto, las cosas no marchan bien. Hasta el punto de que Jonathan Pershing, cabeza de la delegación estadounidense, se ha descolgado con la propuesta de dejar a un lado la discusión sobre “principios” para allanar el camino del consenso y confiar que “dentro de la variedad de fuentes de financiación, la de mayor capacidad provenga del sector privado”.

¡Menudo disparate!. Las actuaciones globales y locales, que de los dos tipos son precisas, ante el cambio climático requieren precisamente todo lo contrario: firme convicción en los principios; y rotundo compromiso del sector público y los gobiernos en las diferentes escalas territoriales. No en balde, principios éticos y trascendentes y compromiso democrático y ciudadano son las llaves hacia el necesario cambio de consciencia y de visión que la Madre Tierra demanda con urgencia de la humanidad.

Con semejante telón de fondo, resultan aún más alarmantes los datos aportados por el informe sobre efectos del cambio climático que acaba de ofrecer la prestigiosa Oficina Meteorológica del Reino Unido (Met Office). Elaborado por el Hadley Center, una unidad de la Oficina especializada al respecto, el informe concluye que si no se reducen pronto las emisiones de gases de efecto invernadero, las temperaturas medias subirán a lo largo de los próximos 50 años en el conjunto del planeta de manera significativa –hasta cuatro grados centígrados de media- con especial impacto en zonas muy sensibles, como el Ártico (ver entrada Cambio climático: no son palabras, del pasado 12 de septiembre), donde podrían crecer hasta 15,2 grados, y África occidental y algunas regiones del sur, con incrementos de 10 grados. Todos los modelos informáticos pronostican reducciones de lluvias de hasta el 20% en esas zonas de África, así como en América Central, el Mediterráneo y partes de Australia. En otras zonas, como por ejemplo India, las lluvias pueden aumentar un 20% o más, generando un aumento en el riesgo de inundaciones. Son enormes las consecuencias que todo ello puede tener para el suministro de alimentos, el acceso al agua potable y la salud. Por ejemplo, el estudio alerta sobre grandes sequías que pondrán en riesgo el abastecimiento de agua potable a la mitad de la población mundial.

Informes y datos como estos se acumulan día a día. Pero los seres humanos nos resistimos a reconocer que estamos ante el ineludible requerimiento de una nueva visión y una novedosa frontera existencial relacionada con nuestra propia toma de consciencia y la comprensión del entorno. Lo que conduce a la necesidad de acometer experiencias en el espacio transpersonal. Sin ellas no podremos sobrevivir como especie humana. Tales experiencias transpersonales deben partir del hecho de que el “yo” es un éxito de la evolución, pero, al mismo tiempo, representa un obstáculo para que ésta siga su avance.

Nos hemos desarrollado desde una consciencia prehomínida de la que progresamos hacia una consciencia mágica, luego mítica y ahora mental y racional. Pero no podemos quedarnos aquí: nuestra consciencia ha de ampliarse. En nuestro interior gozamos de capacidades para comprender la realidad de un modo que no puede abordarse con la razón. La personalidad, la experiencia de individualidad en libre albedrío, significa un gran logro de la evolución, pero al mismo tiempo supone una limitación. Caer en la cuenta de ello es esencial para cada persona y para nuestra especie.

Muchos piensan que su consciencia egóica –la ligada a su yo- es la única posibilidad de saber y comprender. Pero esto es igual de tonto que cuando creíamos que la Tierra era el centro del Universo. Con tal concepción nos hemos orientado hacia un enorme egocentrismo, que es la fuente de los males que afligen al mundo. Él nos ha llevado al borde de la desaparición. Para salir de esta limitación hay que entrar en el nivel de la unidad; constatar que somos uno con Todo y que sólo existe la Unidad.

Provenimos de un paraíso en el que alguna vez nos sentimos en una unidad simbiótica con la naturaleza. Lo que llamamos “pecado original” no es otra cosa que el haber desarrollado la consciencia individual fuera de esa simbiosis. Pero, apenas salimos de ella y pudimos decir “tú” y “yo”, Caín empezó a matar a Abel. Desde entonces nuestra especie no ha hecho otra cosa que matarse mutuamente y eso se ha agravado muchísimo. Hemos llegado a un punto en el que no sabemos cómo vamos a terminar. En el siglo pasado se mataron mutuamente cien millones de personas y ninguna moral surtió efecto. Frases como “debes hacer” o “tienes que” no han hecho adelantar a la especie humana para nada.

Cómo superar las limitaciones del yo es algo que las místicas de Occidente y Oriente siempre han sabido. Pero se puede hacer en las religiones y también fuera de ellas. La mayoría de las personas buscan hoy fuera de sus religiones. Lo importante es subir un piso más arriba en la experiencia de lo religioso. Las religiones predican el amor y dicen “debes amar a tu prójimo igual que a ti mismo”, pero no nos han ayudado a dar ni un paso hacia adelante. Decimos “mi religión”, “mis creencias”,…: egoísmo. Y los que no estaban de acuerdo fueron quemados. Eso sigue igual en el presente: sunnitas y chiítas, judíos y musulmanes, fundamentalistas en la Iglesia Católica. Todos dicen “yo, yo, yo…”: los problemas del mundo derivan del egocentrismo.

