31/12/15

¿Qué te espera cuando vivas eso que llamas muerte?: vídeo de la charla de Emilio Carrillo el 11 de diciembre de 2015



Vídeo (duración: 01:52:40) de la charla compartida por Emilio Carrillo en Sevilla, el 11 de diciembre de 2015, con el título Vida más allá de la vida: ¿qué te espera cuando vivas eso que llamas muerte?.

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ESQUEMA BÁSICO
EL TRÁNSITO: VIDA MÁS ALLÁ DE LA VIDA
¿QUÉ ES LO QUE TE ESPERA CUANDO VIVAS ESO QUE LLAMAS MUERTE?

PARTE 1: INTRODUCCIÓN
1. Saludos y agradecimientos.
2. Fuentes y libro (Instituto Gallup: 5.000.000 USA)
3. La muerte no existe, es un imposible, un fantasma de la imaginación humana. Lo que llamas muerte no es sino una puerta que se abre para pasar de una habitación a otro de la vida: símil del “Conductor” y el “coche”.
4. El tránsito: en la fase y el proceso que hay entre las dos habitaciones, entre el plano físico y el coloquialmente denominado “plano de luz”.
5. Advertencia: reflexionar sobre la muerte y el tránsito no es otra de las muchas distracciones y obsesiones del intelecto y de la mente con relación al futuro, sino algo imprescindible para perder tanto el miedo a la muerte como el miedo a la vida. Tomar consciencia acerca del significado y contenidos del tránsito permite vivir el aquí-ahora en libertad, que es la ausencia de miedos.
6. Esquema a seguir:
+Pre-tránsito: experiencias en el plano físico previas al momento de desencarnar.
+Tránsito: experiencias en el estadio intermedio entre el plano físico y el plano de luz.
+Post-tránsito: experiencias al acceder al plano de luz.

PARTE 2: PRE-TRÁNSITO
1. Cuándo: Tú, el Conductor que eres, decide cuando realizas el tránsito en función de las experiencias para las que encarnaste en esta vida física. No hay azar ni casualidades, sino el discernimiento acerca de que ya desplegaste las experiencias para las que encarnaste o, que en libre albedrío, has llevado tu vida por unos derroteros en las que ya no las podrás llevar a cabo.
2. Cómo: Tú, el Conductor que eres, decides, igualmente, el cómo desencarnas: enfermedad, accidente… La forma de hacerlo no es casual y tiene que ver con la evolución de tu proceso consciencial.
3. Señales: Desde el Conductor que eres generarás señales y percepciones en tu vida cotidiana para que desde el coche y la mente puedas darte cuenta de que el momento del tránsito se aproxima. Cosa distinta es que en no percates de esas señales dado el trasiego, el ritmo incesante y el culto a la velocidad que marcan tu vida.
4. “Antes de”: Llegado el momento, el Conductor que eres abandona el coche antes de que este fallezca (de ahí las experiencias cercanas a la muerte). Por tanto, nadie vivencia el estertor de la muerte física y antes de que estas se produzca ya estarás fuera del coche que te ha permitido experienciar esta vida física.
5. La buena muerte:
+Para el que transita: ayuda al moribundo.
+Para sus seres queridos.
La sociedad actual intenta esconder y disfrazar el hecho ineludible de que todos vamos a transitar y el momento en el que tránsito llega para dada uno, dificultando la “buena muerte”.
Sin embargo, por lo que se compartirá de inmediato, es crucial no pretender ocultar o ignorar que el tránsito se acerca y vivirlo en consciencia.

PARTE 3: TRÁNSITO
3.1. Cada uno tiene el tránsito que necesita
1. Cuando se abandona el cuerpo físico y se inicia el tránsito, el estado de consciencia es exactamente el mismo que se tenía en los instantes previos a desencarnar. El hecho de dejar el coche no varía el estado de consciencia que se tenía encarnado en él. Esto, tal como se indicó en el último punto de la parte anterior, remarca la importancia de vivir en consciencia el periodo de la vida física previo al tránsito.
2. A partir de ahí, cada uno tiene el tránsito que necesita: Una vez en la fase de tránsito, el flujo natural de la vida lleva a evolucionar en consciencia hacia el plano de luz. No obstante, rige el libre albedrío y cada cual vive el tránsito que necesita en función de su estado de consciencia y devenir consciencial.
3. Concretamente, son dos los requisitos conscienciales para acceder desde la fase de tránsito al plano de luz:
+primero, percatarte de que has muerto físicamente y has abandonado el coche; y
+segundo, aceptar tal hecho, rompiendo en consciencia con todos los vínculos, lazos e inercias que aún pudieras mantener con relación al “plano material”.
Ambas circunstancias son condición “sine qua non” para introducirse en el “plano de luz” y representan una toma de consciencia acerca del nuevo estado de vida y existencia.
4. Al desencarnar, no todos realizan la toma de consciencia sobre estos dos requisitos de manera rápida: aun careciendo de materialidad, no son pocos los que se siguen viendo y sintiendo consciencialmente a sí mismos con corporeidad y se mantienen ligados y apegados a los deseos, emociones, vaivenes, quehaceres, placeres y, muy especialmente, dolores y sufrimientos de lo que fue su vida física, en la que en consciencia creen continuar estando.
La película El sexto sentido, dirigida en 1999 por M. Night Shyamalan y protagonizada por Bruce Willis, lo refleja muy bien, poniendo de manifiesto que el tránsito, además de constituir una fase de la vida que discurre entre la salida del “plano material” y la entrada en el “plano de luz”, es un proceso consciencial en el que, cuando el fallecido, por su estado de consciencia, no accede directamente y de manera natural al “túnel de luz”, se viven experiencias que modifican tal estado e impulsan la entrada en el otro plano. Es precisamente este proceso de evolución consciencial lo que subyace en el concepto de “purgatorio”, aunque la visión religiosa lo ha cargado de tintes negativos,
3.2. Cuando no te percatas del fallecimiento físico o, dándote cuenta, no lo aceptas
5. Durante el purgatorio, es decir, cuando en el tránsito no hay consciencia de haber fallecido físicamente o, habiendo esta, no se acepta el hecho, ¿qué sucede, qué experiencias se viven? Vayamos por partes:
a) Tras desencarnar, los que por su estado de consciencia no se dan cuenta de que han muerto físicamente, se contemplan a sí mismos con corporeidad y reproducen consciencialmente las vivencias que desarrollaban en el mundo material y las percepciones mentales y las emociones y sensaciones a ellas asociadas. Realmente han abandonado el coche, el yo físico, mental y emocional. Sin embargo, consciencialmente creen seguir vivos físicamente y, a partir de ahí, generan una especie de “doble corpóreo” (más sutil y vital que el físico), recrean las circunstancias del entorno material que han conocido y actúan en consonancia con todo ello: se mueven por su casa, acuden a su trabajo, realizan sus quehaceres cotidianos y siguen apegados a los deseos, placeres y sufrimientos de lo que fue su vida física, en la que consciencialmente creen continuar. En esta situación se puede llegar a permanecer largo tiempo. No obstante, como ya se ha reiterado, las experiencias que se viven en el propio tránsito impulsan la toma de consciencia sobre el hecho de haber muerto físicamente.
b) Cuando esto, por fin, acontece, ¿qué ocurre? Pues pueden pasar dos cosas: que se acepte; o que no se acepte como consecuencia de estar muy atado consciencialmente al mundo material y todo lo que conlleva. Y en la no  aceptación puede influir, igualmente, el miedo a pasar por el “túnel de luz” por temor a ser juzgado por alguien o por algo. Esta idea del juicio es un invento de las religiones, pues lo que existen en realidad son estados de consciencia en evolución, cada uno el suyo, en un contexto de libre albedrío que es fruto del Amor del que emana la Creación y en el que la Creación se sostiene y expande. Sin embargo, hay bastantes personas que, en su vida física, hacen consciencialmente suya la idea del juicio y, ya en el tránsito, viven con terror el acceso al “plano de luz” por miedo a que, previamente, el juicio y el castigo caigan sobre ellas.
c) Si no hay aceptación:
+Lo primero que se experiencia es una situación de gran desconcierto, confusión y turbación. Sin embargo, estas sensaciones van poco a poco diluyéndose para ser sustituidas por el deseo del fallecido de relacionarse con el mundo físico al que ya no pertenece, pero en el que consciencialmente quiere seguir estando y actuando. Es así, alentado por este deseo, como va adquiriendo una serie de “habilidades” para, desde el tránsito, incidir e intervenir en el plano material: mover objetos, esconder cosas, apagar y encender luces, provocar ruidos, interferir de maneras diversas en personas y un largo etcétera de situaciones y fenómenos que hoy se suelen englobar en el ámbito de la parapsicología. Numerosas historias de fantasmas, aparecidos e, incluso, posesiones, tienen también que ver con esto. (Nota importante: El contacto desde el más allá con los seres humanos y el mundo material también puede darse en desencarnados que no están en el purgatorio, es decir, que se han percatado de su muerte física, la han aceptado en consciencia y han entrado en el “plano de luz”. En este caso, el Amor -no la densidad consciencial, el apego, el sufrimiento…- es lo que motiva estas conexiones desde el más allá.).
+¿Hasta cuándo puede el fallecido mantenerse en este estado y permanecer en el purgatorio? Como se viene insistiendo, no hay una duración prefijada y todo depende de su evolución consciencial. El tránsito, como fase y proceso, impulsa, por la vía de las experiencias desplegadas en el propio tránsito, a aceptar la muerte física y acceder al “plano de luz”. Pero no hay predeterminismo y puede ser que el fallecido se siga negando indefinidamente a tal aceptación y se empeñe consciencialmente en seguir interactuando con el mundo físico.
+Este empeño puede provocar, incluso, que se vuelva a encarnar en el plano material –en un nuevo cuerpo para desarrollar una nueva vida humana- desde la propia fase de tránsito y sin haber entrado en el “plano de luz”, que es desde donde las reencarnaciones se producen de manera natural y adecuada. Eso sí, el estado de consciencia con el que se arrancará en esa nueva vida será sumamente denso. Y aunque la evolución consciencial es la regla y siempre es posible, las personas que han vuelto a encarnar desde la fase de tránsito experiencian un proceso evolutivo muy lento y tienden a desplegar en su nueva vida comportamientos llenos de desosiego interior y sufrimiento y marcadamente egóicos, pudiendo llegar a ser extremadamente adictivos y violentos (es el caso, por ejemplo, de muchos de los calificados como psicópatas). A personas así, con ese estado de consciencia, se refirió Cristo Jesús cuando hizo mención a los muertos que entierran a sus muertos -“deja que los muertos entierren a sus muertos”, en Lucas 9,60 y Mateo 8,22-, es decir, a seres humanos vivos, pero que, realmente, por su densidad consciencial y apego a la materialidad, están muertos en el sentido consciencial del término.
3.3. Cuando sí hay aceptación
d) Si hay aceptación, se abren las puertas a una serie de vivencias que conducen directamente al “túnel de luz” y a la entrada, a través de él, en otro plano de vida intangible e inefable:
+La “visualización” integra e instantánea de la vida física que se ha dejado atrás, comprendiendo que no hay errores y que todo tuvo su porqué y para qué,
+El acompañamiento de seres de luz (Conductores) que en su anterior encarnación humana fueron seres queridos del que ahora transita y de los que este consideró en su vida física como guías y referentes espirituales.