Sólo cambiaremos si entramos en un nivel nuevo de consciencia, en el espacio transpersonal. Se trata de vivir siendo más plenamente ser humano. Hay que preguntarse qué sentido tienen esos pocos decenios de mi vida en un Universo al que la ciencia calcula una antigüedad de 13.700 millones de años. La respuesta radica en ser plenamente humano. Expresado a la manera cristiana: Dios quiere ser persona en mí, tal como soy en este momento, con esta figura que tengo. Es el único motivo por el que existimos. Por eso bailo esta danza de la vida, pero yo no “estoy” bailando, sino que “soy” bailando, soy el baile. Dios se baila a Sí mismo en mí; Dios se saborea a Sí mismo en las cosas. Ése es el motivo de mi existencia.

Yo –cada uno- tengo una importancia sin par. Si no estuviera yo, Dios no sería. Por eso tengo un significado único con mi vida. Mi verdadera existencia no es la conciencia egóica del yo, sino la consciencia de Ser, algo que no nace y no muere. Lo que soy en lo más íntimo es algo que seguirá cuando mi cuerpo físico haya muerto. Y no soy el único que está bailando, sino que bailan conmigo muchas personas, que tienen la misma importancia que yo. Cuando experimento esto, mi comportamiento cambia. Y este cambio es crucial, indispensable, para afrontar, entre otras cosas, el cambio climático.

La Nube del No-Saber: Orientación Particular (XXXIX)

La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)

Hemos de orar, pues, con toda la intensidad de nuestro Ser, en su altura y profundidad, en su largura y anchura. Y no con muchas palabras, a lo sumo con una sola.

Pero ¿qué palabra emplearemos?. La más apropiada es aquella que refleja la naturaleza de la oración misma. Por ello, dado que la oración ha de dirigirse a que el Yo Verdadero y divinal aflore con toda su potencia y tome el mando de nuestra vida humana, la palabra idónea es precisamente “Dios”. Que todo nuestro deseo esté contenido en esta pequeña palabra; nada más se necesita, pues Dios es el compendio de todo.

No te sorprendas de que ponga esta palabra por encima de todas las demás. Si supiera que hay otra aún más pequeña y expresiva, la usaría. Y te aconsejo que tú hagas lo mismo. No te turbes investigando la naturaleza de las palabras, ya que entonces nunca te pondrás a la tarea de aprender a ser contemplativo; céntrate antes bien en comprender la naturaleza y objetivo de la oración. Te aseguro que la contemplación no es fruto de estudio, sino un don de la gracia divina.

Aun cuando he recomendado la palabra “Dios”, no tienes que hacerla tuya si la gracia no te lo indica. Pero si por la atracción de la gracia encuentras que tiene significado, entonces fíjala por todos los medios dentro de ti siempre que te sientas arrastrado a orar con palabras, porque se ajusta perfectamente a la naturaleza de la oración y es corta y simple. Si no te sientes inclinado a orar con palabras, olvídate también de ella.

Creo que hallarás que la sencillez en la oración, que tan vivamente te he recomendado, no impedirá su frecuencia. Porque como expliqué en un capítulo anterior, esta oración se hace en la largura del Espíritu, lo que significa que es incesante hasta que logra su objetivo.

29/9/09

¿Y TÚ QUÉ SABES?

En la entrada del Blog dedicada al Módulo 2 del Taller de Espiritualidad para Buscadores, publicada el pasado sábado 26 de septiembre, y dentro de los contenidos del mismo, se hacía referencia a ¿Y tú qué sabes?, que varios de vosotros habéis identificado acertadamente como la película codirigida en 2004 por William Arntz, Betsy Chasse y Mark Vicente, preguntándome, además, si puedo realizar un resumen de los contenidos trascendentes de la cinta, como hice el viernes 25 con relación al film Creer es crear. ¡Vamos a intentarlo!.

Aunque ¿Y tú qué sabes? presenta una trama alrededor de las vivencias de una fotógrafa, Amanda (personaje interpretado por Marlle Matlin, oscar a la mejor actriz por Hijos de un dios menor), constituye sobre todo una profunda reformulación de la realidad en la que existimos y a la que pertenecemos y, por este medio, de nosotros mismos. Para lo cual indaga en áreas muy diversas del conocimiento científico -física, química, psicología y psiquiatría- y plantea una extensa batería de teorías, algunas de las cuales provienen de la Escuela de Iluminación de Ramtha (www.ramtha.com), de JZ Knight/Ramtha, de la que los tres codirectores son seguidores.

Estos han afirmado que la película se dirige especialmente a los que denominan “creativos culturales”, una categoría sociológica que englobaría a una proporción creciente de la población, al objeto de establecer un diálogo sobre los límites, reales o ficticios, que separan nuestra mente del mundo exterior y sus consecuencias filosóficas y prácticas. Y aunque una parte de la comunidad científica ha alegado que el film interpreta incorrectamente varios principios de la mecánica cuántica, otros científicos aplauden sus contenidos y reivindican una discusión transparente sobre los asuntos que difunde.

Tres grandes ejes reflexivos y científicos sirven a la cinta de hilo conductor:

+el convencimiento de que la consciencia de ser, forjada en el interior de cada cual, es decisiva en la conformación del mundo exterior;

+la necesidad de replantearse y redefinir lo que se entiende como "real"; y

+la convicción de que todo lo que existe, incluido nosotros mismos, pertenece a una misma unidad o totalidad.

Se aborda sintéticamente cada uno de ellos en tres entradas sucesivas.

¿Y tú que sabes? (I): La consciencia interior conforma el mundo exterior

En lo relativo a lo primero, el argumento y las acotaciones científicas que lo adornan muestran como lo exterior a cada uno depende del interior de cada cual. Esto es, lo que crees es lo que creas: existe una conexión entre lo interior -trascendente- y lo exterior -material-, estando lo segundo animado e inducido desde lo primero. Lo ha expresado muy bien Edgar Mitchell, el que fuera astronauta de la NASA: “Lo fundamental es la consciencia misma; y la materia/energía es producto de la consciencia. Si cambiamos nuestra opinión sobre quiénes somos, si conseguimos vernos como seres eternos y creadores que creamos experiencia física y si nos unimos todos en ese nivel de existencia que llamamos Consciencia, empezaremos a ver y crear el mundo en que vivimos de una manera muy distinta”.

¿Sorprendente?. Pues no tanto, ya que, desde finales del siglo XIX, como recopilé en Los códigos ocultos (RD Editores; Sevilla, 2005), las teorías y propuestas lanzadas por numerosos científicos han abierto preguntas y formulado cuestiones que no pueden ser contestadas desde la perspectiva de la ciencia tradicional y la visión dicotómica –ciencia versus espiritualidad- imperante. Marco en el que está adquiriendo peso la idea de que la consciencia acerca de lo que somos, sobre lo que cada uno es, crea la realidad que nos rodea, las experiencias de cada cual: el mundo no físico moldea el Universo material y la realidad que detectan nuestros sentidos.

Buda enseñó que “la mente (consciencia) es todo; nos convertimos en lo que pensamos (toma de consciencia)”. La ciencia comienza a confirmarlo: somos productores natos de realidad y permanentemente creamos la realidad y sus efectos; somos al 100 por 100 responsables de nuestras vidas. Maharishi Yogi lo ha expresado de manera hermosa: “El Universo entero es expresión de la consciencia. La realidad del Universo es un océano ilimitado de consciencia en movimiento”.

Ligado a lo cual hay que resaltar la creciente convicción de que la naturaleza, sus características y sucesos, no puede examinarse desde fuera, como enseñan los postulados racionalistas clásicos. Entre los científicos que han llegado a esta conclusión destaca el alemán Werner Heisenberg, Nóbel de Física en 1932, cuyas investigaciones le llevaron a argumentar que “lo que observamos no es la naturaleza misma, sino la naturaleza expuesta a nuestro método inquisitorial (...); la división común del mundo interno y mundo externo, cuerpo y alma, ha dejado de ser adecuada”.

Esta relatividad que afecta a la indagación científica, lejos de cerrarle puertas, le ha abierto muchas, hasta el punto de que son numerosos los investigadores que piensan que los saberes científicos se hallan en la antesala de una nueva forma de concebir y entender el Universo entero -su esencia y sus estructuras- y la realidad cotidiana que nos envuelve y a la que pertenecemos. A este respecto, Illya Prigogine, nacido en Moscú en 1917 y premio Nóbel de Química, escribió que “estamos lejos de la visión monolítica de la física clásica y ante nosotros se abre un Universo del que apenas comenzamos a entrever sus estructuras”.

¿Y tú que sabes? (II): El replanteamiento de lo que entendemos por “real”

Un contexto en el que la ciencia contemporánea ha dado un sensacional salto cognoscitivo, que es el segundo gran eje de ¿Y tú que sabes?: el replanteamiento de lo que entendemos por “real”. Lo que engarza con lo manifestado por antiguas culturas que insisten en que el mundo percibido por los sentidos físicos es pura ilusión -“maya”- y que por debajo hay algo más poderoso y fundamental y, desde luego, más real, aunque sea totalmente intangible. Esto es, precisamente, lo que la física está revelando: en el núcleo del mundo material y cuanto la compone hay una realidad no física que puede ser denominada ondas de probabilidad, información, consciencia, pensamiento,... . Así, el físico Jeffrey Satinover ha señalado: “La materia, sea lo que fuere, no tiene nada en esencia; es completamente insustancial. Lo más sólido que se puede decir sobre ella es que se parece mucho a un pensamiento; es como una pizca de información concentrada”.