PARTE 4: POST-TRÁNSITO
1. Con la toma de consciencia acerca de la muerte física y la aceptación del mismo, queda expedito el acceso al “túnel de luz” y, a través de él, la entrada en el otro plano de vida. ¿Qué acontece entonces? La entrada en el “plano de luz” abre dos grandes posibilidades conscienciales:
a) El mantenimiento de una percepción de existencia de “uno mismo”, con vida y presencia propia, y la consiguiente asociación consciencial a algún tipo o forma de identidad, que ya no será física –esta ha quedado atrás durante el tránsito-, pero sí de carácter álmico o espiritual.
b) La desaparición de cualquier idea de identidad –sea física, álmica o espiritual; individual o colectiva- y la disolución consciencial en la más absoluta y radical nada de toda noción de sujeto -de la modalidad que sea-, con lo que también dejará de haber objetos, quedando sujeto y objetos volatilizados en la “na-deidad”.
2. La primera de ambas posibilidades conscienciales es la que viven la mayoría de los que llegan al “plano de luz” tras haber estado encarnados en el plano humano y realizar el tránsito. Supone, fundamentalmente, la visión de “uno mismo” como “alma”: un alma que no sólo ha estado encarnada en la última vida física, sino en otras muchas vidas –cadena de vida o reencarnaciones- que, además, pueden haberse desarrollado no sólo en el plano humano, sino, igualmente, en otros planos y mundos. Esto conlleva la percepción consciencial de una “historia personal” y, por tanto, una determinada identidad, resultado de la acumulación de experiencias por la citada cadena de vidas. Esta es la razón por la que diversas escuelas espirituales se refieren al alma como “alma-personalidad”.
Y como consecuencia de esa “historia personal”, de esa “personalidad” álmica, se suele tomar la decisión en consciencia de volver a encarnar en el plano humano, en una nueva vida física y un nuevo coche, para desplegar una serie de experiencias relacionadas con las vividas en reencarnaciones anteriores y tanto en referencia a “uno mismo” como a cuestiones pendientes con otras almas debido a pactos suscritos entre ellas (pactos de amor entre almas) y, frecuentemente, a sistemas familiares en los que tales pactos se plasmaron en vidas previas.
3. En cambio, la segunda de las posibilidades descritas hace que se disipe toda “historia personal”, cualquier visión de “personalidad” álmica o espiritual, y se trascienda la asociación consciencial con cualquier tipo de identidad, de la clase que sea. Lo que antes se percibía así mismo como algo, ya no se percibe de manera alguna. Se ve entonces la Realidad antes de desaparecer en ella: lo que ser percibía como “yo”, en cualquiera de sus manifestaciones, constituía una falacia consciencial, pues sólo existe el todo y las individualidades, del tipo que sean, son falsas. Así que el “yo” no es nada; y cuando ya no hay “yo” y eres nada, entonces eres el todo. Lo mismo le ocurre al todo, que para ser todo es nada, aunque esa nada es el todo.
En este punto, el viaje consciencial se ha completado: la consciencia que emanó del todo al todo vuelve (recordando el famoso símil: la ola toma consciencia de que no es tal, que realmente no existe, que sólo es y existe el océano en su inmensidad). Esto es lo Real: eres nadie y eres el todo, la consciencia infinita y eterna que nunca nació y nunca morirá y es tanto la raíz de toda la existencia como su propio florecimiento… ¿Dónde está?, ¿dónde mora? No se puede decir dónde se halla, aunque, desde luego, está en ti, es tu verdadero ser, porque esta consciencia se encuentra en todas partes. Mejor expresado: “todas partes” están en ella. Esta consciencia ha ido más allá del más allá y nada la limita. Por supuesto que está más allá de la mente y el lenguaje. Y también del espacio y el tiempo… Ambos, el tiempo y el espacio existen en la consciencia y esta consciencia no existe en el tiempo y el espacio. Es la consciencia iluminada que constituye tu propia luz. Por eso la iluminación es ser la luz para ti mismo y “ver” lo que realmente siempre has sido, eres y serás: nada y, por ello, todo. Una vez que ocurre la iluminación, todo está en ti porque tú ya no eres nada en particular. Todo empieza a moverse en ti porque tú ya no existes como tal… Los mundos surgen de ti y se disuelven en ti porque tú, lejos de ser tú, lejos de ser algo, eres el todo.
Al difuminarse cualquier noción de identidad y en el momento previo a la disolución en la nada y vivir el todo, ¿es posible volver a encarnar en el plano humano? Sí, aunque no por necesidad, como pasa al identificarse con un alma, sino sólo por puro fluir del Amor. Es una encarnación directa desde la Fuente, desde la Consciencia. A lo que estas encarnaciones representan aquí, en el plano material, se ha aproximado el budismo mediante la figura de los llamados “bodhisattvas” (los 144.000 del cristianismo)

CIERRE
+Instituto Gallup: 96 y 4 por 100

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30/12/15

Amor dimensional


         Vamos con otro tema que podría decirse es “delicado” ¿Cómo se hace el amor en los nuevos tiempos sin miedo?  ¿Te imaginas que exista una nueva forma de “hacerlo”? Lo lógico es que la respuesta sea afirmativa si se pasa de sobrevivir en el miedo a vivir en el Amor. Visto esto, seguro que estás con ganas de saber el cómo, aunque en realidad habrá que averiguar el por qué partiendo del por qué existente en el pasado donde el miedo era la tónica general.

      En aquella vieja manera de hacer todo, ya abandonada, para muchas personas, aunque se sientan los resquicios que quedan cayendo sin remedio, afortunadamente, hacer el amor, era eso, un HACER. Sólo un hacer. Por tanto, hay que cambiar el concepto antiguo por otro nuevo. Pero no adelanto la nueva definición, la iré explicando.

      El por qué se hacía el amor es muy evidente a estas alturas. Para la mayoría de las personas se hacía porque así satisfacían una necesidad instintiva y biológica. Se hacía porque daba un gran placer. Pocas personas sabían que el hecho de hacer el amor era más que realizar una serie de posturas, más o menos concretas, desde donde encontrar un mayor placer o excitación hasta llegar al orgasmo; lo cual producía un “éxtasis”, más bien, corto en duración. Menos personas entendieron que era algo más profundo que buscar el orgasmo. Menos aún llegaron a darse cuenta que ese hacer el amor podía producirse en duración en el tiempo sin necesidad de la orquestación sexual habitual. Me refiero a los previos y a los post ¿Cuántas personas entendieron que hacer el amor era mucho más que la búsqueda del orgasmo y que podrían estar en un orgasmo continuado con un simple, y continuado, abrazo desde donde mimarse y acariciarse sin la necesidad de llegar a más, aunque podía llegarse posteriormente, pero tras horas de excitante placer y comunión entre ambos seres? Lo mejor llegaba después, donde la mayoría, una vez concluido el ritual se daban la vuelta, y quizá se fumaba un cigarro, sin percibir que el amor podría extenderse en el tiempo al igual que se había realizado de forma previa.

        Sí, muchas veces sólo era una cuestión de tiempo. Había prisas por llegar, o no se entendía, en modo alguno, que hacer el amor podría durar horas. Pero aquella manera forzaba a vivir con el tiempo pegado en el trasero y no se dedicaba tiempo a amarse porque había muchas otras cosas que hacer. A veces, tristemente, hacer el amor, por no decirlo de otra forma despectiva tal y como se enunciaba, sólo era un mero usar y tirar como a un kleenex.

      Existe, aún, un condicionamiento que salvar al respecto: el tiempo. Y es que ya no hay tiempo que contar, sino usar del tiempo que se quiera para amarse.

     No se trata de nuevas posturas, o que el Kamasutra se amplíe. Se trata, como dije, de cambiar el concepto. Se trata de saber qué es eso que se llamaba “hacer el amor” en tiempos pretéritos; porque en momentos actuales, para much@s, aún se mantiene tal costumbre con muy ligeros cambios. En cambio, lo que se puede descubrir, sino se ha descubierto, es el Amor en Plenitud. Porque si partimos desde este punto, quizá se entienda mejor lo que quiero manifestar. Un Ser, cuando sabe que es un Ser, y sabe con certeza que es un Ser Divino encarnado en una forma (física) sin necesidad de tener que hacer nada concreto, sino de ser desde su Ser expresado en su forma física (y esa sería su forma de hacer: siendo desde su Ser), sabe que está en Plenitud. Además, sabe con certeza que su expresión mediante la forma física en otra forma física, lo que pretende es crearse en el ofrecimiento de creación que aportar la otra forma. Aunque mejor sería expresarlo como co-crearse con otra forma desde el Ser de ambas Formas en una manifestación interna de creatividad en la misma esencia que los conforta y conforma mediante el “uso” de las formas físicas de ambas Formas de Ser encarnadas. No se busca un orgasmo externo, pese a que se produce o se alcance, sino que co-crean un éxtasis interno de suprema belleza, calidad, calidez y cantidad sin medir el tiempo, sino siendo el tiempo en esa co-creación que ambas partes asisten.

       Por si no se ha entendido todavía, más que buscar el placer externo se busca el interno aunque el externo se dé o no. Porque lo que no sabía, o habían olvidado, es que el momento del orgasmo es la experimentación del éxtasis de Quienes Son en verdad. Cuando se alcanzaba el orgasmo, se alcanzaba la experimentación de la esencia del Ser propio de cada uno. Se puede decir que se alcanzaba el cielo. Que se palpaba a Dios, a La Fuente, al Origen de su propia creación. Pero duraba muy poco ese contacto puesto que se les había enseñado que eso era hacer el amor, un hacer hasta llegar a un punto cúlmen; no Ser el punto cúlmen en duración. Esta es una de las grandes diferencias entre hacer el amor y crearse en el Amor, aunque la mejor definición que encuentro es: crear amor. Crearse en el amor. Co-crearse mutuamente desde el amor que les Forma en sus respectivas formas físicas. Estos nuevos conceptos los dejo aquí, por si empiezan a servirte, no ya de referencia para cambiar, sino para entender qué es crear amor entre dos seres en plenitud de Sí, como mínimo.

     Crear Amor, no hacer el amor, es posible desde el Amor Dimensional, desde la Conciencia de Quien se Es. Sólo es posible desde este punto de partida y al mismo tiempo de encuentro. Lo demás, puede considerarse que es más el uso de las formas “intentando” llegar a la Forma. Pero cuando un ser humano conoce su Forma, y sabe de otro ser en las mismas condiciones, crear amor es algo que sale a la perfección, con total naturalidad y espontaneidad, sin limitarse por la existencias de otras formas con las que también se puede crear desde la Forma sin eso que se llama el apego sufridor o los celos enfermizos.