Una nueva forma de comprensión de lo real que tuvo uno de sus más notables pioneros en el filósofo inglés Herbert Spencer, nacido en 1820, quien postuló la existencia de una “energía infinita y eterna de la cual proceden todas las cosas”. Línea de investigación que ha ido evolucionando con aportaciones como las del genial físico, matemático e ingeniero Nikolas Tesla -señaló que en el núcleo de lo material hay una realidad no física que se expresa como vibración y tiene su razón de ser en información, consciencia o pensamiento- o el antropólogo y lingüista Gregory Bateson -llegó a afirmar que “la mente es la esencia de la vida”-.

Gracias a científicos como ellos, en el siglo XXI se empieza a describir la realidad substancial de cuanto existe como energía vibratoria asociada a alguna modalidad de información, idea o pensamiento. La Teoría de Cuerdas, por ejemplo, sostiene que las partículas fundamentales no son puntos, como ha mantenido la teoría de partículas convencional, sino cuerdas, objetos extensos y vibratorios. Para el físico David Gross, premio Nóbel y uno de los máximos expertos en dicha teoría, partículas como el electrón o la radiación electromagnética corresponden sencillamente a las vibraciones de menor energía.

En palabras de Fritjof Capra, prestigioso físico fundador del Instituto Elmwood, “no resulta inverosímil pensar que todas las estructuras del Universo (desde las partículas subatómicas hasta las galaxias y desde las bacterias hasta los seres humanos) sean manifestaciones de la dinámica autoorganizadora del Universo, que hemos identificado como la Mente Cósmica”.

¿Y tú que sabes? (y III): Todo lo que existe pertenece a una misma Unidad

Lo que conduce, además, a la idea de una única identidad o unidad cosmogónica en la que todo se integra y se sostiene, tercer eje básico de ¿Y tú qué sabes?. Unidad o Todo al que pertenecen las distintas manifestaciones materiales, inmateriales y espirituales que nos ofrecen el mundo y el Universo en su globalidad interdimensional.

De hecho, ya Albert Einstein había considerado al ser humano como parte inseparable de una totalidad llamada Universo, si bien una parte limitada en el espacio y el tiempo. Destacó que “la distinción entre el pasado, el presente y el futuro es solamente una ilusión”, pues los sucesos no se desarrollan, simplemente son. Y que otra especie de ilusión de nuestra consciencia hace que nos experimentemos a nosotros mismos y a nuestros pensamientos como algo separados del resto.

A propósito de lo cual, Erwin Schrödinger, Nóbel de Física en 1933 y otro de los padres de la mecánica cuántica, enfatizó la convicción de que “todos estamos en todo (...) y nuestras vidas no son piezas, sino la totalidad; somos la totalidad del mundo”. Entendimiento al que se sumó J.S. Bell, autor en 1964 del Teorema que lleva su nombre, considerado como la obra aislada más importante en toda la historia de la física, y que viene a concluir que no existe nada que pueda llamarse verdaderamente “parte separada”, porque todas las partes del Universo están conectadas de manera íntima a un nivel fundamental, trascendiendo del tiempo y el espacio.

Una nueva senda para la ciencia donde brillan las contribuciones del profesor de física teórica David Bohm, que giran alrededor de la unidad esencial del Universo: cualquiera de sus elementos se contiene en la totalidad del mismo, que incluye tanto la materia como la consciencia. Convencido de que existen otros planos de la realidad a los que sólo podemos tener acceso a través de estados místicos –éxtasis, elevación del grado de consciencia.,…-, subrayó que la globalidad de la creación y todos los planos dimensionales están conectados “en un estado de interminable flujo o doblado y desdoblado”, siendo la evolución un signo de la inteligencia creadora explorando estructuras diferentes que van mucho más allá de lo que se precisa para sobrevivir.

Para Bohm, existe un orden implicado plegado en la naturaleza que se despliega gradualmente a medida que evoluciona el Universo. Algo parecido a un holograma, aunque prefirió hablar de “holomovimiento”: forma parte de la realidad que se envuelve y se desenvuelve constantemente, entre el orden implicado y el orden manifestado, a un ritmo tal que el mundo visible aparece como uniforme.

Un toque de humor

Reír es algo muy serio. Por ello, agradezco a Teresa López que nos haya enviado esta frase, considerada por muchos como “la frase del año”, del médico y cómico brasileño Drauzio Varella:

"En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para que sirven".

Valga como toque de humor y reflexión sobre usos y costumbres de la llamada sociedad occidental.

La Nube del No-Saber: Orientación Particular (XXXVIII)

La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)

¿Por qué supones que esta breve oración es tan poderosa como para penetrar los Cielos?. Sin duda, porqué es la oración del Ser.

Un hombre o una mujer que ora concentrándose en el centro de su Ser para que aflore el Yo Verdadero, ora con toda la altura y la profundidad, la largura y la anchura de su Espíritu divino. Su oración es alta porque ora con toda la fuerza del Espíritu; es profunda, porque ha reunido todo su pensamiento y comprensión en la palabra que es eje de su concentración; es larga, porque si este sentimiento pudiera durar estaría gritando siempre como lo hace ahora; y es ancha, porque desea para todos, universalmente, lo que quiere para sí mismo.