      Evidentemente, por si no te habías percatado, una Forma no usa a otras formas físicas, sino que crea Amor con otra Forma. Se ven desde la Forma (alma), independientemente de cómo sean las formas respectivas (cuerpo físico), que siempre serán hermosas dado que el prisma ha cambiado al verse desde la Forma sin calibrar la forma que es aceptada como es, y siempre es bella. Y en este acto de crear Amor no hay apegos; nadie posee a nadie; sino que se comparten en Sí. Por tanto, crear Amor es viable entre Formas que saben que son Formas sin que las formas les atrapen en un apego que le impida crear Amor con otras Formas. Tampoco existen los celos, o la posesión, ya que saben crear Amor es distinto a hacer el amor, pues lo primero es desde lo interno y lo segundo siempre se quedaba en lo externo exclusivamente. Y tampoco se busca la mera obtención de placer carnal. De tal manera, que eso de la fidelidad o falta de la misma no existe, pues no se “ve” el crear Amor como el uso del cuerpo de la otra forma física. Sino que saben que es la creación desde sus Formas de crear algo nuevo y perfecto en sus Formas y posteriormente expandirlo mediante sus formas a otras Formas con la que quieran crear Amor.

      Queda claro que crear Amor es viable entre todas aquellas Formas que quieran crear Amor en sus Formas y en sus formas, sin que eso suponga una falta de Amor a nadie, sino todo lo contrario, una creatividad nueva que se expande al crear Amor entre otras Formas desde la experimentada y creada en dos Formas. Y aunque este párrafo podría sobrar, he querido incidir para que se pueda entender mejor, si es que se llega a entender.

       Ni que decir tiene, que si enlazamos este tema con el anterior del para qué crear una nueva vida (hijos), se entienden mucho mejor ambos hechos, el de crear vida nueva y perfecta (forma física) desde las Formas y que las Formas no tienen porqué estar creando formas física continuamente si no existe el para qué, sino que crean Amor en sus Formas sin la necesidad de crearlo en la forma física, salvo cuando son requeridas ambas Formas para crear en Amor una nueva forma física para un Forma que quiere encarnarse mediante esas dos Formas escogidas que le dan la forma que quiere la nueva Forma que se quiere crearse una forma mediante dos Formas creando Amor libremente.

      Así que este es el nuevo modo de hacer el amor: crear Amor; co-crearse en el Amor de ambos. Y cuando esto se produce, todo, absolutamente todo, ha cambiado. Eres la Forma creando Amor de forma continuada en las formas restantes y con las Formas que así lo quieran crear contigo.

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Autor: Deéelij
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29/12/15

Sin expectativas


Las expectativas pueden convertir el presente más increíble
en un vivir incierto en espera de un futuro mejor aún.

Tardé muchísimo en comprenderlo.
Pensaba que ellas preparaban algo mejor
que me estaba esperando y que entonces sería feliz.

Vino Expe y me dijo:
Ya verás… que pasada lo que vas a conseguir
si haces esto.

Pero aquello no tenía fin.

Hice todo lo que me pidió
y, cuando llegó el momento oportuno,
nada de lo que me dijo me sirvió.

Aquello no me llenaba, al revés:
me creaba más sensación de vacío.

Decidí quitarlas de mi vida.
Vivir sin planes.

Ya no deseo nada.
Sólo vivo a ras de suelo, sin ninguna pretensión.

Ya nada tiene que ajustarse a lo pre-concebido.

¿Entonces?
Todo es perfecto.
Llega en el momento perfecto,
aunque la razón no quiera aceptarlo.

Es perfecto, no porque yo lo haya deseado.
Ni siquiera porque me conviene.
Simplemente ES.
Y yo no quiero nada más.

Sólo deseo lo que pasa.

Imposible mayor perfección.
Sólo amar cuanto Es.
                                                                 
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Autora: María Ferrer (mariafconciencia2@gmail.com)
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28/12/15

Vídeo de la charla de Emilio Carrillo en Alcoy, con fecha 16 de octubre de 2015: "Relájate en tu divinidad y goza la vida"



Vídeo (duración total: 02:31:31) de la charla compartida por Emilio Carrillo en Alcoy el 15 de octubre de 2015, con el título Relájate en tu divinidad y goza la vida:

1ª Parte (01:08:34):

2ª Parte (01:22:57):

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"La enfermedad y su significado consciencial: Emilio Carrillo, martes 29 de diciembre de 2015, 22h


     El próximo martes 29 de diciembre de 2015, a las 22:00 horas, se emitirá en Recuerda TV el Capítulo 4 de la segunda temporada de Comparte tus preguntas con Emilio Carrillo, con el formato de charla-coloquio en directo de dos horas de duración, aproximadamente. El tema en esta ocasión será La enfermedad y su significado consciencial.