Con esta oración la persona llega a comprender la largura y la anchura, la altura y la profundidad del Dios eterno, misericordioso, omnipotente y omnisciente, como dice san Pablo. No totalmente, por supuesto, sino parcialmente y de esa manera oscura, característica del conocimiento contemplativo. La largura habla de la eternidad de Dios, la anchura de su amor, la altura de su poder y la hondura de su sabiduría. Se entiende entonces bien que Dios es por naturaleza la plenitud de cuanto nosotros somos la participación.

28/9/09

Del dialecto del PIB al lenguaje de la felicidad

El denominado “Producto Interior Bruto”, el celebérrimo “PIB” ("GDP" en inglés), es, qué duda cabe, el indicador socioeconómico por antonomasia.

Desde el punto de vista técnico, perdonad la obviedad, el PIB es lo que es. Un instrumento para cuantificar en términos de mercado -precio de venta al público- la totalidad de bienes y servicios que se producen (de ahí la “P”) en el interior de un territorio, normalmente un país y sea por empresas nacionales o extranjeras (de esto la “I”), y de forma bruta –sin pararse a calibrar si lo producido se destina o no a sustituir lo que ha quedado amortizado: por ejemplo, si una maquina que se acaba de fabricar sirve para incrementar el número de maquinas de la empresa que la adquiere o para sustituir a una que ha quedado fuera de uso- (por ello la “B”) a lo largo de un año -aunque suelen hacerse estimaciones trimestrales-.

Sin embargo, sobre esta realidad objetiva, economistas, políticos, empresarios, sindicalistas, profesores universitarios, expertos de diverso cuño, medios de comunicación y, por extensión, muchas personas lo han incorporado no sólo a su lenguaje, sino, lo que es más significativo, a su percepción subjetiva de cómo marcha la economía en el territorio de que se trate, la sociedad que lo habita y hasta casi la vida misma de los ciudadanos. De este modo, el PIB se ha convertido en un especie de tótem que lo mismo vale para un roto que para un descosido. Y los Gobiernos parecen no tener otra prioridad más importante que aumentarlo.

Se trata, a todas luces, de una sublimación exagerada del PIB. Y una muestra palpable del perfil y el peso de la visión que impera a escala planetaria: productivista, mercantilista y consumista; un claro exponente de la Economía-Mundo que todo lo maneja y controla, desde la política a las artes, desde el pensamiento a la tecnología, desde lo global a la propia cotidianeidad de las personas.

Históricamente, contra semejante sublimación se han levantado numerosas voces, denunciando su sinrazón. Dada su influencia social y su rotundidad, se recuerdan especialmente las palabras pronunciadas en 1968 por el senador estadounidense Robert Kennedy: “El PIB no tiene en cuenta la salud de nuestros niños, la calidad de su educación o el gozo que experimentan cuando juegan. No incluye la belleza de nuestra poesía ni la fuerza de nuestros matrimonios, la inteligencia del debate público o la integridad de nuestros funcionarios. No mide nuestro coraje, ni nuestra sabiduría, ni la devoción a nuestro país. Lo mide todo, en suma, salvo lo que hace que la vida merezca la pena”.

A tan hermoso y acertado zarandeo del uso abusivo e interesado del indicador, hay que añadir que la evolución socioeconómica pone cada vez más en evidencia sus contradicciones y carencias. Proliferan los ejemplos. Verbigracia, los atascos de tráfico que padecen nuestras ciudades y sus entornos en las famosas horas punta. Qué duda cabe que deterioran tanto el medio ambiente –por la contaminación atmosférica, acústica,…- como la calidad de vida de los millones de conductores y acompañantes que los sufren a diario. Sin embargo, desde la perspectiva en la que el PIB se basa, las cosas se contemplan de manera bien distinta: los atascos originan un mayor consumo de gasolina, lo que contribuyen a elevar el PIB, incrementando su estadística y la percepción de que la economía, la sociedad y la vida de la gente marchan mejor.

A pesar del desatino, la utilización referencial y privilegiada del PIB se justifica y apoya desde muchas instancias, instituciones y entidades públicas y privadas. ¿Qué alegan en su defensa?. Pues, fundamentalmente, que es un sistema perfectamente homologado y establecido, posibilitando las comparaciones entre países –ya se sabe, la globalización manda-; que detrás de las voces que lo atacan se esconden motivos ideológicos y comerciales –hay que reconocer que este argumento tiene gracia (“cree el ladrón que todos son de su condición”)-; que es el mejor de los peores indicadores económicos –no se debe olvidar que la resignación es uno de los cimientos de la visión preponderante-; y que es utópico plantear alternativas estadísticas que posibiliten cuantificar la felicidad –posiblemente, esto no lo dicen, porque pondrían de manifiesto todo lo contrario, esto es, la infelicidad que el sistema vigente genera con tanta facilidad y abundancia-.

Como se ha reflejado, la pugna por restar poder al PIB como sinónimo de prosperidad y bienestar, no es nueva. No obstante, se ha reavivado en los últimos tiempos por dos motivos principales.