     Recuerda TV es la web-televisión con contenido consciente las 24 horas del día los 365 días del año. Para ver el programa sólo tienes que entrar en este enlace:

     Durante 2016, Recuerda TV emitirá una nueva entrega de Comparte tus preguntas con Emilio Carrillo, con el formato de charla-coloquio en directo, todos los últimos viernes de mes, a las 22:00 horas. Puedes hacernos llegar tus propuestas sobre posibles temas a tratar por medio de este correo electrónico:

infofe@fundacionespato.com

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27/12/15

Nadie ha encarnado para venderse como fuerza de trabajo: tu auténtico derecho no es al trabajo, sino a la pereza (Recordando lo que Es: 22)


El sistema socioeconómico vigente, por su visión egocéntrica, economicista y materialista de la existencia, persigue y consigue atar la vida de las personas al trabajo. ¿Cómo lo logra? Muy sencillo: debido a las reglas y creencias que el sistema implanta y a la usurpación por unos cuantos de la riqueza social y los recursos colectivos, se hace depender del desempeño de un puesto de trabajo la obtención de los ingresos precisos para cubrir tanto las pocas necesidades vitales básicas como las muchas creadas artificialmente por el propio sistema. Es así como, finalmente, se encadena al ser humano al ejercicio cotidiano de unas actividades laborales (físicas y/o intelectuales) alienantes y alejadas de sus dones y talentos innatos. Sin embargo, por efecto también del citado sistema de creencias, la mayoría de las personas, lejos de ver el trabajo como la obligación impuesta que obviamente es, lo conciben como un derecho y como tal se proclama solemnemente desde las instituciones que el sistema genera, gobierna y gestiona. A partir de ahí, quedan convertidas en esclavos integrales que, desde el disparatado convencimiento de que trabajar es un derecho y no una imposición, se auto-explotan voluntariamente a sí mismos y caen en un doble desatino: reclamar (a los políticos, a esas instituciones…) que alguien cree un puesto de trabajo para ellos y sus seres queridos (el esclavo pidiendo que alguien, por favor, le esclavice); y organizar y programar su vida y su existencia no en función de ellos mismos (sus sentires, sus capacidades creativas, sus prioridades vitales…), sino de ese trabajo, con su consiguiente dedicación horaria, que otro le proporciona y de la retribución que este estima oportuno darle… ¡Uuuffff!... Para un momento y respira: ¿tan ciego estás como para no ver lo tremendamente absurdo de todo esto? Abre tu consciencia… Lo real es que nadie ha encarnado en el plano humano para venderse como fuerza de trabajo. Y lo real es que a lo que el ser humano tiene verdaderamente derecho, recordando a Paul Lafargue, no es al trabajo, sino a la pereza, sabiendo que esta no es vagancia ni indolencia, sino el libre ejercicio y el compartir libre y con entusiasmo de los dones y talentos que cada uno atesora para gozarlos y ponerlos en común con los demás… Con estas bases, el quid de la cuestión no radica en trabajar o no (hazlo si así lo consideras necesario), sino en ser consciente de que no naciste para ello y evitar que la actividad laboral te lleve al olvido de tus dones, talentos y auténticas capacidades.

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Una nueva entrega de Recordando lo que Es se publica en este blog cada domingo.
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25/12/15

Navidad: ¡Feliz Dividad!


Navidad… Magnífica ocasión para guardar unos instantes de Silencio; para detener el ritmo incesante en el que pasáis el día a día; para respirar conscientemente y escuchar vuestro Corazón; para cerrar los ojos y abrir vuestro interior:

Bajo los impulsos de la mente, os encanta quejaros del mundo en el que vivís. Sin embargo, este mundo es el escenario idóneo, adecuado, perfecto y necesario para que desarrolléis las experiencias conscienciales que elegisteis desplegar antes de encarnar en el plano humano. Una vez aquí, por imperativos naturales de la propia encarnación en esta Dimensión, lo olvidáis. Sin embargo, para eso, para vivir esas experiencias conscienciales, estáis aquí y ahora, cada cual en su momento evolutivo y estado de consciencia. Ninguno mejor ni peor que otro, ni superior ni inferior, ni bueno ni malo, cada cual el suyo en función de su propio devenir consciencial y haciendo exactamente lo que en el estado de consciencia que sea corresponde. Se trata de un colosal Milagro generado por vosotros mismos desde lo que realmente sois y ante el que sólo cabe Respeto, Con-Pasión, Confianza absoluta en la vida y, muy especialmente, Amor.

Es inmensa la magnitud y capacidad creadora de la experiencia que estáis protagonizando: aquí encarnados, experimentáis el tiempo y el espacio cuando vuestro ser está más allá del tiempo y el espacio y es en la eternidad y la infinitud; os creéis de este mundo cuando provenís de la multidimensionalidad y de todos los mundos creados y por crear; os inventáis lo que llamáis muerte, cuando sólo hay Vida por todos lados, también más allá de la vida; os sentís como individualidad cuando sois Unidad; os percibís en la diversidad cuando existís en la Unicidad; os veis como humanos cuando sois Dios encarnado... Es prodigioso, fantástico, portentoso... Gozad de la aventura en la que voluntariamente y con tanto ánimo y valentía os habéis embarcado. Y para saborearla plenamente, id recordando poco a poco, cada cual a su compás, que en vuestra vida, en la vida de los demás y en la Humanidad, en su conjunto, todo es exactamente como tiene que ser: todo, sin excepción, tiene su sentido profundo, su porqué y para qué; todo encaja y nada sobra ni falta. Cuando lo recuerdes, te reirás a carcajadas al constatar que lo único que andaba inquieto en la Creación eras tú.

En tu proceso de recuerdo, te percatarás igualmente de que en tu vida nunca ha habido ni habrá errores ni equivocaciones, ya que todo lo que has hecho es reflejo y manifestación de tu estado consciencial en ese preciso momento y abre nuevas puertas experienciales para expandir tu consciencia. Deja atrás, por tanto, cargas, culpas, pecados y karmas.

De la misma forma que tampoco hay problemas. Ni en tu vida, ni en la vida de los otros, ni en el mundo... Ya ves, tanto darle vueltas mentales a los problemas y resulta que no existen: lo que consideras tales son, simplemente, experiencias-oportunidades que tú mismo pones en el camino desde tu genuino ser para expandir tu proceso consciencial en este plano e impulsar una Evolución que, pareciendo aquí tuya, es auténticamente del Todo. Así de sencillo: no hay problemas, sino experiencias-oportunidades en las que lo importante no es qué pasa o deja de pasar, sino el cómo se viven en consciencia. Lo cual es aplicable a todo, incluido lo que denominas enfermedad, que verdaderamente tampoco existe, pues es sólo la manifestación exterior –síntoma- de procesos de sanación interiores que despliegas en clave de desarrollo consciencial.

Ya te darás cuenta de todo ello... No hay prisas, pues no existe el tiempo...

Será cuando te hayas centrado en el aquí-ahora y observes y vivas la vida sin juzgarla. Cuando no te identifiques con el “yo” físico, mental y emocional que utilizas como vehículo para experienciar la vivencia humana. Cuando desaparezca de ti toda queja y brille la Confianza en la vida y, derivado de ella, la Aceptación. Cuando se diluyan todos los miedos y vivas en completa libertad. Cuando no cedas a nadie tu poder y no tengas otro guía o maestro que tú mismo. Cuando en lugar de vivir bajo la influencia de los estímulos externos que otros provocan, interpretándolos según los sistemas de creencias que otros han instalado en tu cabeza, lo hagas siguiendo lo que brota y emana de ti. Cuando dejes de intentar comprender, ver y vivir la vida a través de la mente y lo hagas desde el Corazón. Cuando ceses de buscar fuera, incluida la divinidad, lo que ya tienes dentro desde siempre y por siempre. Cuando entiendas que todo hecho, situación o circunstancia exterior, sea personal o colectivo, tiene su causa y origen en el interior, en el desenvolvimiento de las dinámicas conscienciales. Cuando repares en que el sufrimiento es una elección en consciencia y que sufre quien quiere sufrir. Cuando dejes de perseguir cualquier tipo de meta, de desear alcanzar alguna cosa, de tener que luchar contra algo. Cuando practiques y compartas con entusiasmo tus dones y talentos. Cuando te liberes de cualquier dualidad y de todos los esfuerzos, obligaciones, deberes, normas, dogmas, ritos, cultos, religiones, morales y sistemas de creencias. Cuando recuerdes el Amor que eres y, a partir de ahí, hagas lo que te dé la gana. Cuando dejes tu cuidado entre las azucenas olvidado. Cuando compruebes que la única razón de la existencia, en cualquier plano o Dimensión, es gozar la Vida. Cuando fluyas en la Felicidad incausada y no te inquietes por nada. Cuando respires en serio y te rías por todo. Cuando pases tus días mil Gracias derramando a diestro y siniestro…

Cuando te Enamores de la Vida y, simplemente, ¡Vivas!...

Cuando te transformes en el Dios que eres y te relajes en tu divinidad.

        Y todo esto puede acontecer ahora mismo, en este mismo instante, porque “Nacer de nuevo” sólo depende de ti.

¡Feliz Dividad!

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24/12/15

HumaUnidad



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Autor: Antonio Gil (agil@mac.com)
Enviado por: Carmina (cgirasol@telefonica.net)
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Crecer sin restar


Cuando estaba pensando en participar en tu blog, justo se publicó un escrito, Los nuevos dioses (http://emiliocarrillobenito.blogspot.com.es/2015/11/los-nuevos-dioses.html), que suscribo e intento completar desde el gran interés que me merecen la infancia y me veo en obligación de ello desde mi posición de maestra.

Qué es cumplir años actualmente sino alcanzar expectativas estándares externas y qué es aspirar a ello sino olvidar/renunciar a lo que la vida de niñ@ me muestra como singular camino.

Qué papel tiene a todo esto el adulto ante l@s maestr@s que están llegando, las niñas y niños que desde muy pequeños apuntan su individualidad y nos dejan perplejos ante muestras innegables de intuición empatía y singularidad. A menudo se ven hijo/as dirigiendo la casa, bebés que causan conmoción en sus mayores y estos se rinden en redondo a la maravilla con la que ello/as, en muchos casos, ya no cuentan, pero que en el fondo reconocen, ese estar conectado con uno mismo y el entorno. Saber de donde te viene el aire sin sentarte a hacer cálculos ni previsiones.

Muchos de estos padres y madres abrumados entregan la batuta inmediatamente, dejando al recién llegado sin comité de bienvenida y cargando sobre este los gastos del gran castillo de humo que se han empeñado en construir a su venida. Otros más tercos se empeñan en hacer subir al crío, que igualmente termina pagando la cuenta, renunciando a su integridad para ocuparse y contentar a sus benefactores.

Sin embargo, nada tan lejos como estos estaremos, ni delegar nuestra responsabilidad como anfitriones, ni empeñarse en que el elefante entre en el disfraz de una hormiga. Es preciso respetar las cualidades del individuo, máxime cuando lo reconocemos como maestro, pero sin abusar. Estas son las obligaciones que a mi juicio tiene la educación hoy para con los que llegan, y han de llegar, con tanto por decir. Para ello a veces nos empeñamos en darles herramientas externas, inventamos mil y un sistemas para que lo antes posible, si se puede desde la cuna, aprendan. Para un@s es que aprendan a decir lo que traen, para otr@s es que llenen su vacuidad y así camuflarse como un@ más en el mundo. No obstante, lo que traen emana como una verdad implacable cuando hacemos a un lado los cachivaches de adoctrinamiento y logramos ver nuestras propias muletas. En ese momento estamos retomando idioma perdido en nuestra memoria.