Por un lado, porque la actual crisis ha puesto en solfa los instrumentos de medición económica y sus parámetros, con el PIB cual estrella. Así, distintos economistas de prestigio han formulado abiertamente su convencimiento de que una de las razones por las que la crisis cogió por sorpresa radica en que el sistema de medición falló. Para estos expertos, si Gobiernos y organizaciones internacionales se hubieran percatado de las limitaciones de las herramientas de medición, con el PIB a la cabeza, se habría enfriado la euforia acerca de la evolución económica de los años previos a la crisis y se podrían haber aplicado políticas para evitar la recesión, o al menos amortiguarla.

Por otro, porque Sarkozy, el controvertido e hiperactivo presidente galo, retomó el año pasado la bandera izada en su momento por Robert Kennedy y arremetió contra la “religión del número" que todo lo gravita alrededor del PIB. De hecho, creó una comisión de expertos para identificar las deficiencias de éste, encargando su coordinación a Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía.

Hace unos días, la comisión divulgo sus conclusiones a través de un informe de casi 300 páginas. Son contundentes: el PIB se utiliza de forma errónea, en particular cuando aparece como medida de bienestar de los ciudadanos, y las estadísticas más usadas no sirven para capturar fenómenos con un impacto cada vez mayor en tal bienestar.

Siendo esto así, ¿existe una alternativa solvente y rigurosa al PIB?. Por supuesto: desde hace años, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publica el “Informe sobre Desarrollo Humano”. El “IDH” se conforma en función de una amplia gama de variables -esperanza de vida, tasa de alfabetización, PIB per cápita,...- que permite abordar con fiabilidad y garantía la medición del desarrollo humano –no del mero ascenso de la producción- y, mediante ello, el bienestar social y ciudadano.

Entonces, ¿por qué no se fomenta el uso del IDH en vez del manido y cuestionado PIB?. Por motivos de poder político y económico. No en balde, si acudimos al último IDH, que data de 2008 –en unas semanas se publicará el correspondiente a 2009-, el ranking de países desarrollados difiere sustancialmente con el de naciones de mayor PIB. Por ejemplo, Estados Unidos, que lidera este último, ocupa el puesto número 12 (justo por delante de España) en la clasificación por IDH. Y en los primeros lugares de ésta se sitúan países como Islandia, Noruega o Irlanda, que pintan poco en términos de PIB.

Y por el PIB, no por el IDH, se establece la relación de Estados que forman parte del llamado G-20, que la pasada semana se reunió en Pittsburgh y se ha autoinvestido con autoridad suficiente para decidir el futuro socioeconómico del planeta. Siendo el criterio de selección de los invitados el que es –nítidamente productivista-, es sencillo adivinar en qué consistirá ese futuro: más de lo mismo para que de la crisis resulten fortalecidos el modelo y la visión que la han generado.

Parece, pues, inevitable que los adictos al modelo y visión dominantes sigan a lo suyo. Los que no lo somos y deseamos una nueva visión cimentada en compartir y en un cambio de consciencia de cada persona y la humanidad, debemos, lejos de caer en dualismos y enfrentamientos, tener ojos nuevos para alcanzar un mundo nuevo. Y para ello, entre otras muchas cosas, haríamos bien en dejar de hablar en el dialecto del PIB y comenzar a utilizar el lenguaje de la solidaridad, el desarrollo humano y sostenible, el bienestar social y la equidad global: el lenguaje de la felicidad individual y colectiva.

La Nube del No-Saber: Orientación Particular (XXXVII)

La Nube del No-Saber y El Libro de la Orientación Particular son obras escritas en inglés por un autor anónimo del siglo XIV. A medida que las leo y medito, escribo y cuelgo en el Blog estas Variaciones sobre las mismas, respetando sus respectivas estructuras, lo que supone un total de 99 breves capítulos (fecha de publicación del primero: 20/07/09)

El experto contemplativo no depende del razonamiento discursivo. Sus conocimientos surgen espontáneamente sin la ayuda del proceso intelectual, como inspiraciones directas de la sabiduría innata y divinal de su Yo Verdadero. Algo similar puede decirse también de su oración. Hablo de su oración personal, no del culto litúrgico, aunque no quiere dar a entender que se desprecie. Tal oración privada y personal es, al igual que su meditación, totalmente espontánea y no depende de métodos específicos de preparación. Se trata sólo, ni más ni menos, de que el Ser profundo aflore con toda su potencia y tome el mando de nuestra vida humana.

Los contemplativos raras veces oran con palabras. Cuantas menos, mejor. Y una palabra monosílaba es más adecuada que las largas a la naturaleza espiritual de esta obra. No en balde, para que el Yo Verdadero despliegue su luz con todo esplendor, el contemplativo se ha de mantener continuamente presente, en el aquí y ahora, en el más hondo e íntimo centro de su Ser.

Déjame ilustrar lo que digo con un ejemplo tomado de la vida real. Si un hombre o una mujer, aterrorizado por un repentino desastre, toca el límite de sus posibilidades personales, concentra toda su energía en un gran grito de auxilio: ¡socorro!. Y con esta exclamación suscita la atención y asistencia de los demás. De manera semejante, podemos entender la eficacia de una palabra interior, que no llega a pronunciarse o pensarse, pero que emana desde lo profundo de nuestro Ser y es expresión del mismo.