Afortunadamente, en la actualidad y por voluntad de padres y maestr@s que despiertan a esta claridad, se están abriendo islas de entendimiento en las que el encuentro no pasiviza ni satura al maestr@ que llega sino que lo recibe haciéndose cargo de su parte.

RESEÑA 

Sevilla, y en concreto Mairena del Aljarafe, cuenta ya con un centro educativo de pedagogía libre reconocido por la Consejería de Educación, una Escuela Waldorf. Este último año la familia Waldorf Sevilla "Girasol" ha crecido en muchos aspectos, empezando por el número de padres que se han sumado al proyecto, una ubicación más grande en Mairena del Aljarafe, nuevas maestras y unas ganas enormes de seguir creciendo con nuestra escuela.

Tras las remodelaciones pertinentes, hemos convertido una hermosa parcela de más de dos mil metros cuadrados, en un Centro de Educación Infantil precioso, inicialmente con un aula para niños de 2 años y otra para niños de 3 a 6 años. El Centro cuenta con un jardín a la altura de las exigencias Waldorf, donde nuestros niños pueden disfrutar de un lugar de juegos con arenero, huerto ecológico, columpios, olivos a los que poder trepar, granados, perales y ciruelos que nos dan frutos durante todo el año.

La Pedagogía Waldorf ofrece la posibilidad de una educación integral del niño, adaptada a los procesos madurativos de este; permite el desarrollo del Ser y proporciona un aprendizaje que nos conduce a la Libertad. Este método, con una trayectoria de casi 100 años, proporciona herramientas concretas, no da sólo ideas abstractas y sobretodo no es experimentación con los niños. La participación de las familias en estas escuelas es fundamental, de hecho nada de lo que se ha conseguido hubiera sido posible sin la colaboración de los padres, respetando siempre, eso sí, el criterio pedagógico de los maestros.

Seguimos en pleno proceso de expansión con diferentes talleres de juguetes, música, charlas, mercadillos, grupos de estudios de antroposofía, etcétera con los que pretendemos cubrir las tres aulas con las que contará el Centro y más adelante abrir una Escuela de Primaria que sea referencia de la Pedagogía Waldorf en Andalucía.

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Autoras: Estefanía Romero Morillo y Ángela Moraza Molina -Escuela Waldorf “Girasol”, Mairena del Aljarafe (Sevilla)-
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23/12/15

Dios está dentro

       
Sí, Dios está dentro de ti. Ese Dios/Diosa que siempre has estado buscando en lo externo, al que has mirado en estampitas y cuadros, al que posiblemente has rezado con fervor pidiéndole lo que sea y esperando que te lo conceda, está dentro de ti.

Sólo cuando entras en ese espacio de silencio majestuoso que hay en tu interior, solo entonces, magnificas la grandeza de la que estás conformado y en la que te conformas y confortas.

Sólo cuando llega ese instante, percibes tu totalidad con una majestuosidad que te puede sorprender, de entrada, pero que es absolutamente real. Y cuando llega eso, ya no abandonas eso que Eres, tu grandiosa Inmensidad... Llegas a la misma Fuente de la que procedes. Entonces te das cuenta que Eres lo que jamás imaginaste hasta el momento en que lo descubres. Ya nada te falta y clarísimamente todo te sobra. Es más, te das cuenta de que no sobras en modo alguno como alguna creencia impuesta te hizo enturbiarte en un enjambre de pesadez insoportable, en muchos casos.

Sólo cuando estás ahí, lo sabes. Así que te animo a que te busques dentro dejando lo de fuera, fuera. Al alcanzar eso, te alcanzas y ya no te sueltas.

Y ya está bien de tantas palabras. Paso a mostrarte dos videos de Karsten Ramser precedidos de palabras que no son mías. La ilustración que muestra su autor puede ofrecer algo más que estas palabras que he puesto a modo de introducción.
  
         Saber quienes somos es la base para cualquier cambio real; sin el conocimiento de Uno Mismo es imposible la transformación de la conciencia humana. Si somos en contacto con el Ser -no como un pensamiento, no como una idea o un concepto mental, sino como una experiencia real y vital- despertaremos del sueño de un Yo separado en el espacio y tiempo (el ego). Saber quienes somos es la clave para una vida feliz y en paz.


        Todo lo que ahora es, es uno. Ver todo como uno sana todas las heridas y reconcilia los opuestos. Quién vive en la unidad, es libre.


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Autor: Deéelij
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22/12/15

Salirme del juego


Un día me descubrí jugando.
Jugaba con otros y quería ganar:
Ser más.
Solo veía las cartas que tenía yo
y no entendía nada del juego.

Luego me di cuenta…
Ya no quería formar parte de aquello,
pero no sabía cómo dejar la partida.

Pensé en dejarme ganar…
Pero eso tampoco era solución.

Si perdía la partida
seguía formando parte del juego… y no quería.

Otra vez la incomprensión…
¿Por qué no quieres ganar?,
oí a mis espaldas

Verás…

Este juego no me interesa.
No me da paz, sólo me inquieta.

Enseñé mis cartas…
Luego las tiré, con la mirada perdida.
Si yo no jugaba, el juego tampoco tenía sentido para los demás.

Abandoné y otros me siguieron.
No sabían por qué,
pero me lo agradecieron:
aquello también les había hastiado.
                                                                 
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Autora: María Ferrer (mariafconciencia2@gmail.com)
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