Por esto, la simple oración que prorrumpe desde lo hondo de tu Yo Verdadero, moviliza tu divinidad con más seguridad que un largo salmo recitado mecánicamente. Este es el significado de aquel dicho de las Escrituras: “una breve oración penetra los Cielos”.

27/9/09

Resumen semanal del Blog: del 21 al 27 de septiembre de 2009

Lunes 21:

+La Nube del No-Saber: Orientación Particular (XXXV).

+Medio ambiente urbano y natural: cambio climático y sostenibilidad.

+Hasta el jueves 24: retiro en Las Escalonias.

Jueves 24:

+De retorno al hogar (y al Blog): Alegría y Paz.

+Gestión del territorio y desarrollo local:

+Territorio y Desarrollo Local (I): “Globalocal” y “PG2”.

+Territorio y Desarrollo Local (II): Modelo de ciudad y planificación estratégica.

+Territorio y Desarrollo Local (y III): Las estrategias de desarrollo local.

Viernes 25:

+La Nube del No-Saber: Orientación Particular (XXXVI).

+Creer es crear: Un mensaje de los Mayas Galácticos:

+Creer es crear (I): Desobedezco la razón; elijo la consciencia y el corazón.

+Creer es crear (II): Todo es perfecto, asume la responsabilidad de tu vida.

+Creer es crear (y III): El Punto K o el regreso a casa de la Familia Galáctica

Sábado 26:

+Taller de Espiritualidad: Módulo 2.

Domingo 27:

+Resumen semanal de entradas en el blog: del 21 al 27 de septiembre.

(Total: 15)

26/9/09

Taller de Espiritualidad: Módulo 2

En la mañana de hoy toca disfrutar de nueva sesión del Taller de Espiritualidad para Buscadores (ver entrada Taller de Espiritualidad: Módulo 1, de fecha 18 de septiembre pasado), ahora con su Módulo 2.

Para aquellos que vayan a participar en él, les recuerdo que este segundo Módulo coincide con el Capítulo 2 del libro Buscadores, titulado Nueva visión. Dentro de él, abordaremos de manera conjunta y participativa los siguientes asuntos:

+Ciencia y espiritualidad.

+El cine y la esencia de la vida (Baraka).

+¿Y tú qué sabes?.

+Nueva visión y consciencia de unidad.

+The Matrix: la mente del Todo.

+Del laberinto (del fauno) al cielo (berlinés).

+La influencia secreta de la música.

+Racionalidad e irracionalidad.

Os ruego máxima puntualidad (11:00). A las 12:20 haremos un descanso de 15 minutos. Tras él, continuaremos sin interrupción hasta las 14:00, hora de finalización.

25/9/09

CREER ES CREAR: UN MENSAJE DE LOS MAYAS GALÁCTICOS

Creer es crear. Un mensaje de los Mayas galácticos es una película mexicana de Santiago Pando Marino, con guión adaptado por Daniel Antonio Pando Pérez. Ya fue a aconsejada en este Blog en la entrada ¡No te lo pierdas!, de fecha 27 de junio pasado. El enlace en el que se puede descargar tanto la cinta como su guión íntegro es el siguiente:

http://www.creerescrear.com

La película será proyectada en la tarde de hoy, a las 19:00 horas, en el Cine Sierpes -C/ Sierpes, 65, Sevilla (España)-, un cine-club especializado en temas espirituales promovido por el Círculo Sierpes, con la colaboración del Círculo Mercantil de la ciudad hispalense.

Tal como se expone en la entrada Septiembre 2009: Conferencias, intervenciones y actividades públicas, del pasado día 2, me corresponderá la presentación de la película y la coordinación del coloquio posterior a su proyección.

Para ello he preparado un resumen de los contenidos esenciales de la misma que me parece de gran utilidad para tod@s l@s que avanzan en su crecimiento interior. Por esto, lo plasmo seguidamente en el Blog a través de tres entradas sucesivas:

+Creer es crear (I): Desobedezco la razón; elijo la consciencia y el corazón.

+Creer es crear (II): Todo es perfecto, asume la responsabilidad de tu vida.

+Creer es crear ( y III): El Punto K o el regreso a casa de la Familia Galáctica.

Estoy seguro que os va a conmover y a movilizar.

Creer es crear (I): Desobedezco la razón; elijo la consciencia y el corazón

1. Antes yo era un personaje y me sentía importante. Vivía en un mundo aparentemente maravilloso. Mi posición me había abierto muchas puertas, pero me había encerrado en el mundo sordo y ciego del ego. Estaba tan ocupado siendo importante que ni siquiera me daba cuenta.

Fue entonces cuando la vida me colgó de cabeza en el Árbol de la Sabiduría. Mi viejo sistema de creencias fue atacado por una realidad que ni siquiera sabía que existiera. Empezó un devenir mágico que me ha hecho toparme con una enseñanza que he ido recibiendo a través de meditaciones. Se basa en un principio muy simple, que tendrían que habernos enseñado desde la guardería: Creer es Crear. Todo lo que uno cree, lo crea como realidad. El ser humano es responsable de su propia creación.

Logré entonces atravesar el espejo de la realidad y las puertas de la percepción, que siglos antes el poeta William Blake había dejado abiertas sin llave: cuando abres los ojos por dentro, te das cuenta que la realidad es un espejismo donde las formas están por encima del fondo, donde tener la razón es más importante que ser feliz, donde el “deber ser” es más importante que el ser “Uno”.

Descubrí que el “sistema de la razón” era tan sólo un conjunto de creencias impuestas a través del miedo. Creencias que no compartía en el fondo de mi corazón. Me daba cuenta, pero me daba miedo abrir los ojos. Hasta que me sumergí en una espiral mágica y profunda que me ayudó a tomar la gran decisión: deshacerme de mi personaje para recuperar mi Ser.

Soy ahora estrella en fuga. Y esto es parte de la enseñanza de ese largo y sinuoso camino del Yo Soy. El caminar de los que desobedecimos la razón absoluta con tal de fugarnos al reino masivo del corazón.

2. Una visión del mundo nos hizo ver la vida en blanco y negro, nos dividió entre buenos y malos. Una forma de pensar antigua. Era el mundo de las apariencias, donde nos hicieron olvidar que somos Seres Luminosos para convertirnos en “consumidores racionales”. Nos educaron para comprar las medias verdades del sistema de la doble moral; comprar la mentira oficial, los miedos y las culpas. Por siglos, fuimos educados a comprar “la razón de los poderosos” a cambio de negar “la desnuda verdad de nuestro corazón.” Compramos la guerra como compramos la pobreza; compramos las enfermedades como compramos la muerte. Compramos los abusos al igual que abusamos de nosotros mismos. Compramos los dogmas a cambio de una vida cómoda, pero ignorante.

Todos los niños nacen libres de razón; ninguno nace con la razón puesta. La razón es algo impuesto. Un impuesto que hemos pagado durante siglos.

3. Hacernos creer que razón y verdad son lo mismo es parte de la “gracia” del viejo sistema de creencias. Sin embargo, la razón es, como mucho, una media verdad, 180 grados, cuando la verdad es 360º.

Cuando acontece el despertar espiritual, hay que enfrentarse a la disyuntiva entre seguir la razón o aceptar esta verdad nueva que sale de dentro como un torbellino; hay que tomar la decisión. Y empezará a consolidarse un amor muy grande por seguir la verdad. La verdad no como hechos pasados, sino aquí y ahora; la verdad que sincrónicamente se va moviendo. Según como yo vaya viendo la vida, voy creando la vida.

4. Sólo soy el mensajero y lo importante es el mensaje. Yo vengo del lado de la desobediencia, del lado de los que decidimos seguir al corazón. Es el camino de los guerreros, poetas, locos. Creo que perder la razón es el camino que conduce hacia el corazón. Porque creo que la vida es la obra de arte en movimiento eterno; la belleza viva; el poema de amor que no acaba.

Creo que la vida es según como la miramos. Si cambio la forma de ver las cosas, las cosas cambian de forma. No es magia, es un acto de fe (que, realmente, mueve montañas). Somos el lienzo, las pinturas y el artista (el guionista, el director, el cámara y el protagonista de la película de nuestra vida). Ver la vida con ojos de belleza y arte es conectarse a la vibración y cadencia del Universo donde todos somos Uno. La vida es para amarla, no para juzgarla.

Creer es Crear al mismo tiempo. Creer es caminar hacia adelante. Crear el siguiente escalón sobre el vacío. Crear, de la nada, otra realidad. Ser creadores es la misión de nuestra naturaleza humana. Si crees que el mundo puede cambiar, lo estás cambiando. La fe es Consciencia y Creación. No es ver para creer, como nos dijeron, es creer para ver. La creación antecede a la creencia. Creer en ti es volver a ser niño jugando al recreo con Dios.

El concepto de Creer es Crear dice que si tú creas una visión lo suficientemente poderosa como para que una buena cantidad de personas la sostengan, esa visión acaba convirtiéndose en la realidad.

5. Existe un lugar invisible de donde proviene todo lo visible. Es la Fuente creadora de Luz. Puedes llamarla Dios, Espíritu o Energía. El Espíritu es el creador de la materia. La fe es la conexión. Estamos dejando atrás un mundo dominado por creencias y miedos para entrar con fe al reino de la creación. Estamos reconectándonos con la Fuente de Luz eterna.

Debes entender la diferencia entre un Dios falso y usurpador, el que hemos aprendido, pero que no es Dios, y el Dios Creador. Un Dios que, al hacernos a su imagen y semejanza, también nos hizo Creadores.

Y has de distinguir entre un sistema de creencias, donde nos exigen y nos obligan a tener obediencia, y otro sistema donde nosotros somos Creadores. En esta pugna está justo hoy la humanidad. A lo que nos vamos a enfrentar la humanidad, cada uno de nosotros de manera individual, es a tomar una elección. Y no es entre buenos y malos, ni izquierda ni derecha, ni católicos contra judíos, no. La elección es entre iluminación e ignorancia.